Dice el procónsul - México está ocupado militarmente por los invasores gachupines- Ernesto Zedillo, que dizque "la pobreza no es justificación para el alzamiento armado." Mas yo digo que Zedillo está pendejo.
Su opinión desafina tanto como la desentonada ejecución de El Bolero de Ravel perpetrada por la Sinfónica de Viena recientemente en Madrid. En España el público abucheó a los músicos pero aquí ni pío dijeron los políticos criollos judíos ante el desatino político dicho por el también judío Zedillo. ¿Son babosos, o se hacen?
La cínica declaración fue la cereza del pastel en entrevista que Zedillo primero había dado a un reportero extranjero, y que después repitió a la prensa nacional. Se ve que los criollos ignoran el factor desesperación que detona las revoluciones.
Zedillo es el mismo sinvergüenza
que siendo secretario de Educación canceló las clases de civismo a los niños mexicanos. Igualmente, borró de los libros de texto la historia del Pípila porque según él no había registro histórico del incidente en la Albóndiga -¿o se dice Alhóndiga?- de Granaditas. Pero para nosotros la historia oral y la escrita tienen la misma validez.Si Zedillo despacha en Los Pinos es únicamente por su complicidad en la traición y asesinato de Luis Donaldo Colosio, de quien era gato (feamente) regañado.
Mal asunto ese de minimizar el peligro social que representa la pobreza, porque en primer lugar Zedillo, economista, sabe cúanto suman dos más dos. Al menos así lo demostró cuando se discutía la posible rebaja al IVA. Pero de pronto parece incapaz de percibir cómo la pobreza, sumada a la volatilidad política, puede engendrar violencia por demás justificada. Alguien tuvo que haberle dicho que las revoluciones históricas - cuando menos la francesa, la rusa, la mexicana, la china y la cubana - estallaron porque en cada uno de esos países el pueblo moría de hambre mientras la clase gobernante derrochaba el tesoro nacional.
Si la situación económica que priva en México está en un estado de pre-revolución, entonces lo lógico es esperar un alzamiento armado. Pero además Zedillo - o quien le escribió el discursito - demostró insensibilidad total hacia los pobres. Obviamente su concepto de la pobreza es muy diferente a la realidad que viven cincuenta millones de mexicanos. Para el procónsul la pobreza significaría viajar en un automóvil económico en lugar de uno de lujo. En cambio, la pobreza de la plebe es pasársela sin comer siquiera una vez al día y sufriendo enfermedades, desnutrición crónica, y ayuda médica social casi nula. Porque ese mito de la ayuda médica de la Cruz Roja - es concesión para pedir y robarse las donaciones - es un insulto a la población pagadora de impuestos.
La pobreza hace a los pobres incapaces de sacudirse el analfabetismo, pues se ven obligados a poner a trabajar a sus niños para procurarse comida, en lugar de mandarlos a estudiar - como de seguro hacen los niñitos de Zedillo - para labrarse un futuro mejor. La pobreza extrema destruye el cuerpo y el espíritu humano. Produce amargura y desolación en la gente al ver a sus hijos comer aire y morir prematuramente por no tener dinero para adquirir lo más básico en víveres y medicinas.
La corte presidencial la componen ministros pillos y simuladores que habitan en palacio por derecho de herencia. Deberían salir ocasionalmente de incógnito, con lentes oscuros y ropa corriente, a caminar por las calles, así verían con sus propios ojos la pobreza que eventualmente obliga a los desamparados a tomar las armas para intentar mejorar su vidas.
A ver: ¿Qué hacen realmente los gobernantes para paliar el sufrimiento de los pobres? A lo más les arrojan de limosna medicinas caducas que matan en vez de curar, les dan leche en polvo radiada y frijol apto para consumo animal unicamente, como hizo Raúl Salinas el ehrmano del Ratón Atómico, y luego muy orondos depositan sus ganancias malditas en bancos extranjeros.
Como dijo JoLoPo, ellos "administran la riqueza." Pero luego se la llevan a su casa para después restaurar castillos en España -su verdadera patria- y pasear en lujosos yates en el Mediterráneo. Mientras tanto, infinidad de mexicanos carecen ya no digamos de techo, sino de cuando menos tortillas para asustar su hambre. Y si no nos parece, nos dicen burlonamente lo que un gobernador judío de Baja California, un tal Leyva, les dijo un día a un grupo de pediches que le hacía una petición en su oficina, negándoselas, "y si no les gusta, agarren las armas y váyanse al cerro."
