Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #296: Máquina Del Tiempo (2)

(Confieso mi adicción por descubrir fisuras en la armadura del enemigo: Me escribe un "intelectual" judío para dejarme saber su descontento con alguno de mis artículos. De paso me asegura que tengo escaso futuro influenciando lectores desde lo que él [jocosamente] llama mi "ventanita cibernética." Podria encogerme de hombros ante su mala leche y contestar como enseña el taoísmo: ¿Y qué? Pero aquí hay una lección de estrategia. Brincos de felicidad dieran en México, Espanha y el Vaticano si este pequeñín espacio metafísico-militar no acaba eventualmente, y a nivel mundial, con el Imperio del Mal. Porque el hábito de subestimar encuera el problema estratégico que sufren los "intelectuales" ladinos que manejan la propaganda del Estado mexicano [nadie más necesita las letras que penosamente garabatean]. Creyéndose omni-inteligentes, gustan escupir por un colmillo pero en realidad son incapaces de percibir y adaptarse a la nueva realidad en México, donde el pueblo está perdiendo paciencia y ganas de continuar aguantando la explotación espanhola. Después de todo, ya es de dominio público que los ladinos manejan secretamente al país desde hace quinientos años, enquistados como están en Gobierno, Ejército, partidos políticos, sindicatos, medios de (des)información, la SEP, la Banca espanhola en México, Igle$ia, Congreso y Corte Suprema. Cierto, ellos todavia tienen el poder y se dan el lujo de subestimar a la indiada. Mil años de férreo control judío sobre la información valiosa en Europa, y medio milenio de lo mismo en Ladinoamérica, dan esa ventaja. Pero los tiempos cambian. Hoy día su soberbia ancestral ya es desventaja, y la estrategia militar china advierte: Es un error considerar inferior, sin conocerlo, al adversario. Según los estrategas taoístas, La más pequeña de las cosas pudiera ser la más importante. Digamos como alguna "ventanita cibernética." O el evangélico granito de mostaza que se convierte en exuberante árbol que da sombra al mundo. Desde luego, no estoy en coma: Ya sé que pocas cosas hay tan hilarantes como ver a un sólo hombre enfrentar al poderoso ejército del Imperio del Mal. Pero Don't cry for me, pues eso fue hace años. Actualmente ya somos un montón de mexicanos los hacedores de rituales chinos...y contando. Tampoco busco consuelo de nadie mencionando esto, sino aprovechar la ocasión para mencionar que las ventanitas suelen ser causa de muerte o vida, según su uso y posicion estratégica. Caso en puerta: En ciertas áreas de la antigua china, era costumbre a la hora de su muerte llevar personajes a una especie de tienda de campaña redonda y construida ex-profeso con madera y barro. Dentro, antes de sellar el lugar, eran colocados muebles y objetos como alfombra, lámparas, incienso, cama, comida, etcétera. Luego la persona agonizante era colocada en su lecho, e inmediatamente toda la superficie exterior de la construcción era sellada con el barro y solamente se dejaba abierta una ventanita de ínfimas dimensiones a ras de suelo que daba espacio para la ventilación y para que un hombre pequeñito saliera o entrara a rastras por ahí. Al lado del moribundo, durante los subsecuentes dos o tres días de agonía, se quedaba una persona acompañándolo y ya nadie entraba ni salía de la cámara. Al final, el acompañante dejaba todas las velas de las lámparas encendidas y salía por la ventanita, la sellaban los albañiles, y terminaba la primera etapa del funeral. O al revés, los presos políticos en mazmorras mexicanas respiran y sobreviven gracias a una minúscula ventanita abierta en sus tumbas de cemento. Hay también edificios de muchos pisos, cuya pared frontal está formada por innumerables ventanas de material transparente que a la vez captan la luz solar para producir la energía eléctrica que necesita al inmueble. Y qué me dice del derrumbe inesperado de la mole de acero y concreto que es una presa gigante, derrumbe originado en algún hoyito del tamaño de un dedal filtrando apenas unas gotas de agua. ¿Quién con dos dedos de frente puede darse el lujo de menospreciar una ventana por insignificante que sea? Es como si el sediento en el desierto desdeñara el vaso de agua que salva vidas considerándolo "pequeño." Como dicen en China: Son los descuidos menores los que derriban al jinete del caballo.)

