Dicen en China que "la política es el arte de engañar gente."
Y el caso de engaño político y jurídico al pueblo mexicano más perverso en los últimos quinientos años fue perpetrado por el Gobierno priísta de Carlos Salinas. No me refiero al extraño caso del asesinato del cardenal Posadas, ni al de José Francisco Massieu.
Me refiero al asesinato del candidato ladino del PRI a la presidencia, Luis Donaldo Colosio, perpetrado el 23 de marzo de 1994 en la colonia Lomas Taurinas, en Tijuana.
¿Quién mandó matar a Colosio? No lo se. Tampoco me importa, ni mucho menos me hace perder el sueño la pregunta. Mientras más ladinos se maten entre ellos, mejor para nosotros la indiada.
Pero los principios de la escuela de estrategia militar china del Meteorito Rojo advierten: "Cuando la muerte violenta o la cárcel llegan a través de asesinos o de autoridades corruptas e injustas, es porque la víctima se cruzó sin intención quizás pero imprudentemente en el camino de alguien muy poderoso."
Hhmmm. ¿Colosio interfirió en los planes de algún poderoso como por ejemplo Joseph-Marie Córdoba (alter-ego de Salinas), o del hermanísimo Raúl, o inclusive del mismo CSG?
Sepa Chana.
(Y si a ésas vamos, a quién obstruyó el generalete procurador (m)Acedo de la Concha que lo renunciaron ipso facto: ¿A Marta, la maligna bruja de Los Pinos, o a Espino? Por eso quienes alegan que la vida de AMLO corre peligro como en el caso de Colosio mienten, pues el tabasqueño aceptó ya de antemano todas las condiciones pedidas "desde arriba" para proteger a los criminales que gobiernan hoy México si él llegara a presidente, especialmente a las familias de Marta-y-Fox. Está muy bien asesorado AMLO por algunos que fueron íntimos de Colosio y por Manuel Camacho, el rival político de Colosio en la lucha por las afecciones del presidente Salinas. Su seguridad física está pues garantizada, pues de tonto no tiene AMLO ni un pelo. En eso se parece a Cuauhtémoc Cárdenas, el eterno vividor de [concesiones federales recibidas por] candidaturas presidenciales fallidas. Por eso AMLO será el próximo presidente...digo, si las peticiones del Meteorito Rojo no le amargan la fiesta antes o inmediatamente después de su ascensión a los altares presidenciales.)
La violenta muerte de Colosio fue entonces aparentemente autorizada por su "amigo y protector," además de hermano étnico, Carlos Salinas. De que la perra tiene rabia... El enanete Salinas era a la sazón presidente de este país ocupado militarmente por marranos (judíos conversos), y lo más seguro es que el madrazo a Colosio haya sido con la autorización del Imperio del Mal. El asesinato de un candidato presidencial del partido en el poder gozará de impunidad solamente si es con la venia personal del presidente en turno.
Los lectores habituales de esta columna saben que a los presidentes en México, y en el resto de Ladinoamérica, no los eligen los ciudadanos ni los mandatarios salientes, sino los miembros del internacional Imperio del Mal, secta financiera secreta y judía formada por mercaderes explotadores de indios, divididos entre obispos, banqueros, mercaderes, mafiosos y militaretes.
De tal manera que podemos deducir que el homicidio de Colosio fue ordenado desde las entrañas del Imperio del Mal, probablemente en Europa o Israel, y contando con la complicidad de los generaletes verdes tricolores y de Ernesto Zedillo, taimado judío mexicano quien era el coordinador civil de la seguridad del candidato (el asesino estaba en casa), y fue el más beneficiado al reemplazar al muerto y ser premiado con la Presidencia. Zedillo dispuso, junto con el coordinador de seguridad militar del EMP, general Domiro Roberto García, que no hubiera personal médico a la mano en el mitin de Lomas Taurinas ni abundancia de guardaespaldas. Ya como presidente, Zedillo ascendió calladamente a al generalete Domiro a brigadier en lo que a todas luces fue pago de favores.
Si Colosio hubiera sabido realmente estrategia china, en lugar de leer solamente el librito de Sun Tzu como solía hacer, hubiera detectado inmediatamente que sus ambiciosos coordinadores de "seguridad" eran realmente sus enemigos mortales.
