Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #96:El Hombre Que Movió Montañas

Los gobernantes, industriales y banqueros mexicanos descendientes de gachupines de alpargata, nacen y crecen ciegamente convencidosde que la indiada nacional nace únicamente para adorar ladinos-judíos-criollos como ellos. Y no hay en México quien les quite la idea de la cabezota.

Igual ocurre en todo Latinoamérica, pero eso es rollo de ladinos e indios de otros países, así que hablemos de México.

Vicente Fox, presidente electo, presentó ya al grupo de personas que prepararán "la transición" gubernamental del priismo al panismo y "sin sueldo." Ya se resarcirán después de la transición. Transición en nombre solamente, pues entrantes y salientes son los mismos, pero hay que hacer el teatrito de costumbre. En tal pre-gabinete, como es de suponerse, todos son ladinos y expertos en el sutil arte político de dar atole con el dedo.

Nada cambiará pues con el PAN para el ciudadano común, y tampoco con los panistas habrá un ministerio que vele por los derechos de los indios mexicanos, ya que dizque en este país "todos somos iguales." Cómo no.

Pero verdad también es que los gobernantes no tienen la culpa que los ciudadanos no-ladinos toleren sus crímenes. Por eso Zedillo no ve la hora de pasarle ya el trono tricolor a Fox, su carnal étnico. El guión está escrito y nadie se va a salir del mismo. Por eso hoy me pongo mi sombrero de profeta (el de cucurucho, no el de tres vientos) y paso a vaticinar lo siguiente: El día de la toma de posesión de Fox, veremos un tinglado político diseñado para embaucar a cien millones de incautos. Y les aplaudiremos como focas de circo y con la boca abierta.

(Por lo pronto los "intelectuales," columnistas, articulistas y comunicadores nacionales ladinos que antes cobraban en el PRI ya corren descaradamente ["y sin sueldo todavia"] tras la [coca]cola de Vicente Fox dando un espectáculo verdaderamente lamentable frente al presidente electo. Qué poco vale en México la dignidad humana. Por un plato de chilaquiles babean como niños chiquitos y se dan por bien servidos, lo único que ansían es que Fox los ubique en el mundo. La cosecha de lambiscones ladinos, por lo visto, nunca se acaba. Se pregunta uno, ¿quiénes serían sus maestros, sus padres? Y lo peor, ¿qué clase de hijos formarán? ¿Fue tan inútil lo qué estudiaron que ahora deben ganarse la vida lustrando botas con la lengua? Hace semanas aseguraban ésos mismos cuates, sin que nadie les preguntara, que no votarían por Fox y daban mil razones para justificarse. Hoy dicen los muy cabrones que votaron por Fox y le ofrecen al ratón vaquero ayudarle "a cambiar al país." Por un chequecito mensual, desde luego. "El enemigo de ayer es el amigo de hoy," y volverán a ser sus enemigos en cuanto el cowboy termine su mandato.)

En fin. Volviendo al platillo principal, los ciudadanos mexicanos se merecen lo que toleran en la Presidencia. (Los chilangos están peor, votaron por el represor PRD a pesar de las villanías del procurador del Villar). Por lo pronto Fox ya advirtió que elevará los impuestos. Amenaza también con gravar los alimentos y las medicinas con el IVA. Y eso que todavía no empieza a gobernar. Espérese y nos cobrará por el aire que respiramos y por el Sol que nos alumbra. Dije hace meses que al pueblo le iría peor con el PAN porque los panistas llegan hambreados, y sus acciones confirman mis advertencias.

Y para asegurarse que los ciudadanos mantengan su espíritu agachón, los ladinos panistas-priístas-perredistas ya avisaron que "primero muertos que entregar el Gobierno a no-ladinos."

