Si hay algo que adoro, es hablar embelesadamente de mí mismo. Ya sé que los escritores "serios" no ven eso con buenos ojos, pero ellos raramente tienen algo que valga la pena contar sobre ellos mismos, su grisácea vida no da para mucho y su alternativa es hablar de los críos, de la vieja, de la suegra. En esta columna, sobra decirlo, ocasionalmente deslizo experiencias personales que candorosamente comparto con algún extraviado lector. ¡Es tan fácil (pero tan aburrido) hablar siempre de otros! Lamentablemente, no encontré esta semana excusa alguna para auto-ofrecerme incienso. Estoy anonadado y no me calienta ni el sol. Y al no tener medallas olímpicas de plata para presumir, no merecí felicitación ni augusta invitación de Mariquita Fox (¡este güey creé que la plata es oro!, con razón quebró los negocios de la familia) a Los Pinoles, ni acampó Televi$a en las afueras de mi penthouse para entrevistarme. Ni modo, me digo a mí mismo resignado, pensativo y sentado en mi sillita de tule colocada enmedio de reducida sala que luce tan vacía como mi cabeza ahorita. ¿Será esta la pavorosa soledad que padecen quienes carecen de inspiración? No lo sé. Pero ya habrá algo personal para comentar en el próximo artículo, estoy seguro. Bueno, casi seguro, porque empiezo a dudar: ¿Y si se me acaban las mentiras, digo, las historias? Peor aún: ¿Qué tal si por agotarse mis anécdotas personales algún lector me empieza a tomar en serio? ¡Orines...qué pesadilla!
Corren rumores...ah no, perdón, esa es una canción. Empecemos de nuevo: Hay indicios políticos de que la maligna bruja de Los Pinoles estaría intentando revivir sus latentes aunque actualmente reprimidas ansias presidenciales. ¿Verdad o mentira? Pues quién sabe, oiga, porque Marta tiene la mala costumbre de alentar la inquietud en los boquiabiertos ciudadanos simplemente con guardar marrullero silencio (su manoseado y manipulador truquito del ahí los tengo, ahí los tengo).
La reciente decisión del Tribunal Electoral Federal, favoreciendo el que la esposa del gobernador de Tlaxcala, la perredista MariCarmen, pueda aspirar a suceder al esposo en el puesto, convirtiéndolo legalmente en delicioso y chupable hueso familiar hereditario, ha hecho pensar a muchos que la pandilla de corruptos, perdón, el honorable cuerpo de jueces electorales, únicamente demostraron (otra vez) ser susceptibles a los fuetazos magistrales recetados a nalga pelona por la segunda dama.
(A estas alturas pocos mexicanos ignoran que la Marta-del-Fox es experta en el manejo del chicotito, artilugio tradicionalmente más utilizado en conventos y monasterios católicos rezumantes de lujuria desenfrenada, que en caballerizas [el presidente, Prozac Fox, daría gustosamente fe de sus delicias si se lo preguntaran].)
Y como el próximo presidente aparentemente ya designado por el Imperio del Mal (¿a eso vino hace semanas el principete gachupín, a comunicar el nombre del elegido a reinar en el 2006-12 sobre este país ocupado militarmente por Espanha?) parece ser el omni-toxico priísta Roberto Madrazo, el maligno fallo de los desvergonzados tribunos permitiría a Marta prepararse la camita rumbo a algún salvador puesto de Gobierno (alcaldía capitalina, gubernatura guanajuatense o senaduría federal, en ese orden) que blinde con impunidad sus fechorías financieras (impulsadas por su avaricia desmedida) al frente de Vamos México. Eso le permitiría seguir dándole tarascadas a los dineros del pueblo, pues una vez que los y las ladinas se mal-acostumbran a explotar indios, no hay antídoto para su avaricia.
Ah chingados, se espantará usted, ¿seremos acaso testigos del infernal retorno de las brujas (Esther, Rosario, Xóchitl, Josefina, Marta, et al,.)?
Tranquilícese, los muertos y las muertas no resucitan, yo sé lo que le digo. Y menos en la política. Ya lo confirmarán oportunamente Marta y AMLO.
