Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #150: Es Uno Pero Dos, Y Dos Pero Uno

¿Vimos en realidad la cara del Rey de los Demonios en las humeantes Torres Gemelas del World Trade Center, al ser atacadas y destruidas por terroristas el 11 de septiembre?

Yo creo que sí.

No vimos precisamente la cara del Diablo, claro, pero sí de demonios mayores. Porque entre la enorme, espesa y gruesa columna de humo emanando de las torres aparecieron tres rostros demoniacos diferentes, uno de ellos rodeado de gran número de calaveras y demonios de menor tamaño. Se les tomaron suficientes fotografías y hay bastante videotape como para comprobar que el fenómeno no fue imaginación nuestra. Las escalofriantes imágenes le dieron la vuelta al mundo y fueron publicadas en innumerables portadas de revistas y periódicos.

La cosa es grave, esotéricamente hablando, porque las terribles imágenes muestran la influencia de rituales de magia negra.

Se ha hablado mucho de las fuerzas del mal en el ataque del 11 de septiembre y hubo intensa zaragata entre los predicadores cristianos más grandallas de los USA. Cada reverendo buscaba superar lo dicho por sus colegas, alegando que la destrucción terrorista fue castigo divino por tanto joto, por tanta lesbiana, por tanto aborto, por tanta droga en las calles, por tanto divorcio. Evidentemente el fuerte de muchos líderes religiosos es la administración de negocios, no los secretos del más allá.

Porque sin lugar a duda las imágenes demoniacas son presagios. ¡Y qué presagios!

Los ojos, la boca, la nariz, la larga barba, los cuernos, todo eso está muy bien definido en las humeantes imágenes. No pueden ser otra cosa que lo que demuestran ser, aunque algunas personas opinan que son producidas por la imaginación, como cuando se forman figuras de animales en las nubes. Hay gente, dicen los sicólogos, que ven la imagen de Jesucristo hasta en una tortilla quemada. Pero sucede que en todos los bancos de nubes que yo he observado desde tierra y desde aviones, nunca había visto cosa semejante, mucho menos tres figuras representando lo mismo y en la misma columna de humo.

Ese fenómeno no es coincidencia, ni ilusión óptica, ni tampoco producto de mentes calenturientas amedrentadas por la religión.

Tampoco se trata de hacer mofa de la tragedia real que viven los parientes de las miles de víctimas. Pero las imágenes no cambian el hecho de que fueron personas quienes cometieron las atrocidades, simplemente explican algunos cabos sueltos de la tragedia.

En cuestiones de metafísica china se dice que el Rey de los Demonios (Lucifer o Satanás para los cristianos-judíos), tiene asignada la Tierra como parte de su imperio. Por eso hay tantas guerras, guerrillas, ejecuciones en masa, y represiones militares sobre ciudadanos como ocurre en toda Latinoamérica. La violencia y las muertes derivadas de conflictos armados glorifican únicamente al Rey de las Tinieblas, digan lo que digan charros negros ignorantes como el arzobispo Rivera y el gachupín portavoz del Vaticano.

Líderes de países militaristas y del Vaticano han mandado al otro mundo a millones y millones de personas durante al menos cinco milenios, alegando que "Dios está de nuestro lado." Pero no necesitamos muchas neuronas para saber que tales mariguanadas son viles mentiras. Dios no está del lado de asesinos codiciosos, pero el Diablo sí. El que haya tanta gente que todavía mate a otros "en nombre de Dios" es un himno a la imbecilidad humana. Por eso no hay diferencia entre el motivo de un asaltante de callejón y el del general al mando de un gran ejército: Tan matón y ladrón es uno como el otro. La ganancia ilimitada, y el afan de arrebatar lo que les pertenece a otros es la causa de las guerras mundiales, pero también de los secuestros exprés. No se puede invocar a Dios en eso. Por eso el supuesto "honor" entre ladrones y entre militares es una falacia. Ni criminales ni militares son personas de buen corazón, pues voluntariamente dedican sus vidas a derramar sangre humana.