Nos quedamos ayer en que la ocupación militar occidental -principalmente por los ejércitos de los USA e Inglaterra- en Irak, tenía la supuesta, misteriosa y ambigua intención agregada y declarada de "cambiar después (?) a los demás países" en Oriente Medio. Imponiendo el poderío militar americano en toda la región, nos dijeron, se acotarían los atentados terroristas islámicos en suelo gringo. Hasta ahí, todo bien.

Pero, ¿qué significa exactamente "cambiar a los países"? Pues quién sabe, oiga.

Podríamos pensar que el cambio (que nos recuerda el mañosamente abstracto "cambio" de Fox), probablemente se refería a sistemas de gobierno en Oriente Medio, pero no lo sabemos a ciencia cierta. Como es habitual en ese tipo de declaraciones imprecisas hechas desde un atril presidencial, nadie en los medios pide ni los mandatarios ofrecen explicaciones, así que nos quedamos igual que antes. Y como a los mexicanos no nos interesa mucho el asunto de las guerritas en Oriente Medio, pos que siga la función.

Claro, si observamos atentamente las manos del prestidigitador, hallaremos respuestas a las interrogantes. Pero eso sí: En tiempos de guerra como los actuales hay que ser cauteloso con lo encontrado, porque tropezarse accidentalmente con un secreto militar de consecuencias globales podría costar la vida a los curiosos. Aunque por otro lado, ésa es la excitante característica de los tesoros, encontrarlos sin proponérselo uno. De manera que ir descubriendo poco a poco la manera en que está armado el tinglado de la explotación de México y de otros países occidentales a través del Imperio del Mal, ayudará al lector a ir aprendiendo a razonar estratégicamente con ejercicios mentales basados en hechos reales. Nomás no hay que perder de vista que precisamente lo que más temen los gobernantes de todos los países es que el pueblo aprenda a pensar por sí mismo: Significaría el fin del jugoso filete y vida lujosa de gratis a costillas de los pagadores de impuestos.

Porque mire usted: Al momento de la invasión militar en Irak, sucedieron hechos sumamente extraños por los tiempos en que ocurrieron. Sucede que, con la absurda indiferencia del ejército de ocupación que empezaba a controlar Bagdad en la segunda semana de abril del 2003, grupos de civiles iraquíes liderados aparentemente por agitadores bien entrenados, entraron con llaves en la mano (¿quién se las proporcionó?) a saquear y destruir primeramente las invaluables antigüedades del Museo de Arqueología, y luego a incendiar la Biblioteca Nacional y los Archivos Nacionales. Para efectos prácticos en cuestión de historia, ¡con pillajes y fuego mandaron a Irak a la edad de piedra!

No quedaron suficientes vestigios documentales para probar la identidad de los iraquíes como nación. Sí. Todos los documentos históricos civiles y religiosos iraquíes guardados celosamente bajo llave, acabaron en cenizas en cuestión de horas. Aparentemente por designio y no por casualidad, los siniestros incendiarios arrojaron violentamente y entre llamas a Irak hasta el año cero de su pasado.

No es necesaria mucha sagacidad para dudar que los iraquíes mismos hayan destruido su historia, de manera que tuvieron que ser iraquíes en nacionalidad pero extranjeros de raza los agitadores que infiltrados entre la chusma primero abrieron las puertas de los recintos que guardaban la historia de Irak, y luego la soliviantaron y pagaron a la gente para cometer tal barbaridad contra su propia cultura. La identidad de las manos criminales detrás de la indescriptible destrucción explicaría la situación, y como mis lectores no esperarían otra cosa de mí, tengo mi propia opinión al respecto. Pero antes le pregunto a usted (si es mexicano), ¿qué le recuerda esa infernal hoguera que premeditadamente acabó con los anales de Irak, milenario centro árabe del saber?

