Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #247: Juan Pablo Segundo Y El Infierno

También los pontífices se van al Infierno, y es mi opinión de católico que para allá irá sin tocar baranda el espíritu de Juan Pablo Dos.

Pastoreados hábilmente día y noche por Televi$a, Igle$ia y Gobierno, el pueblo mexicano aguantó el mayor asedio de propaganda ladina-católica vista en México en los últimos tiempos. Todo porque murió Juan Pablo 2, como si eso fuera un milagro.

Con decirle que a falta de cuerpo presente, pues los cardenales en Roma sensiblemente se negaron a prestar el cadáver de Juan Pablo 2 para el reparto de atole a la indiada mexicana, los obispos mexicanos se las ingeniaron para seguir atarantando nacos paseando, aunque usted no lo crea, el papamóvil por la Avenida de los Insurgentes hacia la Basílica de la Guadalupa. La mexicanada, por supuesto, lloraba desconsolada al paso del vehículo que en el asiento no llevaba más que una foto gigante del Popis. Sólo faltó que le hubieran colgado unos calzones sucios del polaco en la antena del vehículo para que el duelo hubiera sido completo. Y por si lo anterior no fuera suficiente, nos prohibieron el fútbol el domingo para que más chilláramos.

De que hay bobos los habemus, porque eso no es fe, es descarada manipulación de tarados. No recuerdo un abuso medíatico similar contra la ingenuidad del pueblo, pues nací en tiempos políticos priístas, cuando la simulación de separación entre Igle$ia y Estado era más creíble. Tanto, que por muchos años me tragué el cuento de que este país es "república" y no país ocupado militarmente por los gachupines.

Hoy, con el Gobierno bajo la maligna conducción de la rata Marta y su acuachón marido, Déspota Fox, la careta de la simulación es innecesaria y hasta declararon en este país supuestamente laico un día de duelo nacional por la horrible muerte del Popis, Juan Pablo Dos (así de feo no mueren los religiosos de verdad). Ay, Marta. Pero es que las mujeres gobernando no son aconsejables, dice la estrategia china, porque no tienen mesura en sus actos. Forzar a un día de duelo nacional por la muerte de un líder religioso, de la religión que sea, y sin que nadie levante la voz en protesta, es una pavorosa falta de respeto a las instituciones y una vergüenza nacional. Cosas así se ven solamente cuando gobierna una mujer, y su marido y funcionarios que la rodean son maricones.

Televi$a, TvAzteca y sus recitadores de noticias propensos a la manipulación de masas obedecieron sumisamente las directrices emanadas desde Los Pinos y han saturado al pueblo con toda clase de estupideces sobre la muerte del pontífice. El objetivo político es demasiado transparente, pero ya sabemos que la gente está sorda y ciega. El recitador estrella del consorcio del M&M Azcarraga 3, Joaquín López Dóriga, llegó al cinismo de decir que si hubiera muerto el Dalai Lama también lo consignaría día y noche. Miente el maligno Muñeco. Este hipócrita sujeto gachupín es capaz de decir cualquier babosada para proteger su huesito y a su patrón, pero ya morirá el Dalai y veremos cuántas horas de cobertura le proporciona Televi$a al funeral. Porque cae más pronto un mentiroso que un borracho.

Naturalmente que el asedio propagandístico ladino del que somos objeto, beneficiando a Los Pinos y al Vaticano, no ha merecido la mínima protesta de ningún legislador ni político mexicano. ¿Por qué?

Ah, pues mire. Como según veo nomás yo conozco la respuesta, me contestaré a mí mismo para iluminarle a usted el caminito.

Resulta que el Popis hoy cadáver fue siniestro líder en la tradición de la religión católica, cómplice de los conquistadores que tienen el poder en México y cuya labor es mantenernos agachados e hincados a la indiada ante los gachupines. Es la misma Igle$ia genocida y avariciosa cuyos obispos nos metieron desde el principio de la Conquista y hasta la fecha en rituales diabólicos para que no nos levantemos contra el yugo espanhol que nos tiene la pata puesta en el pescuezo. Esos malditos rituales nos han impedido durante quinientos años levantar cabeza.