Y no es para menos. Porque si usted entra a las instalaciones de Hacienda y a las bóvedas bancarias donde se almacena el tesoro nacional, y camina entre el mar de lingotes de oro y cerros de papel moneda de todas denominaciones, entiende por qué los ladinos no entregarán nunca voluntariamente el poder gubernamental. Y eso que en ésas bodegas no hay valores intangibles como las entradas de dinero por la venta de recursos naturales. Imagínese, si los ladinos matan gente a montones por el control de pinches alcaldías de villorios, ¿qué más no harán para mantener el tesoro nacional en sus regordetes dedos de hot dog? Bien dicen los canijos, "primero muertos."

Y si se les reclamara directamente a los panistas-priístas-perredistas el por qué no hay indios y mestizos en puestos importantes de gobierno, contestarían con carita de inocentes que "los nativos no están capacitados para ésos puestos." Lo cual es verdad, pero a medias.

Verdad es que no hay muchos mexicanos capacitados a niveles de ministros, donde los ladinos generalmente tienen maestrías en universidades extranjeras, pero únicamente porque el sistema educativo mexicano está diseñado por los ladinos precisamente para que así sea. Ellos en cambio tienen dinero (y becas y préstamos sin intereses que se otorgan entre ellos financiados directamente por el tesoro nacional) para recibir educación privada nacional y extranjera de buena calidad. Acuérdese de los trinquetes del Chocolate Gurría para estudiar en Inglaterra a costillas del erario público. Mientras tanto, al mexicano de abajo lo educan con el pinche texto gratuito, con maestros chafas de cabeza hueca y con curas degenerados que forman en los estudiantes lo que yo llamo "mentalidad de reservación india."

¿Y qué es la mentalidad de reservación india, tu? Ah, para saber eso tenemos que remontarnos al pasado. Digamos al México de hace cuatro siglos. Sabemos por experiencia que los puritanos y mojigatos europeos y sus descendientes en las Américas tienen el mal hábito de hundir la más gente que pueden en mazmorras. De manera que los asesinos-ladrones-explotadores espanholes que sin invitación nos cayeron antes, y sus descendientes nacidos aquí después, fueron y son gentes de negro corazón que nomás están buscando encarcelar a los más dejados. Léase a la mexicanada.

Porque la historia de América dice que si los americanos importaron negros de Africa para mano de obra evitando así sublevaciones futuras de los nativos, en México la fórmula empleada por los de alpargata fue otra pero con resultado casi similar.

Claro que hoy nos presumen los ladinos mexicanos que dizque ellos no fueron tan crueles como los americanos, ya que es vox pópuli que los güeros mandaron a la indiada americana que les sobró a las reservaciones para evitar posteriores reclamaciones de tierras. Ya lo dijo descaradamente un su día el actor John Wayne, "Yo siento que no hicimos mal en quitarle sus tierras a los indios. Nosotros ya éramos muchos y necesitábamos nuevas tierras y los egoístas indios no querían compartir sus tierras." (Ni Hernán Cortés se lo hubiera platicado mejor a Carlos V). Claro que ya guardaditos, los indios piel roja perdieron todo deseo de recuperar sus tierras y de escalpar cabelleras rubias sin previo permiso de los donantes.

Pero a la indiada mexicana no nos fue mejor con los gachupines, que a los apaches con los anglosajones. Y creer lo contrario es creer que la muerte se pudiera evitar.

Tan está peor la indiada con los gachupines, que a diario vemos que los mexicanos arriesgan la vida para cruzar la frontera norte a la brava y meterse a USA huyendo del paraíso gachupín-panista-perredista-priísta.

Los ladinos mexicanos saben bien como someter a indios y mestizos sin utilizar muchas reservaciones al estilo gringo, sino aplicando grilletes mentales al pueblo que les permita explotar gente de la manera más cruel y despiadada. También saben usar el alcohol como arma de represión. Gurría el de Hacienda ni impuestos les cobra a los cerveceros y tequileros para que puedan vender más barato el alcohol a la indiada. Así se emborrachan más seguido los nativos y ya briagos ni piensan en sacudirse el yugo ladino.

