Dicen con buen humor los chiquillos que ya por fuera de las puertas del Paraíso, de donde fueron echados encuerados por el dueño, Eva y Adán escucharon un sabio y último consejo celestial: Hijos míos, aquí los dejo. Que viva el vivo del más pendejo...
Bueno, pues los obispos católicos no han hecho otra cosa en los últimos mil años que vivir muy bien a costa de creyentes obtusos -dése una vuelta por el Vaticano y por las catedrales en Espanha para que se de una idea del botín escamoteado a creyentes de mi tierra por los vampiros en sotana. Después de todo, según el último censo vaticano, donde hay más pende...digo, católicos, es en México. No en balde estamos como estamos.
No importa cuánto progrese la humanidad, las masas nacionales siguen proporcionalmente igual de ignorantes que en siglos pasados. No por casualidad, desde luego, sino por designio de los poderosos que cual parásitos insaciables viven de explotar alegremente a las hordas sin bañar. No es de extrañar pues que, como la proverbial cosecha de mujeres, los pobres en México nunca se acaben.
Los mexicanos no-ladinos, con notables excepciones, llevan gruesa venda en los ojos que los auto-llamados pastores criollos de masas -curas, políticos, maestros de escuela, legisladores, actores de telenovelas y películas, periodiqueros, televisos recitadores de noticias- imponen a los jodidos (como cortésmente los llama el racista presidente Clavillazo Fox) desde antes de su nacimiento. Así los someten física e intelectualmente para evitar que entiendan el valor del dinero y quitárselos fácilmente de las manos con diferentes métodos probados de explotación.
Mexicanos, es bueno ser pobre, nos decía el bilioso y sinvergüenza pontífice judío Juan Pablo 2 en cada visita al país auspiciada por gobernantes, banqueros ladinos y Televi$a. ¿Se acuerda? Por su perversidad hacia los jodidos, de seguro está siendo asado a fuego lento por los demonios en el Infierno.
Para que haya pocos ricos debe haber muchos pobres, reza la elemental ecuación económica que cualquier explotador de masas aprende desde la niñez. De manera que si los mexicanos pobres son creyentes, la superstición religiosa judeo-cristiana los pone de rodillas con los Evangelios. Si son escépticos, la misma superstición adormecedora de tarugos cambia de cara y les es impuesta en forma de telenovelas, programas insulsos de radio, películas idiotas, tequila y cerveza barata, historietas ridículas de amor y lágrimas, y periódicos (un hombre en la calle o en el transporte público con un periódico en la mano o en la bolsa trasera del pantalón de seguro es una persona pobre y sin ambiciones, aunque con muchos sueños irrealizables).
Los explotadores de masas, claro, no están para darle ideas de progreso al pueblo no-ladino, sino para chuparle la sangre aunque para eso provoquen un vacío en la oferta y demanda a niveles de mercado popular. Por algo los zares de comercios pequeños y venta de baratijas en México no son mexicanos, sino coreanos. Los orientales no tendrán las conexiones raciales que tienen los gachupines para hacer grandes negocios con el gobierno, pero como no están lavados de cerebro encontraron rápidamente su minota de oro atendiendo el consumo pesetero pero masivo de los pobres. Los crueles coreanos encontraron en las torpes masas mexicanas la ocasión ideal para aplicar el principio de oro de todos los mercaderes: Comprar barato y vender caro.
Tradicionalmente, la perversa labor de herrar el oscurantismo en la mente del pueblo mexicano para infantilizarlo en beneficio de los gobernantes corresponde (aunque Televi$a y TvAzteca ya entraron al quite) a la Igle$ia, pulpo religioso y parte vital del Imperio del Mal que lleva cinco siglos exprimiendo despiadadamente a los mexicanos.
Naturalmente, ahora los ensotanados quieren más dividendos del botín que levantan los gobernantes. El Vaticano está cada día más insoportable y demanda más privilegios, más riquezas, más impunidad, más propiedades arrancadas a individuos moribundos o al Estado, con la traidora complicidad de funcionarios ladinos bribones como el nuevo secretario de Gobernación, el pernicioso mocho criollo Carlos Abascal (se fue del puesto un mojigato sinvergüenza, Pinocho Creel, y nos jincaron a otro peor, persignado y ladrón de bienes nacionales en beneficio de la Igle$ia).
Manejada por obispos y cardenales judíos, la glotona e insaciable Igle$ia actúa igual que el gobierno mexicano: Se va un Papa venal, y llega otro vampiro ensotanado con colmillos más largos y afilados para extraer sangre de la indiada mexicana que llene las arcas apostólicas. Los obispos exigen concesiones insólitas del gobierno mocho mexicano, como sería la administración del presupuesto de la educación pública y terrenos y edificios propiedad de la nación de gratis. Yo no se usted, pero la línea divisoria entre el Estado laico mexicano y el Estado confesional la veo prácticamente desaparecida. De las guerras civiles que tanta sangre costó a los mexicanos de ayer buscando la separación Estado-Igle$ia echando a los hinchados sapos ensotanados del poder civil...no está quedando memoria alguna.
Después de la Cristeada les ha costado largas décadas de convencimiento a los omni-malignos obispos, pero poco a poco han vuelto a camuflar la naturaleza vil y el papel demoniaco que la Igle$ia tiene y ejerce en la sociedad mexicana. Con la complicidad, claro, de sus compinches criollos visibles (como la Rata Marta, Marica Fox y el gabinete presidencial en el Gobierno), e invisibles (como los medios de [des]información, los banqueros, los cerveceros, y políticos manipuladores como el ex-presidente Carlos Salinas de Gortari). ¿Resultado? Los altaneros obispos demandan una reforma constitucional para que los religiosos accedan a puestos importantes de gobierno.
