(Maldición, otro aviso inclasificable: Debido a la prioridad del tema del huracán Isidore, el "desglose" de la traidora alianza entre el Gobierno mexicano y el Vaticano para apoderarse de la educación pública en México, será tratado no en ésta, sino en la próxima columna. Ni modo.)
Hay gobiernos ladinos, como el mexicano, que son más letales que el cáncer en perjuicio de sus propios ciudadanos. Priístas, perredistas o panistas, los malignos gobernantes mexicanos convirtieron a propósito y desde hace mucho tiempo a la población indígena y mestiza en un hatajo-atajo de tarugos. ¿Resultado? Pues que nadie atina aquí a quitarse ni un abusivo golpe de los gobernantes explotadores, mucho menos piensa en devolvérselo. Ya lo dice el refranero callejero: "Quién se encuentra un pendejo, ha encontrado un tesoro." Los principios chinos de dinero dicen la misma cosa, pero de otra manera: "Para hacer dinero en grande, hay que explotar tontos. Mientras más tontos sean, más riqueza producen."
Y a lo que se ve, no hay tontos-tarugos-pendejos más grandes y abundantes en el mundo que la mexicanada. Si no lo creé, compare el lujoso nivel de vida de los gobernantes ladinos con el de la indiada. Las descomunales fortunas de los ladinos en el poder no necesitan venirles de herencia, únicamente hay que hacerlos funcionarios --o mejor dicho, que sus hermanos étnicos los hagan-- para que inmediatamente se dediquen en cuerpo y alma a robar descaradamente al pueblo.
Con decirle que en México hasta las peores catástrofes naturales sirven a los gobernantes para hacerse todavía más ricos. Después de temblores y huracanes, se roban toda la ayuda nacional e internacional que la gente caritativa manda a las víctimas de los desastres. Hasta las tristes despensas oficiales (un kilo de fríjol y una lata [caduca] de sardinas empacadas por concesionarios militares quienes las venden al cómplice Gobierno a cien veces su valor real, alcabos que finalmente nosotros pagamos todo) se roban los gobernantes. Además, no sueltan ni un peso de ayuda oficial pues el dinero del erario sirve para luego dar contratos ventajosos de reconstrucción a cuates gachupines de los gobernantes. Así que no van todos ellos a desperdiciar el dinero del pueblo en ayudar damnificados. Lo escalofriante es que nadie se queja de esos chacales "humanos," hambrientos y desalmados.
Es decir, ese gobierno toleramos, ese gobierno merecemos. El que se encuentra un pendejo…
El peor ejemplo de la avaricia gubernamental es el reciente desastre en Yucatán, Chiapas y Quintana Roo a causa del terrible huracán Isidore que devastó los tres estados y dejó en su estela medio millón de damnificados sin techo, sin comida, sin luz eléctrica, sin medicinas, sin comunicaciones, y lo peor de todo sin empleos. Pero mientras los damnificados se hacinaban sin probar bocado durante los dos primeros días en los mal llamados "albergues," ni el gobierno federal ni los gobiernos locales soltaban dinero para proporcionar comida a las víctimas. ¿Y el presidente Fox?
Ah, durante lo más duro del huracán, Marta-y-Fox, vestidos elegantemente a la alta costura con el dinero del pueblo, servían de anfitriones en el Bellas Artes a una pandilla de "primeras damas" extranjeras gorronas y ladinas que vinieron con todos los gastos pagados invitadas por la despilfarradora Amigocha (nuestra María Antonieta de petate) a discutir "la pobreza infantil mundial." Hágame el cabrón favor. Huelga mencionar que en el jolgorio, organizado por la presidenta Marta pero pagado por todos nosotros, sobraron viandas y vinos que luego serían tirados a la basura mientras los damnificados mexicanos clamaban inútilmente en el sureste por un pedazo de pan siquiera, más algo de leche para sus hijos.
Para que Marta se invente cualquier pretexto y quede bien con ladinas extranjeras si hay dinero en las arcas nacionales, y mucho. Para los damnificados nacionales, ni un peso. Al contrario, a otro día de la fiesta, Marta-y-Fox fueron a pasear por el área devastada por el huracán sin llevar más que algunas despensas "donadas" por el Ejército (que ya las cobrará al Gobierno a precio de oro). A su regreso horas después, la "señora Marta" reunió a varios gobernadores para exigirles ilegalmente dinero en efectivo dizque "para los damnificados," dinero que ya sabemos acabará en su cuenta de banco personal en algún banco suizo o gringo, según se ve con su fundación, con la Lotería Nacional, y con los forzados donativos extraidos a empresarios "para los niños."
