Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #9: El País En La Época De La Caverna

Hace un año, la Policía Judicial del Distrito Federal anunció que para estas fechas los agentes judiciales, conocidos vulgarmente como "discípulos del Dianchi," no utilizarían más la tortura en los interrogatorios. Ja, ja. Según eso, México entraría al excelso grupo de países civili zados (que también utilizan la tortura, pero como son más marrulleros lo niegan).

Tan sorprendente aseveración, equiparable en magnitud con la noticia de que extraterrestres habrían aterrizado en la capirucha, se debió a que policías gringos venderían a los judiciales una "técnica científica" de interrogación, llamada arbitrariamente "kinesis." Lo que no dijeron los instructores americanos, es que la tal kinesis es simplemente un puñado de principios de fisonomía china aderezado con técnicas de polígrafo, o "detector de mentiras." Los extranjeros ven con penacho a los cuicos mexicanos, pues kes dijeron que con la kinesis se puede descubrir si un detenido dice la verdad, observando solamente sus reacciones corporales: Que si junta los pies al sentarse, que si le tiembla la voz, que si le sudan las manitas, que si tiene la mirada caída, etcétera.

Supuestamente, con la kinesis igual iban a saber los usualmente violentos interrogadores criollos si los detenidos son sinceros, pero sin molerles a golpes cara, riñones e hígado. Ya encarrerado el ratón, dejarían de lado los judiciales el uso del tehuacán, el chile piquín, la violación sexual a mujeres y hombres interrogados, así como los toques eléctricos a los testículos (la electricidad volvió obsoleto al potro de la Pinche Inqui$ición), y otros maravillosos métodos de tortura heredados de los dizque piadosos ensotanados católicos y ahora orgullosamente mexicanizados.

De hecho, los variados métodos medievales de tortura, que en Europa sólo se ven en museos, los tenemos en pleno uso en las cárceles mexicanas. Para gloria excelsa del país, naturalmente. Los policías mexicanos, of course, han agregado al honorable oficio de la interrogación el precioso método del tiro en la nuca a los interrogados cuando se resisten a "confesar" o cuando se les pasa la mano en las calentadas. Luego desechan en cualquier calle los cadáveres envueltos en cobijas. Después, llaman a las autoridades municipales para que recojan los cuerpos. Estos asesinatos de Estado son luego achacados a dizque "ajustes de cuentas entre narcos."

Viva México, ¿eh?

Mas a un año del anuncio del utópico fin de la tortura, decía, cuando se están aireando los casos de los ejecutados de la Buenos Aíres y otros crímenes macabros en los que la policía estuvo envuelta, queda claro ya que los judiciales no les compraron a los gringos las técnicas de kinesis. De seguro algún funcionario policíaco prefirió estrenar chalet en Acapulco con el dineral que iban a costar las clasesitas. Yo sabía que no iban a tragarse las autoridades el cebo de la kinesis, pues las técnicas policíacas sutiles no van con el agrio humor de los chotas criollos. En las filas policíacas nacionales son más apreciados -por baratos- los golpeadores, que los émulos de Sherlock Holmes.

No, definitivamente los soldados y policías en este bendito país no son dados a las investigaciones sofisticadas (hasta la dizque "inteligencia militar" que usan los jefes policíacos para tratar de hacernos creer que investigan cuando en realidad viven de los soplones, es una contradicción en sí: Jamás se ha sabido de un militar o cuico inteligente. Matones sí son, bribones también, pero intelectuales nomás no.

Más bien parece que a los policías los reclutan en hogares de niños maltratados, pues en cuanto detienen a un sospechoso cargan sobre él a mentadas de madre, palos y patadas, cual si bestia de carga fuera.

Después de un prolonbgado interrogatorio "a la mexicana," a ver quién no confiesa haber matado hasta a su abuela, aunque esto sea mentira. Porque bien dicen en China, "El hombre teme la tortura más que la muerte."

Los detenidos e interrogados por la judicial quedan tan maduritos a golpes, que las mismas autoridades los incomunican debido a que se caen solos. No sea que sus familias (y periodistas extranjeros, ya que los locales son parte del show) vean tal horror. Esto, si bien les va a los detenidos y no acaban primero en costales y luego en la panzita de felices tiburones en alta mar, o en algún basurero de la ciudad.

Si al ser presentado finalmente ante el juez un detenido que fue torturado se atreve a desdecirse de la confesión forzada, sus verdugos lo tachan inmediatamente de maricón y de no tener palabra, y el juez se carcajea de su temeridad "al tratar de engañar a la autoridad desdiciéndose."

