Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #36: Su Señoría, La Chusma Exije Una Cabeza

Qué agradable brisa fresca sopla por los lares mediaticos mexicanos, qué aliviadora llovizna cae sobre los áridos terrenos dónde se distribuye la información pública nacional.

Importantes medios de difusión se han concientizado últimamente de que al igual que el pueblo, también ellos serán víctimas del mal rumbo político que el país lleva. Los intereses individuales - de una persona o de un medio - ya no importan tanto como los del grupo en general.

Claro que muchos órganos de información - televisión, radio y prensa - todavía son manejados por gente que creé en hacer fortunas personales a cambio de mantener a los gobernantes en el poder. Al mejor estilo Televisa, piensan en ventajas para ellos y no para el país. Por eso censuran o simplemente suplen información con tal de agradar a los gobernantes. Lo que vale es la publicidad y los regalillos que el gobierno les otorga anualmente.

¿Y el pueblo? Pos' qué se hinche, para eso es pueblo.

A pesar de todo, las nuevas críticas al inepto poder político son tangibles, si bien las más son tímidas y veladas, como son las cosas al principio.

Eso, verdad en la información, es lo que necesitamos para salir de este sopor político. El PRI trabaja en complicidad con los medios para mantener ignorante al pueblo, pero estos tiempos que corren son peligrosos y ya no se puede tapar el sol informático con el dedo gubernamental. El sol ciega al búho, es verdad, pero en cambio ayuda al hombre a ver y esto de la información libre se está poniendo bueno.

Está demostrado que dónde hay buena información los guerrilleros salen sobrando y México necesita verdad en la información, no campesinos armados.

Aunque el pueblo por lo general es apático, cuando se cansa y está bien informado sabe cual es el remedio y con acciones demuestra que es la voluntad popular la que en realidad da y quita, no los gobernantes y sus amigotes.

Si esto sigue así, pronto el reyecito que habita el Palacio Los Pinos tendrá que entregar una cabeza de ministro cada mañana al pueblo hasta poner a raya a los pillos políticos.

Sólo la verdad en la información levantará la gelatinosa pestilencia del secreto gubernamental que se cierne sobre todo el territorio nacional, sus instituciones, y sus habitantes.

COSAS ODIOSAS:   Ya anda pasando aceite Gurría, el de Hacienda.

Como todo omnipotente funcionario mexicano, dice Gurría con su tonito de "yo soy mejor qué ustedes" - y aquí parafraseo sus palabras - qué el ciudadano común no tiene conocimientos contables para juzgar la labor hacendaria. Lo dijo en respuesta a críticas por los circos del Fobaproa y los recortes.

Y tiene razón Gurría: no todos sabemos administrar tesoros nacionales, mucho menos como robarlos. Pero tampoco hay que saber cuántos centavos tiene un peso para entender que cuando ocurren las devaluaciones monetarias que está sufriendo México es que los funcionarios de gobierno son cuando menos - y digo cuando menos, - corruptos, ineptos e irresponsables.

Y como a mí no me interesa hacer amigos en el gobierno, le recuerdo a Gurría que cuando nos quieren hacer pagar a través de impuestos lo que los ladinos se robaron, están incurriendo con su descaro y avaricia en un agravio contra el pueblo.

Y no podemos permitir que los mexicanos que todavía no han nacido, y nosotros después de muertos, paguemos los robos de gobernantes y banqueros sinvergüenzas.

Quizás logren hacernos pagar algo ahorita, pero mejor que recapaciten a tiempo y no después: el pueblo tiene memoria larga.

ESCUELITA PARA ADULTOS:   Se pusieron de acuerdo Cuauhtémoc y Labastida para destinar millones y millones de pesos y "dar mayor capacitación" a los cuicos. Además, un vocero de la PGR dijo que ya no serán sobornados los policias nacionales pues los pasarán primero por el polígrafo y los controlarán más. Los exámenes a los aspirantes a cuicos de la PGR los harán los extranjeros.

En otras palabras, andan dando palos de ciego.

Por enésima vez le recordamos a los funcionarios de seguridad que nada cambiará mientras utilizen técnicas originadas en otros países.