Ah, porque además de incompetentes, los políticos nacionales son cínicos y cabrones, prepotentes y lapidarios.
Aún así, uno esperaría de Zedillo algo de comprensión humana y política hacia los pobres, así sea de dientes para fuera como hacía El Perro JoLoPo. Pero cuando la Matanza de Acteal, donde bestias militares balearon en el vientre a mujeres indígenas embarazadas y después les sacaron a puñaladas y con saña los fetos para tirarlos por ahí, los medios de desinformación nacionales señalaban que Zedillo se fue de vacaciones. Los indígenas no son judíos. Conducta indigna de un mandatario, la de Zedillo. En Francia mueren estos días unos chicos en accidente alpino, y el primer ministro y su gente acuden en persona al lugar para reconfortar a sus familiares. Pero allá no tienen a animales vestidos en el Gobierno.
En México, pobres y gobernantes pertenecen a grupos étnicamente opuestos. Para los pobres son siempre las verdes, y para los gachupines invasores las maduras.
Y encima el procónsul desaprueba que los pobres protesten su miseria con la violencia. ¿Quiere entonces que aplaudan a sus gobernantes por tenerlos hundidos en la ruina y la inmundicia? Obviamente que sí.
Siempre he sido anticomunista, pues no concibo una igualdad social irracional e impuesta por el Estado. Creo que a mayor talento y capacidad debe haber mayor recompensa, pero empiezo a entender la táctica de "re-educación" que Mao impuso en China. Después de observar la conducta de los funcionarios mexicanos, veo por qué Mao hacía redadas de intelectuales y juniors entre las clases privilegiadas y los mandaba a vivir y trabajar con los campesinos largas temporadas. Todo para que experimentaran en carne propia la verdadera miseria y entendieran mejor a los pobres y sus necesidades. A Zedillo le faltó una experiencia de esas. También la merecen muchos ex mandatarios y ex gobernadores, junto con sus pandillas de políticos y jueces. Comenzando con el preso más famoso de Almoloya, el hermanísimo Raúl Salinas. A este sinvergüenza deberían darle a cocinar el frijol para consumo animal que compró a China en irrisorio precio y vendió aquí a precio de frijol de alta calidad (tomaba a una familia cocer el mencionado frijol doce horas antes que se reblandeciera) y darle a tomar la leche radioactiva que compró en Rusia y vendió en iguales condiciones ventajosas para su bolsillo. Crimen de paredón. Todo porque se creé el imbécil gachupín que vale más que los mexicanos de piel oscura. De perdida, en vez de encerrarlo deberíamos mandar ese pillo a vivir diez años con una familia de indígenas, de ésas que sólo consiguen a veces una tortilla al día para comer. Y hacer igual con los ministros actuales y pasados.
Los funcionarios ya pueden desear que los pobres se mueran de hambre con los brazos cruzados y sin protestar. Pero también los pobres son dueños de los recursos naturales - petróleo, maderas, minerales, etcétera - que el gobierno explota para beneficio de unos cuantos vivales.
En temas como el de la pobreza nacional, tal vez sería preferible, políticamente hablando, no decir nada. De lo contrario se corre el riesgo de ofender a los desposeídos gratuitamente. No olvidemos que la familia de los pobres en México es tan numerosa que su espalda va cargando la silla presidencial. No vaya siendo que se cansen y lo tiren a mitad del camino.
PRINCIPIOS DE DINERO: Un milenario acertijo de estrategia militar china es ¿cómo quitarle el cascabel al tigre?
Las tribulaciones que están pasando los nuevos ricachones criollos mexicanos en sus tratos con bancos suizos son patéticas. Estos "bancos confidenciales" atraen pillos que busquen esconder fuertes sumas de dinero ganadas ilícitamente. Como es de esperarse, la mayoría de depositarios son ladinoamericanos: gobernantes, políticos, dictadores, narcos, evasores de impuestos, ministros, hermanos y amantes de presidentes, etcétera.
