Hay preocupación general en USA por el crecimiento de la población mexicana en su territorio. Muchos americanos piensan que los mexicanos afectarán el balance racial y los resultados de sus elecciones presidenciales. Están ya pensando impedir que tal cosa suceda. Y es que el rico piensa que todos son ricos, por eso los americanos piensan que los mexicanos saben utilizar la fuerza del voto.
Lo que ignoran los vecinos es que los mexicanos están preparados por su gobierno para no influir en las votaciones. Los mexicanos en USA no sabrían influir en las votaciones de ese país ni aunque quisieran. De otra manera, ¿creé usted que se habría permitido aquí que CSG asumiera una presidencia que nunca ganó en las urnas?
Otra cosa es la influencia de los mexicanos en la economía americana. Con el crecimiento demográfico natural, el número de mexicanos en esas tierras ha crecido. Los americanos saben que la inmigración ilegal es lo que aumenta el número de paisas por allám, de ahí el pánico que se traen los del Ku Klux Klan (sí, los del cucurucho y babero blancos que prenden cruces en casas de negros).
Los cuates del KKK (en español se lee kon-ka-ka) se sienten a gusto molestando a gente que no sea blanca. Ya no pueden linchar libremente a negros, chicanos y chinos, así que su líder en California dirige sus baterías contra la mexicanada y aúlla, ``No permitiremos que nos quiten nuestras tierras. Antes las destruiremos.'' Bueno. De mi parte no hay problema.
Dice el del gorro que lo construido en California jamás lo entregarán a los mexicanos y orientales que están "invadiendo" ese estado y el país entero. Dice también el bravucón encapuchado que no soporta ver la mezcla de razas en USA, y quisiera un día ver puros blanquitos a dondequiera que volteé. Hombre, pues se hubieran quedado los blancos en Europa en vez de venir a moler nativos y vivirían felices. Pero no, vienen a estas tierras de indios, casi los extinguen de la faz de la tierra, y luego se quejan de que todavía quedan algunos. Bonita cosa.
Dice muy triste el tipo del KKK que no hay conciencia gubernamental para proteger a los blancos de la indiada. Pero sí la hay, sólo que no la nota por andar ocupado buscando güeritos en la multitud. Fíjese si no: En sus desfiles públicos, a los del KKK la policía gringa los protege con sus escudos de la furia de algunos espectadores que les arrojan frutas, pero a trabajadores mexicanos de la limpieza que desfilan para protestar los bajos sueldos, los somete brutalmente a macanazos.
Continúa el nene blanco diciendo que no le importa si los inmigrantes mexicanos están en USA legales o no, él no los quiere y punto. Pero quién les manda a los blancos ser torpes: cuando anexaron California y otros estados mexicanos hubieran horneado a los que no les gustaban. Ahora ya es tarde para lamentarse, pues los prietitos son demasiados.
Candorosamente, el jefe del KKK menciona que él no tiene tirria contra mexicanos (y otros latinoamericanos) blancos, que sólo odia a los mexicanos con facciones indias. Dice que si se quedaran en México no le molestarían tanto. Curiosamente eso mesmo decían los mexicanos de antaño cuando les cayeron encima en Texas, California y otros estados. Deseaban que los asaltantes, digo los invasores blancos se hubieran quedado en Europa. Obviamente Dios no cumple antojos.
Agrega el filósofo del racismo que él desea ver sólo blancos en USA, sólo mexicanos en México, sólo chinos en China, etcétera. Que no nos mezclemos pues, pide. Y nosotros también quisiéramos que los blancos estuvieran sólo en Europa, pero ya ve: Nos sacamos lo mismo que los del KKK con nosotros.
COMO MÉXICO NO HAY DOS: ``La inseguridad crece día a día en México.'' Esa noticia ni por repetitiva deja de asustar, pues hay un principio estratégico chino que advierte, ``Si la policía hiciera su trabajo correctamente, no habría tanto crimen.''
Luego entonces la pregunta obligada es, ¿por qué permiten las autoridades tanta inseguridad? Aún tomando en cuenta la inevitable cuota de corrupción en los distintos cuerpos policíacos, la desesperación económica, y la insurrección que motiva muchos de los asaltos y secuestros, la violencia que nos azota no es natural.
Algunos agentes policíacos se quejan de que los criminales poseen mejores armas que ellos, pero esto ni puede ni debe ser. Si lo dicen para exagerar el poder de la delincuencia, es traición a la patria. Y si lo hacen porque realmente no tienen buenas armas, es inaceptable, pues considerando las cantidades de dinero proveniente del petróleo y otros recursos naturales, de los impuestos recaudados, y de las cantidades escandalosas de millones de dólares que prestan a México del exterior, decir que la policía mexicana carece de armamento moderno suena a bobada. Si más no hubiera, bastaría que la cuicada nacional lo pidiera y los americanos los proveerían gratis con las mejores armas en el mercado.
La cosa, pues, no va por ahí.