Lamentablemente el gobierno no ha sabido desarrollar por sí mismo el método correcto - quizás por que es muy simple - para implantar honestidad en los cuicos mexicanos, Hasta los militares de élite están siendo sobornados por la delincuencia.

Ésta es la mejor prueba que México carece de buenos maestros en las Fuerzas Armadas pues en cuanto les dan ocasión les sale lo ladrón. Y ya se están acabando los lugares del planeta que quieran mandarnos "instructores" de gratis.

Yo creo que el gobierno debe pedir asesores policíacos al Vaticano. Los curas romanos sí saben controlar las masas de pillos, pues han demostrado saber manejar a los jerarcas del PRI, y a toda la naquiza política de Latinoamérica y Africa.

METAFÍSICA:   Cayó el "mochaorejas" en manos de la justicia, y los empresarios mexicanos respiran aliviados.

Como el tal Arizmendi fue poco a la escuela no sabe que robar bancos y fobaproas con un bolígrafo, tal como hacen nuestros augustos políticos y banqueros, deja más dinero que cortar diversos apéndices corporales a los secuestrados. Y además sin riesgo de caer abatido a balazos o ser torturado por cuicos zarazos.

En este país (como-México-no-hay-dos, ra, ra, ra) ser ladrón de pipa y guante y posgraduado en universidades extranjeras permite robar y tener dinero suficiente para contratar los mejores abogados, para pagar buena prensa, y para ser tratado bien por las autoridades.

Las asquerosas mazmorras policíacas sin agua ni drenaje, apestosas a caca y orines son únicamente para delincuentes sin educación y de piel prieta, no importa cuánto dinero robaron. El ``gasto público'' del que habla Gurría hasta dormido no alcanza para hacer cárceles decentes, pues aqui los funcionarios tienen mente animal.

Muy ufano, el jefe policíaco que capturó a Arizmendi dijo que "usualmente con un par de cachetadas cantan." Ni cuenta se dio el bruto ladino de lo que dijo. Modestamente el uniformado se abstuvo de contarnos que otro tipo de tortura aplica usualmente cada día en los separos policíacos a los sospechosos antes de ir a casita a reunirse a cenar hogareñamente con los suyos. De seguro para despistar va a misa los domingos.

Por lo pronto Arizmendi lucía el ojo derecho ligeramente amoratado cuando lo interrogaba el televiso Ortega. Se entiende pues por que los cuicos no sustentan las averiguaciones previas y por que los ministerios públicos prefieren recibir las confesiones de los acusados firmadas con tinta sangre recogida de sus rostros después del "par de cachetadas."

En cambio, para un ladrón de piel blanca y rico (digamos un banquero mexicano) no hay toques eléctricos en los testículos, ni estallamientos de vísceras a garrotazos, ni palos de escoba introducidos por el ano, ni huesos rotos y rostros desfigurados a patadas y puñetazos. Sus delitos se convierten como por arte de magia en "no graves" con el silencio total de los juristas.

Por eso el Divino, De Prevoisin, Garavito Peña, y varios exgobernadores y expresidentes se pasean por la calle a pesar de haber robado mucho más que Arezminedi. Pero las fechorías de los primeros dice Gurría que las tenemos que pagar nosotros y por lo tanto los impuestos subirán.

Arizmendi es el peor tipo de criminal en México: robó a empresarios millonarios (algunos quizás implicados en lo del Fobaproa), por lo que el Establecimiento se le fue encima con todo: televisos, obispos, cuicos, políticos, ejército, etcétera.

Todos sobre el roto, decían los ladinos. ¿Qué se ha creído este pillo emplumado, que robarnos impunemente es posible en México?

A Arizmendi le dicen los poderosos a través de los medios lo que no se atreven a decirle, por ejemplo, a Salinas, por ser éste uno de los suyos: asesino, asqueroso, cerdo, carnicero, desalmado, cínico, ladrón, cobarde, etcétera.

