(Este artículo es una botanita justo antes de la próxima columna #197.)
Los conflictos, de cualquier clase, son indeseables. Y mientras más prolongados sean, peor saldrán libradas las partes involucradas.
En el México político, la zanahoria del poder presidencial enfrenta entre sí a las familias de los gobernantes ladinos-gachupines. Estos criollos, descendientes de conquistadores, se disputan salvajemente el privilegio de explotar al país, botín de valor incalculable.
La sangrienta lucha sexenal por el poder presidencial en México nunca es entre ladinos y no-ladinos, sino entre los mismos criollos. Acuérdese de la "caída del sistema" que el PRI causó por conducto de Manuel Bartlett (más los cientos de muertos perredistas) para evitar que Cuauhtémoc Cárdenas fuera presidente en lugar de Carlos Salinas. Los tres son sujetos ladinos de pura cepa, por eso ahora Bartlett, Cárdenas y Salinas andan actualmente agarraditos de la mano (perro no come perro), como si nada hubiera pasado entre ellos. Mientras tanto, los deudos de los perredistas no-ladinos asesinados ni en cuenta son tomados por Cárdenas.
Pero a veces los ladinos cometen terribles errores autodestructivos.
Por ejemplo. Los tarugos priístas ladinos permitieron voluntariamente que la facción ladina empresarial-católica-panista los desbancara de la presidencia, supuestamente durante un sexenio solamente. Nada más, les dijeron, en lo que a la gente se le bajaba y olvidaba su rabia contra banqueros y políticos ladinos ladrones priístas que le jincaron el Fobaproa y los rescates carreteros a la población.
El plan era que Mariquita Fox robara lo más que pudiera, inclusive hipotecando nuestro futuro y el de nuestros hijos y nietos, para que la gente considerara el Fobaproa un juego de niños, y así el PRI volviera a "rescatar" a la superjodida población en el 2006. Ese fue el plan.
Pero los planes raramente salen exactamente como se diseñaron.
Porque resulta que los mochos foxistas en el poder se encontraron con la (relativa) buena fortuna de los rituales chinos descritos en esta columna, y ahora planean utilizarlos para quedarse en el poder durante más sexenios del tiempo pactado previamente con los priístas.
Usualmente, lo malo de las disputas políticas entre familias del mismo grupo étnico ladino es que no se pueden asesinar vilmente entre ellos --aunque a veces sucede, como en los casos Colosio y Massieu, pero son excepción y no regla-- y menos utilizando asesinos militares.
Pero los foxistas descubrieron que con los rituales chinos no hay necesidad de asesinar a sus hermanos étnicos para perpetuarse en el poder. Claro que el plan no les resultará, porque los mexicanos no-ladinos los echarán del poder con los mismos rituales chinos, pero por vía de mientras ellos su luchita le hacen.
Expliquémonos.
Leyendo y analizando mis artículos esotéricos, los ladinos en el poder llegaron a la inevitable conclusión de que los rituales chinos descritos por mí son mucho mejores que los rituales judíos y vaticanos. Eso es un hecho. Pero para evitar que la indiada hiciera los rituales chinos contra los gachupines explotadores, y simultáneamente aprovechar ellos el poder de tales rituales volteándonos el chirrión por el palito --después de todo ellos son "genios" y yo obviamente soy un baboso-- solamente necesitaban hacer dos cosas.
Primero: quitarle a la indiada los billetes de baja denominación evitando así que ataquen a los ladinos con peticiones quemadas, ya sea fabricando papel moneda de plástico o sustituyéndolo completamente por monedas de metal imposibles de quemar en el altar casero. (Naturalmente, la lógica ladina es de callejón, pues para neutralizarla basta adquirir cueritos de rana en casas de cambio [a menos de doce pesos cada uno], pues dinero es dinero.)
