No puede uno salir unos días de la ciudad sin que el gachupín Heriberto Murrieta de ESPN se meta solito la chancla en la bemba. Prueba irrefutable de que hojear diccionarios no es remedio para el retraso mental congénito. No que la estudiantina de comentaristas (y comentaristos, dijera la Rata Marta) languaricos(as) que acompañan a Murrieta sean mejores, pero mientras el vino añejo se revalora, este cuate es ejemplo del dicho popular que dice, "mientras mas viejo más pendejo."
El detonante de la última barbaridad verbal del susodicho fue el vergonzoso incidente del recorte en la Selección de fútbol de un jugador no criollo, Jonathan Dos Santos, días antes del Mundial en Sudáfrica. El sádico acto fue planeado por los chinga-quedito gachupines Néstor de la Torre y la Vasca Aguirre para desmoralizar al hermano mayor, Gio. Acuérdense que el plan era darle en la madre al Tri durante el torneo, ya hasta tenían listos los boletos de avión de regreso para el final de la primera ronda. No había planes para el juego contra Uruguay, pues los franceses regalaron inesperadamente su propio pase. Tan fue el plan hundir la Selección, que después de su corrupta conducta que todos vimos durante el Mundial, Aguirre se escurrió con la cola entre las patas a esconderese en su verdadero país, Gachupilandia. Eso sí, con costales llenos de sucios dólares. Por eso no se largan todos los gachupines a vivir de una buena vez a Espanha, porque el saqueo en México sigue a todo tren.
Y por más que los gachupines del equipo Pachuca han tratado de encubrir a Aguirre con mentirosos rumores de que "es buscado por las selecciones de Camerún y Japón"—ja, ja—el mundo futbolero ve con asco a ese pillo. Aguirre no dejó jugar al Chicharito y metió a Franco, pero ahora todo mundo habla del mexicano y nadie del argentino. ¿Quién sería tan estúpido como para contratar a La Vasca? El mañoso Gachupín Mayor en ESPN, José Mamón Fernández, también trata de continuar eso de que Aguirre es muy solicitado en el mundo para dirigir—ja, ja—pero miente en su afán de ayudar a su hermano étnico. En vano, pues. Desde debajo de su piedra en la tierra de las feas alpargatas, Aguirre chilló quejándose de que otros técnicos antes que él tampoco llegaron más lejos con la Selección en mundiales pasados. Ciertamente es certidumbre cierta. Pero cual gatos, sus antecesores al menos le echaron tierrita a su apestosa mierda futbolera.
El crimen deportivo de Aguirre—además de la cochinada hecha a Jonathan—fue tan monstruoso, que lo vieron hasta sus hermanos espanholes. El padre de Jonathan amenazó en ese momento con no permitir jamás que su hijo regresara a la Selección, y los comentaristas criollos aquí lo rostizaron y hasta se burlaron de su digna postura y su origen brasileño ("Pancho Zizhiño," le apodan los muy listos criollos invasores). Pero fue lo menos que el hombre podía hacer e hizo, pues la humillación que le recetaron los pinches gachupas racistas a su hijo no fue para menos. Y eso que hasta antes de apuñalarle al hijo por la espalda, Aguirre se decía "amigo" del brasileño. Para eso son los amigos. Es evidente que los animales vestidos en la Selección ya le habían agarrado gusto malsano a eso de maltratar al muchacho de madre mexicana. Porque primero lo recortaron de una selección juvenil y lo persiguieron hasta el aeropuerto para abusivamente abrirle la maleta, ¡como si fuera vil ladrón!, y sacarle un pantalón de practica "propiedad de la Selección" que el jugador, como mexicano que es (contrario a los criollos que son gachupas iinvasores), desceba conservar de recuerdo. Como si les hiciera falta una prenda a los Femeputos, pues los patrocinadores se regalan uniformes por cientos, mismos que ellos sí regalan a los amigotes. Pero los gachupines muertos-de-hambre (come-solos, pues) son tan miserables que hacen eso y más. Es decir, todo el tiempo que Jonathan pasó entrenando de gratis para la Selección no valió un pinche pantalón deportivo. Y nadie de los merolicos en los medios futboleros mexicanos dijo nada negativo del asunto, pues esa sucia conducta de los Femeputos es natural y aceptada.
