Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #140: Fox-y-Marta: ¡Adúlteros!

El piojo y la pulga, digo el presidente y su empleada consentida, se casaron.

(Y sabiendo que lo que yo no escriba ningún otro mexicano se atreverá a decirlo, va mi hipervaliosa y experta opinión sobre tan pavoroso pero esperado suceso, esperando modestamente que debido a esa enorme diferencia de crítica quede mi comentario para la historia. O al menos para los que vienen atrás arriando y levantándole la cola al dragón.)

Desafortunadamente y como todo lo que hace el Gran Mentiroso Fox, su matrimonio huele sospechosamente a teatro, pues aconteció en el primer aniversario de su elección, precisamente cuando la crítica nacional se le venía encima por el incumplimiento total de sus promesas de campaña electoral, su sádica reforma fiscal matapobres, y su mala administración de Gobierno.

En siete meses en el trono, renegando del discurso que falsamente pronunció en su toma de posesión, Fox ha hundido mas a millones de mexicanos en la pobreza con sus recortes presupuestarios, ha gestionado miles de millones de dólares en préstamos al país que acaban siempre en los bolsillos de los gobernantes pero que pagamos nosotros, y ha expropiado por decreto (o sea, por sus güevos) tierras de indios para dárselas a sus hermanos étnicos. Digamos como a Salinas Pliego de TVAzteca.

Con decirle que ni las promesas que no cuestan dinero ha querido cumplir Mentirosillo Fox. Por ejemplo, prometió que acabaría con la tortura y demás crímenes de las autoridades, especialmente del Ejército y la PGR, y nada ha hecho pues sería ir contra los intereses de sus hermanos judíos-gachupines que controlan el Ejecutivo. Ni siquiera ha cumplido con las recomendaciones sobre la materia sugeridas por Amnistía Internacional, mucho menos ha hecho algo al respecto por iniciativa propia. Los ladinos mexicanos como Fox llegan al trono de México a chingar indios, no a redimirlos.

A un año del dizque "cambio" y después de demostrar fehacientemente que resultó peor presidente que Zedillo, por lo cual debiera estar avergonzado, Fox prefirió buscar lástima casándose. En lugar de explicarnos su ineptitud, Mentirosillo Fox sintió pavor y nuevamente se quiso pasar de listo recurriendo al circo para calmar a la inquieta chusma. En lugar de ofrecer al pueblo las cabezas de los secretarios de Estado incapaces, prefirió provocarnos ternura con la boda y evitar así nuestros reproches.

Como buen tramposo profesional, Fox siempre tiene un as bajo la manga.

Pero a estas alturas ya sabemos todos que Fox está dispuesto a mentir y pasar sobre cadáveres con tal de salirse con la suya, de manera que sus burdos trucos empiezan a despertar no lástima sino enojo en las masas.

Ya ni siquiera Televisa y los periodicototes pueden seguir tapando o disculpando las trapacerías de Fox. Especialmente ahora, cuando ya sabemos todos que "El efecto es el resultado de las causas."

No necesitamos los ciudadanos ser la sombra de Fox para saber por qué dice y hace lo que hace y dice, pues su carácter lo dice todo. Tampoco necesitamos que los ladinos gachupines que manipulan los medios de información nos cuenten más mentiras, pues podemos ver entre líneas la verdad política que con tanto ahínco pretenden ocultarnos. Y ya no podemos creer tanta mentira sencillamente porque no vemos que su palabrería vana se convierta en resultados tangibles. Dicen en China: "No creas nada de lo que oigas, ni en mas de la mitad de lo que veas." Mucho menos está nadie obligado a creer en lo que ni siquiera ve, aunque Fox insista en que eso debemos hacer.

Y como la verdad no es ley, sino factor voluntario de buena conducta en la persona, Fox evadió zorrunamente las preguntas de los reporteros, en referencia a la repentina boda, aduciendo que su boda es "asunto personal." Pero hasta en eso miente, pues la boda de un presidente no puede ni debe ser "asunto personal." Fox lo sabe, pero al igual que Marta, mienten sabiendo que los reporteros ladinos son ignorantes, fácil de apabullar, y no cuestionarán sus falsas palabras.

