Líbrenos el cielo de inventarle nosotros apodos peyorativos a su graciosa majestad de mazapán y emperatriz de Los Pinoles, la Marta-del-Fox, eximia esposa del presidente mariquita. Después de todo, Ella, (con mayúscula jí, jí, jí), es la insigne representante gachupina del viejerío que conforman las mochas hijas de su madre patria ante el pueblo de México. Pero, ya que su güeyón marido insiste en tratarla personalmente como mula, a chiflidos, y ella lo permite y alienta respondiendo alegremente a la música de viento de su "marido" tal y como hace el orejón cuadrúpedo, no tenemos más remedio entonces, pues...que considerarla mula. Si ya la trata así Vicentón en público y a ella le gusta, con mayor razón nosotros que nomás estamos esperando puerta para meternos hasta la cocina.
Pero lo curioso, anótelo usted, es que la ñora Marta (también conocida entre el populacho como la maligna bruja de Los Pinos) sí es, en efecto, terca como mula. Por algo le ponen apodos a la gente, ¿verdad?
Porque mire. Marta se ha encaprichado, apoyada subrepticiamente por la ventajista Igle$ia católica-romana-y ladina, en aprovechar el momento político que vive y tomar sin merecerlo alguna forma de poder gubernamental para explotar a ciudadanos no-ladinos y también para dejar de ser la sombra de Vicentón Fox.
Por mi parte, Dios quiera y la Marta agarre hueso político. Así se terminaría de una buena vez el repelente espectáculo que da ahora la senil pareja presidencial al ir a todas partes agarraditos de la mano como adolescentes con el fin de embarrarse ella también algo de la fuerza de la Presidencia. Ni cuenta se da Vicentón que son el hazmerreír del mundo diplomático internacional al exhibirse el presidente de tan fea manera, dejándose llevar por ella cual enorme buey jalado fácilmente de la argolla en la nariz. Ése es el peligro de las mujeres malignas en el poder.
Permítame hacerle a vuelo de pájaro, para que no le cuenten, el análisis de lo que el mencionado show presidencial verdaderamente significa.
El espectáculo que da en público la pareja presidencial al ir la mula Marta siempre un paso adelante de Vicentón jalándolo de la manita izquierda, es el astuto plan que ella utiliza para que la chusma le haga reverencias a ella antes que a Vicentón. Sí. Al ir ella adelantito de él, recibe primero las venias y aplausos dedicados a su marido pero que Marta pretende agradecer como si fueran para ella. Es decir, ¡la Marta le hace creer a su babosón esposo que los vítores populares son para ella!
Y el naco entoloachado ni cuenta se ha dado.
Así como lo lee. Por eso la mula Marta comisionó una encuesta a la medida que supuestamente la da como mujer admirada por la chusma, mentirosa encuesta que luego ella le restriega en la jeta a Fox haciéndole creer que su propia popularidad es grande. Desde luego que esta táctica no se le ocurrió a ella, su cerebrito no da para tanto. Se la enseñó el obispo que la aconseja atrás de bambalinas, pues el Vaticano intenta colocarla en el poder para luego cobrarle el favor a millón por uno.
Así actúan siempre los curas charros negros (jineteadores de nacos).
Una antigua fábula china evidencia la táctica política que están usando la mula Marta y los obispos para enredar en su plan primero a Fox, y después a nosotros la indiada: Erase una vez una zorra envidiosa y harta hasta la coronilla por el gran poder que el tigre tenía sobre los demás animales en la selva, incluida ella. Cada que el tigre caminaba entre los animales, estos se ponían de rodillas y bajaban la vista ante su majestuosa presencia. Y la zorra estaba encabronada por tener que hincársele al tigre a todas horas. Así que urdió un ingenioso plan para jalarle los bigotes al tigre.
La zorra fue a ver al tigre y audaz y descaradamente le ofreció que compartieran el dominio de la selva entera entre los dos. El tigre se enfureció y amenazó con devorarse a la zorra, haciéndole ver que frente a él todos los animales eran insignificantes. Pero cómo, le contestó la zorra, ¿acaso no has visto cómo la animalada de la jungla también se postra a mi paso? El tigre se carcajeó de la temeridad de la zorra, pero esta lo retó a que fuera testigo del respeto que ella despertaba en los demás animales, incluidas otras zorras. Le dijo, "Sígueme en un paseo por la selva para que veas cómo me respetan todos los animales."
Y para allá se fueron, la zorra caminando siempre un paso al frente del tigre. Naturalmente, todos los animales se hincaban al ver venir al tigre, pues a la zorra ni en el mundo la hacían. Pero la zorra levantaba la naricita y caminaba muy oronda ondeando la cola como si fueran para ella las muestras de sumisión de los animales. El tigre caminaba atrás de ella, asombrado por la muestras de temor que los animales mostraban ante la zorra, según el felino. Y sucedió lo inconcebible: El pendejón tigre le cedió la mitad de su territorio a la zorra, convencido de que ella también era poderosa.