Lo pasmoso es que a ninguno de los criollos genios en jurisprudencia, egresados de eméritas pero tercermundistas universidades como la UNAM y la Ibero, se le ha ocurrido después que millones de detenidos han renegado de la primera confesión, que algo raro pudiera estar pasando en los separos policíacos donde extraen tales confesiones. Aunque las cosas se entienden mejor a la luz de que jurisperitos y jefes policiacos son todos ellos criollos explotadores de indios. Y si fiscales, jueces y policías saben de esta horrible violación a la dignidad humana y callan, su conducta es más infame que la de los torturadores. El principio de estrategia china señala, "El progreso o retroceso de un país depende de la calidad de sus maestros," y ya vemos qué clase de maestros tuvieron los jueces criollos en la facultad.

Y mejor ni preguntemos acerca de los derechos constitucionales de los detenidos, pues el cumplimiento de las leyes -incluidas futuras leyes que los legisladores siempre están justificando a gritos en los medios- depende del estado siquiátrico de cada uniformado o jefe policíaco en el momento de aplicarlas. Y mo es broma.

Lo único gracioso dentro de este espeluznante infierno policíaco digno de cualquier república platanera, es que en verdad existen técnicas de chinas para detectar en segundos a un mentiroso. Aprenderlas es fácil, pero a ver quién se las dice a los kineticos de allende la frontera. A las autoridades cavernícolas que tenemos, ni falta les hacen. Para eso hay palos, piedras, costales....y tiros en la cabeza. Al fin que somos un pueblo de indígenas y mestizos agachados y chillamos como marranitos al recibir los palos de las autoridades. Ni por equivocación ponemos remedio a la situación. No lo hacemos ni por nuestros hijos, mucho menos por nosotros.

PRINCIPIOS DE DINERO: "Nunca ejecutarán las autoridades al hijo de un hombre rico," dicen los principios chinos del dinero.

No es que los delitos de los ricos sean menores a los cometidos por pobres que se pudren tras las rejas o cuelgan de la horca, pero los primeros tienen dinero suficiente para inclinar la balanza de l a Justicia en su favor.

Observe, por ejemplo, los casos de mexicanos ejecutados por los vecinos del norte, y lo primero que notará es que todos eran pobretones y no pudieron contratar los servicios de bufetes de eminentes abogados. Además, los servicios consulares mexicanos en los USA y en otros países son premios políticos a cuatachos criollos de cada procónsul gachupín en turno, y se la pasan parrandeando y/o jugando golf con los anfitriones. No están para gastar las millonadas de dólares que colectan al expedir pasaportes y permisos aduanales, en abogados eficientes para ayudar connacionales en desgracia por esos lares.

En cambio, O.J. Simpson consiguió un veredicto favorable, no porque les faltaron ganas de freír un negro ese año, sino porque sus bien remunerados abogados pelearon su caso en todos los frentes. Si Simpson hubiera tenido un defensor de oficio, de seguro anduviera ahorita jugando el balón con los angelitos entre las nubes.

No es cuestión de inocencia o culpabilidad, sino de defenderse adecuadamente, lo cual en todas partes cuesta mucho dinero.

Aquí en México, al hijo de un prominente político nacional -Hank González- lo han acusado de contrabando y asesinato pero no han conseguido encerrarlo porque tiene recursos de sobra para defenderse.

Y de los banqueros en el mundo que se confabulan para desfalcar sus bancos o esquilmar inversores bisoños, llevándose cada uno carretadas de millones dólares, ¿cuántos puede usted contar en la cárcel? Uno que otro. Los banqueros españoles, con excepción del judío Mario Conde -y eso porque andaba tan soberbio que se quiso cagar en la cabeza del Rey Lelo, Juan Carlos-, anda sueltos. Los banqueros argentinos y colombianos acusados de fraudes, se doran la barriga al sol en balnearios privados. Aquí en México hay pocos banqueros detenidos, y los que haya saldrán pronto. En Gringolandia, donde juran y perjuran que la justicia es ciega, lo más que le dieron un año de cárcel al tesorero que llevó a la quiebra al municipio de Orange County al mal-invertir mil seiscientos cuarenta millones de dólares, y de pilón el año en el bote le fue suspendido.

Así que cuando usted escuche la bobada cristiana del camello y la aguja, aduciendo que un rico no irá al Cielo y los pobres sí, pregúntese por qué pastores y obi$pos que pregonan esa pobreza terrenal viven a todo lujo. Y no parecen anhelar la miseria que ahoga a las masas sin bañar. Y si no encuentra respuesta, se la daré yo: Para que los de arriba vivan bien tienen que convencer primero a los de abajo que miseria, inmundicia y hambre son a todo dar, pues no hay tanto dinero en el mundo que alcance para hacer ricos a todos.