Pero las tropelías de Marta-María Antonieta son nada comparado con la avaricia panteonera del mismo presidente Fox, quien imitando burlescamente a los gringos, declaró el área "zona de desastre," pero sin dar ayuda oficial. Los gringos declaran zonas de desastres para liberar grandes partidas de dinero y ayuda material sin cortapisas burocráticas, pero aquí el Primer Ladrón solamente lo hizo de burla, al cabo que nadie se queja. Oficialmente, todos los días se venden al menos cuatro millones de barriles de petróleo mexicano al extranjero (aunque de seguro es más del doble), amén de lo recaudado en impuestos. Pero para los damnificados, verdaderos dueños del petróleo, no hubo ni dinero, ni comida, ni cobijas, ni nada. Toda la ayuda tuvo que ser privada, pues los gobernantes ladinos mexicanos están para robar, no para ayudar a nadie.
¿Y dónde está el dinero del Tesoro que debe servir de ayuda al pueblo en las emergencias? Pues en los bolsillos de Marta-y-Fox, y en los bolsillos de los mismos gobernadores de los tres estados más afectados por el huracán: Yucatán, Campeche y Quintana Roo (a ver cuándo le cambian el pinche nombrecito a este último estado). Si. A otro día del huracán, el gobernador de Quintana Roo se fue de vacaciones con sus cuates a Europa (a lo peor llevaba buen y tierno viejorron al lado para endulzar el fatigoso viaje) alegando "gira de trabajo." Exactamente como hizo el entonces presidente Zedillo a otro día de la masacre en Acteal.
Por su parte, el gobernador de Yucatán descaradamente recibió tres millones de dólares de Gobernación para ayuda emergente, mismos millones que procedió a embolsarse orondamente, diciéndoles en su cara a los sufridos sobrevivientes que él solamente podía "rezar por los damnificados." Al siguiente día, el mismo hijo de su chingada madre, digo el mismo gobernador de Yucatán, les pronosticó a los famélicos damnificados tiempos venideros muy duros y conminó a las yucatecas a que "pongan a sus maridos a trabajar," (en qué) avisándoles que no debían atenerse a las despensas (cuáles, pues), porque según él no iba a regalar muchas de ellas. Y aunque usted no lo crea, ningún damnificado amenazó siquiera con quemarlo con leña verde.
Es decir, esos funcionarios criminales toleramos, esos funcionarios nos merecemos. El que se encuentra un pendejo…
El presidente Fox fue más desvergonzado, ruin y criminal en su actitud hacia los sufridos damnificados: Ya sabemos que es despilfarrador del dinero nacional y está acostumbrado a hacer fastuosos viajes al extranjero en aviones llenos de sicofantes. Pero en lugar de aliviar las necesidades del pueblo azotado por la desgracia repentina del huracán, a otro día del fiestón en honor de las "primeras damas" extranjeras se fue a Yucatán a insultar a quienes lógicamente demandaban ayuda inmediata oficial. Alegando (falsamente, pues sí es facultad presidencial liberar partidas de dinero en emergencias) que él no podía disponer del dinero del erario. Así le dijo, en tono de molestia, al representante de los hambreados que quedaron en la ruina por el meteoro, aunque parados sobre la riqueza petrolera que egoístamente explotan los ladinos como Fox para su propio beneficio: "No hay que esperar ayuda oficial, hay que sacar el marranito," y le cerraba repugnantemente un ojo en insultante gesto de complicidad dirigido al damnificado pediche. Nadie se atrevió a decirle al presidente sinvergüenza que si hubieran quedado "marranitos" después del impacto del huracán, no le hubieran pedido ayuda a él. En ese momento el único marranito allí era Fox.
¿Por qué mejor no saca el presidente su propio "marranito" que es el Tesoro del país? México debe tener partidas de dinero en reserva para emergencias de ese tipo. O que pida uno de sus habituales préstamos por miles de millones de dólares a bancos extranjeros avalado por nuestro petróleo. Pero no, el dinero que pertenece al pueblo lo niega Fox pues ya planea repartírselo después a sus cuates ladinos quienes harán carreteras y casas con ofensivos márgenes de ganancias a costillas de los damnificados. Miente pues Fox al decirles a los pobres que se acercan a él que "no puede ayudarlos," pues está claro que lleva dos años ayudando a ladinos. ¿Entonces? Si un presidente no puede ayudar a los pobres en tales emergencias, para qué carajos nos sirve? Fox es veloz benefactor de sus hermanos étnicos ladinos, digamos los banqueros, pero verdugo de los verdaderos mexicanos.