No se jale los pelos de la cabeza, se lo diré yo: Fue exactamente el mismo modus operandi que empleó el chacal espanhol ladino de dos patas, Hernán Cortés, en el saqueo, destrucción y quema de México. Idéntico. Igual que los desconsolados indios sabios lloraron en México la quema de su historia escrita llevada a cabo por salvajes en armadura y obispos católicos, hoy los sabios musulmanes lloran igualmente la quema total de su pasado. El mismo tipo de mentes calenturientas que cometieron el genocidio cultural que nos impusieron los conquistadores ibéricos, parecen haber planeado el ídem en Irak. Al menos yo, veo que todo apunta a la misma mano negra y escondida, tan peculiar y representativa del siniestro Imperio del Mal. (Con razón están tan encabronados los dioses contra esta pandilla secreta de pillos.) Para mí que de ahí salieron las manitas incendiarias.

Por eso seguido hago alusión en mis artículos al escalofriante parecido entre la nueva ocupación militar en Irak, y la que sufrimos los mexicanos desde hace siglos. Y aunque a nosotros nos importa la suerte de Irak tanto como a Irak le importa la de México, insisto que es el mismo grupo étnico el que planeó ambas atrocidades contra la humanidad. Posiblemente resentidos contra el mundo porque ellos no tienen más historia que su mitológica Biblia. Posiblemente para robar información y luego evitar que nadie más la tenga, buscando controlar el poder en todos los países. Vaya usted a saber.

Aclaro: Si no es para otra cosa, mis febriles divagaciones podrían servir al menos de lección de guerra. Porque además de la piromaníaca barbarie en Irak, con sospechosa frecuencia "se incendian" importantes bibliotecas públicas en países primermundistas conteniendo documentos históricos antiguos (especialmente chinos). Una vez que tales documentos son sustraídos, las bibliotecas son incineradas para que solamente los perpetradores del crimen sepan su contenido. Exactamente como hizo el Vaticano con muchos documentos históricos mexicanos. Justamente como hicieron los ejércitos aliados occidentales que invadieron China en 1900, saqueando y quemando la Biblioteca Imperial china de Pekín (aunque aquí se la pellizcaron porque los libros más importantes ya estaban duplicados). Táctica similar también a la operación incendiaria que redujo a cenizas la Biblioteca Nacional de Sarajevo, cuando el conflicto militar en Bosnia-Herzegovina. O como sucedió hace pocos años en el incendio de la Biblioteca Central de Los Angeles, que contenía valiosos documentos chinos. Dicen que pasó lo mismo con la Biblioteca de Alejandría. Ni para qué perder más tiempo con ejemplos del modus operandi mencionado, pues igual abundan en la antigüedad como ahora. Por lo tanto, síganme los que sepan leer y entérense de mis puntadas. Los que no sepan, pues nomás oigan a los que leen.

La raíz del fin de la historia documentada de Irak -y háganme caso, siguen los archivos históricos de Irán y Siria- la encontramos originalmente en Saddam. Un líder inconsciente, abiertamente belicoso, pero manipulado por intrigantes potencias extranjeras occidentales, acabará como acabó el presidente de Irak: Su familia exterminada y él escondido en un hoyo en el piso, hambreado, tapizado de piojos, sin hijos varones, y nadando en su propia mierda. Pero según yo, no fueron las guerras contra Irán y Kuwait las que hundieron a Saddam, sino su enorme ego y sus pocas neuronas. ¿A quién se le ocurre estar amenazando día y noche que atacaría militarmente a Israel, cuando los países occidentales que le compraban petróleo y le vendían armas son precisamente los que crearon el Estado judío? Tal fue el error fatal de Saddam, error que a la postre provocó la quema de los anales iraquíes en el 2003.

Hagamos algo de historia para entender por qué le chamuscaron a Saddam el culo, y de paso los archivos históricos y tesoros arqueológicos de Irak.

Cuando en 1979 los ayatolahs hicieron huir al Shah de Irán, aliado y protegido de los USA, convirtieron oficialmente al país en república islámica con poca tolerancia hacia los "infieles" extranjeros. Los ayatolahs buscaban y buscan recuperar la grandeza histórica del antiguo imperio persa. Por más de dos milenios y medio, este imperio gozó de relativa estabilidad política, al grado que hoy Irán es el país en Oriente Medio con menos cambios en sus fronteras. Pero en los últimos dos siglos, los ejércitos occidentales han sido una estaca en el costado de los países en la región. En el siglo XIX, los ejércitos ruso y británico invadieron Irán y dieron el poder a la casta de los odiados Shahs que respondían no a su gente, sino a gobiernos occidentales, especialmente después del descubrimiento en 1908 de yacimientos de petróleo. El padre del último Shah la regó aliándose con Hitler durante la segunda guerra mundial, buscando autonomía, y lo que logró fue que los Aliados lo depusieran en 1941. Lo reemplazaron con su más maleable y mujeriego hijo, Reza Pahlavi, quien tuvo el cuestionable honor de ser el último Shah de Irán.