Ya para Sudáfrica, Jonathan estaba por salir de vacaciones y lo trajeron de Espanha a partirse la madre entrenando en una gira de la Selección, de la que al final también lo echaron de mala manera. Como si el jugador no tuviera otra cosa qué hacer con su vida que servir de juguete a los méndigos criollos. Pero según los explotadores Femeputos, "estar en la Selección es un privilegio para el jugador." ¡Fíjese que suave! Juar, juar. Hay que dejarse explotar sin chistar, que para eso estamos los mexicanos, pregúntenle a los obi$pos.
Pero sucede que la Selección, niños y bolitas, no es algo en lo que vaya la defensa de la seguridad nacional. No. Existe solamente para explotar crudamente himno y bandera, sin que los delicaditos generaletes de mierda verde que ilegalmente—con la complicidad de los inmundos legisladores criollos—se han convertido en charlatanes guardianes de los símbolos patrios, abran el pico ante tal barbaridad. El miedo al gachupín Azcarraga 3 es demasiado fuerte. Contra el Multiplicador de Mierda televisada nadie las puede, ni siquiera los militaretes que tanto espantan al briago monito cagón, CalNerón.
La Selección se dedica pues a repartir atole futbolero con el dedo a la indiada, con partiditos baratos y arreglados para enriquecer a Televi$a y sus casas de apuesta. Los comentaristas de fútbol en todas las televisoras, incluyendo Fox y ESPN, tratan de desviar la atención al fraude alegando que la Selección solamente despluma mojados nostálgicos en Gringolandia, pero mienten: Acaban de recetarles a los "conocedores" aficionados chilangos un tongo con el reciente dizque juego México-Espanha, donde el empate dio ilegalmente la victoria a los gachupas para que se llevaran un trofeo que no ganaron en el campo, juego que de antemano estaba regalado a os peninsulares. Y la Federación de fútbol les va a dar a los aficionados dos fraudes más en suelo nacional, jugando contra las "potencias futboleras" Ecuador y Colombia, países solamente conocidos por sus vecinos. Y los merolicos futbolertos encubriendo todo.
Por eso fue que los criollos en los medios futboleros se le echaron encima al padre de Jonathan, casi acusándolo de traición a la patria, por negarse a que los gachupines no solamente exploten a su hijo, sino que además se lo ninguneen. Así que cuando llegó la convocatoria a Jonathan para el partido ya mencionado contra los ibéricos, Murrieta, en su mal disimulado desprecio habitual gachupín por los mexicanos no-criollos-aprendido sin duda de su madre, de su maestro el gachupinófilo Zabludowsky Uno y de José Mamón Fernández—gritaba ensoberbecido que Jonathan "necesita de la ventana (vitrina, güey)" que es la Selección para los jugadores. O sea, los explotados no son nadie sin el explotador, ¿eh? Pero el patán invasor fue más lejos, y en el colmo de la estupidez advirtió que el padre del jugador "tendría que tragarse sus palabras" y obedecer la convocatoria a Jonathan, pues según él es el jugador quien necesita que televisos y Femeputos le chupen su sangrita. Hágame el cabrón favor. Como para mentarle la madre y escupirle la jeta al tarugo, pues según eso ningún jugador tiene derecho a respingar ante los atropellos de los patrones explotadores.
Pero esta vez se la pellizcaron con el brasileño, pues su hijo Jonathan hizo buena la advertencia paternal y rechazó venir cuando Néstor de la Torre trató de engatusarlo otra vez. El muchacho va madurando y entendió que aunque los criollos en los medios los insulten a él y a su padre, no es obligación ser esclavo agachado de Televi$a, condición insultante a un ser humano. Venir a la Selección hubiera significado renunciar a rechazar los humillantes atropellos gachupines. Ese cuento colonizador de Femeputos y merolicos acerca de que "nadie es indispensable," y que "ningún jugador está sobre la Selección" es puro sermón sádico gachupín. Otro baboso colega de Murrieta decía que el jugador debería darse por bien pagado con la popularidad que da la Selección. Hhmmm…, interesante apreciación. ¿Y eso es excusa para tratarlo a patadas?