Aunque usted, arisco por tanto palo dado por los ladinos, no estaría tan seguro de lo que le digo, ¿verdad? Pero resulta que el karma producto de sus malas acciones no llevaría a Marta a ningún lugar más arriba del que se encuentra ahorita, como no sea a una celda que, ya con su nombre y número, me temo la espera en alguna cárcel de alta seguridad. No se ve por dónde obtenga algún puesto en el Gobierno en el 2006, y si lo hace no será por mucho tiempo. Así lo marca la adivinación china, pues en este mundo no hay secretos, y así será mientras la gente queme suficientes peticiones del meteorito rojo.
De manera que en cuanto la Marta-del-Fox pierda el manto protector de la Presidencia, podría empezar su calvario judicial para el que tanto ha hecho méritos. Su carroza se convertirá en vil calabaza al dar el reloj la última campanada de media noche. No importa que la evidentemente nerviosa pareja presidencial lleve a cabo desde ahorita numerosos arreglos ilegales, sucios y oscuros con el delincuente electoral Roberto Madrazo (a cambio, digamos de la libertad de LEA, Nazar Haro, de la Barreda y generaletes genocidas) para que la espantada segunda dama no sea la perseguida política número uno del próximo sexenio. Lo malo es que son tantos sus enemigos y tan repelentes sus crímenes, que con cualquier problemita posterior que brote inesperadamente bastará para dar al traste con los planes de la enana y empezaría el inevitable y definitivo desmadejamiento de su felicidad.
Por lo pronto, la Marta sigue ejercitando su influencia dentro de Los Pinos, ciertamente. Da coletazos por aquí, despide funcionarios por allá...pero tal influencia es angustiosamente temporal. Cuando su karma negativo alcanza a una persona en posición de poder, la trampa de la retribución queda cerrada herméticamente. Sin salida, pues.
¡Poderoso ecualizador es el Karma!
Cuán pavorosa es la retribución para quienes manejan alegre y egoístamente el poder en su provecho y en perjuicio de los demas. Podrán engañar al pueblo, efectivamente, pero no a las Divinidades. Sus acciones malignas previas son la causa de la ruina que trastocará sus vidas. La ambición sin límites siempre ha llevado al sendero de la desgracia a los explotadores. En esta vida, y también en el más allá.
Figurativamente, entonces, Marta yace en el ataúd político. Por su parte su marido, Prozac Fox, también quedó atado de manos y pies por su propio karma maligno y por las peticiones que quema la gente dañada por él. (Es más, este sujeto parece sufrir, de pilón, los clásicos desvaríos mentales asociados tradicionalmente a los perniciosos efectos del virulento toloache.)
Pero la historia dice que el hombre no aprende experiencias de cabeza ajena. Por eso hay muchos que, como la parejita presidencial, trabajan durante años buscando el máximo objetivo político dejando tras de ellos un reguero de cadáveres. Piensan que nadie antes de ellos ha intentado lo que hacen, son crueles y sienten ser los inventores del método para acceder al poder. Pero su historia es cuento viejo y no hay nada nuevo bajo el sol. El mandatario que echa del poder a un tirano, se convierte en un tirano similar en cuanto prueba las mieles del poder.
Lo malo es que la Presidencia y/o trono, aquí y en todas partes, está por necesidad fincada en un sinnúmero de crímenes, traiciones, robos, mentiras, genocidios de todo tipo. Para llegar a la cima hay que tener naturaleza criminal excepcional, aunque una vez ahí el agraciado descubre que el trono no es más que ilusión, trampa metafísica letal de la que luego no pueden escapar sus víctimas. De hecho, mientras más busquen liberarse después de la trampa karmatica que significa el poder máximo, más se hunden en ella. Por eso dicen los principios esotéricos de la estrategia china: No los admires en la cúspide del poder, compadécelos cuando cuelgan de la horca metafísica, cuando el viento mece sus cadáveres atados y colgando de los pies.
En efecto.
Pero, desafortunadamente para los conquistadores ladinos en México, el concepto de la retribución (el "karma" en mis artículos no es ni totalmente budista ni totalmente taoísta, sino básicamente el mecanismo de causa y efecto) no existe, pues su raíz ética y religiosa es totalmente judía.
Además, llegar al poder en México durante los últimos cinco siglos ha sido relativamente fácil para los explotadores gachupines y, hasta hace media docena de años, sin consecuencias visibles de importancia. Ellos se consideran "bien nacidos," como gustan describir su casta, y los indígenas y mestizos mexicanos somos los "mal nacidos." Los jodidos, pues. Vaya moral tan ejemplar, ¿eh? Todo para hacerse un colchón en su conciencia y poder cometer impunemente genocidios de todo tipo en los nativos. Al menos eso creen los muy nacos, porque como veremos más adelante, la justicia celestial es lenta pero implacable.