Y así, entre borracheras baratas y crudas caras, se nos fueron cinco siglos. Y la locomotora gachupina pita y pita, sin que a ningún mexicano se le ocurra descarrilárselas.

Por vivir habitualmente rodeado de ruina y marginación, el mexicano común no piensa en ser líder de nada y nadie le ha dicho tampoco que puede serlo si lo quisiera. Su mentalidad está formada desde la niñez para que no sea ganador, para que no les dispute jamás el poder a los ladinos, para obedecer y no dar órdenes.

Los ladinos mexicanos en el mundo del entretenimiento tienen encomendada la labor de hacer creer al pueblo que su naturaleza mexicana es dizque "cálida" cuando en realidad es agachona. Dicen que dizque el mexicano es "hospitalario" con los extranjeros, cuando lo que pasa es que es dejado porque así conviene a los gachupines. Dicen que el mexicano es "humilde" cuando es realidad es medroso, timorato.

¿Cuál es entonces la solución para el problema del indio y mestizo mexicano? ¿Hincarse y doblar la cabeza cinco siglos más como exigen y esperan los charros negros y los gobernantes ladinos?

¡Por supuesto que no! La mejor solución para el caso mexicano sería utilizar el método de rituales chinos y estrategia militar china. Éste método es más tardadito que bajar ladinos a plomazo ardiente, pero a la larga es mucho más efectivo y sus efectos más duraderos. Y lo mejor de todo, sin consecuencias legales.

Por ejemplo. El mexicano oprimido de hoy día no tiene necesidad de armar revoluciones ni protestas callejeras. Tampoco tiene que irse al cerro y convertirse en alzado picado de mosquitos, mucho menos hacer bola en grupos políticos radicales. Después de todo, los ciudadanos descontentos acaban siendo utilizados por líderes sinvergüenzas que al hacerse de poder político abandonan a sus seguidores. Así sucedió en la cacareada e inútil Revolución de principios de siglo veinte, y así está sucediendo hoy mismo con el movimiento del vivales subcomandante Marcos. Además, en un grupo de rebecos nunca falta el espía infiltrado, el resentido, el miedoso o el chantajeado miembro que a cambio de dólares entregue a sus cuates, quienes usualmente terminan el resto de sus días en el botellón, cuando no fusilados. La Historia dice que así es en la mayoría de países y México no tiene por qué ser excepción.

La estrategia china aconseja que para neutralizar a opresores enconados los ciudadanos tienen que tomar las cosas con calma aunque sin quitar el dedo del renglón. Hay que aprender a solucionar primero los problemas diarios con estrategia y rituales ya que el principio aplica igual para neutralizar al mal vecino, al abusivo tendero de la esquina, a la transnacional que contamina las tierras fértiles, al policía abusón, al agente de la migra sádico, al patrón explotador, a los conquistadores en el poder, o a los malosos racistas. Ni los países jodones y chingaqueditos están a salvo de éste método.

Lo único que se requiere para que el método funcione es perseverancia, pues con ella se pueden mover montañas y ríos. Hay que alargar el tiempo y no desesperar si los resultados no son evidentes en unas horas. En cuestión de rituales chinos hay que pensar en términos de décadas y no de meses. Si el objetivo se alcanza antes mejor, pero es preferible no auto-estresarse buscando soluciones inmediatas, especialmente cuando de cambiar gobiernos se trata. Hay que recordar que "Una vez encontrada y analizada la dificultad, aplicar la solución es siempre la parte más fácil." Más fácil, en realidad, de lo que muchos se imaginan.