Aún así, la realidad es que Arizmendi está en el bote no tanto por sus crímenes, sino por no saber los puntos finos de su negocio. Otros han matado más gente y han escapado a la justicia. Sólo en la Matanza de Tlatelolco estuvieron envueltos Díaz Ordaz, Gutiérrez Barrios, Echeverría, Barragán y sus generalotes, y un sinnúmero de gentes (incluidos medios de información cómplices que callaron lo peor) y que yo sepa ninguno pisó la cárcel.

¿Qué le pasó entonces a Arizmendi?

Pues que tuvo millones de dólares pero no supo que debería haber comprado rituales chinos de primera clase para el y sus gentes. Compró casas y carros, pero eso sirve para hacer ricos a funcionarios que se repartirán el botín confiscado entre ellos. El dinero en efectivo lo tenía en cajas de cartón y debió haberlo cuidado mejor, material y metafísicamente.

Tampoco protegió adecuadamente con rituales apropiados a su esposa, amantes, hijos, parientes, y cómplices. A todos ellos les falló Arizmendi personalmente al no saber exactamente que hacer para que no les llegara la lumbre a los aparejos. Le dio pa'lante nomás, esperando a ver cuándo lo agarraban.

Dice el ``mochaorejas'' que últimamente ya no secuestraba por dinero. Entonces mejor le habría ido si se hubiera asociado con irregulares en la sierra, poniendo sus habilidades al servicio de una causa mayor. Porque en tiempos caóticos como los actuales, ni los criminales sobran, nomás hay que saber utilizarlos.

Y es que delincuentes y gobernantes tienen que saber los puntos finos de su profesión. La metafísica es un factor importante si quieren sobrevivir los ataques del contrario. Nadie, sea político, banquero, general o secuestrador sobrevive la fragorosa lucha por el poder económico librado a muerte entre tantas facciones si no tiene conocimientos fuera de lo común.

Para el que sabe rituales chinos ni la cárcel lo amedrentará, pues sabrá salir con éxito de cualquier problema con la menor pérdida económica y de libertad posibles. Arizmendi no es de ésos.

EL "TERCER OJO" MILITAR:   Pide el gobierno debate público sobre la pena de muerte y está bien que así sea.

Pero que primero se implante en México el sistema de jurados y se prohíba la incomunicación y los interrogatorios policíacos a sospechosos sin la presencia de abogados defensores. Y que se encarcele a todos los cuicos que torturen prisioneros.

De otra manera legalizaremos asesinatos gubernamentales, mismos que ahora las autoridades tienen que hacer en la clandestinidad.

Porque las autoridades persiguen hasta a los abogados de los sospechosos, como si fuera atribución de la autoridad determinar quien puede ser defendido legalmente y quien no. !Imagínense si hubiera pena de muerte y los cuicos fueran los que determinaran quien puede ser ejecutado!

Este país tiene el mismo nivel mental y de autoridad que la de los países africanos dónde los generalotes deciden quien vive y quien muere. Si lo duda, investigue cuan fácil un general mexicano puede mandar ejecutar a cualquiera en los campos militares.

Y los juristas nacionales sólo se acuerdan que hay leyes cuando hay que proteger a los de la clase gobernante, asi que con ellos no se cuenta para defender al pueblo.

Necesitamos pues la pena de muerte, pero que primero civilicen a los cuicos y a los sardos mexicanos. Sólo que así ya no le serían de utilidad represiva al gobierno.

#2:   La mejor prueba de que algo anda ya mal en la relación pueblo-gobierno es que en reciente tiroteo ocurrido entre irregulares y sardos en un retén militar oaxaqueño, uno de los soldados heridos resultó tener 16 años de edad.

Por qué está el Ejército uniformando niños mexicanos y poniéndolos en el frente de combate contra guerrilleros? ¿Es qué no hay ya jóvenes adultos que se den de alta en las Fuerzas Armadas cuando todavía ni siquiera empieza lo bueno? ¿Quiere decir que pronto empezará el Ejército con la leva otra vez, arrancando a los niños de las faldas de sus madres ante la falta de apoyo popular a sus acostumbradas matanzas legales?

CUCHILLITO DE PALO:   Indiscutiblemente que clero y gobierno andan confundidos en cuanto a sus funciones. De paso confunden también al pueblo.