El de Colosio fue, entonces, un asesinato planeado y llevado a cabo por los hombres en el poder, y encubierto por Ejército y estado mayor presidencial, por la Igle$ia, por los políticos de todos los partidos, por la PGR, y por los medios de (des)información, notablemente por Televi$a (y su judío recitador de noticias por televisión más corrupto que haya habido en México, Jacobo Zabludowsky), siempre dispuesta a servir al gobierno en turno a cambio del monopolio de las famosas y jugosas concesiones de licencias de Comunicaciones.
Recordemos que la función de los medios de comunicación en cualquier país del mundo es precisamente, la de INFORMAR y CUESTIONAR. Pero en México, país donde todo se hace contrario a la lógica universal, los medios desinforman en perjuicio del pueblo no-ladino, pervirtiendo malignamente su función. Todo sea por el dinero, pero nada raro en este país donde la vida es al revés. Porque aquí los religiosos son criminales sexuales y mercaderes en sotana; los militaretes son genocidas y asesinos uniformados pagados por el pueblo pero sirviendo únicamente a los déspotas en el poder y siempre listos a masacrar trabajadores, campesinos y estudiantes malcontentos; los empresarios fascistas ladinos son administradores de monopolios y no proveedores convencionales de mercancías; los gobernantes son chupa-sangre ladrones de dineros públicos y no administradores de bienes nacionales pues están bajo las órdenes de los hombres del dinero; los banqueros son ladrones con licencia del Gobierno para robar y timar a los cuenta-habientes; los congresistas y los magistrados de la Corte Suprema son viles esclavos a sueldo del Ejecutivo; y las autoridades están representadas y prostituidas por inquisidores judíos dispuestos a torcer la ley en beneficio propio y de sus patrones los gobernantes genocidas.
Para vomitar, ¿verdad?
Pero como eso permite el pueblo, eso se merece el pueblo.
Entre los cómplices del asesinato de Colosio estuvo el mariconete y ahora diputado priísta con fuero federal, Manlio Fabio Beltrones. Este sujeto, íntimo del ratón atómico CSG, fue acusado por los americanos de encubrir narcotraficantes mientras fue gobernador de Sonora. Pero además, obviamente por órdenes e instrucciones del presidente Salinas (de quién más), cuando asesinaron a Colosio voló inmediatamente a Tijuana y se fue directamente a las oficinas federales de la delegación de la PGR en Tijuana donde estaba retenido Mario Aburto, el supuesto asesino detenido en Lomas Taurinas segundos después del sainete contra Colosio.
El fiscal para Baja California de la delegación de la Procuraduría General de la República en Tijuana Arturo Ochoa (asesinado por cierto meses después cuando corría temprano por la mañana en una pista local de atletismo y un sujeto simplemente lo encontró y le disparó a quemarropa cuatro balazos por saber demasiado) era íntimo de Mario Ruiz Massieu y conocido del entonces procurador general Diego Valadés; el mismo que ahora escribe babosada y media sobre jurisprudencia y Derecho desde la UNAM, hueso hartamente merecido por tanta chuecura hecha a favor del gobierno.
Valadés asignó a Ochoa el puesto fronterizo de delegado federal en otra muestra del letal amiguismo que mantiene a México sumido en el tercermundismo, pero ya sabemos que este país es de los criollos y ellos hacen lo que quieren. El nepotismo y el amiguismo, no el talento, impera entre los criollos y las leyes y la ética les sirven para pasárselas por los güevos.
De manera que posiblemente por llamada directa de Valadés, ahora puntilloso protector y amante de la legalidad, Ochoa recibió personalmente a Beltrones por la noche el mismo día del crimen, y le entregó ilegalmente a Mario Aburto, permitiendo que lo sacara y se lo llevara a solas con rumbo desconocido y sin vigilancia policial.
¡Hágame el cabrón favor! Pero en México así se aplica la "justicia." Los reos no-ladinos, aún si son solamente sospechosos como en el caso de Aburto, están en manos de los sádicos judíos mexicanos tipo Diego Valadés, Beltrones y CSG, quienes tienen poder de vida y muerte sobre ellos.
Según testigos confiables, Beltrones procedió a llevarse al acusado a Playas de Tijuana, desolado y frío suburbio, dizque a "interrogarlo." ¿Qué pasó ahí? A saber. Solamente el Aburto original y Beltrones conocen la respuesta. El caso es que jamás volvió a saberse de ese Aburto en particular, ya que el monigote que apareció después en una cárcel federal de la capital era otro Aburto. O diciéndolo al revés, la última vez que se vio vivo al Aburto arrestado en Lomas Taurinas fue en manos precisamente del jotilongo ahora diputado federal, Beltrones.