Al no haber temor a la justicia terrenal ni celestial, decíamos, el modus operandi de los conquistadores en el poder es predecible: Actúan salvajemente, cual bestias hambrientas. Revierten la lógica del humanismo al arrebatar dinero y bienes a quienes menos tienen (no-ladinos), para dárselo a ellos mismos (ladinos) siendo que ya tienen más que suficiente. En vez de ser generosos, son avariciosos hasta el genocidio. Y si de vez en cuando aparecen barruntos violentos entre la población descontenta por la represión, por los interminables y cada vez peores abusos de autoridades civiles y militares, por los interminables aumentos en los impuestos que van siempre directos a los bolsillos de los gobernantes, por el saqueo al erario, por la falta de empleos y servicios sociales, eso no les quita el buen humor. No es, después de todo, problema que unos cuantos batallones compuestos por militares indígenas y mestizos babotas no puedan resolver rápidamente, haciendo correr la sangre de indígenas y mestizos sublevados (si usted es no-ladino masoquista vaya aplaudir a sus verdugos uniformados el 16 de septiembre).
Qué bonito.
Pero resulta que según el principio oriental de la retribución (menos es más), el daño se paga con otro daño y el bien se paga con otro bien. Esto es, nada pasa sin su justa recompensa, incluidas las injusticias. Si la justicia terrenal y el karma no existieran, todos mataríamos y robaríamos como hacen los ladinos, sin miedo a las consecuencias. Sin embargo, solamente los avariciosos y los retrasados mentales violan la ley sin miedo a la justicia y al karma.
¡Pero qué dices, insensato!, pensará más de algún ladino mexicano. ¿Cómo osas mezclar la superstición del karma con el poder terrenal donde políticos, funcionarios, obispos, mercaderes, congresistas, banqueros, generaletes y dueños de medios de información muertos-de-hambre son suficientemente omnipotentes para dar dirección y forma a su propio destino sin miedo a las Deidades?
Hhmmm...será el sereno, digo yo. Pero el karma es más científico que religioso, y ni siquiera un científico mexicano, obcecados como son estos cuates, se atrevería a negar que la teoría de la relatividad puede ser corroborada en el laboratorio.
Además, los políticos también son supersticiosos, no crea. Le temen a la mala suerte y por eso Igle$ia y Gobierno son uña y mugre, ya que los charros negros les hacen no pocos trabajitos de magia negra a políticos, banqueros y gobernantes. Claro que altos políticos y funcionarios civiles y militares no aceptarían abiertamente que creen en la metafísica, pues serían el hazmerreír del pueblo, por eso constantemente consultan a los obispos en lo oscurito. Acuérdese de las millonadas de dólares de nuestro dinero que, por ejemplo, JoLoPo y CSG dieron a la Igle$ia, de la millonaria iglesia que Ernesto Zedillo le financió con nuestro dinero al codicioso y sin-llenadero banquero-obispo Onésimo Cepeda, buscando guardar en sus nichos secretos trabajitos de protección esotérica al ex-presidente. Recordemos también los cientos de iglesias que el gobernador de Oaxaca, Murat, reparó con dinero de los sufridos indígenas oaxaqueños por la misma razón. ¡Manque los priístas-panistas-perredistas y los curas lo nieguen, los poderosos son más supersticiosos que la indiada!
O qué, ¿creer en la magia negra, en la Biblia judeo-cristiana y en dogmas y milagros católicos no es ser supersticioso?
(Si no fuera por los generosos subsidios del Gobierno, los obispos católicos ladinos no vivieran rodeados de lujos, choferes y guarda-espaldas. Como México no hay dos, pues Prozac Fox inmoralmente ordenó que el corrupto Fiscal General, (m)Acedo de la Concha, exonerara al cardenal de Guadalajara Juan Sandoval Iñiguez, perverso sujeto investigado por presuntos vínculos con narcotraficantes, lazos aparentemente bien sustentados jurídicamente, por cierto. Este prepotente, irascible y nada religioso cardenal, como todos los de su calaña, nunca practica lo que predica. Tampoco es el primero ni el único vaticano sospechoso de recibir dinero negro de narcotraficantes, pues los curas mexicanos han convertido a la Igle$ia en profunda y apestosa cueva de delincuentes con sotana. Pero como el miedo esotérico no anda en burro, Fox prefirió un cardenal criminal lavador de dinero sucio pero libre, a un cardenal encarcelado pero embrujando al presidente. Pocas cosas hay más detestables que un cura soberbio y hocicón, y un presidente abusador de su investidura. Lo que ambos monstruosos ladinos ignoran es que con sus actos se echaron encima gruesa capa de karma negro.)