Afortunadamente, como respuesta a su convocatoria, Jonathan mandó a chingar a su madre a Néstor y pandilla. Con todo el derecho del mundo pues sospecho, conociendo lo hijos de puta que son los criollos, que ni siquiera querían a Jonathan para que jugara, sino para burlarse de la furia del padre y demostrar que Televi$a es más poderosa que cualquier jugador. Pero ni madre, porque la digna actitud de Jonathan echó por tierra esa maligna intención. Así que el rechazado Néstor de la Torre, para no quedar en ridículo ante la afición, tuvo que inventar una conversación fantasiosa con el muchacho para justificar que un jugador joven le aventara a las patas su pinche Selección.
Pero hay más. Para la serie de los próximos juegos fraudulentos de la Selección ya mencionados, Néstor volvió a convocar a Jonathan. Pero si la vez anterior, para el "juego" contra Espanha, Néstor batalló para finalmente comunicarse personalmente con el jugador, esta vez ni eso logró. El representante de Jonathan fue quien le dijo a Néstor que su jugador sencillamente no vendría. Amor con amor se paga, y a Néstor le tocó pagar. A güevo, pero pagó, aunque ahora lance furtivas amenazas según acostumbran esos cabrones.
De manera que quien finalmente tuvo que "tragarse sus palabras" fue el gachupín Heriberto Murrieta, pues el jugador les dejó claro que no necesita la vitrina que supuestamente es la Selección. Pero eso no lo aceptará Murrieta en pantalla nunca. Les gusta chingar a otros, pero no que se los chinguen a ellos.
La pérdida para México de un jugador joven y talentoso como Jonathan agradézcansela al puto Aguirre y al arbitrario Néstor, de tan repelente familia judía guadalajereña que incluye al déspota Chepo, eventualmente técnico nacional pues así se reparten los criollos entre ellos el pastel futbolero. Los Femeputos ya amenazaron, para alborozo de los gritones merolicos criollos que no tragan al muchacho, que la conducta de Jonathan "tendrá represalias(?)" Pos que chingones. ¿Pero cómo asustar a quien le importan madre las amenazas de los seleccionadores?
Porque mire. A falta de triunfos deportivos normales debido a la necesidad de trucar apuestas, la Selección mexicana siempre ha vivido de guajolotazos publicitarios para poder meter nacos a los estadios. Es maquinita-de-hacer-dinero de Televi$a y hay que vender el producto malo como si fuera de primera. Así que nunca va a importar el juego limpio a federativos tramposos que solamente trabajan para el Multiplicador de Mierda. Por eso se hacen contrataciones millonarias de técnicos extranjeros que nunca pueden hacer nada especial aunque sean campeones del mundo. A los jugadores, en cambio, no les pagan, los explotan haciendo comerciales para la Federación, y además los tratan a patadas y ni siquiera les pagan lo poco que les prometen. Los jugadores, y no los directivos ni los merolicos narradores de partidos, son los protagonistas del negocio. Pero los televisos manejan tan bien la propaganda patriotera, que dentro de poco—si no es que ya está pasando—les empezarán a cobrar por jugar con la verde.
Así que recuerde dónde lo oyó primero: En cuanto Jonathan empiece a destacar en el Barcelona, los Femeputos lo adularán para que venga y ayude a vender más boletos a la boba indiada que les creé todo. O sea, la realidad es que la Selección necesita más de jugadores como Jonathan, que al revés. Si los convenencieros merolicos de fútbol no revelan la verdad de los juegos televisados y arreglados de la Selección, boxeo, luchas y béisbol, es porque están maiceados. El simple hecho de que solamente criollos gachupines sean empleados en los medios, discriminando a mestizos e indígenas, ya es maiceo de los buenos. Por eso nunca van a patear el pesebre y delatar a sus hermanos étnicos que les dan chamba. Perro no come perro, pero igualmente el sol no se tapa con un dedo.