¿No le dije alguna vez que TODOS los congresistas son criminales?
Así que ya sumamos tres de los varios Aburtos envueltos en la conspiración presidencial para asesinar a Colosio, pues espántese al saber que el fatídico día del asesinato ya había un Aburto detenido en la PGR cuando apareció inesperadamente el Aburto de Lomas Taurinas.
Así como lo lee.
¡Se dio el insólito caso de que había dos Aburtos (más el que hoy supuestamente está en una cárcel de alta seguridad) en la delegación de la PGR en Tijuana utilizando el mismo nombre y además similares físicamente, tanto que la propia madre del Aburto sangrante tomó inicialmente como a su hijo al segundo Aburto y lo quería abrazar!
La presencia entonces de dos Aburtos presentes en la delegación de la PGR tijuanense indicaba que algo había salido mal en el plan original de la conspiración para encubrir el a todas luces cuidadosamente preparado asesinato del Aburto original, ¿pero qué fue?
Ah, eso se lo diré yo, que todo lo sé.
Ya sabemos que la (risible) historia oficial del asesinato de Colosio está en hemerotecas y en libros sin fin. A grandes rasgos, entonces, le diré mi versión de una parte de la tragedia en Lomas Taurinas. Todo con el fin de exhibir la perversidad de los criollos en el poder en este país todavía ocupado militarmente por ellos, y la necesidad de quemar discreta y periódicamente peticiones del meteorito rojo para librarnos finalmente de esa plaga. Después de todo, los rituales chinos son más terribles que cualquier ejército y además únicamente destruyen culpables. Y ni evidencia queda de haber quemado peticiones.
Resulta pues que en los días previos al arribo de Colosio a Tijuana, el tenebroso estado mayor presidencial notificó a las autoridades estatales de Baja California el arribo del candidato priísta Colosio a Lomas Taurinas el día 23 de marzo de ese año, 1994. El motivo sería un mitin de campaña y Colosio estaría solamente unas horas en el lugar, por lo que solicitaban que el gobierno bajacaliforniano se mantuviera fuera del perímetro del mitin. Recordemos que el estado estaba gobernado por el primer panista a quien el PRI permitió ganar una gubernatura, Ernesto Ruffo, y el gobierno federal se portaba medio frío con ellos para aparentar que PRI y PAN son diferentes, aunque todos sabemos ya que sí son los mismos.
Como corrían rumores entre "los escogidos" de que Colosio y CSG estaban cada vez más distanciados y ya no hablaban el mismo lenguaje político, el gobernador panista Ruffo presintió algo feo, parecido a conspiración para asesinato, y se puso nervioso con la orden de los militares de que no se acercaran las autoridades estatales ni municipales al lugar del mitin y menos a Colosio. Ruffo tenía razón en sus presentimientos. Platicó del asunto con el jefe de la cuicada municipal de Tijuana, Federico Benítez, y llegaron a la conclusión de que no podían desafiar las órdenes de los militares aún si sospechaban con razón de algún atentado contra Colosio. En México no hay estados soberanos, pues estamos ocupados militarmente por Gachupilandia.
Entonces el chief Benítez encontró la solución al problema: Acordó con Ruffo acatar aparentemente las órdenes militares. Pero exactamente fuera del perímetro del mitin, al fondo de una bajada que era la única salida de Lomas Taurinas, colocarían a un nutrido grupo de policías de élite apostados en varias patrullas y monitoreando las bandas de radio de los militares.
Por las dudas, dijo el jefe policiaco Benítez, no nos vayan a echar la culpa a nosotros los panistas de algún crimen. (Listo el hombre, nada más que esa visión le costó la vida dos semanas después, porque al igual que Colosio, Benítez se ganó la hostilidad de alguien muy poderoso al interferir en el plan para asesinar a Colosio. Ese personaje le puso una trampa a Benítez y lo emboscaron camino al aeropuerto de Tijuana por una falsa llamada de emergencia. Uno de sus asesinos fue precisamente un policia "judicial" que tomo videos del mitin de Colosio para la policia estatal. Nunca se pudo probar conexión política del asesinato de Benitez con Los Pinos.)
De manera que al momento del crimen contra Colosio (le pegaron dos balazos dos tiradores diferentes, aunque el periodiquero fronterizo lacayo del Ejército, Blancornelas, alegue que fue solamente Aburto), la cuicada municipal estaba exactamente donde debía estar: En la boca de la única salida de Lomas Taurinas. Por la gritería de órdenes y contraórdenes de guardias del estado mayor a través de sus radios de comunicación e interceptadas por los municipales, se supo que algo grave había pasado allá arriba, durante el mitin.
