Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #79: El Billonario Que Compró Su Muerte

Tener riqueza, dicen en China, no es suficiente. También hay que saber utilizarla.

Si el rico es inteligente, comprará lo mejor del mundo en cuestiones de seguridad y de metafísica ya que pillos y desgracias acaban fácilmente con las fortunas más grandes. Pero nada que sea de primera clase se encuentra tirado en la calle. Los métodos para garantizar la buena seguridad y la prosperidad continua no están a la vista del público. Hay que saber dónde buscarlos primero, y luego pagar por ellos sin pichicaterias.

El dinero en abundancia es buena cosa, lo malo es que los millonarios son vulnerables a toda clase de peligros y necesitan protección adecuada. Lo mismo narcos, que secretarios de gobierno, hermanos de presidentes y grandes empresarios, pueden hacer mucho dinero fácilmente pero también perderlo en la misma forma. Y lamentarse de ello el resto de sus vidas. Otros no pierden la libertad ni el dinero, pero sin saberlo compran su propia muerte. Y es que a los ricos nadie les puede dar consejos, pues creen saberlo todo.

Para ejemplo este crimen. Asesinaron hace meses en Mónaco al multimillonario Edmond Safra, uno de los hombres más ricos del mundo. Safra era hábil en las finanzas pero nunca entendió la esencia del dinero. Su fortuna fue precisamente la causa de su muerte prematura en forma por demás lamentable, tratándose de quien se trataba.

Safra era "banquero privado.'' Personalmente hacía pocas transacciones para otros, pero de gran monta. Financiaba sus propios negocios, invertía el dinero de otros, y ayudaba a empresarios a encontrar capital abundante a cambio de jugosas comisiones. Su emporio financiero, aunque relativamente pequeño, incluía dos bancos y se extendía por todo el mundo.

Safra era considerado primero entre sus iguales ricachones y empleaba ayudantes para mantener su fortuna en movimiento y produciendo más dinero, pero ninguno le advirtió que lo más importante para un millonario es comprar buena suerte. Mucha buena suerte. Si en general todos necesitamos suerte, los muy ricos la necesitan más pues nadan rodeados de tiburones.

(Un conocido y rico mercader de armamento militar, árabe por cierto, no se anda por las ramas y tiene constantemente a su lado a un especialista en rituales que se encarga de limpiarle el camino de obstáculos. Aún así no se ha librado del todo de varias sacudidas financieras, y los americanos lo acusaron de blanquear dinero y hasta lo extraditaron de Suiza a los USA. Lo encarcelaron provisionalmente mientras lo investigaban.....y aunque usted no lo crea los güeros no lo pudieron entorilar definitivamente. El cordero se le salió de los colmillos al tigre, caso insólito. Hoy anda libre por el mundo, a sus anchas y feliz. De seguro su libertad dependió en mucho de rituales poderosos. Se ve que el tipo sabe para qué sirven las fortunas.)

En cuanto a Safra, la buena suerte que traía de nacimiento no le alcanzó para librarse de morir a manos de otros. Se le acabó la viada y le arrebataron la vida. No murió en su cama, pues el riesgo de ser muy rico es que el dinero atrae enemigos como la miel atrae moscas. O como el olor de la sangre atrae a mastines hambrientos.

Aunque ya sabemos que al final Safra se apendejo, un rico no es usualmente persona de chata inteligencia. Se necesita ser muy vivo para hacerse de millones de dólares, pues contrario a lo que dicen los románticos, los poetas y los soñadores, la realidad es que ningún millonario empieza realmente ``desde abajo.'' O hereda su fortuna, o la roba, o la blanquea, o le pega al gordo en la lotería, pero con el puro sudor de la frente nadie ha levantado mansiones. Si usted duda esto, pregúnteles a los cuates que a pico y pala abren zanjas en las calles, o a los campesinos, a los obreros. Dicen los ricos que tienen mucho dinero porque trabajan de sol a sol, pero y los demás qué hacemos, ¿chuparnos el dedo en la mecedora?

