Durante el último año, he sido blanco frecuente de filosas cuchufletas de ladinos (¿y curas?) mexicanos lanzadas por e-mail. El objetivo ha sido recordarme diferentes versiones de la frase aquélla que reza, "Los muertos que vos matáis…gozan de cabal salud." Según los humorísticos escribidores ladinos, mis "supersticiosos" presagios de desastre político para los gachupines en el poder eran "ignorancia" mía, producto de nada científicas supercherías diseñadas para engañar mexicanos no-ladinos.
"Ved, indio tonto," me decían, "Fox está más fuerte que nunca, nadie en el Gobierno se ha tambaleado. ¿Para qué sirven vuestros pinches rituales taoístas? ¡Falso líder de villorio! ¡Hereje! ¡Falso mexicano al servicio de oscuros intereses! ¡Adorador del Diablo (excuse me?)¡ ¡Pueblerino de pocas luces! ¡Pregonero de desastres políticos ficticios!"
Y yo, que sabía perfectamente que estábamos en calma chicha antes de la violenta tempestad metafísica, meciéndome pacientemente en mi hamaca.
Los rituales chinos son arma de dos filos, ciertamente, y todos sabemos que hay tontos que se cortan solos, pero yo no soy de ésos. Cuando yo desenfundo el arma es para que el oponente se ponga a temblar, no yo. Así que ahora, días después de los pavorosos resultados negativos (para el PAN y Fox-y-Marta) de las elecciones de julio 2003, es mi turno de preguntar a los bravucones de la pluma: ¿cómo les quedó el ojo, mis pequeños saltamontes ladinos? ¿Morado?
Y es que en materia de rituales chinos, cuando yo digo que va a llover mejor saquen su paraguas o aténganse al remojón. Apréndanse tal cosa y recuérdenla cada mañana al despertar. Pero si no quieren creerme tampoco eso, no lo hagan, aunque nomás van a sufrir por tercos.
Porque yo, algo más que neófito en el arte de la adivinación china, sabía hace tiempo que la administracion foxista nació podrida de cimientos. Los secretarios de Estado en Los Pinos, junto con Marta-y-Fox, se dedicaron a desgobernar y robar únicamente mientras nos rezaban para distraernos el mantra ese de que dizque estaban "trabajando por México." Eso, y los efectos de los rituales hechos por mexicanos irritados por la odiosa conducta del gabinete y Ejecutivo sentenciaron su sexenio. Era cuestión del primer empujón electoral más o menos enérgico, para que se desmoronara Mentirosillo Fox estrepitosamente. ¡Y ya se desplomó!
Son los descuidos, y no solamente los enemigos, los que tumban al jinete. Huelga decir que Fox se cayó solito de la montura. De nada le sirvieron ni los (risibles) servicios de brujas caribeñas y brasileñas contratadas por Marta, ni la (equivocada) asesoría de "intelectuales" irremediablemente ineptos y salados como Jorge Castañeda, y de diversos y destacados miembros del tercermundista y mocho Grupo Guanajuato. Menos le ayudaron sus propias e irracionales mentiras políticas, insultante retórica para párvulos vomitada a diario sobre el electorado por radio y televisión.
Dije recientemente que Vicente Fox se iría con menos de lo que traía cuando llegó, y a la mitad de su mandato ya está peor que cuando empezó. Su prestigio político de oropel se le cayó y lo exhibe encuerado tal cual es en realidad. Nunca más podrá incursionar en la política después del desastre electoral al que llevó al PAN. Imagínese, si a éstas alturas Fox es ya un cadáver político andante. Vale todavía su firma oficial, pero no su errático liderazgo, ni sus discursos dignos de un orate de manicomio. Los milateretes verdes le seguirán tocando la corneta mientras dure su mandato, pero a sus espaldas se pitorrearán de él . (Tanto o más como el pueblo se carcajeó cuando corrió la voz que un alto militar fue a votar…armado con tremendo pistolón al cinto. Hágame el cabrón favor, los encargados de velar por la ley de armas en el período electoral son los primeros en violarla al no despojarse momentáneamente de su horroroso fierro escupidor de balas de fuego. Quizás quieren decirnos con su conducta que la ley se hizo para los pendejos civiles, no para napoleoncillos. ¡De película, mis niños, de película!)
