Escupió por fin su postrero chicle el torturador y verdugo oficial del priismo, el siniestro militar ladino Fernando Gutiérrez Barrios. El "historiador" ladino Enrique Krauze le hará indudablemente un gran homenaje póstumo en su ficticia pero muy bien pagada "historia mexicana" en la cual todos los gobernantes ladinos resultan ser no explotadores, sino benefactores de la indiada. Pero nadie le creerá.
La realidad que no mencionan los medios de comunicación nacionales (mucho menos los "intelectuales") subsidiados por el PRI-PAN-PRD, es que en México solamente los ladinos judíos llorarán la muerte de Gutiérrez Barrios. Nadie más.
El mundo se espanta con las travesuras de Hitler, de Pinochet, de los dictadores africanos, pero si supieran las barbaridades que los militares y gobernantes ladinos han perpetrado contra la mexicanada en cinco siglos, les pegaría el soponcio.
En mi opinión, Gutiérrez Barrios fue solamente uno más de los habituales matones militares ladinos al servicio del Estado y traumatizado (como Hank) además por la matanza nazi de judíos en Europa. Como el hay muchos ladinos en el gobierno y en el Ejercito, desquitando sus odios contra inermes ciudadanos indios y mestizos.
Gutiérrez Barrios imitó fielmente a sus ancestros gachupines y regó el suelo de México con la sangre de incontables víctimas --estudiantes, guerrilleros, disidentes políticos y además mujeres y niños parientes de los anteriores-- cuyo pecado fue no estar de acuerdo con los abusos de un gobierno de ladinos-judíos-criollos ladrones y asesinos. Y el "jalecito" lo hacía Gutiérrez Barrios, curándose en salud, "por México." Decía sentirse "orgulloso" de sus asesinatos porque "benefician al pais."
Pobre diablo.
Vendió su alma al PRI ladino a cambio de cacahuates. Porque eventualmente hasta los matones mueren, y el problema de Gutiérrez Barrios no terminó al estirar la pata: Apenas comienza. Porque el problema de los matones es que no saben ni qué es el alma que desprecian. Por fama y riquezas, o para saciar sus mas oscuros instintos lastimando a otros, encochinan su conciencia y su nombre pretextando hacerlo por su país.
Pero el hombre no puede deshacerse de su propia conciencia, así que los matones se pasan la vida negando sus oscuras fechorias. Saben que hicieron mal y que la sociedad no-ladina los desprecia. Y ni siquiera al morir quedarán sus crímenes enterrados puesto que como dicen en China, "En este mundo no hay secretos." Nadie se lleva nada a la tumba. Tarde o temprano salen los hechos de los hombres a la luz pública y así los recordará el pueblo, no como sus compinches pretenden que se les recuerde.
Maestro del espionaje político, Gutiérrez Barrios vivió como viven los militares asesinos: siempre debajo en la oscuridad que produce la jefatura de alguna oficina de "Seguridad." Les hizo el trabajo sucio y les sirvió de verdugo a los presidentes López Mateos, Díaz Ordaz, LEA, JoLoPo y De la Madrid. A todos les supo y les alcahueteó sus secretos y mariconadas. Por eso el priismo le dedica elogios sin fin.
Triste pago para tanto crimen.
Su mayor "hazaña," de la que según dicen sus íntimos se jactaba, fue haberle metido un palo de escoba por el ano al rezongón Che Guevara cuando arrestó a los cubanos rebeldes en México. Por algo fue militar. A lo mejor por haber escapado a suerte similar (pero porque el si cantó luego luego) el espantado y entonces dócil Fidel Castro le llamó a Gutiérrez Barrios el "policía caballero," o sandez parecida.
Peor les fue a cientos de estudiantes con Gutiérrez Barrios cuando lo de 0ctubre-2-68, pues nadie volvió a saber de ellos desde entonces. Quizás por eso asusta en el Campo (de concentración) Militar #1.
Por eso es ridículo que, habiendo sido enemigo jurado de la democracia, de la libertad de expresión y de los mexicanos no-ladinos, los medios de información quieran presentar a FGB cual héroe nacional ante la sociedad que tanto dañó. (Aunque ya sabemos que el Sistema ladino alaba a los matones suyos hasta en la muerte. Ya veremos, cuándo muera LEA, qué loas le cantarán. Dejarán chiquitos los "intelectuales" a los cadetes de Chapultepec y su inexistente clavado dizque con la Bandera envuelta. Chorrada ésa que de seguro escribió un antecesor de Krauze.)
Por eso fue, creo, que a la directora ladina del pasquín Siempre se le chorrearon los frenos con la muerte del matón. Con "dolor y lágrimas en los ojos" por la muerte del que fue, según ella, "hombre leyenda, mi maestro y amigo sabio," la ñora se alocó y escribió apasionado editorial-fervorín.
Bueno. Cada quien tiene derecho a pensar lo que quiera, conste. No seré yo quien evite el pesar que otros sientan en su corazón por el deceso del cuate ese.
Lo malo es que la ñora nos quiera hacer tragar a los demás el sapo que escribió. Porque decir que Gutiérrez Barrios fue un santón víctima de "quienes lo odiaban y le temían," y que quienes lo acusaron de ser parte de la matanza de Tlatelolco y "de ser espía, criminal y represor," intentaron en realidad "apagar su aureola acomplejados por su fama de hombre mejor informado" nada más porque son envidiosos, es una babosada.
Y decir además que "vamos a encargarnos de que su pensamiento permanezca y trascienda" es ya una temeridad y un insulto a las madres, esposas e hijos de las víctimas del canijo asesino. Pero es que antes de chuparle al cigarro hay que cerciorarse de que no contenga yerba mala. Mota, pues.
En fin. No quisiera yo ni pensar en cómo la pasará el espíritu de Gutiérrez Barrios al encontrarse en el otro mundo con los espiritus del Che, de los hombres, mujeres y niños, estudiantes, disidentes y campesinos que secuestró, torturó y asesinó. Porque de seguro esos espíritus rabiosos demandarán justicia y venganza al Juez de la Muerte. Y ahí si que ni el Ejército, ni la directora de Siempre, ni charros negros, ni rabinos, ni oraciones, ni misas, ni familia, ni políticos por muy poderosos que sean, le podrán echar la mano. Ante el mencionado juez cada espíritu llega solo, con sus maldades a cuestas. Allí se descubre lo vacío e inútil que es el poder, ese poder que tanto desearon en la Tierra y que solamente les sirvió para arruinarse ellos solitos por varios ciclos de reencarnación.
Y sigue Hank.
* Master, Estrategia Militar China
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