En la China imperial de hace siglos, Chien Lung, emperador manchú que gustaba salir de incógnito y mezclarse durante días enteros entre sus súbditos para ver si vivían satisfechos bajo su mandato, llegó a una inevitable conclusión. Un día, después de recorrer discretamente durante días los lugares y las calles más concurridas de la capital sin que nadie lo reconociera, Chieng Lung concluyó: "Hasta en las calles más transitadas lo que abunda no es la gente, sino el deseo de fama y fortuna. Las mayorías andan en busca de dinero o fama, o de las dos cosas."
Pues sí, chato.
La naturaleza humana no fue muy diferente antes de los tiempos del emperador Chieng Lung, ni lo es ahora. Lo bueno es que la riqueza es sí no es del todo mala. Contrario a la horrenda mentira que la Igle$ia nos impone a los conquistados indígenas y mestizos mexicanos predicándonos que dizque "la pobreza es buena," la realidad es que el dinero en cantidades respetables es deseable para quienes vivimos en una sociedad exageradamente consumista. Además, aunque pontífices, cardenales, obispos y curas de pueblo nos predican la supuesta "virtud" de la pobreza, en la práctica ellos son adictos incurables al oro, al sexo, al vino, a la gula y a todo tipo de lujos terrenales. Observe nada mas los fiestones que sin recato alguno se da a sí mismo el materialista e indiscretamente barrigoncito obispo Enésimo Cepeda. Y por si usted no lo sabía, le comunico que el Popis tiene dos caras en cuestiones de dinero: a la naquiza mexicana nos exige vivir en la miseria rodeados de ratas y cucarachas, sin agua potable ni electricidad, pero a sus falsos eunucos ensotanados les ordena buscar dinero y poder, asegurándoles que "la riqueza ayuda a hacer grandes cosas para la Igle$ia."
En otras palabras, el dinero es factor indispensable para todo y para todos. Por eso dicen en China: Sin dinero no hay felicidad. No hay limosnero, por muy "ciego" que sea, que no examine discretamente pero con pasión el monto de cada moneda que caiga en su cepo, y eso es entendible. Lo criticable es la hipocresía de gente como criminales, obispos y cardenales, banqueros, mercaderes, gobernantes y políticos, y el crimen desmedido en que incurren para agenciarse ilegalmente lujos materiales en demasía.
Por otro lado, sería una marranada creer que todo mundo busca dinero sucio, como alegan los ladinos al decir, por ejemplo, que el hombre honesto lo es mientras no lo pongan frente al dinero fácil. Por eso Porfirio Díaz decía socarronamente cuando algún medio o periodista lo criticaba: "Ese gallito quiere maíz..." Y lo maiceaba. Lo que nadie dice es que también hubo y hay personas que resisten no solamente maiceadas, sino hasta cañonazos de dinero como los que lanzaba Álvaro Obregón. Mucha gente (especialmente no-ladinos) sabe que es bueno acumular dinero, sí, pero también tienen cuidado y evitan que el dinero los controle a ellos.
No es malo el dinero, sino dejarse llevar por la ambición, por eso en la anécdota china sobre el ladrón que robó oro a un joyero dentro de un mercado y a la hora más concurrida, se hace énfasis en que cuando los guardias que lo apresaron le preguntaron cómo se le ocurrió tamaña tontería, el reo contestó: "No vi a nadie, solamente veía mucho oro." La misma ceguera afectó obviamente al entonces diputado René Bejarano y a Carlos Imaz cuando se embolsaron los fajos de dólares con que los sobornó el "empresario" Carlos Ahumada. Ceguera similar afecta a la maligna bruja de Los Pinos cuando se embolsa el dinero de los cepos en Vamos México, la Lotería Nacional, y la Cruz Roja. Crimen que por cierto le costó a la taradita la pre-candidatura a la Presidencia. También sufrieron la misma ceguera Rosario Robles, al encandilarse con los millones de Carlos Ahumada, y la pastora Esther Gordillo cuando por la ambición de las cuotas sindicales se involucró en el asesinato de maestros disidentes.