Generalmente, todo lo que Fox-y-Marta quieren ocultarnos lo arreglan con el cansón cuento de que su vida es privada, o es "asunto personal." Piden respeto para su ropa sucia, pero ellos si quieren manejar nuestras vidas. Fox le prometió al obispo Cepeda entregarle la responsabilidad de la educación pública a la Iglesia y sin respeto se metió hasta la cocina para decidir el futuro educacional de nuestros hijos sin siquiera consultarlo con nosotros. Pero el si exige distancia. A ver quién le avisa que si quiere considerar sus actos privados como "personales," entonces mejor que se quede en su latifundio en Guanajuato.

El presidente de una república, sépanlo todos, tiene derecho a su vida íntima, pero no puede tener vida privada. Todos sus actos privados y públicos deben estar al alcance del escrutinio de los ciudadanos. Por eso el toque de clarín que le hizo La Lewinsky a Clinton en la Oficina Oral pasó a ser acción juzgada en público por los ciudadanos gringos. Por eso la boda de Fox-y-Marta está dentro del círculo de actos que deben ser explicados a los ciudadanos mexicanos por la misma Presidencia.

No pueden entonces el presidente y su vieja evadir la obligación de responder al cuestionamiento de los reporteros por cuanto su inesperada boda tendrá efectos para todo México. Y aunque ya sabemos que la pareja presidencial es judía y ellos nomás sienten obligación para la patria de sus ancestros, por lo pronto viven en México y se chingan. Aunque no les guste, tenemos derecho a cuestionar y comentar sus actos. Nadie, ni Gobierno no Iglesia pueden obligarnos a creer o hacer lo que otros quieran.

Y yo veo que con la boda, la ex-Primera Concubina, Marta, pasó a ser la Primera Adúltera. Y Fox es ya el Primer Adúltero de la nación.

Porque vamos a ver. La fe de cada persona es asunto ya no personal, sino íntimo, por lo tanto inviolable. Pero resulta que Fox, en su afán de engañar y causar respeto y compasión en la indiada, pretendió erigirse taimadamente en el Primer Católico de México. Desde su primer día en el trono nacional intentó vendernos la idea de que en su vida primero estaba la fe católica que el Estado. Por eso antes de tomar posesión fue a la Basílica, seguido de cámaras y reporteros, a dizque comulgar. Desde el primer día quiso influir arteramente en la estructura nacional con su religión. Pero resulta que las religiones son artículo de fe, y por lo tanto no tiene derecho Fox ni nadie en su gabinete a publicitar frente a nosotros sus creencias religiosas. Ese manipuleo sentimental sólo los lelos lo creyeron, aunque desgraciadamente en este país hay demasiados de ésos.

Porque a mi me valen un cuerno las creencias religiosas de los individuos, las uniones en amasiato, o los divorcios, o los matrimonios entre jotos y lesbianas. Que cada quién viva su vida como pueda y lo dejen, siempre y cuando no se metan en la mía. Pero decíamos que desde su primer día en la Presidencia, Fox nos restregaba en la jeta su "acendrado" catolicismo. Invadió nuestra vida íntima con sus shows religiosos dominicales y por lo tanto, con el derecho que nos da la reciprocidad, le podemos decir ahora cuánto vale su boda en lo que a religión concierne.

La boda civil de Fox presenta, para empezar, un problema desde el punto de vista legal. Dado que el juez civil que lo casó lo hizo en una jurisdicción distinta a la que tiene habitualmente asignada, y que aceptó como perfecta el acta de uno de los testigos de la boda a pesar de mostrar enmendaduras, el matrimonio puede declararse nulo si así lo deseara uno de los contrayentes. O sea si se casaron, pero si es necesario Fox puede aducir las citadas irregularidades para alegar que no está legalmente casado. El proverbial as bajo la manga otra vez, marca de la casa Fox.