Los banqueros suizos, labiosos de profesión, inicialmente no hacen preguntas directas o indiscretas sobre el origen de los depósitos, pero tampoco pagan intereses. Al contrario, los mas cobran comisión por guardar esas fortunas, garantizando "el secreto" de las transacciones al grado que las cuentas se activan a través de códigos en poder únicamente de los depositantes. Si algo les pasa a éstos, sus familias nunca recibirán ni un dólar de ese dinero, a menos que conozcan la clave. Los ganonens son los banqueros. Como siempre.
Porque esos banqueros no les dicen a sus víctimas (perdón, a sus clientes) que los depósitos ilícitos se cuentan en billones de billones de dólares, y ellos prestan ese dinero por su lado y encima ganan fortunas con los intereses.
El problema es que si un cliente pilluelo quiere retirar su cuantiosa fortuna intempestivamente, podría causarle dolores de cabeza financieros a su banquero. Para evitar un susto de esa naturaleza, los banqueros emplean compañías de investigadores privados con contactos policíacos en todo el mundo para que hagan dossiers secretos de cada depositante. Así, cuando un cliente mañoso se halla en problemas y quiere llevarse todo su dinero, los banqueros discretamente filtran la información en su poder a las autoridades locales que siempre están en el ajo, las cuales invariablemente ordenan la "congelación" de tales cuentas hasta que se llevan a cabo las investigaciones sobre la procedencia de los dinares guardados tan bien, que ni los dueños pueden disponer de ellos. Después de todo, justicia y banca caminan de la mano.
Esta táctica hunde al cliente porque lo deja sin su dinero y de pilón en la cárcel, pero le da tiempo a los bancos para que gradualmente retiren ese capital del mercado. Cuando al paso del tiempo las autoridades deciden el destino del dinero, los bancos ya están preparados para el desembolso. Y al cliente que se lo lleve el diablo, que ya vendrán otros criminales a depositar y esconder más dinero. El mundo está lleno de ladrones similares.
La lista de depositantes importantes - el Sha de Irán, el dictador filipino Marcos y su esposa Imelda, Raúl Salinas, narcos mexicanos, dictadores africanos, mafiosos, etcétera - que han sido despojados de su dinero por banqueros pillos en esa forma es impresionante e interminable.
Y para empeorar la cosa, en todos los países hasta el banco de la esquina puede divulgar toda la información de sus cuentahabientes a la policía y otras agencias gubernamentales. Los depositantes cautivos de "bancos confidenciales" extranjeros se preguntarán alarmados: ¿Y ahora quién desatará la campanita que el tigre trae atada al cuello? Y yo digo, ¡pues los mismos que se la pusieron! O sea, los cuentahabientes. Ni modo que le llamen al Chapulín Colorado.
Con sus abusos, los banqueros ladrones están obligando a los clientes a pensar en esconder sus fortunas como en tiempos pasados. Igual que hace siglos, el dinero en el colchón parece estar más seguro que en bancos nacionales o extranjeros "custodiados" por vivales vestidos con trajes de casimir inglés.
Lo gracioso es que los depositantes se asustan solos: No hay ley que obligue a nadie a depositar su dinero en bancos. Al contrario, considerando el número de banqueros mexicanos que recientemente han malgastado el dinero de sus cuentahabientes, es recomendable buscar alternativas más seguras para guardarlo. Hubo aquí en México narcos que guardaban millones de dólares en efectivo dentro de cajas de naranjas y amontonadas en cajas de trailers estacionadas en sus casas. Naturalmente que ésto llegó a oídos de la policía y como el dinero era ilícito y no podía ser depositado, acabó como acaban esos tesoros: Confiscado por ambiciosos cuicos y funcionarios. Luego ese dinero desaparece misteriosamente y nunca llega a las arcas nacionales.
Pero, ¿qué le impide a una persona adinerada fabricarse una bóveda privada, subterránea o a ras de tierra, en su propiedad? La puede hacer tan grande y segura como la de cualquier banco, con aire acondicionado, alarmas, y hasta con estéreo. Ahí podría colgar sus picassos y visitar su tesoro a placer. Hasta platicar con su dinero y acariciarlo amorosamente a diario si se le antoja. Cierto, no ganará intereses. Pero tampoco perderá su capital, que es lo importante. A veces no es tan indispensable ganar dinero como lo es guardar bien lo ya ganado. Si lo duda pregúntele a Raúl salinas y a Imelda.