Aunque en 1999 fue señalado por la revista financiera Forbes como uno de los billonarios más ricos del planeta, o quizás por ello, Safra era investigado por autoridades norteamericanas que sospechan que blanqueaba en sus bancos dinero malhabido de las mafias rusas. Al menos corrían rumores de que Safra les hizo tablas una lanita a los mafiosos rusos y éstos ordenaron asesinarlo. Ya en 1994 American Express lo acusó públicamente de blanquear dinero.

Al menos el banquero tenía dinero extra para acumular una impresionante colección de arte y viajaba en su propio jet. Vivía como funcionario priísta en el hermoso principado de Mónaco. Ocupaba el penthouse de un exclusivo edificio de apartamentos decorado como el palacio de un sultán y cuyas escandalosas dimensiones, considerando que ese país es una caquita en tamaño, son del tamaño de una enorme manzana.

Edmond Safra, judío sefardita, nació en 1932 en Beirut, Líbano, a donde sus padres llegaron de Siria. Habían sido traficantes de oro en el triángulo Siria, Turquía y Egipto. Después la familia emigró a Italia en 1949, donde Safra inició su aprendizaje en varios bancos de Milán. Luego se fue a Brasil en 1952, y de allí a Suiza en 1956. En 1966 Safra abrió un pequeño banco en Nueva York, banco que al momento de su muerte excedía los dos millones de clientes, con 86 sucursales en cinco países. Aparte, el banco ofrece a través de 36 oficinas servicios especiales a 30.000 altos financieros de todo el mundo. El cherry en el cake era otro banco de su propiedad más chico, pero muy rentable, en Luxemburgo.

Al momento de su muerte Safra apenas había negociado la venta de sus bancos a un consorcio chino en diez mil millones de dólares. O sea, con ese dinerito estaba a la par de cualquier expresidente mexicano.

Dentro de lo que cabe, Safra cuidaba bien de su privacidad, lo que indica que tenía sentido común. Además de su dinero, tenía que velar por su esposa y nieta, que vivían también en el penthouse. No le gustaba a Safra poner tentaciones a otros, por eso vivía en el paraiso de Rainieri, nido de millonarios donde su fortuna no llamaba la atención. Pero los mafiosos rusos, a quienes dicen despojó ilegalmente de dinero sucio sabiendo que no lo podían demandar legalmente, son famosos por perseguir y asesinar a sangre fría a quien los traiciona. Las mismas autoridades le aconsejaron a Safra que se rodeara de más guaruras pues cuicos de varios países recibieron el soplo de que en la calle había jugosa recompensa para quien le diera caña a Safra.

No está clara la identidad de la agencia de seguridad que proveyó a Safra de guardaespaldas, pero la regaron. Lo que se sabe es que todos los guaruras que le mandaron eran judíos exagentes del servicio secreto israelí, el Mosad. Rodeado de gente de su propio grupo étnico, Safra se creyó seguro. Hoy vemos que esa confianza fue un sueño guajiro del banquero. Sin que el lo supiera, en el más allá la Huesuda ya había anotado su nombre en el Libro de los Muertos.

Safra ignoraba, como evidentemente lo ignora también la compañía de seguridad que empleó, que lo primordial en un guarura no es su habilidad para disparar ni el que jure que protegerá con su propia vida a quien le paga, sino su carácter oculto. Es una estupidez pensar que por unos dólares el guarura está dispuesto a morir para que su patrón rico siga coleando.

Lo malo es que en cuestiones de seguridad no todos los que dicen que saben están enterados de los puntos finos del oficio. Antes de contratar a un guarura hay que saber sopesar visualmente y en fracciones de segundos su corazón para descubrir si es un matón o un guardia convencional. Porque si el guarura es perverso, traicionará a su patrón y el remedio sale peor que la dolencia. Generalmente ``Tu asesino es quien está más cerca de ti'' y nadie puede proteger a la víctima de un atacante infiltrado en el personal de seguridad.