Luego esta el problema religioso. Resulta que el "ultra católico" presidente Fox, y su casi monja y ex-amante Marta, mujer que presume educación de convento y maquillaje de cirquera, ya están cada uno por su lado casados por la Iglesia, aunque separados de sus respectivos cónyuges. Por lo tanto, con plena conciencia de que están metiéndose en el minado campo del adulterio religioso, la pareja abandonó su pretensión de liderazgo religioso sobre la indiada y se casaron, valiéndoles madre la prohibición católica al respecto.

Tanto hincárseles Marta y Fox al nuncio Bertello y besarle la manota en cada encuentro, para luego brincarse alegremente las trancas a la primera oportunidad y exhibirse en cuanto la ocasión lo requirió.

Y eso no es todo. Más falsos que el ranchero con botas son los charros negros, quienes ahora dicen que lo que en el indio es adulterio, en Fox-y-Marta es pura diversión. Hágame el cabrón favor. Salió el sinvergüenza arzobispo, Norberto Rivera, a decir que "No debemos juzgar a Fox. Con la vara que midas serás medido."

Dice el prelado que "Sólo Dios juzga." Pero es que precisamente son los curas como Rivera los que siempre andan juzgando a la indiada y los que miden con una vara a los ricos y con otra a la chusma. En los pobres no aceptan ni que bauticen a sus hijos con nombres que no sean "bíblicos,' pero los muy cabrones dicen que Fox y Marta pueden hasta comulgar aunque sean adúlteros.

Los charros negros prohíben los condones, los embarazos de las mujeres solteras, los abortos, las minifaldas, las películas, a los jotos sin sotana, las borracheras y hasta los pensamientos libidinosos. Pero a Fox le alcahuetean todo con tal que les permita enseñar su retrógrada religión en las escuelas públicas mexicanas. Bien dicen los principios religiosos chinos: "Antes de salir a cazar demonios cuida bien de no convertirte también tu en demonio." Y los curas están demostrándonos que ya son avariciosos demonios con sotana.

Y es que cuando se construye una telaraña de mentiras para engañar a las masas, como hacen los curas y Fox, hay que ser muy listo para no caer en la misma trampa. Ahora todos ellos quedaron ante nuestros ojos como lo que son: Mentirosos. Todo por andar cacareando sin poner primero el huevo.

Cuando Fox era candidato enarboló el estandarte de la Virgen de Guadalupe, y en el paroxismo de su histeria católica hasta cristero se decía y medio hablaba "en lenguas." Yo lo veía con ganas de querer arrojarse al vacío como Niño Héroe desde algún condominio panista, o desde el techo de su camioneta, envuelto en el lábaro guadalupano. Después, en el día de la inauguración de su reinado en el Auditorio Nacional, enmudeció y recibió emocionado de manos de su hija mayor un crucifijo, mezclando irrespetuosa y traicioneramente la política con la fe.

Y ahora nos sale con su matrimonio al vapor y sin antes recibir la anulación papal. Por eso digo: Esa boda es un escándalo que exhibe a la pareja presidencial y a los curas comos los hipócritas que siempre han sido.

Pero es que los charros negros son unas reatas para el dinero. Siempre tienen una orden religiosa (o facción) que reprime, critica y castiga indios, y otra facción que convenientemente perdona todo si son ladinos los pecadores. Parecen abogados los canijos. Unos azotan a los pobres, pero otros dan privilegios a los ricos. Por eso mientras algunos curas no ven bien la boda de Fox, otro cura fue a darle la bendición ahí mero en el lugar de la boda. Lo que unos curas atan, otros curas lo desatan si el billete es grande. El negocio de los obispos es perfecto. Bien dicen en China: "Hasta los dioses se pueden sobornar con dinero." Con mayor razón son fáciles de sobornar los curas mexicanos.