La mejor defensa de pueblos subyugados no es la sublevación violenta sino la lenta aplicación de rituales. Parece contradictorio, pero no lo es. Los países africanos llevan siglos sublevándose y no han alcanzado por la fuerza de las armas ninguna solución favorable a su población. Irlanda, Israel, Colombia, también sufren problemas de guerrilla pero con las armas en la mano no se ve por donde alcancen la paz. En México hay guerrillas pero no buscan mejorar las condiciones políticas en beneficio del pueblo, sino avanzar a ciertos grupos políticos ladinos en la participación de poder, como hace el grupo de Marcos. Pero aún si algún día un grupo legítimo de descontentos se alzara, el Ejército mexicano con su medio millón de efectivos sofocaría fácilmente cualquier movimiento de rebecos.

La experiencia militar oriental demuestra que únicamente los rituales chinos producen cambios políticos estables. Y los resultados son más evidentes cuando la creatividad individual es abundante, cuando el grado de necesidad en un país de cambios políticos es aguda, y cuando el grado de ganas en la gente para buscarle tres pies al minino es alto. Desde luego que éste misterioso método militar-metafísico no se encuentra en ningún libro de historia occidental, pues es producto de mentes militares en China que después de más de cinco mil años de conflictos armados diseñaron un sinnúmero de maravillosas tácticas militares-metafísicas de ataque y defensa que lo mismo sirven para derrocar gobiernos, que para mantenerlos en el poder.

La situación política actual en México no es tampoco para rasgarse el babero exigiendo respuesta de los dioses sobre el por qué el destino nos deparó la mala fortuna de nacer cargando en el lomo a los ladinos. Así es la vida en todas partes: Algunas veces estamos arriba y a nosotros nos tocó por el momento estar abajo. Pero dicen los taoístas que cuando las cosas llegan a su límite se regresan, y dado que la negra situación económico-militar en México llegó a su extremo, empezamos a vislumbrar un nuevo y brillante amanecer para los mexicanos y un anochecer largo para los ladinos.

Pero eso sí: Hay que apurar la llegada del nuevo día a base de rituales. Afortunadamente, porque así desean los dioses que suceda, cualquier mexicano sabe los rituales chinos para acelerar el cambio de poder político y económico a placer.

Los rituales y la estrategia militar china son armas invisibles pero letales y que pueden afectar gente por varias generaciones, al país y hasta al mundo. No hay ni cosas, ni eventos, ni personas nacionales o extranjeras que no puedan ser influenciadas por la metafísica-estrategia.

Y lo mejor: Los efectos de los rituales chinos, una vez que alcanzan su objetivo, no se pueden achacar legalmente a ninguna persona en particular ni a grupos en general aunque se tenga la certeza que de ellos vienen los ataques metafísicos. Y esto precisamente es el mayor terror de los tiranos ladinos, ya que no hay manera de saber cuántas personas hacen rituales y ni sabiéndolo se les podría acusar de nada, pues la ley no reconoce la metafísica como cosa juzgable. En cambio para los dioses no valen ni generales, ni tanques, ni Almoloyas, ni aviones, ni jueces, ni fiscales, ni espionaje ("inteligencia") militar, ni Ejércitos, ni cuerpos militares de élite, ni sigilosos satélites de reconocimiento, ni poderosos buques de guerra, ni el poder de los banqueros ladinos, ni retenes militares en carreteras.

El método militar-metafísico chino es la peor pesadilla que los ladinos puedan imaginar, pues el poder de quien hace los rituales es prácticamente divino por cuanto nadie más sabe lo que hace, ni en que grado de poder, ni la frecuencia de las peticiones, mucho quiénes son sus víctimas. Y lo peor para los ladinos es que, contrario a los Ejércitos, basta con que unos cientos de personas hagan los rituales para afectar al país, no se necesitan ni miles ni millones de peticionarios.

Por eso el método militar-metafísico chino es letal para la seguridad de los dictadores pues acaba sutilmente con ellos, con sus familias y con amigos sinvergüenzas. Como la neblina y la humedad que inexorable y lentamente avanzan cubriéndolo todo, los efectos de la metafísica penetran hasta el tuétano en las vidas de las personas y en el corazón de las instituciones nombradas en las peticiones, afectándolas hasta que las destruyen. Si el Cielo permite a los abusones, también permite la existencia de rituales para pararlos en seco.