Dicen en China: "El dinero es buen amigo y está en todas partes. Quien tiene dinero en abundancia podrá ir a donde quiera, pero el pobre no podrá hacer nada, pues encontrará difícil cualquier empresa. Con los bolsillos llenos de dólares se pueden comprar rango, nobleza, y las mejores vestimentas. Es decir, con dinero se puede aspirar al trono nacional. (Así llegaron al poder Julio César y tantos otros gobernantes.) Por lo tanto, de los bienes materiales a desear el dinero es lo mejor."
En efecto. Generalmente, la gente ama al dinero. Esta atracción es universal y no importan clase social, educación, edad, ni sexo. Hasta a los niños les gusta el dinero: obsérvelos, y notará que los ojos se les avivan desmesuradamente a la vista de dinero, aunque sean monedas de bajo valor. De manera que no hay hogar en el que la llegada del dinero sea rechazada, ni persona que no sonría amablemente ante un buen fajo de billetes.
Pero cuando la atracción por el dinero es desmedida, despierta pasiones insanas en personas dispuestas a hacerse ricas lo más pronto posible, sin trabajar y sin capital. Por eso hay personas ambiciosas que no rehúsan asociarse íntimamente con gente adinerada, aunque sepan que son maleantes, ya que son capaces de todo por dinero. En sus sonrisas hay violencia escondida, en sus cabezas hay planes para despojar a los ingenuos, y en sus manos hay armas listas para matar por dinero. Frente a gente así, quien tenga dinero peligra enormemente, pues enfrentan a personas insatisfechas con lo que tienen, deseosas de obtener mucho más de lo que necesitan. No les basta tener dinero para vivir modestamente, sino que ambicionan mansiones, muchas mujeres bonitas, lujos, codearse con gente en círculos sociales elevados. Y claro, mientras más tienen más quieren. Ayer deseaban únicamente mucho dinero, hoy desean también grandes extensiones de tierras y vehículos de lujo. Mañana desearán ser gobernantes, cuando no presidentes.
Sí. Hay infinidad de personas afortunadas, pero insatisfechas con su suerte. No agradecen que mientras otros tienen que trabajar de sol a sol, ellos están a salvo del duro trabajo; mientras otros sufren, ellos viven holgadamente; mientras otros viven en la angustia, ellos gozan de paz; mientras otros mueren, ellos viven; mientras otros pasan hambre y frío, ellos tienen el estómago lleno y duermen bien arropados; mientras otros vagan desharrapados y sin rumbo por las calles, ellos pasean a su aire; mientras otros viven en la soledad, ellos disfrutan sus matrimonios; mientras otros se pudren en cárceles, ellos viven sin temor a la ley; mientras otros son tontos, ellos son listos. Sin embargo, nunca se detienen a pensar en lo dichosos que son en comparación con tantos otros desgraciados, y se encaprichan en tener más y más dinero.
El secreto está, entonces, en desear y hacer mucho dinero, sí, pero saber también cuándo parar. Por algo dijo Confucio: "Riquezas y honores obtenidos fraudulentamente, son para mí como nubes pasajeras."
La pobreza no es aconsejable, desde luego, pero tampoco es buena idea cometer crímenes pavorosos nomás para alcanzar fortuna, concepto totalmente desconocido para los marranos (así les dicen sus propios hermanos étnicos a los judíos gachupines conversos) ladinos que explotan México desde el poder (especialmente desde Los Pinos). De ahí la vergonzosa arrebatinga que se traen ahorita en público, hundiéndose en el fango del ridículo y la deshonra (si la tuvieran) con tal de hacerse rápidamente de muchos más miles de millones de dólares, y de más poder. Y de pilón son muertos de hambre y come-solos, por eso les va como les va, por eso los dioses les arrebatan todo. No entienden el concepto de la generosidad, de ayudar a otros compartiendo un poquito de sus riquezas.