Y sin embargo, así como la codicia por tierras y oro es el combustible que impulsa la violencia del hombre sobre el hombre, son los rituales de la metafísica china los que mejor aplacan a los demonios de la guerra. Así ayudan los dioses al hombre para que escape a la violencia fomentada por los demonios que azuzan la ambición humana.

El problema es que los rituales, como todo en este mundo, tienen también su propio aspecto negativo, o sea la magia negra. Así, en lugar de que el hombre se proteja únicamente con ellos, también utiliza los rituales para causar más daño todavía en los débiles o incautos.

Los rituales hacen rico al pobre, pero también pueden hacer pobre al rico. Hacen fuerte al débil, pero también hacen débil al poderoso. Este efecto contrario puede lograrse lo mismo en la vida personal que en los asuntos militares, políticos y económicos de países enteros. Todo es cuestión de saber cómo y cuándo.

De manera que la estrategia militar china es un factor, pero en realidad son dos factores puesto que la metafísica china es su otra cara. Igualmente, estrategia y metafísica son dos factores, pero se puede decir que son uno sólo, puesto que son inseparables. De ahí el título de esta columna.

Hoy día el ejército o país que no sepa los secretos de la metafísica militar estará expuesta a perecer a manos de enemigos que entiendan a fondo los principios de la magia negra.

Era pues inevitable que un ataque de guerrilla tan audaz y eficaz como el ocurrido el 11 de septiembre, mostrara la influencia de rituales puesto que una operación militar de tal inmensidad y empleando a tan poca gente no podría tener éxito sin la ayuda de factores invisibles. Y si el lado invisible de la estrategia es la metafísica, es lógico que las fuerzas esotéricas negativas empleadas se manifestaran momentáneamente en la Tierra en forma de imágenes de demonios.

Porque las caras en el humo indican que alguien en Occidente ya empezó a utilizar rituales y estrategia simultáneamente. De eso ya no hay ninguna duda. Lo difícil era empezar. Ahora ya no hay nada ni nadie que pare esta nueva forma de guerrilla.

El problema militar de Occidente no es precisamente Osama bin Laden, porque cuando un guerrillero cae se levantan diez más dispuestos a tomar su lugar. Cambian las caras, no los números de efectivos en la guerrilla. Osama es entonces el efecto, no la causa, pues toda represión económica o militar produce inevitablemente respuesta armada o metafísica.

Pero más urgente es el problema esotérico que nos presentan los presagios en las imágenes: ¿Son portento de que se utilizaron rituales militares de magia negra únicamente en el ataque del 11 de septiembre? ¿Son presagio de que la victoria en la guerra del Islam contra los judíos-cristianos está ya definida de antemano por rituales de magia negra? ¿Son presagio de que los terroristas islámicos y su causa está contaminada por influencias malignas? ¿Son presagio de lo que nos espera militarmente en Occidente? ¿Son presagio de que se utilizaban ya rituales de magia negra en las torres para proteger la riqueza en su interior, y por eso atrajeron el ataque?

El que contestare todo eso será buen contestador.

Porque el conflicto árabe-judío que por milenios estuvo confinado al Oriente Medio, ya se extendió por todo el mundo. Nos han traído sus problemas religiosos al patio de nuestra casa. Y como dicen los chiquillos, "esto ya valió caca." Ese pleito no tendrá fácil solución, puesto que para esta guerra las profecías chinas marcan un periodo de "cien años." Y mucha sangre humana derramada.

Veinte años no serán nada, según el tango, pero cien si es un buen rato. Para cuando este conflicto acabe, todos los seres humanos del planeta que ahorita viven estarán muertos (excepto yo, of course), ya sea por causas naturales o gaseados y radiados.

Las mismas profecías chinas indican algo pavoroso militarmente hablando: Enmedio del conflicto árabe-judío, China pondrá súbitamente en pie de guerra a 250 millones de soldados e invadirá Occidente en represalia a un ataque aliado occidental (incluyendo a Rusia) a sus fronteras, y que su bandera ondeará en las principales capitales del mundo.