Segundo: genéticamente los ladinos son muertos-de-hambre redomados, y no le darían agua ni a Jesús si lo pidiera, mucho menos quemarían dinero de su propio bolsillo durante la ejecución de los rituales chinos. Pero resulta que la banca tiene que deshacerse continuamente de enormes cantidades de billetes retirados de la circulación por mal estado o para reemplazarlos con monedas metálicas. Y ese dinero tiene que ser quemado, de manera que si los ladinos en el poder simplemente arrojan sus peticiones al horno junto con ese dinero, entonces los ladinos en la oposición no tendrían jamás dinero suficiente para contrarrestar los ataques esotéricos emanados desde Los Pinos. Mucho menos dinero tendrían los pobres no-ladinos.
Esto es, al perder los ladinos priístas la presidencia no solamente perdieron el botín de la explotación de indios ahora y en el futuro, sino que perdieron el acceso al abundante dineral de desecho que la banca quema y que puede servir para activar peticiones durante la ejecución de rituales chinos. Así pues, los foxistas se garantizan a sí mismos el control del poder gubernamental durante varios sexenios más, sin que los priístas puedan hacer nada para evitarlo.
¿Pruebas?
La "megamarcha" nacional de protesta contra Mariquita Fox, que convergió en el Zócalo el 27 de noviembre, 2003, fue un rotundo fracaso porque desde Los Pinos la contrarrestaron con rituales chinos. Entonces, al momento de los discursos, cayó gélido y terrible aguacero metafísico que en minutos desbarató la demostración y, al igual que la marcha campesina de principio de año, se diluyó rápidamente sin dañar al Gobierno. Corrieron espantados los "líderes" ladinos a refugiarse de la lluvia, rompiendo filas. Se desparramaron por doquier bajo la fuerza del aguacero los empapados marchantes no-ladinos. Fin de la protesta.
Claro ejemplo de que la megamarcha fue blanco (como lo serán futuras marchas) de rituales chinos hechos desde el Gobierno. Para que luego salgan algunos mongoloides a decir que los rituales chinos son supercherías.
En nada ayuda tampoco que esas marchas sean mangoneadas por dirigentes políticos ladinos --Bartlett, Cárdenas-- queriendo disputarle el poder a los foxistas amontonando gente, pero sin decirle a la gente nada sobre rituales, pues se trata de mantener a la indiada en la ignorancia.
Pero aún si los integrantes de marchas como las citadas supieran de los rituales, no tendrían dinero para contrarrestar el monto del dinero que el Gobierno y la Banca pueden quemar todos los días si lo desean.
Pero falta lo que diga yo.
Porque lamentablemente para los ladinos en el poder, el antídoto para la táctica de quemar mucho dinero viene descrito en mi libro Ocultismo Chino, pues lo que ellos estúpidamente hacen no es más que recortar el pie para que les quepa el zapato.
O sea. Cuando se tienen suficientes hacedores de rituales, no hay necesidad de mucho dinero. Lo he dicho: la estrategia china enseña que generalmente la cantidad (rituales simples) se contrarresta con la calidad (dinero), y eso es exactamente lo que hace ahorita el Gobierno. Pero también existe un método extraordinario y práctico de metafísica china en el que la calidad se contrarresta con cantidad.
Ciertamente un gobierno como el foxista puede neutralizar a la oposición a base de quemar millones y millones, pero únicamente porque los dirigentes ladinos de oposición son muy pocos. Ahora que si a la ecuación le agregamos a la ciudadanía haciendo rituales, entonces no hay gobierno que resista el embate combinado de dioses enojados y población descontenta. Si esto no fuera verdad, el gobierno de Mariquita Fox y sus descendientes duraría toda la vida.
Pero no durará.
Porque es natural, aunque no inteligente, que los hombres en el poder recurran siempre a la fuerza para someter a los de abajo. Y también es de esperarse que los oprimidos utilicen los rituales chinos para derribar a sus opresores.
Es la eterna historia. Con los mismos resultados de siempre.
Por eso mi libro Ocultismo Chino será inevitablemente el factor ecualizador en el conflicto pueblo explotado-gobernantes depredadores.
Lo digo yo.
* Master, Estrategia Militar China
E-mail: visionpf@direct.ca
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