El resultado es que sentados a la puerta, indígenas y mestizos actualmente vemos pasar no a uno, sino a docenas de cadáveres políticos de ladinos enemigos de la mexicanada. Frente a nuestros azorados ojos pasa la muda procesión camino al cementerio cargando cuerpos de generaletes, de obispos y cardenales, de funcionarios y gobernantes borrachos de autoritarismo, de la maligna bruja de los pinos con las bolsas rebozando del dinero que roba a los pobres (los ricos no se dejan esquilmar), de empresarios grandallas, de legisladores corruptos, de la pastora Esther y sus crímenes cobijados desde el poder, de Rosario Robles y su voracidad carnal y metálica, de Cuauhtémoc Cárdenas e hijo, de familias judías mexicanas enquistadas en el poder político, de politiquillos de tercera como Jorge Castañeda (la gallina que se creyó pavoreal) quien en su delirio quiso llegar a la Presidencia, de el encomendero Mariquita Fox y su desmedida mano larga agarrando dinero de donde se pueda para irse del poder inmensamente rico sin importarle ya quién lo ve, de procuradores estatales y federales violando leyes y a los ciudadanos, de deshonestos televisos recitadores de noticias vestidos de payasos o no, de el Multiplicador de Mierda Azcarraga-3, quien se prestó a todas las maquinaciones de Marta-de-Fox con tal de mantener intactas sus licencias de comunicaciones que en realidad son máquina de hacer billones de dólares.
Larga es la procesión de cadáveres, y eso que la cosa apenas empieza. Faltan muchos más. La avaricia será la causa de futuras bajas ladinas. ¿Qué lleva a los marranos ladinos mexicanos en el Gobierno a robar tanto y arruinar a la población con sus crímenes, cometiendo traición a la patria? Pues, money, money money... Por eso se matan entre ellos antes que perder elecciones.
Por ejemplo. La razón de que Pemex esté prácticamente en quiebra es que los gobernantes se roban las ganancias del petróleo, no reinvierten nada en la paraestatal, y luego alegan que hay que vender concesiones a los extranjeros para seguir operando la extracción del petróleo. Eso quiere decir que se roban las ganancias de la venta del crudo, luego venden petróleo extra en secreto, luego se roban el porcentaje de ganancias que debería reinvertirse en maquinaria-perforaciones-investigación, luego se roban los préstamos de miles de millones de dólares que piden dizque para infraestructura y que pagarán nuestros hijos y nietos, luego se roban el dinero de la venta de concesiones a compañías extranjeras, y de pilón se roban las ganancias de los recientes aumentos del precio de petróleo y gasolina. ¡Nos sale más caro el caldo que las albóndigas! Es decir, el petróleo nos saldría más barato si no fuera "de nosotros."
Por dinero hay ladinos mexicanos que se lanzan a candidaturas presidenciales sabiendo de antemano que no la van a lograr, como hace Jorge G. Castañeda (sujeto vende-patrias,hipócrita y mentiroso donde los haya), buscando solamente que los de arriba les den una tajada del pastel para apaciguarlos. El lema de Castañeda es "[no somos machos pero] Somos Muchos." Como dicen en China, la rueda que rechina es la que primero recibe aceite. O lo que es lo mismo: Money, money, money...
El país entero es un estercolero en cuanto a obras públicas se refiere porque los gobernantes ladinos en todos los niveles de Gobierno, y sean del partido político que sea, se roban los impuestos y demás entradas de dinero a estados y municipios, razón por la que no hay buenas calles en las ciudades, no hay buenas carreteras estatales y federales, no hay buenas escuelas, no hay buenos parques, no hay buenos hospitales, no hay buenos servicios de agua y electricidad, no hay seguridad, y no hay muchos mas etcéteras. Money, money, money...