¿Se le hace familiar la táctica? Cambie a la zorra por la mula Marta, y al tigre por Fox, y estamos ya en la misma situación política que se vive actualmente en Los Pinos.
Todo porque la mula Marta por fin entendió --o la hicieron entender otros amenazándola con sacarle judicialmente los trapitos sucios de la apropiación de dinero ajeno en Vamos México, La Lotería Nacional, la Cruz Roja, y hasta la morralla de los clientes de supermercados-- que la Presidencia es mucho pinole para su poca saliva. Por eso anda ahora empeñada en apropiarse la alcaldía del Distrito Federal, azuzando a su mandilón marido para que eche a AMLO del poder y se los dé a ella y a los panzones obispos y cardenales que la acompañan.
Pero, ¿por qué desearía la mula Marta la alcaldía del D.F. y no, por ejemplo, la gubernatura de Guanajuato?
Pues porque para cualquier gubernatura tendría que postularse a candidata y de seguro perdería en las urnas, ya que las encuestas que la favorecen ahorita son pagadas. Y una senaduría federal es demasiado poco para la desmedida ambición de la Marta. En cambio, dado que ella y la Igle$ia tienen chantajeado a Mariquita Fox (¿con qué clase de oscura información sexual será, tú?), es más fácil que por dedazo su marido la designe mera mera de la capirucha y de su gigantesco presupuesto manejado desde Presidencia, al cabo ya saben que la naquiza capitalina está bien espueleada y se deja ensillar por cualquiera.
Ahora que, la verdad sea dicha, tales planes de los mochos ladinos me alegran porque ya se nos está acabando el material sabroso que acostumbraban darnos, a quienes escribimos de política, la pareja de retrasados mentales en el poder. En la alcaldía del DF, la mula Marta de seguro produciría nuevo y abundante material político a la mexicana. Porque desafortunadamente para los pobres, ya como jefa del D.F. la mula Marta le daría inmediatamente en la madre a todos los programas de asistencia social que ahorita tiene activados AMLO. Esto es, a quienes primero golpearía Marta sería a los viejitos que ahorita reciben unos pesillos mensuales de parte del gobierno de AMLO.
Sí. Los ladinos odian ayudar a indígenas y mestizos. Con decirle que hasta los columnistas ladinos en los medios critican que AMLO de dinero a los viejitos en lugar de quitárselos, como debe ser en un país explotado y ocupado militarmente por gachupines mexicanos e ibéricos. Por mero principio odian hasta la mera idea que un gobierno ayude necesitados, y con cash, por dios, que es lo más horrible e insultante. Así que no tardaría la señora Marta-del-Fox en quitarles tales privilegios, no sea que el ejemplo vaya a cundir en otros estados y empiecen los ciudadanos a imaginarse que tienen derecho a recibir algo a cambio de sus impuestos. Ella llegaría a la alcaldía chilanga como llegan todos los gachupines de aquí y de allá, a explotar necesitados, a arrebatar tierras a indígenas y campesinos, y a vender o a regalarle a la Igle$ia todos los bienes nacionales que puedan (exactamente como acaba de hacer AMLO regalándole a los obispos hermanos étnicos suyos terrenos que son del pueblo. Porque son expertos los judíos ladinos en regalarse y repartirse entre ellos lo que no les pertenece, lo que es de la ciudadanía).
Por eso en Los Pinos traen a AMLO de la cola, pues al presidente ya le anda por nombrar alcaldesa a la mula Marta y de paso poner al Vaticano en control de la ciudad más grande del mundo. Si los charros negros no pueden atracar al país entero porque el bocado es demasiado grande y los empresarios fascistas que controlan al país no quieren ceder ese pastel, al menos se consolarían por mientras con el control de la capital. Entonces impondrían oficialmente la educación religiosa en el DF, pues los obispos están para explotar católicos, no para mejorar su vida espiritual o terrenal.
Desgraciadamente, la naquiza mexicana no acertamos todavía a quitarnos completamente ni un madrazo de los curas, mucho menos a expulsarlos de nuestras vidas y del país. Pero se me ocurre que las peticiones del meteorito rojo van a echar a perder los diabólicos planes de la mula Marta y de los barrigones ensotanados que se esconden tras las faldas de ella.
¿Apostamos?
Para empezar, aquí está la petición #002 del meteorito rojo. Para llenarla y quemarla se utiliza el Segundo Ritual, tal y como se describe en el libro Ocultismo Chino.
* Master, Estrategia Militar China
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