Es decir, toleramos gobernantes ladrones, nos merecemos gobernantes ladrones. El que se encuentra a un pendejo…
Porque ningún damnificado le pidió a Fox limosna de su fortuna personal, le pidieron lo que como presidente tiene obligación de otorgar en casos de desastre. Primero Fox declara el área "zona de desastre," y luego, contradiciéndose él mismo, les espeta con su habitual altanería de encomendero gachupín a la pobre gente: "No hay que quedarse en casa esperando despensas y láminas (para techos) del Gobierno. Hay que dejar ese viejo espíritu de esperar ayuda del Gobierno." Dicho esto a gente de pueblos inundados, con las ropas mojadas de días, sin casas, sin empleos, sin servicios emergentes de salud, sin comida. Pero ya le andaba a la indiada por votar para presidente a un mocho panista muerto de hambre como el hacendado en Los Pinos. Lo unico que nos demostró el Sacamanteca Fox con sus hirientes palabras es que, como todo los gachupines mexicanos, es un hijo de puta con certificación de origen. Ignora el Primer Ordeñador que un gobernante debe conocer los tiempos de colectar impuestos y los tiempos de distribuir ayuda. Fox solamente sabe exprimir.
Y para que usted saque cuentas de la magnitud del robo gubernamental al pueblo y su desprecio a los mexicanos no-ladinos, aquí está el informe oficial de la Armada mexicana: Para ayudar a medio millón de damnificados en tres estados, los soldados de mar transportaron la fabulosa cantidad de…catorce mil bolsitas con una lata de sardinas y galletitas, sesenta toneladas de comida en latitas (no especificaron si también les dieron abre-latas, o si esperan que los damnificados las abran a pedradas), veinticinco mil botellitas de agua, y doscientas cuarenta toneladas de maíz en costales (serán gallinas los damnificados, pues ni siquiera fue harina de maíz, cómo lo van a cocinar?), y ya. Por eso el presidente Fox prohibió que cualquier agencia caritativa no-gubernamental repartiera comida en la zona del desastre, para evitar que se conociera la magnitud del crimen que se llevaba a cabo por el Gobierno. Ese informe de la Marina no merece ni comentarlo pues eso toleramos, eso merecemos.
El que se encuentra un pendejo…
Y la Cruz Roja estuvo sospechosamente ausente en la emergencia. Dónde están el dinero y materiales que con tanta avidez colecta cada año la Cruz Roja, supuestamente para ayudar a gente como los damnificados? Pues en los bolsillos de los directivos de la institución y en los bolsillos de Marta-y-Fox. Por eso se apresuró el presidente-delincuente a declarar que la única institución "autorizada" por el mismo para repartir ayuda en Yucatán era el Ejército. No fuera a ser que alguien notara que la Cruz Roja (y dinero y materiales) no aparecieron por ningún lado. Algo para recordar la próxima vez que nos pongan en la jeta un bote de colecta para la Cruz Roja.
Mucho menos cooperó en el desastre el Monte de Piedad de Manuel López Obrador, ni la Lotería Nacional de la segunda dama Marta, que se supone existen para utilizar sus ganancias en la "beneficencia pública." Ni hablemos de la falsa fundación benéfica de Marta, Vamos México. Con el dinero que Marta le paga a su bruja caribeña de cabecera, debiera mejor ayudar a los necesitados para que alguien la ayude a ella cuando esté en la miseria, porque del dinero robado a los mexicanos no les va a quedar nada a la pareja dispareja, ya se los dije: No se llevarán nada.
Y los curas chupa-sangre, dedicados día y noche a colectar limosnas, donativos y subvenciones gubernamentales, ni un peso donaron los vividores a los damnificados. Según dijo muy sonriente (¿de que se ríe el güey?) el cínico y panzón arzobispo Norberto Rivera, "El Gobierno no nos ha pedido ayuda." Ha de estar ciego y sordo Rivera para no conmoverse y ayudar sin que se lo pidan. Pero ésa es la "Iglesia de los pobres." No deje usted de ir a darles más dinero a los vaticanos, lo emplearán bien en darse los charros negros la gran vida mientras la indiada muere sin su ayuda. Vea el lujo con que viste el charro negro Onésimo Cepeda, y vea también que nunca se desprende ni de un mendrugo de pan para los pobres que en su ignorancia hasta le besan su mosqueada y apestosa mano.