Por eso es importante para la yunta presidencial (par de bueyes) y para Televi$a y TvAzteca, representantes de Espanha en México en cuestiones de explotación, que los curas nos mantengan con la boca abierta día y noche ante la muerte del Popis, sujeto al que debieramos mentarle la madre, no rezarle. Por eso nos tienen ya al pendiente los medios de (in)comunicación mexicanos sobre quién será el próximo pontífice explotador al que deberemos besarle las patas manchadas con la sangre de la indiada.

¿Ya entendió a lo que voy? ¿No? Pues entonces déjeme ser más explícito.

Lo que le digo sobre Juan Pablo Two no es un secreto, pero la complicidad de medios, gobierno, Igle$ia, políticos, legisladores y magistrados, criollos todos ellos, nos mantiene a los mexicanos en la ignorancia para que puedan seguir explotándonos los gachupines de allá y de aquí a su gusto. Mientras los países del Oriente, por ejemplo, procuran por todos los medios conocidos incrementar la inteligencia y educación de sus pobladores para avanzar económicamente en un mundo cada vez más controlado por el Imperio del Mal, en México el Gobierno y la Igle$ia procuran mantenernos lo más apendejados posible y buscando imponernos oficialmente la educación religiosa para agarrarnos tiernitos y volvernos más estúpidos a edad más temprana. Por eso estamos como estamos. A los explotadores no les conviene decirnos la verdad y la indiada no la sabemos. (El Imperio del Mal está ya fabricando al próximo presidente de México con el teatrito del "desafuero" a AMLO y con la complicidad total del mismísimo alcalde de la capital y de Marta-y-Fox. En la próxima columna le platico cómo está este rollo.)

De manera que el que los mexicanos lamentemos la muerte del pontífice líder de los charros negros -curas pederastas- es una de las mayores estupideces en la historia. Fue el representante de una institución que se dedica a chupar la sangre de los conquistados para beneficio propio y de los conquistadores. La Igle$ia es en realidad uno de los pilares del tenebroso Imperio del Mal, sociedad secreta europea compuesta por judíos principalmente de Espanha, Francia, Alemania, Holanda e Inglaterra. El Imperio del Mal mangonea y administra la explotación económica y religiosa de los países occidentales, principalmente de Ladinoamérica.

Dentro del Imperio del mal, los vaticanos tienen asignado el papel de discípulos del Diablo, encargados de mantener e incrementar la fortuna de los miembros del imperio del mal a través de rituales de magia negra, por eso no son dignos de llamarse religiosos en el sentido estricto de la palabra. Véalos: El gordinflón arzobispo Norberto Ojón Rivera, con todo y su falsa carita de pendejo que nos pone a la indiada para aparentar humildad, vendió secretamente la comercialización de La Guadalupa, pues ellos están para adorar al becerro de oro, no a Dios. Si eso hace un pinche arzobispo, imagínese lo que no haría Juan Pablo 2. Por eso dicen los principios chinos de metafísica: También los sacerdotes se van al Infierno.

Por ahí leí algún encabezado de periódico anunciando que dizque se habían abierto la puertas del Cielo para Juan Pablo 2. Lo dudo. Sí se abrirán las puertas, pero del Infierno. Ahí entrará el espíritu del pontífice después de que rinda su declaración frente al implacable Juez de la Muerte. Misma suerte les espera cuando mueran a todos los manipuladores de masas en México, sean televisos, políticos o curas. En el otro mundo no valen un cacahuate los oficios del Imperio del Mal, allá no habrá quién los defienda.