El karma no es un concepto intranscendente. Debido al karma individual nadie puede asegurar que el hijo de un millonario no será un día pordiosero, ni que el hijo de un limosnero no encontrará diamantes en las cenizas. Una persona sin buen karma no podrá aspirar jamás a ser afortunado ni aunque haya nacido en un palacio, mientras que el hijo de un campesino, si tiene buen destino, puede fácilmente ser general o ministro. ¿Cuántos campesinos no han arrebatado el trono del emperador? Por lo mismo, entonces, no es aconsejable acumular más karma negativo del que ya se tiene al nacer producto de vidas anteriores (este principio oriental del karma lo importaron los taimados explotadores vaticanos a Europa y le llamaron "pecado original").
Paradójicamente, los lugares más propicios para que la persona atraiga karma indeseable son precisamente los puestos de poder más elevados, sean políticos, religiosos, militares o de negocios. Son puestos que se prestan al abuso, al robo, al asesinato, a la mentira y al engaño. En realidad, solamente un avaricioso, un loco o un ignorante desearía llegar a ser presidente. Vea el ejemplo de la parejita presidencial: Prozac Fox, estoy seguro, no imaginó nunca que sus errores y robos desde el poder, en una gubernatura primero y en la Presidencia después, le atraerían la maldición de los rituales de retribución, mala suerte excesiva que le tomará varias reencarnaciones limpiar, no se diga la mala suerte que también echó encima a sus propios descendientes por varias generaciones (tener más es tener menos).
Lo peor es que la maligna parejita presidencial no tiene el menor remordimiento por las maldades que hace, ya que los gachupines en México están entrenados a tratar a los indios con menor respeto que a los animales. Vea la conducta de la Marta-del-Fox. Esta cruel y ambiciosa mujer gachupina, estoy seguro, planeo llegar a presidenta utilizando feamente al Babas Fox. Fue ella, alentada, apoyada y aconsejada por los codiciosos charros negros (curas jineteadores de nacos) buscando aumentar el poder politico del Vaticano, quien hizo posible que Prozac Fox alcanzara finalmente el trono. Por eso Marta ha estado siempre pegadita a las faldas de él, evitando que el bueyón de un solo paso sin su venia, pues ella siempre soño heredar la presidencia. Lástima que se topara de narices con los rituales chinos, pero nomás para llegar a donde está no quisiera saber lo que Marta tuvo que hacer, acumulando un largo karma negativo.
Por eso digo: Cuán terrible es el karma, pues la gente no se da cuenta de sus propios errores hasta que es demasiado tarde y son prácticamente irremediables.
La Igle$ia, naturalmente, se hizo de la vista gorda con el adulterio religioso de la parejita presidencial, pues el control de la educación pública en México bien vale un par de adúlteros ladinos. Por eso los obispos les permiten hasta la fecha continuar con su show religioso de asistir a misa cada domingo a pesar de no concederles la anulación de sus anteriores matrimonios, ya que así la Igle$ia da a la indiada una imagen de intransigencia de oropel para ocultar la complicidad Vaticano-Gobierno, y al mismo tiempo Marta-y-Fox siguen con su propaganda engañando indios tarugos al promover el catolicismo como la religión oficial.
Solamente los ciegos y los tontos ignoran que el mal que anida en el corazón humano produce más y peores maldades.
Por eso hay que mirar al pasado para explicarnos el presente. De manera que, por simple curiosidad, preguntémonos: ¿Qué tantos actos malignos de la parejita presidencial van que pudieron generarles hasta ahorita karma nocivo en sus vidas? (Aparte están los demás demonios humanos ladinos que forman el gabinete foxista, la Igle$ia, la Banca, el Ejército.) Ah, pues ese será el tópico en la próxima columna.
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