O curas y gobernantes no entienden cuáles son sus obligaciones con la sociedad, o nos quieren ver la cara de tarugos a los demás con su desprecio descarado al orden establecido.

Si hubiera un campeonato mundial para pueblos con los más abusivos curas y funcionarios, México sería el campeón a perpetuidad.

Escojamos un ejemplo al azar: el obispo de Cuernavaca y el procurador de Morelos conspiraron para oficiar una misa un la Procuraduría del Estado. Digo conspiraron porque los dos saben que la Constitución define claramente la separación entre la Iglesia (decir ``iglesias'' es redundante pues en México la judeo-cristiana es la ganona) y el Estado.

Cuando dos hombres de alto rango se asocian para hacer algo indebido es que buscan desestabilizar a un tercero sin importar lo que digan los demás ni la legalidad. Así que contra alguien la traen el obispo y el procu, pues no era necesario hacer alharaca cuando podrían haber oficiado su misita discretamente.

¿Y Gobernación? Chupando pirulí, me imagino.

El cura, invitado oficialmente, ofició en la misma procuraduría y un cuico y el procu se hasta animaron a comulgar. Los demás chotas fueron más cándidos y se abstuvieron de recibir la hostia.

Acto seguido el cura dio una rociada con agua bendita el interior del edificio (incluidas las tenebrosas mazmorras medievales, mismas que por cierto no despertaron sentimientos críticos en el obispo) dizque ``para expulsar a los malos espíritus.''

Cuando llegó el turno de bendecir a los agentes judiciales en bola, el cura los declaró ``muy buenos muchachos.'' De lejos se nota que el prelado nunca se ha topado a solas en una celda con cuicos mariguanos y dispuestos a matar presos con tal de arrancar confesiones en las ahora ``benditas'' celdas.

Ya en las oficinas del que fuera comandante antisecuestros del estado (por cierto sujeto a proceso judicial) la sensibilidad esotérica del obispo se manifestó cuando exclamó, ``Aquí hay malos espíritus'' al tiempo que empapaba con agua bendita la madriguera dónde dicen se planearon grandes crímenes contra la ciudadanía.

Interesante el circo. Pero yo, con idéntico espíritu al del ``me vale madre todo'' que se cargan el de alza-cuello y el procurador, quisiera decirles esto: el problema en México no son los ``espíritus malignos,'' sino los hombres de sotana y fusca al cinto. A estos canijos debemos exorcizar, no a los seres del más allá. Y no con agua bendita, sino con los peores embrujos que podamos inventar.

Le apuesto que con rituales chinos en tres patadas arreglamos este país nosotros solos. Es más, ni a Gobernación necesitaríamos para poner en orden a los ambiciosos.

COMO MÉXICO NO HAY DOS:   De que éste es un país con muchos lelos no le quepa la menor duda. Dígame si no: proponen los priístas, respecto a la Matanza de Tlatelolco en 1968, ``no abrir heridas que nos dividan a los mexicanos, sino olvidar. Lo de 1968 es asunto saldado.''

Que brutos esos pillos. Y nadie les reclama su cinismo.

¿Sera que nadie les ha dicho que cuando un país olvida su historia está condenado a repetirla? ¿O piensan qué todos somos tontos?

De por si las autoridades nunca investigan los crímenes de sus mastines sobre la naquiza, y ahora quieren que de pilón nos olvidemos de tales barbaridades.

¿Y por qué no piden que olvidemos también matanzas como la de Jaramillo y su familia, la de Acteal, la de la Buenos Aíres? Al fin que es inútil recordarlas pues los gobernantes no harán nada para esclarecerlas.

¿Y la mexicanada? Shhhhhh...durmiendo. Por eso tampoco decimos nada cuando las autoridades militares apelan al ``secreto militar'' acerca de sus matanzas.

Se supone que el Ejército está bajo el mando civil, ¿verdad? Pues no. En esta falsa república todo es al revés. Los que mandan son los generalotes y los que obedecen son los presidentes y sus ministros.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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Copyright © 1998, Francisco J. Vargas