Por eso digo que venerar la muerte del jefe de la Iglesia que destruyó la religión de nuestros antepasados es insultar a nuestros ancestros. Es escupir su memoria y demostrarles que somos más estúpidos que ellos. Es ofender su memoria avalando la forma en que el catolicismo genocida los exterminó a ellos y nos está exterminando a nosotros. Juan Pablo 2 fue el líder de la criminal religión cómplice del genocidio racial y cultural que nos endilgó la Espanha que tanto adoran en Televi$a y TvAzteca. Por ese crimen la Igle$ia tendría que lamentarse día y noche y pedirnos perdón cada mañana, pero ya lo dijo el charro negro Panzón Rivera, "La Igle$ia no tiene nada de que pedir perdón a México."

En efecto, ¿para qué pedir perdón a una recua de imbéciles ignorantes como nosotros que nos hincamos y rezamos lamentando la muerte del caponero de nuestros explotadores con sotana como si se nos hubiera muerto un familiar? Somos un pueblo patético, nada más, pues permitimos que Gobierno y medios nos obliguen a idolatrar la muerte de judíos, en cualquier actividad. Se los tenemos que adorar hasta en la muerte. Porque digo, solamente a los judíos mexicanos beneficia hacernos adorar a un Popis que representa a los que exterminaron nuestras religiones ancestrales y quemaron vivos a nuestros antepasados. Lo que hacen los criollos con su propaganda es obligarnos a respetar a judíos vivos o muertos, por eso nos mantienen llorando e hincados los traidores obispos "mexicanos."

Bendito sea dios.

El difunto Popis fue en realidad uno de los líderes más funestos que ha tenido la Igle$ia desde la maldita Inquisición: Juan Pablo 2 protegió criminalmente a los curas pederastas de todos los países, se asoció desvergonzadamente con el abusador sexual de niños mexicanos y líder de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, prohibió criminalmente los condones condenado a los creyentes a terribles y mortales enfermedades venéreas incluyendo el Sida, mantuvo a las mujeres fuera de el sacerdocio, exigía libertad religiosa a otros países cuando la dictadura religiosa más cruel emana precisamente del Estado Vaticano, fue títere incondicional del Imperio del Mal al atacar con los rituales chinos a varios países de Europa del Este en beneficio de ya sabe usted quiénes, premió a obispos y cardenales dispuestos a servir no a su dios sino a banqueros y mandatarios dispuestos a comprar a la Igle$ia...y cientos de etcéteras más. Ese fue el Popis que la mexicanada llora.

Por algo la muerte del pontífice judío fue físicamente terrible y no la beatífica muerte de un hombre de Iglesia. El Popis simplemente fue un demonio encarnado, lo prueban sus últimos días, cuando hacía horribles gestos y perdió trágicamente el habla como si los demonios ya lo hubieran encadenado en vida para arrastrarlo inmediatamente después de su muerte ante el Juez de la Muerte para responder por sus crímenes religiosos contra la humanidad.

Los crímenes de religiosos embusteros y sádicos, recordémoslo, son más terribles porque se supone que deberían actuar humildemente. Al menos así lo prometen cuando se ordenan. (Al ver el horrible fin del Popis, sería bueno que los materialistas, embusteros y avariciosos obispos romanos-mexicanos Norberto Rivera, Onésimo Cepeda, Sandoval Iñiguez y resto de su manada, pongan sus barbas a remojar. Sobre todo Onésimo, quien se lamentó en un programa televisado que por no asesinar a varios cientos de pobladores de Atenco el Gobierno hubiera detenido la construcción de un aeropuerto en detrimento de la inversión económica que la Igle$ia planeaba hacer en el lugar. Este obispo judío mexicano hijo de puta estaba furioso, pues según él las vidas de seres humanos, especialmente de labriegos mexicanos, son menos valiosas que los dólares del Vaticano.)