Y procedieron a bloquear la salida con sus patrullas.
El comandante del grupo municipal tijuanense (de élite y en consecuencia en constante entrenamiento con su contraparte de San Diego, California y por lo tanto no fácil de espantar por petates federales como pasa con los cuicos del interior del país) detuvo escopeta en mano al primer automóvil de varios que venían bajando a gran velocidad y pidió que se identificaran los ocupantes del vehiculo. El chofer, vestido de civil, apenas se detuvo para gritarle perentoriamente con acento chilango, "estado mayor presidencial, quítense a la chingada."
Ya sabe usted que pedirles identificación a los bárbaros militares mexicanos es tanto como llamar a la muerte a que venga por uno.
Lo malo fue que el chango verde ya no podía avanzar más por estar el camino bloqueado, y según me contaron unos pajaritos apenas días después del incidente, el comandante municipal se acercó a la ventanilla del chofer, amartilló y metió la escopeta apuntándole al pecho y le repitió, "identifíquense." Dicen que el sujeto se puso amarillo como sorbete de vainilla, pues no es lo mismo asustar que ser asustado.
Con todo y pena, pero el militarete tuvo que sacar su credencial de miembro del Ejército y explicar que en el carro llevaban detenido a Aburto por ser quien había atentado minutos antes contra la vida de Colosio.
El comandante municipal comprobó que en efecto en el asiento trasero varios individuos, obviamente también militares, sujetaban a un Aburto sangrando profusamente de la cara. Lo malo fue que sus caras no eran de buenas personas, tanto que el comandante, acostumbrado a encontrar matones diariamente en su trabajo, se las olió que iban a matar al muchacho. Por lo tanto inquirió a dónde lo llevaban, pues fuera de los linderos del mitin todo era territorio correspondiente a la autoridad municipal. Y mientras se dilucidaba cualquier jerarquía judicial, nomás los chicharrones de los cuicos locales iban a tronar.
El militar, ya más modosito, le dijo al municipal que llevaban a Aburto a la delegación local de la PGR. El comandante aceptó dejarlos pasar, pero, según la versión de los pajaritos que me contaron el chisme, le advirtió al chango verde que adelante de su automóvil le pondría una patrulla municipal de cicerone, y que él personalmente iría atrás en otra. Lo curioso fue que también le advirtió al militar que si se salía con Aburto de la escolta de patrullas e intentaba escapar por alguna calle, él personalmente cosería al chango verde a escopetazos. Y así llegaron a la delegación con Aburto vivo a pesar de que claramente ese no era el plan original de los militaretes. La prueba es que ya estaba el otro Aburto dentro de los separos de la delegación. Y dije "curioso" porque aparentemente no era el destino de Aburto sobrevivir la noche, pues llegó después Beltrones...y lo desapareció.
El que ya no se la acababa después era el gobernador panista Ruffo, pues tuvo que ir personalmente a México y entrevistarse con CSG para asegurarle que el asunto de los municipales obligando a los militares a entregar al primer Aburto en la PGR, echándole a perder el plan a los changos verdes, había sido un accidente.
Quien sí pagó los platos rotos fue el chief Benítez, pues sus hombres no solamente detuvieron al automovil en que los militares del EMP transportaban a Aburto, sino que ademas arrestaron y entregaron en la PGR al segundo tirador, un tal Jorge Antonio Sánchez, agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional ni más ni menos (el siniestro CISEN por sus siglas en espanhol). Al momento de su detención trataba de escapar de Lomas Taurinas y tenía todavía manchas de sangre fresca en su chamarra, sangre que se comprobó era de Colosio, y de pilón dio positivo a la prueba de la parafina cuando le examinaron las manos en busca de residuos de pólvora para saber si había disparado recientemente una arma de fuego. ¡Y anda libre, pues nunca lo interrogó Beltrones en Playas de Tijuana, y lo liberaron a otro día inexplicablemente y sin dar declaración!
(La noche del asesinato las autoridades encontraron asesinado a balazos en un taller mecánico de Tijuana a un hombre también con asombroso parecido a...¡Aburto! Hasta aquí, anótele, ya van cuatro elefantes columpiándose en la tela de araña. Y luego dicen que uno es el obsesionado de las conspiraciones. Porque agréguele que días antes en California, USA, asesinos profesionales mataron a balazos en el freeway 5 a dos hombres que iban con exceso de velocidad en un Cadillac y que pertenecían a la guardia personal del candidato Colosio. Uno de los muertos traía una credencial acreditándolo como "agente de investigaciones especiales del Gobierno mexicano," y una carta de recomendación firmada nada menos que por...Joseph-Marie Córdoba!)