¿Y los medios de comunicación mexicanos? Pues ellos evitando sudorosamente criticar la sucia conducta del presidente. No se vaya a enojar el muy cabrón. Asi como solaparon al PRI, así solapan los medios ahora al PAN. ¿Quién te hace rico? Quien te mantiene el pico. El Multiplicador de Mierda, Azcarraga 3, de Televisa, y su hermano étnico Salinas Pliego de Tvazteca, inmediatamente se dieron a la tarea de poner a los insulsos chiquillos judíos-mexicanos de sus desabridos programas de "entretenimiento," a grabar discos "de apoyo" para sacarle jugo y explotar la tragedia. En el infierno se habrán de pudrir el par de explotadores ladinos.
Esos medios de información toleramos, esos medios merecemos. El que se encuentra a un pendejo…
Párrafo aparte merecen los banqueros mexicanos. Esos buitres carroñeros y ladinos trataron de engatusarnos con el cuento de que, en aras de ayudar a los damnificados, por cada peso donado a una cuenta de banco abierta por los banqueros ex-profeso, ellos "pondrían otro peso." Ajá. Y nosotros todavía nos chupamos el dedo, ¿verdad? ¿Desde cuándo un banquero, en cualquier parte del mundo pero especialmente en México, ha regalado un peso? Allá los ilusos que se tragaron el cebo y el anzuelo. Los banqueros están para que los mexicanos los rescaten de sus deudas, no para regalar pesos pues así no se hace rico nadie. Los banqueros buscan la riqueza, no el bien común. Si buscaran el bien común no fueran banqueros. Lo insoportable es la burla de los pillos, pues cuando alguien atinó a preguntar cómo utilizarían el dinero colectado, la respuesta fue que dizque "Construiremos casas para los damnificados." ¿Si? ¿En dónde? ¿Y a cómo? Porque regaladas no serán. Financiarán los banqueros a amigochos suyos para que construyan y se hagan ricos con el dinero de los donantes. Y nosotros, como siempre, seremos los tarugos del cuento. Esos banqueros toleramos, esos banqueros merecemos.
Los deportistas mexicanos están igual. Dado que las becas para deportistas se entregan solamente a ladinos, fuera del boxeo profesional no hay atletas nativos de importancia. Y los ladinos son chupa-sangre en cualquier lugar. Veamos el caso de la corredora ladina Ano-Gabriel Guevara (a mi no me convencen: Guevara es hombre. No se, pero deberían examinarle una hormona, un pelo púbico, un pezón o algo para que luego no resulte como con las atletas rusas de hace decadas, quienes después de unas Olimpíadas les fueron desconocidas sus medallas de oro por ser hombres, ya que hasta se rasuraban diaramente), deportista cuya carrera ha sido costeada con los impuestos de los mexicanos. Pero en cuanto ganó en competencias internacionales unos kilos de oro, se envolvió en la bandera, fue a Los Pinos a que la felicitara su hermano étnico Fox exactamente cuando el huracán Isidore azotaba las costas de Yucatán, pero no fue buena para siquiera ofrecer unos cien gramos del oro ganado para paliar el sufrimiento de los damnificados. Ella seguirá ordeñando la beca que pagamos con inpuestos. Después de todo ella es judía mexicana y los damnificados son pinches indios. Y nosotros estamos para darles a los ladinos mexicanos, no para quitarles. Viva México, donde el que se encuentra un pendejo…
La única solución para poner término a nuestras amargas experiencias con los gobiernos gachupines, es enseñar a los ladinos a temernos. Después de todo, dice la estrategia militar china, "El ser humano tiende a tragar lo que es blandito al paladar, y a escupir violentamente lo que es duro e imposible de masticar." Tenemos que convertirnos pues en hueso duro de roer por ellos, y bajarlos del macho pero con rituales taoístas chinos, no derramando la sangre de los cerdos. A través de peticiones (para instrucciones de rituales ver columnas 14, 51 y 74) podemos derrotarlos sin empuñar arma alguna. Si los ladinos son listos, entonces hay que neutralizarlos con la simple táctica de aprovechar las circunstancias (utilizando la metafísica china). Al fin que según el Primer Mentiroso Fox, las críticas (y me imagino que los rituales también) son para él consejos de gratis.
Porque insisto, no hay de otra: Hay Que Sacar A Los Ladinos De Los Pinos.
* Master, Estrategia Militar China
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