El problema con México es que los invasores criollos gachupines hacen todo con mal gusto y estupidez. Otro terrible ejemplo de mala leche criolla la acaba de dar otro miembro distinguido de la estudiantina de merolicos en ESPN, Carlos Albert. (Los de las demás estaciones están peor.) Este cuate, que está ahí por criollo y no por talento, aunque él mismo crea lo contrario, no desperdicia oportunidad de alegar sin que le pregunten, que es periodista. Bueno. Pero la concepción que Albert tiene de su oficio no es la de comentar juegos, sino decirle a directivos y dueños de equipos lo que deben hacer. Como si eso fuera trabajo. Sería bueno que nos dijera en cuál escuela de periodismo le enseñaron eso. Este insensato pisotea a quien le da la gana sin que los chupa-sangre administradores criollos de ESPN, empezando por el jefe directo de Albert, José Mamón Fernández, muevan un dedo para poner orden.
Hace unos torneos el jugador Miguel Sabah dijo en entrevista, luego que su equipo perdiera ante el América, que la única explicación que se le ocurría fue que "tuvimos miedo." Los mexicanos nos expresamos así, con metáforas, albures y coloquialismos sin fin. Pero el "periodista" Albert, echando espuma entre los dientes, la agarró contra Sabah gritando que "un jugador de primera división no puede tener miedo." O sea, este baboso, que también habla con metáforas, no entendió una cuando la oyó. Y viene lo peor: Se abrogó el derecho a satanizar día tras día al jugador alegando que su club, el Cruz Azul, "tendría que mandarlo a su equipo en Segunda." Por fin entrevistó al aire a un directivo mariconete del club, un tal "Billy" Álvarez, apabullando a este medroso sujeto hasta que casi lo hizo jurar que echaría del equipo a Sabah, "por medroso." Bendito dios. Y echaron del equipo al jugador, para satisfacción personal de Albert. "Objetivo" el güey al tergiversar la desafortunada declaración de Sabah, ¿eh? Y nunca le ha ofrecido una disculpa al delantero, pues los animales vestidos no conocen la cortesía. Y José Mamón Fernández, el responsible del tinglado, gordito y contento dando manga ancha a sus hermanos étnicos, alegando que "es justo expresar opiniones." Ahhh, pos ta'gueno.
Pero Albert acaba de darnos otra admirable muestra de la impunidad, parcialidad y mal oficio periodístico que tanto cacarea y que se practica en México. Dicen que hace años Albert tuvo un altercado periodístico con LaVolpe durante una entrevista, y el arisco argentino se levantó disgustado tirando el micrófono. Desde entonces Albert no pierde oportunidad de insultar a LaVolpe escudado en el micrófono, tratando de azuzar a la indiada en su pleito personal. Igual a como hace una cosa llamada Enrique Garay con Cuauhtémoc en TvAzteca, porque el jugador le bajó una vieja, y el teveazteco no desperdicia oportunidad para demostarlo bajo el mezquino truco de hacer "comentarios" insultantes o despectivos. En lugar de ir a retar a Cuauhtémoc a darse unos noquetes y salvar el honor, el "periodista" se le echa encima desde lejos, micrófono en mano. Y se creé listo. Pero Albert fue más allá en su sucia conducta contra LaVolpe. En una entrevista al aire con el presidente de selecciones de Costa Rica acerca de contratar a LaVolpe como técnico para la Selección de ese país, Albert sacó el rencor anidado en su corazón de "analista y periodista," y le advirtió—oiga esto—al directivo que "LaVolpe es mala persona y tendrán problemas si lo contratan, se los digo porque tengo cariño a los ticos (y no por mi cochina venganza, le faltó aagregar)." Que LaVolpe le cae mal porque usaba corbatas rojas en los juegos de la Selección, y porque nunca salía al campo antes de que