Por todo lo dicho, claramente hubo conspiración presidencial en la muerte de Colosio, de Aburto, y de una docena de personas más que fueron perdiendo la vida con el paso de las semanas simplemente por saber demasiado del asunto.
La conspiración está fuera de duda, aunque sigan las autoridades mexicanas y sus achichincles alegando que Aburto mató a Colosio. Recordemos que cuando Colosio estaba en el hospital, se presentó la doctora Aubanel, aquélla especialista en enfermedades del corazón con amplias credenciales profesionales pues fue ella quien operó del corazón, por petición misma de la religiosa, a la madre Teresa de Calcuta. Y cuando salió, la doctora dijo frente a todos los representantes de medios electrónicos e impresos que la autopsia había producido dos balas de diferente calibre. Sus palabras ahi estan. Naturalmente, la directora del hospital dijo después, ya aleccionada desde la capital puesto que ella no estuvo presente durante la autopsia, que no era cierto y que solamente fue una bala la recuperada.
Ni para qué mencionar la comedia de engaños que las autoridades llevaron a cabo para encubrir a los asesinos, desde siembra de armas y cambio de balas hasta borrón de evidencias, pues echaron inmediatamente cemento en el lugar del mitin. Y como corresponde a una bufonada política, el Aburto preso llevó a cabo la reconstrucción de hechos...¡en el escenario de un teatro, por favor!
En fin, ya a estas alturas todo ese asunto es un revoltijo, como corresponde a cualquier conspiración bien hecha. Pero eso nos dará una idea de que cuando le digo que el gobierno orquestó por órdenes del Imperio del Mal la subida de imagen política de AMLO con el show del desafuero para entregarle la presidencia en el 2006, no le echo mentiras. A ver como torean estos ladinos las futuras peticiones del meteorito rojo contra politicos bribones que aspiren a la presidencia del pais.
Veamos pues si es cierto que los dos Aburtos en las fotografías al calce son de la misma persona, como claman las perversas autoridades ladinas y el corrupto periodiquero fronterizo (su visita a Aburto en prisión fue otra charlotada de Blancornelas y sus patrones militares).
Estando yo aquí todas las dudas se disipan rápidamente. No necesitan traer expertos forenses de países extranjeros para descifrar la fisonomía de los dos Aburtos, pues yo soy más chingón que cualquier experto extranjero.
El cuello del Aburto original es delgado y el del Aburto en prisión es grueso.
La mirada natural del Aburto original es suave, mientras que la mirada del Aburto en Almoloya es desafiante. La fuerza en la mirada de cada individuo refleja el nivel de su energía vital interna (Chi), y no se puede cambiar a voluntad, ni de un día para otro.
Los extremos de las cejas del Aburto original caen cerca de los rabillos de los ojos, mientras que los del Aburto original están más separados.
La nariz del Aburto original es puntiaguda y muestra el tabique roto, probablemente durante la golpiza que le propinaron sus raptores, mientras que la nariz del Aburto en Almoloya no presenta desviación alguna.
Los orificios de la nariz del Aburto original no son visibles de frente, mientras que los del Aburto en Almoloya están totalmente a la vista como de puerquito.
La boca del Aburto original es grande, la boca del aburto en Almoloya es chica.
El labio superior del Aburto original es delgado y el de abajo es grueso hasta desbordarse hacia la piocha, mientras que los labios del Aburto en Almoloya son del mismo grosor y sin exceder sus bordes.
La piocha del Aburto original tiene un bordillo, mientras que la piocha del Aburto en Almoloya nomás está gruesa pero pareja.
La distancia entre el labio inferior y piocha del Aburto original es más corta que la distancia entre labio inferior y piocha del Aburto en Almoloya.
Véame ahora a los ojos y dígame que soy un mentiroso y que las dos caras son idénticas y que padezco de esquizofrenia.
O lo que es lo mismo, somos títeres del gobierno y sus cómplices que nos cuentan las mentiras que quieren, pues saben que la indiada estamos huequitos, huequitos.
Para órdenes y/o informes, comunicarse por correo electrónico a visionpf@direct.ca
* Master, Estrategia Militar China
E-mail: visionpf@direct.ca
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