Pero perdida entre otras muchas declaraciones a raíz de los despidos masivos que sufrieron las corporaciones policíacas nacionales, un agente federal declaró a un diario que sus superiores tienen suficientes armas modernas, pero no las distribuyen a los agentes. Y que aún si a él le daban una, tendría temor de ser acusado luego de poseer armas de uso exclusivo del ejército. Y aquí sí cae el veinte en la rockola. Entiende uno entonces por qué los delincuentes poseen mejores armas que los policías.
Pero entonces la inevitable conclusión sería ésta: El Gobierno, atemorizado por las sublevaciones armadas -las que dicen Gurría y Zedillo que no existen- habría desarmado a las fuerzas policíacas en detrimento de la ciudadanía a pesar de tener la responsabilidad de protegerla. Para decirlo claro, ejército y gobierno habrían antepuesto su propio interés sobre el del pueblo mismo. Peor sería si con esto se quisiera provocar que la gente misma al verse indefensa en las manos del hampa solicitara la militarización de las ciudades. O sea, hacer que la gente pidiera el yugo militar, mismo que recortaría inmediatamente las escasas libertades individuales que le quedan al pueblo.
La disyuntiva entonces para el pueblo sería ésta: ``¿Qué quieres, menos libertades y vivir rodeado de soldados pero en paz, o que te den chicharrón los maleantes?'' Esta última posibilidad no es tan descabellada, pues a todos los gobiernos los mantienen en el poder sus ejércitos. Hasta los policías son parte del aparato protector del gobierno, pues con buenas armas o con malas, tienen al menos el poder de arrestar gente.
Y como policías (y soldados) mexicanos están entrenados por instructores extranjeros, ya piensan y actúan igual de represivos que ellos. Por ejemplo. También aquí, lo que empieza en una simple infracción de tránsito puede acabar con la vida del automovilista al primer intento de resistencia, baleado por ``no obedecer.'' No les importa a los cuicos que la Constitución sólo autorice a los jueces a imponer castigo, y eso después de un juicio, no a los policías. Sin embargo, cometer una infracción de tránsito ya puede ser la causa de ser ejecutado a tiros.
Y eso que los policías dicen no tener buenas armas. Ahora imagínese a soldados de agentes policíacos, y verá cómo su integridad física estará más en riesgo todavía, pues en manos del ejército el ciudadano siempre estará perdido cual conejito en las garras de un tigre hambriento. Si se permite esto, la voracidad militar de poder no tendrá límites.
Así que aún a sabiendas que los cuicos no son santos, lo mejor sería que pudieran tener armas modernas para cuidar las calles y que los soldados se mantengan en sus cuarteles. La verdadera función de los soldados es velar por la seguridad de las fronteras nacionales. No la de vigilar calles armados hasta los dientes, y pululando entre mujeres y niños.
EL "TERCER OJO" MILITAR: Si usted se pregunta para qué sirve eso de ``estrategia militar china,'' la respuesta es simple: Sirve para enfrentar toda clase de emergencias y calamidades con más inteligencia que fuerza. Vamos, para escapar con vida de un callejón oscuro y sin salida.
La estrategia sirve también para evitar lo que le está pasando ahora a los funcionarios mexicanos, a quienes sus homólogos extranjeros tienen acorralados y espantados, haciendo concesión tras concesión sin mostrar un plan elemental de defensa, mucho menos uno que permita un mísero riposte diplomático. Y no hablemos de el crucigrama político con el que el clero está provocando al Gobierno sin que alguien proponga la estrategia adecuada para resolverlo.
Pero por sobre todo, la estrategia militar china aumenta la inteligencia en forma natural y rápida en las personas que la utilizan. Esto la hace indispensable para todos, no sólo para militares. Claro que la estrategia es militar en esencia, pero es también aplicable a la política nacional e internacional, a la banca, a la religión, a los negocios, y a todo lo que el hombre hace. Sus principios, acumulados y actualizados a través de miles de años, están diseñados para desarrollar la mente a través de un singular proceso mental.
PRINCIPIOS DE DINERO: En México ocurre una paradoja en materia de instituciones de préstamos: La ley permite a bancos cobrar intereses sobre intereses, pero no admite instituciones privadas de empeño.
Se supone que el Montepío debe ser justo con la gente que quiere empeñar sus cosas de valor, pero ha servido de monopolio para beneficio del gobierno, del sindicato, y de pillos amafiados con ambos.
El Monte de Piedad se fundó en el siglo dieciocho ``con fines no lucrativos.'' El país vivía (como hoy) bajo el control de Espanha. Sólo que antes venían espanholes a gobernar, y hoy son sus descendientes nacidos aquí quienes lo hacen. (Las casas de empeño en el mundo occidental siguen el modelo copiado a China, dónde ha existido ese tipo de negocio por más de dos mil años).
Pero el Monte de Piedad ha servido, como la Cruz Roja y los teletones de Televi$a, para hacer ricos a unos cuantos gobernantes. (Dice el televiso Guillermo Ortega que del teleton en Televi$a del año pasado se ha entregado el diez por ciento de los millones recaudados a instituciones de caridad. Yo no le creo, pero si así fuera, ¿dónde está el otro noventa por ciento? Se lo diré yo: Está en algún banco de EEUU generando intereses para unos cuantos vivales y sus cómplices).