No por nada Juan Pablo Dos murió de peor manera que Juan Pablo Uno. A la muerte de este último, por cierto, los obispos y cardenales vaticanos le quisieron dar un tinte misterioso y chafa de película de Juan Orol, pues acaeció en los días que la Igle$ia afanosamente lavaba dinero negro de la Mafia en la "tintorería" del Vaticano, o sea el Banco Ambrosiano. Dinero que era canalizado al Vaticano por destacados dirigentes de la judía logia masónica Propaganda 2. Y como la muerte del pontífice (1978) ocurrió solamente a 33 días después de ocupar el trono Vaticano, hubo versiones desinformadoras de que había sido asesinado, pero en realidad tal muerte fue producto de las comezones sexuales del pontífice combinadas con su obesidad, ya que los papas no comen tan frugalmente como los pobres que pastorean.

Resulta que el médico italiano especialista en enfermedades del corazón que fue llamado de urgencia por los cardenales al Vaticano en las primeras horas de la mañana del deceso de Juan Pablo Uno, declaró después ante las autoridades que al examinar el cuerpo sin vida del Popis notó que el otro lado de la camota estaba todavía tibio, evidencia de que alguien había dormido junto al Papa. La presunta compañera de cama del gordito Popis, según el médico, fue una monja madurita que supuestamente era la "asistenta" personal del "célibe" religioso. La mujer se puso extremadamente nerviosa y le dio al médico versiones contradictorias acerca de cómo había "descubierto" al pontífice después de su percance, algo difícil de entender si no hubiera estado en la habitación -digamos en su cama- cuando el muerto quedó fulminado. O para decirlo pronto, el Popis murió como los caguamos, echando pata encima de la monja.

No fue Juan Carlos One el primer sacerdote católico a quien las delicias del sexo mañanero se han llevado a la tumba, claro, pero de todos modos los cardenales taparon pronto las declaraciones del médico. Las apariencias de celibato deben ser cuidadas en aras de seguir engañando bobos, usted sabe. Igualmente ahora, los cardenales mintieron sobre la horrible muerte del Juan Pablo Dos, diciendo que había muerto "apaciblemente y en olor de santidad," cuando el parte médico habla de síntomas que producen agonía horrible y peste horrible en el cuerpo del moribundo. A menos que la "santidad" huela a mierda estancada en intestinos sin movimiento natural, claro. Las fallas respiratorias, por su parte, producen una agonía espantosamente dolorosa por los salvajes espasmos que produce. ¿Cuál muerte "apacible"? Es decir, los obispos nos han dicho mentiras para tarugos. Si los vaticanos leyeran su propio libro sagrado, la Biblia, sabrían que sus páginas contienen una frasecita valiosa y reveladora: "La verdad los hará libres."

En fin. Entiendo que a la gente del pueblo, lavada del cerebro por sus explotadores -Gobierno, Iglesia y Televi$a- no le gusta enfrentar crudas verdades sobre los vaticanos. También sé que los medios mexicanos de (des)información lloran como becerros la muerte de uno de los suyos, el Lavador de Cerebros Mayor, el dizque "amigo de México." Pero aún así tendrán que tragarse todos la verdad sobre la falsa moralidad de los pontífices.

Aunque se les atragante.

EL BENDITO SOBRE:   Lo que hacen los sobres retacados de dinero, ¿verdad?. Siguen los avariciosos columnistas capitalinos a sueldo del Gobierno alegando que el aeropuerto en Texcoco no se construyó porque dizque el Gobierno cedió ante "los macheteros de Atenco." Piensan que una mentira repetida miles de veces terminará convertida en verdad.

Pero no es cierto.

El aeropuerto mencionado no se construyó en Texcoco únicamente porque gobernantes y obispos pecaron de muertos-de-hambre y quisieron robarles los terrenos a los habitantes de Atenco sin pagarles un centavo por sus propiedades, muchas de ellas construidas con esfuerzos de toda la vida. La excusa gubernamental para el robo era el méndigo cuento explotador del "bien común," es decir, del negociazo para funcionarios y vaticanos, incluidos Marta-y-Fox. Si los codiciosos judíos en el poder hubieran pagado por esos terrenos el justo precio de mercado, el aeropuerto estuviera ya funcionando. Los pobladores de Atenco solamente defendieron lo suyo oponiéndose al ladrón Gobierno.

Esa es la verdad.