¿Y los banqueros suizos qué harán? Pues ellos que secuestren a se hagan policías mexicanos si quieren ganar dinero fácil.
METAFÍSICA: "No se lamente, defiéndase," dice la estrategia china. Mejor haga el ritual chino básico.
También memorícese estos tres principios que los taoístas recomiendan a quienes hacen rituales:
A. Evite la avaricia que incita a dejar en la ruina a otros.
B. Evite quitarle la vida a otros a través de el ritual.
C. Evite divulgar el secreto de los rituales, de otra manera los usarán contra usted.
Si usted no sabe rituales de nivel más alto que los que reveló a otros, ya no vivirá ni feliz ni mucho tiempo.
COMO MÉXICO NO HAY DOS: "El caza-ladrones era ladrón también," dicen en China.
Detuvieron a tres agentes estatales de Morelos cuando "tiraban" el cadáver de un detenido que murió a resultas de la tortura que le aplicaron en los calabozos morelenses. Al ser sorprendidos en el acto por policías de Caminos, los judiciales trataron de escapar del embrollo diciendo que el muerto había fallecido de un paro cardíaco, fábula sostenida también por los crueles superiores de estos asesinos con credencial.
La autopsia reveló que la víctima presentaba la siguientes heridas: El cuerpo lleno de moretones, violentos golpes en la cabeza, veinte fracturas en las costillas, estallamiento de vísceras (hígado, riñones), una oreja cercenada, los testículos deshechos a golpes, y de pilón el pene le fue cercenado. Sólo le faltó sufrir el infarto del que decían los policías que murió.
Y pensar que los ciudadanos pagamos los sueldos de estos criminales desalmados. Esos cabrones son carne de paredón. Porque una cosa es ser criminal, y otra ser criminal navegando con credencial de guardián de la ley y el orden.
Aún así, de haber sobrevivido la víctima, jure usted que ningún juez mexicano hubiese cuestionado la legalidad de su "confesión" a través de la tortura. Habría aceptado la excusa habitual de los cuicos: Dicen los desvergonzados que los detenidos ¡se golpean solos!
Así de retrógradas estamos en materia penal.
Lo peor de tan espeluznante caso es que uno de los asesinos era el comandante de la sección antisecuestros. Dicen que confesó ya haber vendido protección a secuestradores en al menos cincuenta casos. Bendito dios.
La CNDH había denunciado desde 1995 que las autoridades del Estado de Morelos están inmiscuidas con los secuestradores. Documentadas hay 150 privaciones ilegales de libertad, y los casos de al menos cinco desapariciones. Pero los jueces ni se tibian.
Y todavía dice el procónsul que hay que "confiar en la ley" y en el estado de Derecho, que no hay impunidad. Magnifico. Pero ¿de qué país estará hablando el baboso? Porque en México la ley es de los policías que la usan para robar, violar, secuestrar, torturar y matar a indefensos ciudadanos.
Todo mundo sabe que los pillos más peligrosos en México traen uniformes de diferentes corporaciones policiacas. Zedillo dirá lo que quiera pues hablar es fácil, pero yo a un policía mexicano no le confío ni una bolsa con alimañas ponzoñosas: De seguro el cabrón se los comerá de botana.
EL "TERCER OJO" MILITAR: "Cuídate de subordinados que busquen más poder," dice el principio militar chino.
Mejor anticipar problemas para evitar lamentos posteriores. Por ejemplo. Cuando aquéllos que rodean a una persona importante, civil o militar, se vuelven ambiciosos, ¡se les conmina a obedecer o se les despide!
Un asistente confidencial pasivo es de gran ayuda para una persona importante. Pero un subordinado con demasiadas ambiciones es peligroso, ya que los enemigos de la persona buscan ayudantes pretenciosos para restarle poder.
Esos enemigos pueden apelar a la vanidad de el ayudante sembrando la duda en su mente, haciéndole creer que él es más importante que su jefe. Y como muchos quieren ser jefes, no indios, con poco que los azucen ya se ven en control de la situación.
Aún admitiendo que la ambición personal es natural, un subordinado así debe ser hecho a un lado inmediatamente antes de que cause un problema mayor a todos.
* Master, Estrategia Militar China
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