Aunque en 1943 hubo una revuelta civil en Irán buscando deponer al tiránico Shah, la CIA lo sustuvo en el poder con armamento y asesoría. De hecho, los americanos se convirtieron en el poder tras el trono de Irán, vendiéndole al Shah armamento moderno, incluyendo su primer reactor nuclear y tecnología de punta. El problema fue que los miles de millones de dólares invertidos en material bélico mantenían a la población iraní en la miseria, causa de aquéllos famosos riots de enero, 1979 en que el Ejército se negó a disparar contra el pueblo mientras las mujeres ponían rosas en los rifles de los militares. El Shah huye entonces del país, y el Ayatolah Jomeini regresa de su exilio a llenar el vacio de poder. Lo primero que Jomeini hizo fue expulsar a los "infieles" y enemistarse directamente con los USA porque apoyaron al Shah. Luego Jomeini, experto religioso pero político terrible, cometió su peor error: Desmanteló en un año al ejército nacional y purgó a los militares afines al depuesto Shah. En noviembre de ese mismo año, "estudiantes" iraníes asaltaron y quemaron la Embajada gringa en Terán, y tomaron rehenes (durante 18 meses) a 66 personas. Naturalmente, Jomeini rompió relaciones diplomáticas con los USA. Es decir, ardió Troya.

Hay quienes aseguran que la CIA, para desquitarse de Jomeini, lo sopló al oído a Saddam que con su ayuda podía apropiarse militarmente de los ricos yacimientos petroleros de la ahora desarmada teocracia musulmana rebautizada como República Islámica de Irán. La ambición hace tonto al listo, y Saddam cayó en la trampa. Soñó con ser el mandatario con más petróleo -y petrodólares- en el mundo al combinar las existencias del crudo existentes en Irán e Irak. Para hacer más atractivo el cebo, dicen que los gringos se ofrecieron de aval para que Kuwait y Arabia Saudita le prestaran el dinero necesario a Saddam para armarse y atacar Irán. Saddam se convirtió entonces en aspirante a ladrón de petróleo, y se agarró de las greñas con los fundamentalistas ayatolahs iraníes.

Lástima que su propio pueblo nunca cuestionara los motivos de su líder Saddam, actitud natural en países cuyos habitantes tienen el cerebro lavado con principios religiosos (lo sabemos muy bien los mexicanos, pues cada sexenio nos tragamos las mentiras de los candidatos ladinos y "votamos" por uno cada vez peor que los anteriores). Azuzado por los gringos que querían desquitarse de la toma de la Embajada en Terán, y no deseaban un Estado islámico fuerte que pudiera amenazar a Israel, Saddam desató en septiembre, 1980 una costosa guerra de invasión que fracasó totalmente en sus objetivos. Saddam movilizó siete divisiones calculando que en dos semanas tendría el control de los pozos petroleros iraníes, pero el conflicto se prolongó hasta 1998.

Lo malo es que Irak quedó endeudado con Kuwait al son de treinta mil millones de dólares, millones que financiaron una guerra que no era suya. Los cientos de miles de soldados iraquíes muertos e inválidos, y el más de un millón de bajas civiles y militares iraníes que dejó el conflicto, a nadie importaron. Y al terminar el pleito entre el islámico Irán y el secular Irak, los asesores extranjeros se hicieron ojo de hormiga cuando se trató de ayudar a pagar la deuda de Saddam con Kuwait (y eso que era solamente dinero). Lo dejaron colgado de la brocha, pues habían logrado lo que buscaban: Debilitar militar y económicamente a Irán para evitar que extendiera el islamismo bélico en otros países del área.

¿Por qué el engaño a Saddam?