Lo que alegan columnistas corruptos es un vil embuste. Vergüenza debiera darles el tratar de engañar al pueblo por una pinches monedas.

LA MUERTE DE RAINIERO 3:   La muerte del monarca de Mónaco nos hace recordar que también la vida de este hombre y la prosperidad del Principado fueron producto de la manipulación de masas a través de la Mafia, otro de los pilares del maligno Imperio del Mal, representado en Mónaco por la Igle$ia y por la mano negra del perverso judío griego Aristóteles Onassis (este magnate era tan influyente con su dinero, que se preciaba en pláticas de sobremesa de la manera en que Jacqueline, la viuda de ya-sabe-usted-quién, le besaba y lamía el culo sin inhibición alguna, precio de la fortuna que finalmente heredó cuando el barrigón tycoon estiró la pata).

La muerte del príncipe Rainiero, como la de Juan Pablo 2, también fue horrible físicamente hablando. Ese es el problema de cuates con mucho poder o dinero, que nunca saben dónde comprar una buena muerte. Mintió el arzobispo de Mónaco cuando dijo que el príncipe había muerto, "apaciblemente." Todos sabemos que las palabras reflejan el estado de ánimo -pacífico o violento- de quien las profiere o escribe. Pero también sabemos que las palabras se pueden manipular y reflejar violencia cuando hay calma o viceversa. Por eso es fácil discernir, para quien tiene entrenado el ojo y el oído, que el arzobispo de Mónaco es un mentiroso. La muerte del príncipe fue similar a la del Popis en cuanto a dolores físicos.

Pero lo feo de la vida de Rainiero fue peor a lo feo de su muerte.

Rainiero fue, oficialmente, hijo del conde Pierre y la princesa Carlota, pero dicen los que saben que fue producto ilegítimo de Pierre con una lavandera mexicana, empleada de la casa. Algo será cierto, pues las hijas de Rainiero seguido venían a México a visitar a su "abuelita." Ya ve que los patrones en todas partes tienen la sana costumbre de culearse a las sirvientas, por eso hay tantos Rainieros por el mundo y pleitos por herencias.

El principito Rainiero, quizás acomplejado por el sainete de la sirvienta, creció debilucho e indeciso. Ni siquiera haber hecho el servicio militar en Francia le endureció el carácter, y mire que los militares franceses son cabrones, con decirle que tienen azorados desde hace siglos a los generaletes ladinos mexicanos.

Por eso fue, dijera la canción, que cuando Rainiero recibió el trono del minúsculo Principado en 1949 no supo qué hacer para levantar la maltrecha economía de posguerra en un territorio más chiquito que caquita de mosca. Digo, el zángano estudió en los mejores colegios de Europa, cierto, hablaba varios idiomas y daba el gatazo como playboy. Lo malo es que sabía cómo gastar dinero pero no ganarlo, pues economista no era.

En menos que canta un gallo, la inaplazable urgencia de dólares y su crónica indecisión de carácter -to be or not to be- dejó a Rainiero a tiro de piedra con la Mafia cuyo intermediario, el griego constructor de tanques petroleros, Aristóteles Onassis, se encargó de impresionar fácilmente al bobo principito con su manera aparentemente desinteresada de despilfarrar millonadas de dólares.

Onassis fue un mercader demasiado listo. Sabía perfectamente bien el efecto que causa en los hombres el dinero fácil en abundancia (con decirle que al duro hombre de Estado que fue Winston Churchill, Onassis lo tenía comiendo de su mano proporcionándole en su yates de lujo a varias jovencitas que en alta mar rodeaban al rechoncho y briago ex-ministro inglés haciéndole delicias sexuales sin fin. Con orgías de esas pero en submarinos, ni Juan Pablo 2 aguantó mucho el celibato.)