Si cualquier ciudadano pusiera juntos los rituales y principios de estrategia y fisonomía militar en éstas columnas, y practica los rituales y aplica la estrategia en todas sus actividades diarias, empezará pronto a pensar como un líder. Y aún si ésa persona no hace más con ése material, probablemente sus hijos o nietos serán más creativos pues aprenderán a edad más temprana a manejar estrategia y rituales. Con, digamos, 20 o 50 columnas hoy, o con trescientas o quinientas columnas en el futuro, cualquier joven que las estudie crecerá fuerte de espíritu y con una mente capaz de resolver problemas fácilmente. No necesita más maestros. Sabrá más estrategia que los generales y más rituales que los vaticanos sin necesidad de vestir uniforme de chango verde ni sotana. El conocimiento, además, es invisible y la persona será capaz de analizar correctamente todo lo que ve. Nadie será capaz de engañarlo como ahorita hacen los ladinos y los charros negros con la indiada.

¿Se acuerda de aquél dicho que dice "Con el tiempo y un ganchito todo se alcanza?" Pues éste método es el ganchito para alcanzar lo que la persona deseé, sin importar qué es. Los chinos dicen que "La felicidad es tener lo que uno quiere," así que la llave para ser feliz está en su mano: Dinero, una familia fuerte, buen trabajo, prosperidad, o independencia del país entero, todo es cuestión de pedirlo en los rituales.

Alguien se preguntará, ¿y qué tal si los ladinos también hacen lo mismo con éste material metafisico? Déjeme decirle que no pasará nada malo. La información demasiado valiosa tiene valor para grupos en el poder solamente cuando nada más ellos la saben. Si todo mundo la sabe ya, ésa información depende únicamente de los números de gente que practiquen ésos principios. Déle éstos rituales a sus amigos y más debilitará al poder ladino. Y como los ladinos en México diez millones y los mexicanos somos 90 millones de gente mucho más creativa por tener más necesidad, la ventaja está con mucho del lado del pueblo.

Recuerde que aunque dos personas nazcan en la misma casa a la misma hora, su destino es diferente. Igual pasa con los rituales: Si los dioses permiten que la gente los sepa, es porque darán la mano a los peticionarios. Usted deje que los ladinos hagan lo que quieran, nomás no los suelte en sus rituales y peticiones. Un tigre encadenado hace muy poco por más feroz que sea.

Y ser paciente para efectuar cambios políticos en el país por medio de rituales no es negativo, ni mucho menos. Pero hay que creer y no perder la fe.

Al respecto hay una anécdota china que describe a un viejo de noventa años que vivía frente a una alta montaña doble que lo obligaba a rodearla para ir a cualquier lugar. Un día reunió a sus hijos y les propuso aplanar la montaña y hacer un camino recto al frente. Su esposa le decía que si a su edad no podía ni levantar una cubeta llena de tierra, menos podría cortar la montaña. El viejo insistió en su plan y su lógica era simple: Dijo, "Cuando yo muera mis hijos seguirán la tarea, y luego mis nietos. Y mis biznietos. Y después mis tataranietos. Con los años mi familia seguirá creciendo sin parar y habrá más y más mano de obra, pero la montaña no crecerá más, por lo tanto tarde o temprano la cambiaremos de lugar. No puede haber otro resultado final."

Pues eso mismo. ¿O seremos los mexicanos menos decididos y visionarios que un nonagenario, cuando tenemos el remedio exacto para nuestros dolores en la mano, y ni cubetas de tierra tenemos que cargar a la intemperie para lograr nuestros objetivos?

Recuerde que amargado es solamente quien no puede hacer nada para defenderse. Y ningún mexicano que sepa rituales chinos es amargado ni aquí ni en el extranjero.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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