En mi opinión, fue porque Saddam presumía ser recalcitrante enemigo de Israel, siempre tratando de conseguir armamento para atacar y destruir al Estado judío. La cruel negativa de los gobiernos "aliados" para ayudarlo a pagar la deuda con Kuwait pudo haber sido una segunda trampa pero esta vez sin salida, pues aparentemente aconsejaron simultáneamente a Kuwait que se pusiera difícil y demandara de Irak el pago inmediato del dinero. Así lo hicieron, y acorralaron a Saddam, cuyas entradas de dinero, por muy país petrolero que fuera, no eran ni por mucho suficientes para pagar treinta mil millones de dólares. No le quedó más remedio a Saddam que demandar directamente de Kuwait la condonación de la deuda, metiendo solito la cabeza en la trampa, pues recibió sonora negativa que lo obligó a reaccionar invadiendo Kuwait para sacarse el nudo del cuello buscando apropiarse su petróleo.

Las consecuencias de tal aventura son conocidas: Los militares gringos le pusieron una tunda militar, y lo sometieron económicamente (¿para que jamás volviera a amenazar a Israel?), e inmediatamente Bush padre anunció el grandioso nacimiento del misterioso "nuevo orden mundial." Desde ese momento le empezaron a apretar el nudo a Saddam, hasta que Bush hijo invadió Irak en el 2003 y "fuerzas desconocidas" destruyeron la historia de Irak.

Un enemigo menos para Israel.

Ciertamente Irak fue invadido debido a la ambición de Saddam, y por su incapacidad para aprender de sus aventuras militares que las guerras son espejo de lo peor de la raza humana: Traiciones, mentiras, genocidios, promesas rotas. Cualquiera sabe que un ataque militar inevitablemente provoca una reacción violenta por parte de los atacados. La causa es raíz del efecto. Elemental punto de vista militar, civil o religioso. No es posible entonces que un mandatario -por mucho petróleo que tenga su país-, comience imprudentemente guerras que no se pueden ganar, como hacía Saddam. Eso pasa cuando los generales son ciegos sirvientes del líder. Y la población iraquí, amodorrada la mente por la censura y la escasa información militar y política relevante, se dejó llevar de la mano a la destrucción de su país. No hay peor ciego que el fanático religioso y piadoso encadenado al oscurantismo. Si además el líder del país anda por el mundo declarando guerras sin ton ni son, valió caca todo. Por eso le jugaron rudo sus "aliados" a Saddam.

Porque hasta donde podemos ver, Irak no fue ocupado militarmente ni Saddam encarcelado por tener armas de destrucción masiva, pues no las tenía. Tampoco por estar supuestamente coludido con los trágicos actos terroristas del 9-11 en los USA -no lo estaba-, sino por su cacareada obsesión con la destrucción militar de Israel. Si Saddam hubiera leído menos del Corán y más de la historia de Oriente Medio, otro gallo le cantara ahora. Hubiera recordado la negra suerte del también belicoso y rabioso oponente del Estado judío, el mandatario egipcio Gamal Nasser, humillado en 1967 durante la relampagueante victoria militar israelí conocida como La guerra de los seis días, guerra en el desierto que aplastó literalmente el poderío militar de Egipto. Entonces Saddam hubiera caído a la cuenta que teniendo Israel de aliados raciales, militares y económicos a los gobernantes de los países de primer mundo (incluida Rusia, o como se llame ahora), su posición militar actual es la de intocable para sus agresivos vecinos.

Yo creo que Saddam perdió el norte militar de la situación porque se creyó Napoleón y perdió de vista que el deber de un presidente es proteger a su gente, a su historia y al país mismo. Porque las guerras no se ganan con promesas de aliados, ya que éstos tienen la irritante costumbre de traicionar. Por eso digo que empaparse de historia propia antes de empezar una guerra no es tan descabellado como parece. Le cuento por qué.

Resulta que árabes y persas estuvieron en contacto por muchísimos siglos con China a través de la Ruta de la Seda. La relación primordialmente comercial pero también militar con China, incluyendo algunas guerritas, nos hacen creer que no son ajenos en el Medio Oriente a principios militares y metafísicos chinos del mismo nivel que los griegos, italianos, judíos y misioneros católicos aprendieron en ese país. Sin embargo, embotado que tienen el cerebro por la religión, nunca atinaron a pensar que un ejército invasor no se detiene aventándole libritos religiosos, aunque sea el Corán. Eso es lo malo de las teocracias: Confunden la religión con la guerra, y por eso Irán también será invadido.