Ya ablandado por estímulos carnales y mentales que el dinero proporciona, Rainiero se dejó convencer por Onassis (igualito a como los criminales legisladores mexicanos se dejaron convencer ahora por mafiosos para operar casinos en México, esgrimiendo como asquerosa excusa que dizque "la sociedad nos pide los casinos") de la conveniencia de refaccionar la economía de Mónaco construyendo casinos y bancos para lavar el dinero negro de los mafiosos.

El anzuelo de la Mafia fue literalmente dorado: La mochada para Rainiero era generosa, no tenía que hacer ni invertir nada, y además el Principado se beneficiaría como nunca con las mesas de juego y los capitales anónimos. La única obligación del príncipe sería actuar como publicista de su propio país con el fin de atraer capitales de sucia procedencia a los bancos y jugadores ricos y manirrotos a los casinos. Para el caso, Onassis movilizó a su gente en Hollywood para que filmaran películas en Mónaco -como aquélla de Gary Grant y Grace Kelly dirigida por Hitchcock, To Catch a Thief- y se dedicó a planear un golpe maestro publicitario que pusiera el nombre de Mónaco en las portadas de revistas y periódicos a nivel mundial.

La idea financiera que parió la mente de Onassis no pudo ser más feliz: ¡Se le ocurrió casar al "rico" príncipe con alguna actriz famosa de Hollywood!

Aunque el gordito Rainiero estaba económicamente en la calle, la sucursal de la Mafia en los USA, la Cosa Nostra, se encargaría de manipular la boda para que la actriz escogida no se pusiera roñosa por cuestiones de dinero. Y como todas las actrices famosas lo son porque les permiten serlo los dueños de los estudios, tienen que pagar el favor cuándo y cómo se los exijan. Todo era simple cuestión de escoger esposa para el playboy. El Vaticano, por una generosa mochada del negocio, aceptó entrarle con gusto al falso casorio de oropel con tal de darle publicidad al Principado, pues la boda tendría que ser sancionada por la Igle$ia para darle una pátina de mojigatería al asunto (y desde entonces les gustó el negocito del juego a los obispos, tanto que ahora son socios directos de los casinos que los diputados autorizaron hace días en México aprovechando que la indiada está hincada llorando todavía la muerte del Popis).

La agraciada inicialmente para ser princesa consorte de Mónaco resultó ser Marilyn Monroe, a la sazon en la cresta de la ola. La combinación era perfecta pues el estilo de vida de la actriz, desenfadadamente decadente, se prestaba para darle vida a la cara imagen de juego y diversión que quería Onassis dar a Mónaco. Pero resultó que al rascarle poquito a su vida privada se dieron cuenta que la Monroe tenía ya una adicción irreversible a drogas y alcohol, aparte de la promiscuidad sexual que ya era de dominio público. Es decir, cualquier hijo de vecino se la llevaba a la cama desde cualquier cantinucha en cualquier país. Mónaco no podría resistir un escándalo sexual futuro de la actriz, ni Onassis tampoco. Mucho menos la Mafia.

Siguieron buscando actrices.

Alguien mencionó a Grace Kelly, actriz de imagen pública aceptable y de pilón católica de toda la vida. Al igual que la Monroe, tenía el defectillo para cuestiones publicitarias y religiosas -aunque virtud en Hollywood- de la promiscuidad sexual. Pero afortunadamente la Kelly era sumamente discreta y cuidadosa con la gente que metía a su cama. Es decir, no se enredaba con la chusma. El problema era que estaba a punto de casarse con un diseñador de alta costura, ni más ni menos que modista personal de la Primera Dama Jacqueline Kennedy (le había diseñado el vestido de noche para la gala de la Inauguración de la administración Kennedy).

Cuando le ofrecieron de todas maneras el plan de Onassis a la Kelly y ella se lo dijo a su prometido, este corrió histérico por la casa (¿envuelto en un camisón femenino?) dando alaridos y jurando que jamás renunciaría a la mano de la Kelly, pues secretamente esperaba que su matrimonio le abriera de par en par las puertas comerciales de Hollywood a sus diseños. El modista amenazó y pataleó, y se dedicó a esparcir en los medios el chisme de que Onassis y Rainiero le querían quitar a su mujer, pero resulta que los intereses de la Mafia pueden más que los intereses de cualquier individuo. Quién sabe cómo le hicieron, pero los chicos malos aplacaron en un santiamén al rejego diseñador, quien extrañamente (o no) jamás se volvió a quejar de la ruptura de su casamiento.