Los ladinos mexicanos, excelentes chupa-sangre del pueblo, han fabricado para si mismos otra singular veta de oro para hacerse ricos sin trabajar: ya no tienen que esperar a recibir puestos de gobierno para medrar, ahora simplemente forman partidos políticos e inmediatamente reciben millones de dólares otorgados por el Gobierno para dizque "operar." ¿Cómo es posible que el Congreso, de por si una cueva de ladrones (Alí Fox y sus 500 senadores y diputados gachupines pillos), permitiera tal crimen contra el pueblo? Pues, money, money money...
El voluminoso arzobispo Norberto "Ojón" Rivera se declara candidato puestísimo para relevar al Popis cuando petateé (sueño guajiro). Y no es que este charro negro jineteador de nacos no esté calificado para el puesto, porque si el siniestro sujeto ya vendió a La Guadalupa, ¿qué más no se atreverá a vender el sinvergüenza? Lo que pasa es que hay demasiados ambiciosos de más alcurnia esperando el puesto, por lo tanto el barrigón Rivera se verá obligado a seguir explotando indios en México. La razón de que haya tantos candidatos ensotanados para sentarse en el trono papal no es religiosa, sino mas bien terrenal: Money, money, money...
Precisamente el dinero está tras la renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas a sus puestos en el PRD, pues su hijo, gobernador de Michoacán, también recibió dinero negro de Carlos Ahumada, el prófugo sobornador de políticos mexicanos. Y antes que le chamusquen el nido desde Televisa con algún vídeo comprometedor exhibiendo a su primogénito, el Tatita prefirió renunciar al poder político escudándose en excusas bastante baladíes. El miedo no anda en burro y son las consecuencias de la avaricia. Esto es, money, money, money...
Y ya que hablamos de partidos políticos, mencionemos (por enésima vez) que los ladinos mexicanos-gachupines controlan todos los puestos políticos de importancia, es decir, los más lucrativos. PAN, PRI, PRD, y chiquillada que los acompañan, están controlados por judíos mexicanos solamente. Allí no hay lugar para indígenas ni mestizos. Por eso no cambia nada cuando gobernantes de diferentes partidos toman el poder, pues son los mismo, nomás con diferente sombrero. Tan explotador y ladrón es Mariquita Fox como lo fueron sus hermanos étnicos gachupines Zedillo, Salinas y demás recua de explotadores. Tan judío mexicano es AMLO como lo son Madrazo, Echeverría, Marta-de-Fox (emperatriz de Los Pinoles), Rosario Robles, la gángster Esther Gordillo, Santiago Creel, Cárdenas, et al. Por eso no cambiará nada en México mientras no llegue al poder un mexicano no-ladino. A los políticos actuales no les importa más que una cosa: Money, money, money...
Los vídeos de la corrupción exhibieron a sujetos tan distintos tomando dinero de Carlos Ahumada porque sean quiénes sean, los judíos mexicanos adoran al dinero malhabido por sobre todas las cosas. De ahí que haya tanto político ladino en los cumple-años del "humilde" y nada religioso obispo Onésimo Cepeda, pues son los mismos gachupines en todos lados, nomás con diferentes ropajes. Viva el money, money, money...
Así que si usted quiere saber la razón por la que traemos pegados en el lomo como sanguijuelas a los ladinos espanholes y genocidas desde hace cinco siglos ya, observe la manera en que viven políticos y curas y entenderá que el dinero les nubla la conciencia y son capaces de matar o vender hasta a sus abuelas con tal de hacerse ricos, no digamos explotar a indios tricolores.
La próxima vez que gobernantes como Mariquita Fox, o funcionarios como el Parásito de Hacienda Francisco Gil, o que el Popis o alguno de sus obispos le prediquen austeridad o pobreza, pregúnteles por qué ellos no practican la frugalidad también. Como respuesta, si bien le va, le mentarán la madre por "renegado." Pero lo más seguro es que lo acusarán de ser "terrorista."
A ver, entonces: ¿que mueve al mundo?
Pues money, money, money...
* Master, Estrategia Militar China
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