se tocaran totalmente los himnos. Válgame dios. Naturalmente, el directivo tico se quedó sin habla ante la horrible demostración de ignorancia, mala fe y ánimo de acuchillar gente por la espalda del criollo, y solamente atinó a decir que lo pensarían. Hombre evidentemente educado, el tico evitó decirle a Albert ¡que no se metiera en lo que no le importa! Pero la impresión de vieja chirmolera ya nadie se la quita a Albert. Ni aunque lo encubran José Mamón Fernandez y su mariachazo de colegas merolicos. Me imagino que este incidente será ejemplo a seguir por nuevas generaciones de criollos en el periodismo. Pero para vergüenzas no ganamos los mexicanos con tanto criollo tarugo en nuestro país. Por eso estamos como estamos. Ni siquiera el peor y más repelente merolico del mundo futbolero que narra partidos en Univision, el mocho jineteador de nacos Pablo La Puta Borracha Ramírez, ha llegado a tanto. A lo mejor los curas en los seminarios de Guadalajara son mejores apacheros que los maestros de periodismo capitalinos.
Por eso no funciona nada en este infierno con fronteras ocupado militarmente por los ibéricos desde hace cinco siglos. Todo es amiguismo y compadrismo.
Y otra cosa, ya que voy encarrerado: La consecuencia de tener solamente criollos manejando el fútbol mexicano, entre dueños, equipos y selección, es que tenemos abundancia de técnicos criollos culones. Con la excepción del Chelís, LaVolpe, y algún otro que a mi memoria escapa, todos son medrosos y viven más para cuidar su chambita que para cosechar lauros deportivos para sus equipos. Hugo Sánchez, Tomás Boy, Víctor Manuel Vucetich, El Tuca Ferreti, y muchos otros vividores, se han espantado cuando tuvieron que jugar torneos sudamericanos contra los equipos de la cavernaria y facinerosa COMEBOL y emprendieron cobarde y nada graciosa huida alegando que a ellos les importa más la liga mexicana. El miedo no anda en burro. Y de ese hatajo de babosos saldrá el próximo técnico tricolor. Imagínese el futuro.
Además, opino que a pesar de la FIFA, en México la CNDH debería intervenir para proteger a los jugadores de tanto técnico criollo abusivo—en las divisiones menores hasta se cogen a los niños—que gozan mentándoles feamente la madre a los jugadores en el campo de juego: Tomás Boy, El Piojo Herrera, LaVolpe, Sergio Bueno, Romano, el Tuca Ferreti, el Chepo de la Torre, et al. Mejor deberían capacitarse para dirigir mejor y desquitarse menos con sus dizque dirigidos. Eso sí, a los dueños de equipos les gusta y conviene tener jugadores cohibidos y rezando avenarías. Son más fáciles de mangonear.
Digo.
PD: Ya estamos en septiembre. No deje de ir a celebrar el bicentenario del cambio de administración gachupina en México, de los ibéricos a sus descendientes criollos. Pasó el látigo colonizador a manos de los criollos, quienes procedieron a centuplicar el grado de explotación de indios. Doscientos años de chupe de sangre mexicana, qué tanto es la pura puntita. Hay que adorar a gachupines y obi$pos bañados en mierda, para que luego se chiquitíen a sus hijos como se lo chiquitearon a usted. Compre entonces sus banderitas, persígnese, cargue con su vieja y chilpayates sin bañar y vaya a vitorear y lamer las apestosas patas de los criollos y generaletes en el poder, y a besar la hedionda mano a los curas jineteadores de indios. Que no le de vergüenza ser agachón, ya sabemos que quien por su gusto es buey, hasta la coyunda lame. Eso es el mejor ejemplo para sus hijos, quien quita y salgan excelentes esclavos y luego hagan lo mismo con los hijos de ellos.
Viva México, ¿eh?
* Master, Estrategia Militar China
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