Y la Kelly, voluntaria o involuntariamente, aceptó el papel de princesa consorte de a mentiritas, abandonando abruptamente su luminosa carrera por la sillita en un Principado en la ruina.

Y como lo tenía planeado Onassis, el negocio resultó redondo. No solamente porque el casorio le dio la vuelta al mundo y porque la fama de Grace y la imagen brillante de Hollywood a las puertas de los casinos echaron a andar el mito de los casinos en Mónaco, sino porque su imagen de católica practicante permitió a los obispos soslayar la incongruencia de la Igle$ia solapando casinos.

Además, la imagen doméstica perfecta de puertas hacia afuera que daban Grace y Rainiero impidió que las autoridades de varios países investigaran concienzudamente el hecho de que Mónaco era una lavandería de dinero sucio para la Mafia. (De hecho, no fue sino hasta que los bancos de Mónaco redujeron el lavado de dinero negro que la Mafia se vio obligada a utilizar el Banco Ambrosiano del Vaticano para fines similares, lo que culminó en gran escándalo financiero internacional involucrando a la logia masónica Propaganda 2, a banqueros italianos, y a obispos y cardenales trabajando a la sombra del Popis en el Vaticano.)

Para hacer el cuento corto, diremos que cuando en 1956 Grace se casó con el príncipe en una boda de cuento de hadas, los más felices fueron Onassis y la Mafia. Mónaco se convirtió en una maquinota de hacer dinero y todos salieron ganando. Grace siguió discretamente con sus romances, Rainiero se dedicó en cuerpo y alma a administrar la bonanza económica, Mónaco se hizo famoso internacionalmente, y los mafiosis y Onassis ganaron más dinero del que se hubieran podido gastar en sus vidas.

No le tomó mucho a Grace darse cuenta de lo dulce de Rainiero y gradualmente empezó a tomar las riendas del Principado. Y se notó su chicotito. Aunque la reina Isabel de Inglaterra la apodaba desdeñosamente La Cirquera, Grace tenía clase indiscutible y era inteligente. Esa mujer sí que no venía de las cañerías, sino de una familia educada y de clase media alta. Lo mejor de todo, era hermosa y tenía el carácter que a Rainiero le faltaba. Daba los fuetazos justos y donde debía darlos.

Pero todo, todo se acaba, hasta la vida. Y sin rituales chinos no hay gozo que dure.

Para finales de la década de los 70s, y junto con el crecimiento descontrolado de los cárteles de la droga, la abundancia de dinero negro empezó a desbordar a los bancos dedicados a lavarlo. Entre ellos, los bancos en Mónaco. La presión de las autoridades, de los USA principalmente, empezó a hacer mella en Grace, quien para empezar nunca estuvo de acuerdo en que la tajada del león en las ganancias del Principado se las llevaran Onassis y sus chiquillos italianos.

Por mucho tiempo Grace empujó a Rainiero para que sacara de la jugada, literalmente, al griego y a la Mafia. El príncipe, a la vez pusilánime y agradecido, siempre se había negado a jugarle rudo al naviero y le recortaba libertades financieras a su socio en lo que podía, prueba de ello fue el escándalo del Banco Ambrosiano antes mencionado, pero no hacía más por incomodarlo. Con la Mafia no se juega, y Rainiero mismo era conocido en el Principado como El patrón, jerga mafiosa para denominar capos. Pero ya con autoridades internacionales husmeando más seguido, Grace aprovechó para tomar el control total de bancos y casinos para el Principado. Su cantaleta era, "Fuera de Mónaco Onassis y su pandilla."