Ésa es la costumbre ancestral de los vaticanos: Mientras que por dinero anulan matrimonios religiosos de famosos --la aristocracia europea recibe anulaciones casi a diario, Frank Sinatra la recibió, y también alguno de los Kennedy gringos-- a los indios pobres no les perdonan ni los pecados de pensamiento. Pobre del indio que se atreva a casarse sin previo anulamiento de su matrimonio religioso, porque ya lo están excomulgando los charros negros sin que le valgan ni excusas ni pretextos. Ya excomulgaron hasta a los secuestradores. En cambio, dijo un jesuita que Fox y Marta si podrán confesarse y comulgar, "aunque estén en pecado." Todo, según veo, con tal de seguir controlando a la indiada mexicana a través de la faramalla religiosa.

Oremos pues por la pareja real, hermanos.

EL "TERCER OJO" MILITAR:   "La corrupción somos todos," rezaba un anuncio público de los gobernantes ladinos priístas.

Y es verdad: ¡Todos los funcionarios ladinos gachupines son totalmente corruptos, especialmente los panistas!

Un viejo proverbio anglosajón advierte: "Pillos y mentirosos andan juntos." Inteligente y verídica observación. Por eso el ladino Carlos Rojas (CRO)Magnon, íntimo cuatacho y "asesor" de Mentirosillo Fox, resultó responsable de inflar delincuencialmente las listas de compras menudas en Los Pinos.

Usted sabe, un pesito aquí y otro allá, en seis años hacen una fortuna. Ése fue el método de Raúl Salinas, y también lo dice la sabiduría popular: "De grano en grano, llena la gallina el buche."

Porque no necesita nadie del gabinete foxista pedir permiso al "patrón" para hacer tranzas particulares. Pregúntenle al cuñado, Macedo de la Concha. Si el mismo presidente anda haciendo sus propias sinvergüenzadas y diciéndonos mentiras para hacerse de inmensa fortuna, es natural que sus achichincles hagan lo mismo. Ya sabemos que si el padre es de conducta reprobable, sus hijos harán lo mismo, puesto que ése es el ejemplo impuesto por el jefe de la familia. Si el padre (Fox) es mentiroso y ladrón, los vástagos (funcionarios) actuarán igual.

No es de extrañar pues que todos los funcionarios panistas, todos, nos mientan descaradamente y además roben a manos llenas al pueblo. Con ellos hay que generalizar, porque desde antes que el gabinete tomara posesión ya recibían ilegalmente sueldo del gobierno priísta para dizque "preparar" la transición. Lo donaran o se lo embolsaran, todos recibieron secretamente (de manos del entonces Ratero Mayor de Hacienda, Gurría), sueldo sin gobernar. Con eso demostraron todos ellos ser pillos y mentirosos de primera. Excelente recomendación para trabajar con Fox, pues pájaros de la misma pluma vuelan juntos.

Y los funcionarios panistas, mas el Gran Mentiroso, se creen que robar al pueblo es aceptable porque al comulgar el domingo los curas les borran los pecados de entresemana, quedando libres de pecados y listos para empezar otra vez las tranzas el lunes por la mañana. Y yo no veo que la Iglesia tenga intenciones de excomulgarlos por mentirosos y ladrones, pues el negocio de gobernar alcanza para repartir luego hartos dolarucos entre obispos y cardenales sinvergüenzas y alcahuetes, no se diga para el Popis. Así se ganan (mejor dicho se compran) la Gloria curas y políticos ladinos mexicanos.

Pese a su autorpoclamado populismo, Fox y Martita, y sus familias y cuates, gobiernan México como si el país fuera monarquía. Y es que los ladinos-judíos-gachupines mexicanos siempre han sido proclives a las monarquías y a su hueco boato. De ascendencia europea todos ellos, siguen embobados con aquél principio espanhol de "Dios y Rey." No importa si son panistas, perredistas o priístas, los ladinos no pueden vivir sin reyecito, y consecuentemente no pueden existir sin la cruz y la espada, herramientas de represión y conquista desde hace mil años.