Allá usted si creé la burda y criminal mentira católica de que los pobres entrarán al Cielo solamente por estar mugrosos.

COMO MÉXICO NO HAY DOS: El estado de Derecho que reclaman constantemente las autoridades gachupines en México, sólo aplica cuando a ellos les beneficia. Si se le echan encima a alguien, existen las leyes y la "fuerza del Estado." Pero si los acusan a ellos de violar las leyes, se detiene misteriosamente el engranaje jurídico. Veo, por ejemplo, que un periódico capitalino denunció el caso de un ciudadano pobre en apuros, y su posterior y desgraciado encuentro con la justicia.

Resulta que el individuo de marras era taxista (ya no lo es), y chocó contra un poste del monopolio eléctrico nacional. Lo arrestaron acusado de imprudencia y de "daños a la Nación" (¿y eso qué será, oiga?), y le decomisaron el taxi a pesar de que su aseguranza se comprometió a pagar todos los daños. Después de semanas embotellado, y sólo porque una periodista empezó a hurgar en el caso, de mala gana lo dejaron libre. Esa es la pinche justicia a la mexicana. ¿Para qué demonios obligan entonces las autoridades a los taxistas a tener aseguranza, si luego no la aceptan después de un accidente?

Y qué vivos los legisladores pillos que inventaron esa tramposa ley de "daños a la nación." En cambio, ¿quién puede acusar a la compañía nacional de electricidad cuando destruyen los aparatos eléctricos de los usuarios con apagones y sobrecargas eléctricas?

Desgraciadamente para el taxista en cuestión, no hubo estado de Derecho ni "fuerza de Estado" que lo protegiera del abuso de las propias autoridades. En cambio, hace unos días Gonzalo Farfán, secretario técnico del club de fútbol América, propiedad de Televi$a, atropelló y mató a tres trabajadores viales en el DF, e hirió a otros. Los testigos dijeron que el futbolista manejaba ebrio. Horas después (suficientes para eliminar del cuerpo el más alcohol posible), un médico privado al servicio del futbolista lo examinó y declaró que el señor no estaba ebrio, sino "con aliento alcohólico." Y ninguna autoridad abrió el pico. O sea, si no malentiendo al sabio doctor que llevó a cabo el examen del briago automovilista, los muertos no están muertos, sólo están tiesos. Y eso que los ojos enrojecidos del acusado, según se vio en su celda muchas horas después, denunciaban una cruda fenomenal. El incidente fue declarado "imprudencial" (igual al del taxista), pero aquí el futbolista quedó libre al depositar una fianza, pues es empleado de Televi$a, empresa socia de Gobierno y Clero en eso de la repartición de atole con el dedo a la indiada. Esto quiere decir que para "la Nación" vale más un méndigo poste callejero que golpeó el taxista -un pedazo de palo- que la vida de tres humildes personas que eran el único sustento de sus familias, mas la mermada salud de otros trabajadores hospitalizados gracias a la estupidez de Farfán.

Éste es, sin duda, el tan llevado y traído estado de Derecho para el que tanto respeto exige el sinvergüenza procónsul Ernesto Zrdillo. "Cero tolerancia a la criminalidad," exigió Zedillo. Y yo digo que si en verdad es sincero, que empiece pero desde ya con las propias autoridades. Pero si es el acostumbrado discursito para ciudadanos tontos...

COSAS ODIOSAS: ¿Cuál será el criterio para nombrar funcionarios en este país? Los más de los huesos gubernamentales son hereditarios y pertenecen a los criollos, naturalmente. Pero la incompetencia oficial está alcanzando niveles de tal estupidez, que no extrañaría un levantamiento de masas contra el nepotismo criollo.

Para ejemplo, el Zoológico de Chapultepec. Su directora hasta hace unas horas, con catorce años chupando el sabroso hueso, siempre se negó a ponerles baños exclusivos a los trabajadores. Los criollos como la directora, ya sabemos, tragan pero no cagan. Decía la señora que si no había aumentado el número de sanitarios públicos en el zoológico, menos construiría baños a los esclavos del lugar.

¿Y cuántos sanitarios tiene el zoológico, no sólo para el uso de los trabajadores sino para las cien mil personas que en cualquier domingo asisten al zoológico? ¿Cien, setenta, veinte, diez? No. ¡Tiene tres pinches toilets! Pero eso sí, están distribuidas estratégicamente en todo el zoológico, dijo la hoy ex-directora. Qué cachaza de la mala funcionaria, ¿eh?

Pero eso es el nepotismo.