Nomás no hay manera de hacer entender a las mujeres los códigos de honor por los que se rigen los negocios entre hombres. Ya lo decía un campesino en mi tierra, misógino y anticuado en sus juicios, "Cuando la mujer mete la mano en los negocios del marido, valió madre todo." Si lo sabrá el deficiente cerebral Chente Fox con la rata Marta. Y nosotros.

Porque un mal día Rainiero fue incapaz de soportar un momento más los aguijonazos de su vieja, y obligó a Onassis y a su coro infantil a dejar el Principado a cambio de indemnización económica jugosa pero que ni de broma igualaba las ganancias acostumbradas. Con todo, el griego era buen juez de la condición humana y comprendió que detrás de todo el circo estaba la esposa del príncipe, Grace. Nunca culpó a Rainiero ni lo insultó, mucho menos lo amenazó. Después de todo, por más de veinte años había ordeñado el negocito y no podía quejarse de pérdidas. El problema era de amor propio. Lo que resentía Onassis fue que lo echaran como a un mueble viejo fuera de la casa...y de mala manera. Entendía que a cada perro su torta bla, bla, bla, pero no pudo evitar sentirse ofendido, pues él fue quien personalmente colocó a Grace en el pedestal.

Pero ya ve usted cómo son los gringos de echados pa'delante. Son asertivos hasta la exageración. Grace no dio paso atrás y continuó con la expulsión y limpieza de todo lo que oliera a Onassis. Finalmente dicen que el griego le hizo llegar un delicado aviso a Grace, no a Rainiero: Si se consumaba la expulsión de "los inversionistas," el precio sería la vida de la actriz venida a princesa. ¿La respuesta? Grace dijo que en Mónaco la princesa era ella, y echó fuera a Onassis.

En 1982, un pesado camión de carga echó intencionalmente fuera de una curva en las sinuosas carreteras de Mónaco al automóvil que manejaba Grace. En Mónaco, precisamente donde ella era princesa, para más burla. Así acabó la vida de la princesa Grace, aunque su hija menor que la acompañaba salvó la vida de milagro. Por ahí anda la muchacha, mujerona ya, dando de qué hablar pero merecidamente puesto que vive horas extras.

Sin quién le diera ya fuetazos en casa, el príncipe Rainiero entristeció cual flor sin agua. Ya no fue nunca el mismo. Los hijos hicieron y hacen lo que quieren.

Ahora Rainiero ha muerto.

Pero de seguro se la va a mentar a Grace cuando la vea en el más allá.


PERMANENTE: Aunque frecuentemente me preguntan los lectores acerca de la posibilidad de que yo ejecute rituales para ellos, mi contestación es siempre la misma: Con los rituales descritos en el libro Ocultismo Chino, la persona puede hacer por sí misma mejores trabajos esotéricos que los de cualquier cardenal o chamán profesional, y sin necesidad de divulgarle secretos íntimos a extraños. En cambio, el lector puede obtener de mi parte algo todavía más valioso y secreto: A falta de mejor nombre le llamaremos a este objeto "caja negra." Su función es buscar el punto metafísico más favorable que garantice a la persona, y a toda su familia viviendo bajo el mismo techo, no solamente lo mejor del presente, sino del futuro. Sin importar a qué se dedica la persona, el objeto ayuda al propietario a convertirse en el tronco generacional que sostendrá metafísicamente a la familia de allí en adelante para que se afiance en el presente y en generaciones posteriores, manteniendo hijos, nietos y bisnietos la buena suerte y el poder esotérico adquirido inicialmente. Así se evitan fácilmente fracasos y encarcelamientos futuros en la familia (o se logran liberaciones en el presente), calumnias, pobreza, mala salud, mediocridad... Aunque claro, ¿cuánto vale tan preciado objeto, lo mejor del arte metafísico, que otorga tanta ventura a tantas vidas? Si usted tiene que preguntarse qué precio tiene la "caja," es que no puede costearse el precio para adquirirla. Para mayor información al respecto basta mandarme un e-mail (visionpf@direct.ca).


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