Todas las presidencias en México fueron y son "imperiales."

O a poco ya se nos olvidó que, entre sus muchas marranadas, el entonces soberbio presidente JoLoPo (si, el mismo ladino gachupín babeante y con la lengua de fuera que ahora transportan sus ayudantes en carretita) mandaba mensualmente un avión especial a Los Ángeles para recoger camisas y zapatos, hechos a la medida y a precios exorbitantes, de una tienda exclusiva cuyas puertas sólo se abren discretamente para clientes adinerados. Y el reyecito de México no permitía que lavaran su ropa: La usaba una vez, y la tiraba. Mientras tanto, en el país morían de hambre (y mueren) los indígenas. Es obscenamente criminal que un presidente mexicano viva en el lujo mientras el pueblo se debate entre la miseria y las enfermedades por no tener dinero para lo indispensable. Solamente los ladinos gachupines encuentran justificaciones para tan bestial conducta.

Por eso el escándalo de las carísimas toallas en la presidencia imperial foxista no es de extrañar. Los nuevos ricos Fox-y-Marta andan alocados, como corresponde al carácter de todos los arribistas. Por eso la pareja presidencial quiere vivir rodeada de lujos como los del Sultán de Brunei. Pero es que las leyes no tienen para los gobernantes ladinos otro fin que violarlas para imponer en la indiada su voluntad. Son animales vestidos.

Por eso Fox ha reconvertido su presidencia y Los Pinos en otro estercolero imperial, reflejo de la podredumbre moral que tienen todos los ladinos mexicanos en el poder. Si fueran más éticos no estuvieran donde están. Durante su campaña presidencial el candidato Fox se refería a la presidencia priísta como la "presidencia imperial." Presumía y nos prometía el ordeñador de vacas que el sería un presidente popular que acabaría con la corrupción y el nepotismo, el presidente del "cambio." Pero como buen vendedor de agua negra azucarada y embotellada que fue, Fox mintió, pues es lo que mejor sabe hacer. Todo porque se creé más listo que nosotros.

El Gran Ordeñador llegó a la presidencia producto no del voto de los mexicanos (es mentira que en México el voto cuenta), sino por una combinación de pactos entre El Vaticano, la Iglesia en México, gobiernos extranjeros, los empresarios ladinos, y los generalotes verdes. Ese pacto forzó al PRI a dejar el poder. En alguna sinagoga en el mundo (de Israel o Espanha) se eligió para presidente mexicano a un rancherote de los de ellos, dispuesto a obedecerlos en todo y vivillo, pero sin ningún peligro de querer agarrar todo para el solito.

Por eso Fox miente, porque el pueblo no tuvo mucho que ver en su ascensión al trono de México: Por eso todo lo que Fox prometió no lo cumplirá, y lo que criticaba en los priístas lo practica el mismo aunque peor, pues el y Marta (pueblerina autonombrada maestrita en inglés) son arribistas y se les nota.

Es monarquía porque Fox ha ordenado que después de las conferencias propias y de los secretarios de Estado, no se admitan preguntas de los reporteros. O sea, leen edictos, como en las monarquías. Para eso mejor que manden sus comunicados a las redacciones de los medios de comunicación, evitando las conferencias de prensa.

PERRO NO COME PERRO:   A pesar de que el pueblo demanda la apertura de los archivos secretos sobre la matanza de estudiantes de 1968, y sobre la masacre de Acteal y sobre otros crímenes cometidos por el "H(orrible)" Ejército Mexicano durante el reinado priísta, el taimado Fox protege a los criminales hermanos étnicos suyos con la muleta de que "Necesitamos mirar hacia el futuro y perdonar el pasado."

Y entonces por qué andan tras los pasos del Chapo Guzmán y otros criminales si sus crímenes son cosa del pasado. ¿Por qué a ellos no los perdona el buen Fox? Además, comparados con los criminales gobernantes priístas, incluidos los expresidentes, narcos y secuestradores son piadosas monjitas.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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