Por eso Safra murió prematura y relativamente joven. Inocente y trágicamente le mandaron a su verdugo, de nombre Ted Maher, no a un guardaespaldas. Resultó ser un asesino pagado por su propia víctima.

El asesino de Safra (y de una enfermera filipina que se encontraba en el apartamento y murió sofocada junto a su rico patrón) entró a su servicio cinco meses antes ``con las mejores recomendaciones.'' Maher le servía de guarura y también de enfermero, así que su presencia cerca de Safra era necesaria. Joven (31 años), intrépido y judío, Maher fue Green Beret (boina verde), o soldado de élite en el Ejército norteamericano. Y nadie cerca de Safra tuvo el método adecuado para detectar los negros pensamientos de Maher. El apartamento tiene un sofisticado sistema de seguridad consistente en video cámaras y pesadísimas puertas de acero. El sistema está diseñado para evitar intrusos en el suntuoso penthouse, pero Safra literalmente ``le abrió la puerta al tigre'' al permitirle a Maher aposentarse dentro de la fortaleza.

Para llevar a cabo su fechoría Maher obviamente contó con la complicidad del jefe de guaruras de Safra, quien sospechosamente salió de la ciudad la noche del crimen y dejó al confiado banquero en manos de su ejecutor. Maher simplemente provocó un incendio dentro del lujoso apartamento prendiéndoles fuego a unos papeles. Al detectar humo, Safra se malició la razón y rápidamente se refugió y parapetó junto con su enfermera en uno de los baños. Desde otra parte del apartamento la esposa de Safra logró comunicación con el por medio de un celular, y ella misma llamó a la policía.

Bomberos y cuicos arribaron a tiempo para rescatar a Safra, pero el no pudo activar el mecanismo electrónico que abre y cierra las pesadas puertas blindadas. Murió asfixiado por el humo y en compañía de la enfermera. Todo porque el fuego activó la alarma electrónica y esta bloqueó instantáneamente las puertas para evitar la entrada de extraños. No hubo pues manera de abrirlas a tiempo ni por dentro ni por fuera, ni automática ni manualmente, y el baño-refugio del banquero quedó herméticamente sellado cual caja fuerte. Un auténtico féretro de metal para Safra. Y así de feo murió uno de los más ricos hombres en la Tierra, inhalando humo, espantado y atrincherado en una letrina de su castillo de metal.

¿Y el asesino? Pues el cuate ni preocupado está. Parece ser que seguía órdenes de alguien poderoso que deseaba la muerte de Safra y por lo tanto se espera que al final salga bien librado.

Maher nunca confesó quién le ordenó el trabajito y está alojado en una prisión tan lujosa como el penthouse de Safra. Por fuera y por dentro la única cárcel en Mónaco parece lujosa mansión. Está situada en uno de los más elegantes barrios del minipaís, donde cada metro cuadrado de terreno se cotiza en cientos de miles de dólares. Tiene bellos jardines, y hermosa vista al Mediterráneo. Las celdas son cómodas, con aire acondicionado, y es del dominio público que esa cárcel es más lujosa que muchos hoteles del área. La comida es preparada diariamente por tres chefs y en los fines de semana los presos pueden beber champaña. En la cárcel de Mónaco no hay presos, les llaman "clientes,'' y los guardias son en la práctica cual atentos empleados de hotel. Por el momento al servicio de Maher.

A ver si la viuda, heredera indiscutible de la fortuna de Safra, se pone más lista, aunque nadie aprende en cabeza ajena.

HAY QUE MOVER LA CARRETERA, NO EL CERRO:   Andamos mal en cuestión de maestros y de maestros de los maestros.

Lo mismo en la UNAM que en las demás universidades ``a la mexicana,'' la educación pública y privada ha hecho un país de nangos guiados por otros nangos. Vamos al despeñadero sin remedio, sin pausas y sin meter las manos.