Los tasadores del sindicato que controla el Monte de Piedad son abusivos y prepotentes con pignorantes. Pero cuando hacen huelgas, requieren el apoyo del público en sus demandas contra la empresa. Lo peor es que una casa de empeño debe estar abierta todos los días del año, y el Montepío no lo está, precisamente por respetar el contrato de los trabajadores.
Otro problema es que la casa de empeño debería recibir todo lo que de valor traigan los clientes, de otra manera no cumple con su trabajo. Sin embargo se ven escenas tristes donde el personal del Montepío rechaza televisores ``porque ya tenemos muchos.'' Vaya casa de empeños, ¿eh? Y como no tienen competencia, friegense los aspirantes a pignorantes.
Además hay evidencia de un sinnúmero de contubernios entre el personal del Montepío y tiendas privadas, sin contar a los coyotes que afuera de la institución esperan a los desesperados pignorantes para comprarles las boletas en empeño en unos pesos, pues dentro les tasaron sus prendas a propósito por abajo del precio justo. Los preparan ya en la tienda para que caigan en manos de los coyotes.
Definitivamente, es hora ya de acabar con esa cueva de ladrones, pues en ningún sexenio presidencial se ha puesto orden en el Montepío. No en los casi tres cuartos de siglo que el PRI ha estado en el poder. Quizás es tiempo de que, sin cerrar el Monte de Piedad, se abran tiendas privadas de empeños. Así la competencia sería en verdadero beneficio para los pobres. Al fin y al cabo, ayudar es la cantaleta del gobierno para aferrarse al monopolio. Y en todo caso, al menos eliminaría a empleados abusones. Si casas privadas de empeño cobraran demasiado, la gente seguirá acudiendo al Montepío, pero si el servicio y las tasas fueran favorables, el pueblo se beneficiará acudiendo a otras tiendas.
Ya es hora que el pueblo tenga voz y voto en esto, pues el problema le atañe directamente. Habría que buscar un referéndum para componer esto, pues dejar que el gobierno despierte de su letargo por sí sólo es una necedad. Sería conveniente buscar ese referéndum en las elecciones presidenciales de fin de siglo.
Y si es cierto que la existencia del Montepío es para beneficio del público, los más interesados en crearle una saludable competencia serán los propios gobernantes. Si se niegan, es que hay gato encerrado en esto.
Ya basta que los criollos en el gobierno dicten a cien millones de mexicanos dónde empeñar sus cosas de valor.
METAFÍSICA: De acuerdo al ocultismo chino, hay cosas más interesantes en la metafísica que en la ciencia. Después de todo, ¿de qué sirve saber cuántas patas tiene una araña, si nuestros enemigos nos tienen arrinconados contra la pared?
Los principios del ocultismo chino enseñan a pensar siguiendo un método exacto para enfrentar los problemas diarios con grandes probabilidades de éxito. Este método chino contiene principios de religión, política, y estrategia, de manera que nos permite resolver los dilemas de la vida sean cuales fueren. Así, la metafísica ataca los problemas diarios destruyéndolos en su raíz.
La fuerza oculta del ocultismo chino se mueve lo mismo en este mundo tangible, que en el abstracto más allá, sin importar lo justo y lo injusto, ni lo poco o mucho. El ocultismo permite a la persona salirse de las trampas que sus enemigos le pongan sin necesidad de enfrentamientos físicos.
La persona que sabe hacer el ritual básico chino no necesita armas, ni muchos amigos (amigo, dicen en China, es aquél que todavía no ha encontrado la forma de acuchillarnos por la espalda) para enfrentar los obstáculos de la vida. Se protege él mismo, y protege a los suyos sin necesidad de intermediarios.
Por eso la maravillosa metafísica china no tiene rival en el mundo de lo oculto, pues su eficacia ha sido probada a través de miles de años.
ARTES MARCIALES CHINAS: A pesar que el kung fu es el sistema más antiguo de artes marciales en existencia, otras ramas que han derivado del kung fu son más populares que el sistema chino: como por ejemplo el karate, la lucha greco-romana, el judo, etcétera.
No es que falten estudiantes que quieran aprender kung fu, ni maestros. El problemas es que muchos estudiantes quieren aprender buen kung fu en unos meses, y eso es imposible. Aprender artes marciales es como ir a la universidad: Primero hay que empezar por lo básico y toma muchos años llegar al tope. No es que los maestros se guarden "secretos,'' sino que toma tiempo al estudiante ir subiendo de nivel.
Para los que quieren aprender a pelear solamente, hay en todas partes estilos de pelea apropiados, tales como el boxeo, dónde en unas semanas ya están peleando con un nivel aceptable de defensa y ataque.
Hay pues artes marciales de todos los niveles y para todos los gustos. Pero a menos que se trate de ejércitos, el kung fu no se puede aprender rápido.
* Master, Estrategia Militar China
E-mail: visionpf@direct.ca
Col #1 | Home | Columnas | Col #3 |
Copyright © 1998, Francisco J. Vargas