En este momento Fox ha de sentirse desolado como Sansón trasquilado (o un machín pelón), confundido como Napoleoncito exiliado en la solitaria Isla de Elba, asustado como Raúl Salinas degradado y rodeado de feroces custodios y perros bravos en Almoloya, incrédulo como el Zar Nicholas echado del trono a patadas de cosacos. Pero no es todo: antes de dejarle el trono a su sucesor tendrá que devolver las alforjas con muchos de los miles de millones de dólares que él y su mujer sustrajeron del Tesoro del pueblo mexicano. Y de pilón, Marta-y-Fox terminarán sus días agobiados por los implacables efectos de los rituales chinos hechos por los pobres de México. Todo porque ningún ladino mexicano en el poder, mucho menos un latifundista sin barniz como es el cuate de las botas charoleadas, aprende el siguiente principio de metafísica china: "Nunca te coloques voluntariamente frente al paredón de los rituales chinos, pues (casi) no hay manera de escapar de allí."
Pero la catástrofe electoral de Fox no es ni de broma lo peor que les espera políticamente a los ladinos agazapados (ni siquiera es necesario saber sus nombres) detrás del trono de México.
Sucede que mis lectores habituales saben que mis predicciones esotéricas políticas van mucho más acá, pero también más allá de Fox-y-Marta. Así que el futuro predice que sería mejor que fueran poniendo sus barbas a remojar todos los exreyecitos de México (y sus banqueros y socios), y al menos seis o siete generaciones de sus descendientes, porque a través de rituales la indiada va a demandarles sus fortunas malhabidas, plus castigos celestiales sin fin para todos ellos. El mismo principio aplicaría, me imagino, a todos los gachupines desde la primera generación de la Conquista, y para sus descendientes aquí o en Espanha. (Esta táctica esotérica dice la adivinación china que nadie la podría detener, pues aunque hubo un paréntesis de tiempo en que los políticos ladinos pudieron haber alterado su propio futuro, ese período expiró hace dos años. Y fue su propio karma el que condenó a los ladinos, es decir fue suicidio generacional. No supieron o no quisieron aprovechar la oportunidad que el destino les ofreció a ellos, e indirectamente a sus descendientes. ¿Resultado? Pues no hay tiempo para más y el futuro se les vino encima. ¡Los designios del Cielo son inescrutables!)
Luego les llegará inexorablemente el turno de enfrentar rituales chinos a los próximos reyecitos ladinos, y también a sus descendientes. No importa que se llamen MLO, Madrazo, Castañeda, Cárdenas… Cuando digo que "hay que sacar a los ladinos de Los Pinos en el 2006," no significa que el próximo reyezuelo no será ladino, sino que para entonces los rituales del pueblo deberán estar ya dirigidos únicamente a provocar que un día un mexicano no-ladino contienda electoralmente por el trono, que diga por la silla presidencial. Luego el Cielo decidirá cómo y cuándo tal victoria tendrá efecto.
METAFÍSICA: Sigue necio, movido por su repelente avaricia ladina, un productor de cine de apellido Arau, tratando de explotar en su beneficio el nombre y la vida del líder agrarista Emiliano Zapata, aquél que por ayudar a los pobres sin tierras fuera emboscado y destrozado arteramente por el "glorioso" Ejército mexicano. (Mientras los descendientes del guerrillero suriano viven olvidados y en la miseria, el Gobierno da a los sádicos militaretes jugosas pensiones con nuestro dinero.)
Ya envolvió Arau en el miserable proyecto al hijo del vejete maricón ladino disfrazado de "charro cantor," un tal Chente Fernández. El padre pondrá dinero y el hijo "actuará" el papel principal. Por lo visto distorsionarán la historia y nos harán creer a la mexicanada que Zapata se dedicaba en cuerpo y alma a cantar rancheras y a emborracharse. Muy "edificante" todo, evidentemente diseñado por los ladinos para destruirnos a nuestros personajes. Cabrones…
Habrá entonces que recibir a su película, a sus actores ladinos, a sus productores y a sus distribuidores, con una andanada de rituales chinos para que los méndigos productores aprendan a temernos y a respetar a nuestros héroes. Ya basta que seamos material de explotación para cuanto ladino quiera hacerse rico a nuestras costillas, y a las de nuestros muertos.
No les basta ya robar solamente a los vivos, como antes, ahora van sobre nuestros muertos también. A chingar a su madre hay que mandarlos, aunque sin asomo de violencia física ni de malos modos frente a ellos. Simplemente se llenan las peticiones con los nombres de los pillos pidiendo a los dioses que los pongan de rodillas, se queman junto con un billete, y de ahí para adelante que los ladinos toreen a los dioses.
Y que les vaya bien y se forren de dólares los tarugos.
* Master, Estrategia Militar China
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