Aunque los gobernantes, las Fuerzas Armadas y el poder Judicial son los escaparates principales de la incapacidad y falta de buena educación, todos (sin excepción) los niveles sociales en México están viciados por la incapacidad, por el fanatismo religioso, por el nepotismo y por la ignorancia. Aquí pocos saben, pero todos inventan con tal de aferrarse a la chamba. Somos un pueblo ``educado'' por maistros con orejas de borrico.

Vea esto. Un académico e instructor de policías en las secretarías de la Defensa, de Marina y del Centro de Investigación de Seguridad Nacional dice que el único remedio para acabar con la ineficiencia y corrupción de las autoridades es despedirlos a todos, especialmente a los jefes, y contratar nuevo personal "con un nivel educativo superior y una nueva cultura."

Tal solución de quita-y-pon la presentó el maistro muy quitado de la pena, como sesuda ponencia ante el congreso del estado de México. También sugiere que para hacer eficiente a la Policía, hay que pagarles a cada uno de los agentes 10 mil dólares al mes "porque eso gana más o menos un narco.''

Añadió que ``actualmente para ser policía judicial federal se requiere preparatoria y para ser judicial del estado, secundaria. Pero se necesitan policías con nivel de educación más alta y entrenamiento más caro.'' Pero y si estuvieran más educados, ¿para qué querrían trabajar de viles cuicos? Una persona bien educada lo primero que haría sería cuestionar las ordenar de reprimir a la indiada. Precisamente por eso los cuicos de todos los países tienen baja educación, para que cumplan órdenes a lo buey.

El descocado ponente ignora que uno de los principios más elementales de estrategia (Sun Tzu) es ``adaptarse a las circunstancias.'' Cuando el zapato aprieta hay que recortar el zapato, no el pie. ``Cuando un obstáculo es demasiado grande no hay que derribarlo, solamente hay que sacarle la vuelta.'' Para decirlo pronto, hay que cambiar las veredas, no los cerros.

Para poner remedio a la corrupción y la ineficiencia policial no hay necesidad de despidos ni cambios de leyes. Basta con tener y aplicar un buen método y los mañosos solitos se ceñirán al nuevo orden tan fácil como se indisciplinaron. Nada se soluciona despidiendo a los mandos superiores y medios, pues el problema es precisamente que no saben lo que hacen. (O si lo saben, se hacen pendejos.) En consecuencia la mala leche se extiende desde arriba hasta el nivel más bajo. Si papá cangrejo camina chueco, no le puede enseñar al hijo con el ejemplo a que camine derecho. Como pasa en Hacienda. Si ``El Chocolate'' Gurría es pillo, no puede exigir honestidad a los contribuyentes. Igual problema presenta la Presidencia de la República.

Ya de por si es problemático separar delincuentes de personas decentes. Si encima los jefes de policía son delincuentes, la cuicada se desmoraliza y el desmadre se generaliza. Los policías no van a cambiar de conducta solo con ir a la escuela dos años más, hay que hacerlos invulnerables a la corrupción. Igual pasa en el Ejército. Por eso dicen en China, ``Cuando las Fuerzas Armadas carecen de ética militar, cuicos y soldados se convierten en caciques y bandidos.'' Y eso es precisamente lo que pasa en México.

Lo que aprenden actualmente los policías y soldados es inútil para su trabajo y cambiar el personal no remedia nada pues la raíz del problema sigue intacta, como ha sido demostrado al paso de los años. El sistema de enseñanza a las Fuerzas Armadas no produce beneficios ni para los uniformados ni para la ciudadanía.

Conclusión: Si la cabeza anda mal, los subordinados andarán mal y eventualmente destruirán a sus líderes. Un gobierno sin buenos maestros es como una familia sin buen padre. Sin la dirección debida la ansiedad y el decaimiento prevalecen y por eso hay caos en lugar de orden. Si ya de por si el que se incorpora a la Policía o al Ejército da muestras de carecer de sentido común, sin la guía adecuada será un animal uniformado y con pistola.