Y lo mejor de todo es que ningún ciudadano protesta por tan terrible administración de una institución pública. ¿A esto se referiría Álvaro Obregón cuando dijo que cada país tiene los funcionarios que se merece? Los chilangos, que tanto presumen de vivos, en este aspecto parecen ser los ciudadanos más babosos del planeta.

En su infinita incompetencia, la entonces todavía directora dijo que ni falta que hacen más sanitarios en el zoológico, pues "ni en sábado y domingo hay grandes colas para usarlos." Hágame el cabrón favor. Es obvio que nunca se asomó atrás de las jaulas, donde todo mundo acude a aliviar sus necesidades fisiologicas, pues éstas no esperan a que se desocupe uno de los tres toilets. Y agregó la directora muy ufana como si se tratara de un gran favor a la población, "Los tres sanitarios están provistos de papel y jabón." Menos mal, asi los usuarios no tendrán que usar pedazos de periódico para limpiarse. Los dizque tres usuarios por hora saldrán con las manos limpias. Esta información dada la señora la puede usar Ernesto Zedillo para asustar a la oposición y no pida rebajar el IVA. Actualmente nos dice que la rebaja podría redundar en billones de pesos al año en pérdidas para Hacienda -el pueblo que se joda- y el subsecuente recorte de servicios públicos. Pero con la nueva información emanada del zoológico, ya puede decir que si hay recorte del IVA se acabará el papel y el jabón en los sanitarios. Imagínese el susto si alguien en su desesperación jala la cola de un león para limpiarse el trasero creyendo que es papel sanitario.

Lo peor es que el director criollo que relevó a la ahora exdirectora trae un tonito de voz tan de prepotente funcionario mexicano, que no me extrañaría que pronto la supere en barrabasadas.

Así se gobierna en México. ¿Para qué hacer las cosas bien si la gente es tonta y aguanta que se hagan mal?

METAFÍSICA: La buena suerte es simple y sencillamente lo opuesto a la mala suerte.

Y de acuerdo al ocultismo chino, sólo con buena suerte prospera la persona. Es cuando las oleadas de buena fortuna vienen y la Luna ilumina la oscuridad.

Crear buena suerte para nosotros mismos es un arte misterioso y vedado a las mayorías. Significa que una persona o un país puede mover al Cielo en su favor, generalmente al desviar la mala fortuna hacia otros rumbos.

El método para atraer buena suerte y rechazar la mala fortuna es llamado, alegóricamente, "el báculo indispensable para ayudarnos a llegar ilesos a nuestro destino.

Sí. La fortuna es una rueda: Lo que hoy está arriba, mañana estará abajo. El secreto estriba en hacer subir de nuevo la buena suerte en cuanto baja, y en bajar la mala suerte cuando ascienda.

Por eso no es conveniente intentar hacer nada importante sin antes analizar la posición de la rueda de la fortuna en relación a nuestra vida y acciones.

EL TERCER OJO MILITAR: El principio chino de "Convertirse uno mismo en el enemigo," se utiliza cunado el oponente es demasiado fuerte o peligroso. Si lo aconsejable es evitar una confrontación, debe uno estudiar detenidamente los hábitos del enemigo, sus debilidades y sus virtudes. (A menos que sepa que lo analizamos.)

Una vez que se toman en consideración pros y contras de una situación, entonces lo que haga el enemigo lo anticiparemos pues somos el oponente mismo a través de este proceso mental. El principio se aplica por igual contra un país, o contra una persona. Lo mismo sirve para los negocios que para enamorar grntr. Todo depende de lo creativo, o de las necesidades de cada persona.

COSAS ODIOSAS: El mantecoso cardenal Norberto Rivera descubrió, después de cinco siglos de dominación católica en México, que en este país "no hay justicia social."

Hasta hoy se se enteró la Igle$ia que el 90% de la riqueza del país se concentra en sólo 10% de la población.

Pidió el ensotanado a los Poderes Ejecutivo y Legislativo, que impongan la igualdad porque una minoría -en la que está icluido él mismo, of course- de la población tiene el control del dinero. Dice que "`Ése no es el ideal de Jesucristo." Ja, ja. O está bromeando, o piensa que los babosos somos nosotros: La Igles$a ha contribuido más que nadie en México a mantener la riqueza en manos de unos pocos. ¿Es que ya no le dan al ensotanado su mochada los políticos, y por eso ahora "descubre" la desigualdad económica?

¿Y por qué Rivera no dice nada de la desigualdad racial?


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


left arrow.gif - 83 Bytes  Col #8 up arrow.gif - 83 Bytes   Home up arrow.gif - 83 Bytes Columnas right arrow.gif - 83 BytesCol #10 

 

Copyright © 1998, Francisco J. Vargas