Pero no creo que la extraña situación en Oriente Medio sea exclusiva de la región. Pienso que aunque involuntariamente, en mucho hemos contribuido económicamente los mexicanos no-ladinos (y la mayoría de los países en Ladinoamérica), a la bonanza económica de Israel. Nadie se da cuenta de esto, fuera de las cámaras del Imperio del Mal, porque los obispos y gobernantes hacen -hacían, dijo el otro- bien su trabajo de lavarnos el cerebro para evitar que aprendamos a deducir y resolver situaciones.

Le diré cómo inagino que está ese rollo que explica la pobreza actual en nuestro país. Pero claro, será material de la próxima columna.


PERMANENTE UNO: Para que las peticiones del meteorito rojo funcionen a la perfección, necesitamos mensualmente desde un mínimo de tres peticiones quemadas (el número taoísta mágico), hasta el mayor número de participantes que quieran unirse, pues no hay límite.

Yo quemo una petición del meteorito rojo, mi compadre quema otra, así que ya tenemos dos, y mensualmente necesitamos solamente un oficiante más -Uno Solamente- para hacer al menos un triángulo esotérico y mantener activa la rueda de los desquites contra los enemigos de los mexicanos. Tarde o temprano, así nos tome un siglo, llegaremos al número que mantenga las peticiones del meteorito rojo en movimiento perpetuo.

Afortunadamente, al final de cada mes tenemos actualmente como cuatrocientos oficiantes en total que bajan las peticiones del meteorito rojo, más un número indeterminado a quienes esas mismas peticiones se distribuyen a través del correo electrónico por los lectores de esta columna. Es decir, ya somos un ejército de hacedores de rituales chinos. Chico o grande, pero somos un ejército invulnerable, invisible y anónimo. Los ladinos, obispos y rabinos no podrán tocarnos metafísicamente ni aunque sigan asesinando a diario niñas mexicanas para sus trabajos de magia negra contra los mexicanos nativos.

Yo pre-magnetizo personalmente cada una de las peticiones del meteorito rojo y no hay manera de que nadie las neutralice. Este temible ejército metafísico seguirá creciendo día a día. La cosa se va a poner mejor para nosotros, y peor para los chupa-sangre. Se lo garantizo yo.


PERMANENTE DOS: Aunque frecuentemente me preguntan los lectores acerca de la posibilidad de que yo ejecute rituales para ellos, mi contestación es siempre la misma: Con los rituales descritos en el libro Ocultismo Chino, la persona puede hacer por sí misma mejores trabajos esotéricos que los de cualquier cardenal o chamán profesional, y sin necesidad de divulgarle secretos íntimos a extraños. En cambio, el lector puede obtener de mi parte algo todavía más valioso y secreto: A falta de mejor nombre le llamaremos a este objeto "caja negra." Su función es buscar el punto metafísico más favorable que garantice a la persona, y a toda su familia viviendo bajo el mismo techo, no solamente lo mejor del presente, sino del futuro. Sin importar a qué se dedica la persona, el objeto ayuda al propietario a convertirse en el tronco generacional que sostendrá metafísicamente a la familia de allí en adelante para que se afiance en el presente y en generaciones posteriores, manteniendo hijos, nietos y bisnietos la buena suerte y el poder esotérico adquirido inicialmente. Así se evitan fácilmente fracasos y encarcelamientos futuros en la familia (o se logran liberaciones en el presente), calumnias, pobreza, mala salud, mediocridad... Aunque claro, ¿cuánto vale tan preciado objeto, lo mejor del arte metafísico, que otorga tanta ventura a tantas vidas? Si usted tiene que preguntarse qué precio tiene la "caja," es que no puede costearse el precio para adquirirla. Para mayor información al respecto basta mandarme un e-mail (visionpf@direct.ca).


PERMANENTE TRES: Debido a la inquietud de algunos lectores de diversas nacionalidades por obtener el libro Ocultismo Chino pero que por diversas causas no pueden comprarlo por Internet, Vision Press Films pone este libro a disposición de librerías de cualquier país interesadas en venderlo directamente a sus clientes.

Para órdenes y/o informes, comunicarse por correo electrónico a visionpf@direct.ca.


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* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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