Pueden cambiar-renovar a toda el personal, como sugiere el experto, pero en seis meses (sino es que antes) estarán igual de maleados a los que se fueron.

GENEROSIDAD SINCERA:   Mientras los teletones de Azcarraga Tres y demás ladinos perversos esquilman al pueblo con el insincero pretexto de ayudar a los necesitados, hay extranjeros que realmente sienten la pobreza de los mexicanos y hacen mucho por aliviarla.

Sin aspavientos, sin cámaras de Televisa con merolicos ladinos gritándole a la gente que les de dinero, en la Federación Alemana de Fútbol destinaron millón y cuarto de dólares a un programa de becas a los niños de la calle en Guadalajara. Ayudan también a la casa-cuna de Querétaro, buscan dar techo a los sin casa, y financian servicios médicos a las madres solteras en Querétaro. Hasta han adoptado niños mexicanos los jugadores alemanes.

Mientras los federativos ladinos en México gozan sus fortunas lejos de los pobres, los futbolistas alemanes tienen más generosidad. Y es que los ricos mexicanos necesitan más dinero que los pobres, de ahí que no solo no donen parte de sus fortunas, sino que las incrementen engañando a los pobres para que les den dinero en los teletones.

Mientras en México los ladinos dueños de equipos y jugadores de fútbol (y directivos como Borja, Lebrija, et al) cobran auténticas fortunas y nunca se desprenden de un peso para los necesitados, los alemanes sin tener obligación alguna tienden su mano para sacar de la tragedia a quienes no tienen otra salida. Lo hacen porque lo sienten de corazón, no porque se los hayamos pedido.

Los funcionarios mexicanos pillos (como los secretarios de gobierno) acrecientan sus fortunas a costas del pueblo, y los alemanes dan su tiempo y dinero para ayudar a pesar de la distancia. De seguro tendrán muchas cosas que hacer en su país, sin embargo se dan tiempo para organizar comidas al aire libre y juegos de futbol en Alemania para recolectar dinero.

De las millonarias sumas que Azcarraga Tres cobra por publicidad en sus televisoras, ¿cuánto da a los pobres? Nada. Al contrario, se los quita. El, como los políticos y empresarios mexicanos, están para que los pobres les den, no para dar a los pobres. Ésa es la diferencia entre alemanes y judíos-ladinos mexicanos. Los europeos se conmueven por los necesitados mexicanos y los nacionales no hallan como robar más dinero para ellos mismos.

Recordemos que los rituales chinos son para aplicar justicia a los sanguijuelas que chupan sin parar la sangre al pueblo. Y también para desear de vez en cuando lo mejor a quien desinteresadamente nos tiende la mano.

No hay que tomar a los enemigos (los ladinos-judíos-criollos) por amigos.

PRINCIPIOS DE DINERO:   Para hacer dinero rápido y con capital reducido no es conveniente producir, sino distribuir. ¿Para qué hornear pan si se puede vender el que hornean otros? Esto evita invertir en hornos, empleados y almacén para guardar el producto. No hay que sudar la gota gorda ni quemarse los ojos cuidando que no se queme el pan. Ni tener gran capital.

Con unos cuantos pesos cualquiera adquiere para revender productos variados que no podría producir. Inténtelo, y verá que en poco tiempo se convertiría en próspero comerciante. Y ni cuando tenga mucho dinero piense en producir.

NUESTRO FÚTBOL:   Que dizque quieren al sargento Lapuente de técnico en Espagna (sin eñe), según nos cuenta el mismo.

Ojalá que sea cierto. A ver si así prospera la selección nacional, a ver si así dejamos de hacer corajes los aficionados.

Pero en Europa ya saben de qué juegan los futbolistas y no van a dejar que Lapuente haga experimentos pendejos cambiándolos de posición.

#2. Pobre Maradona. Empieza a darse cuenta que si futbolísticamente fue un dios en la Tierra, con piernas que alguna vez jugaron celestialmente al fútbol, fuera de la cancha es un ser común y corriente. Más corriente que común.