¿Será cierto? Quién sabe. Pero sobre aviso no hay engaño.

Lo indiscutible es que el poderío económico y militar de los países occidentales, con los USA a la cabeza, es superior al poderío islámico. Lo malo es que ya vimos que ese balance se puede alterar radicalmente si se utilizan los rituales militares apropiados.

En el análisis final, el verdadero problema de esta situación no es quién tiene más bombarderos, sino quién sabe más y domina mejor el arte de la metafísica.

Por lo pronto los islámicos aparentan tener mejores rituales que los cristianos-judíos, mientras que éstos tienen mejor tecnología y armamento. Es fácil adivinar entonces que las tragedias y matanzas masivas continuarán ocurriendo alegremente.

Afortunadamente las masacres las harán los dos bandos alabando a Dios, aunque con el palo dando.

Y a la indiada que la atropelle un tren.

BARBARIE FOXISTA:   Este cuate, Mentirosillo Fox, no tiene remedio: Es un perfecto bruto con botas.

La "tibia respuesta" ante la tragedia del 11 de septiembre que le reclaman al presidente mexicano los extranjeros está bien razonada. Y no es que Fox, como buen vasallo, no se haya inmediatamente reportado con el patrón gringo para lo qué se ofreciera. No. El problema fue la conducta inhumana del Encomendero Fox cuatro días después, en la celebración de la falsa independencia mexicana.

Al celebrar las fiestas de independencia a todo calzón, pegando bárbaros y espeluznantes alaridos-vivas cual Charro Avitia o cual verdulero-narrador de fútbol de Univisión, Fox dejó en propios y extraños fea e indeleble muestra de su barbarie cultural. El babas canceló las celebraciones en los consulados mexicanos sin lógica alguna, pero en cambio él sí prendió mecha en su propio aquelarre aquí en México. Obviamente nadie en su gabinete supo aconsejarlo, pero la situación no requería ni siquiera conocimiento de protocolo, era una simple cuestión de humanidad.

Pero Fox, como buen patrón que es, acostumbrado a tratar con esclavos en su latifundio, demostró sobradamente carecer de humanismo.

Cualquier persona, sabiendo que hay un velorio en la casa de al lado, le bajará el tono a su propia fiesta de cumpleaños. No puede mandarle una tarjetita de condolencia y luego empezar el jolgorio como si nada hubiera pasado. Pero eso es exactamente lo que Fox hizo. Ni un destello de decencia hacia el dolor ajeno mostró el Primer Ordeñador. Y después quiso paliar su metida de pata ofreciendo en el programa de Larry King el petróleo de los mexicanos para que los gringos lo perdonaran a él.

La patético del caso es que no había necesidad de cancelar las celebraciones del 16 de septiembre en los consulados y embajadas. Todo lo que se requería era prudencia en las celebraciones, menos gritos y sombrerazos, un Viva México moderado y sin gritos, un minutito de silencio por aquí y por allá.

Lo que Fox hizo no les hubiera pasado a Zedillo y CSG.

Antes de ser presidente, Fox se jactaba de ser "ranchero" y criticaba a los políticos por no ser "campesinos" como el. Ahora ya sabe el güey que arrear burros y ordeñar vacas son ocupaciones útiles a los rancheros, yo mismo las he hecho y me parecen naturales en su marco apropiado, pero en un jefe de gobierno no tienen aplicación. Los principios de Gobierno son diferentes. Aunque la mera verdad, hasta un arriero se hubiera comportado con más decencia que el presidente en el caso de sus histéricos alaridos la noche del Grito.

Esa insensatez bárbara de Fox hacia los vecinos en su momento de dolor no la va a componer en todo su sexenio, ni aunque les regale todo lo que tenemos en México. Su conducta no fue civilizada y por lo tanto no merece ser tratado como hombre de valor. Ni manque sea presidente.

Es más, mejor nos iría si Fox agarra sus millones por los que vino, y se larga anticipadamente a su hacienda (de donde nunca debió haber salido) a seguir ordeñando vacas. Es para lo único que sirve.

Todo lo demás lo echa a perder.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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