Hace años, cuando Maradona empezaba a destacar - gracias a la maquinaria de publicidad ladina que en fútbol y en todo impulsa solamente a los suyos - y se discutía la posibilidad de un juego entre las selecciones nacionales de Argentina y México, el arrogante Maradona de entonces se molestó y espetó, "¿Y quién es México?"

Y casualmente el juego no se hizo.

Con el tiempo su adicción a las drogas perdió finalmente a Diego. No hay ayuda efectiva para un adicto a los estupefacientes porque es presa de sus propios deseos y emociones. Ni clínicas ni familiares pueden sacar del abismo a quien no lo desea. Lo se demasiado bien, pues he perdido amigos en esa forma.

Mencionaré un incidente. En mi juventud tuve un amigo que cuando examinadores americanos nos hicieron una prueba de inteligencia, su nivel fue oficialmente de genio. Era el primero en todo, desde astrofísica a deportes. Me tenía con la boca abierta, aunque me di cuenta que empezaba a aficionarse a los estimulantes. La vida nos llevó luego por distintos rumbos. Yo tuve maestros que me enseñaron a dominar mis antojos, y aparentemente el se dejó llevar por sus demonios. Diez años después, al hacer un alto en un semáforo, inesperadamente lo vi nuevamente a través de la ventanilla derecha de mi vehículo. Estaba parado en la esquina con mocos y babas corriéndole libremente por la cara y camisa. Tenía las manos en los bolsillos del pantalón, la vista fija en el suelo y una sonrisa bobalicona plasmada en su rostro abotagado. Un drogadicto diplomado. Otro genio vertido en la coladera.

Volviendo a lo de Maradona. No me extrañaría nada (y conste que no lo deseo) que un día de éstos algún niño le pregunte a su mamá, al ver a un guiñapo humano en alguna esquina de Buenos Aíres y oír el nombre, "¿Y quién es Maradona?"

#3. Cada vez está más horrible, si tal cosa fuera posible, el uniforme de la selección mexicana. Es una auténtica cochinada, producto natural de la raquítica mente de los federativos mexicanos. Si estos explotadores no quieren pagar un diseñador para un buen uniforme (y para los trajes de calle de los seleccionados), al menos deberían tener talento para copiar uno de tantos uniformes bonitos de otros equipos del mundo. En el internet hay ejemplos de uniformes bien hechos, aunque dudo que los ladinos mexicanos tengan el buen gusto para escoger hasta en lo que ya está hecho. Ni para eso tienen gracia.

METAFÍSICA:   "Todas las situaciones presentes," dicen en China, "son resultado de acciones pasadas."

Digamos pues que sin causa no hay efecto. De tal manera que el desmadre económico y político que sufrimos en México es producto de las tarugadas gubernamentales que panistas-perredistas-priístas han hecho en el pasado para perjuicio de nuestros abuelos, de nosotros , y de nuestros hijos.

Sufrimos las consecuencias de lo que les dejamos hacer antes a los ladinos y que hoy todavía les toleramos. Y tolerarlos es precisamente lo malo del asunto.

Pero con excepción de la muerte, todo tiene remedio. Podemos cambiar nuestro futuro sin necesidad de plebiscitos, de referéndums, de votaciones amañadas. Mucho menos hay necesidad de recurrir a la violencia armada o verbal. Simplemente hay que hacer rituales chinos y éstos serán la causa del efecto futuro que bajará del macho a los pillos en el poder. Imagínese que los opresores son patos en vuelo y los rituales son la escopeta para derribarlos.

Si los ladinos no fueran desalmados no estuviera el país en la crisis que sufrimos, y si no hacemos peticiones de metafísica ellos no se van a largar por su cuenta.

De nosotros únicamente depende el futuro de los ladinos. En nuestras manos está cambiarles su destino. A nombre de nuestros antepasados y de futuras generaciones de mexicanos.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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