¡Hágame el cabrón favor!
El Estado autoritario que es el Vaticano, peor a cualquier otro sistema comunista o monárquico, demanda "democracia" para los curas en México. Y sin embargo...¡nadie dice nada! En este país de tontos nadie levanta una mano para cuando menos quitarse el golpe. Mucho menos abre alguien la boca, pues el temor paraliza a las víctimas de los gordinflones charros negros. A ese grado de retroceso civil y religioso hemos llegado la indiada.
Porque póngase a pensar. Si los obispos se roban hasta los objetos de valor que los creyentes ofrendan en mandas a los santos en las iglesias, imagínese lo que harían y robarían los pillos si pudieran meterle la uña libremente a los presupuestos municipales, estatales y federales, a terrenos y edificios, a concesiones de gobierno, a partidas para servicios sociales, a licencias para todo tipo de negocios especialmente de juegos y licorerías. Tendrían libertad total para cometer todo tipo de crímenes sexuales, de dictar prohibiciones "morales" sin fin a la ciudadanía, a provocar el incremento exponencial de enfermedades venéreas al prohibir el condón, etcétera.
Una pesadilla, ¿verdad? Pues todo eso, y más, quieren los obispos obtener del gobierno panista conducido por una yunta presidencial dispuesta a darles a los charros negros lo que pidan.
Y el pueblo que diga misa.
Los obispos ya ni se molestan en cumplir su obligacion de instruir religiosamente a los creyentes, sino que conspiran día y noche para obtener riquezas y lujos. En estos días acaban de hacer otra de sus juntas de pandillas de obispos mexicanos y acordaron, según su presidente, "dejar de ser sujetos pasivos (?) en cuestiones electorales." Nos dicen que, además de privilegios propios de la religión, tienen derechos políticos "como todos." Aunque los creyentes no son "como todos," puesto que no gozan de privilegios religiosos. Alega el avorazado obispo que en su junta analizaron la libertad de culto y determinaron que "faltan cambios en la Constitución para que exista una vigencia plena a ese derecho, la legislación mexicana debe adaptarse al consenso internacional (?) sobre el tema," y que lo contrario sería "discriminatorio."
Pero yo digo que el "consenso internacional" también exige que los curas maricones dejen de abusar sexualmente de los niños católicos y resulta que los ensotanados hijos de puta no hacen caso. ¿Entonces?
Pero según el obispo, si la ley prohíbe a sacerdotes ocupar puestos de gobierno, entonces "ese derecho debe establecerse en la Constitución." Chingones los obispos, ¿eh? Si la ley prohíbe algo, hay que despedazarla a modo. Los charros negros, claro, buscan engañar tontos, labor que es su especialidad. Todos sabemos que su función en la sociedad no es ejercer la política, tampoco acaparar riquezas sin fin, y así lo definen sus propias reglas. La religión concierne al mundo espiritual, no al material. Los religiosos no son "como todos."
Pero mientras no tengamos un gobierno de verdaderos mexicanos que sin miedo subsidie a los curas y los retaque en sus iglesias, que les aclare de manera enérgica que la educación pública es obligación y derecho intransferible del Estado, y que elimine la misa obligatoria y la exigencia de diezmos a la sociedad, siempre van a estar los avariciosos y degenerados obispos deseando enormes bienes materiales que no son suyos.
Debido a la malintencionada tergiversación gubernamental del principio de separación entre Estado e Igle$ia, demonios disfrazados de sacerdotes como el ambicioso arzobispo Norberto Rivera exigen "avances de libertad religiosa." Avances que según ellos consisten en drástica reforma constitucional para que los curas accedan a puestos de gobierno, y para que la religión católica se imparta en escuelas públicas. En su eterna busca de riquezas los obispos le declaran la guerra al pueblo mexicano una vez más, puesto que eso no es libertad religiosa sino un reto y un ataque frontal al Estado laico. Ataque, por cierto, más peligroso para la sociedad que el de la delincuencia porque es robo descarado a través de extorsión religiosa.
O sea, si los obispos y sus cómplices en el gobierno y Congreso obtienen la reforma constitucional mencionada, todos ellos se convertirán automáticamente en ladrones y en peligrosos agitadores sociales (recuerde que hasta el Tatita Cuauhtémoc Cárdenas, taimado político ladino navegando actualmente como perredista y dizque "izquierdista," aboga con entusiasmo digno de mejor causa por la perversa modificación a la ley de cultos para beneficiar a curas come-indios). Eso sería ni más ni menos que traición a la patria.
Ante la polvareda política que levantó el citado panchito de los depredadores obispos, el ensotanado presidente de la CEM se espantó de lo que apenas horas atrás exigía públicamente y mandó una carta a los medios "aclarando" que los charros negros sí exigen una reforma constitucional al artículo 24 (libertad de culto) que les permita postularse a puestos de elección, pero que dizque una vez aprobado renunciarían a ese "derecho humano" (?) en bien de su supuesta misión de pastores "y dados los dramáticos acontecimientos de nuestra historia patria."
Juar, juar, juar. ¿A cuál "nuestra patria" se referirá el mañoso obispo? Porque los obispos mexicanos le tienen jurada lealtad única y total a Roma, no a México. En caso de cualquier conflicto ellos obedecen al Papa. Son agentes y espías certificados del Estado vaticano, y por lo tanto traidores al país donde nacieron y al cual debieran servir obligatoriamente aún si son ensotanados. Es decir, son descarados traidores a la patria.
Y nadie dice nada.
Agregó el mentiroso obispo que una vez que los gobernantes y legisladores panistas, que tan traidores al pueblo también son, les otorguen legalmente el "derecho" de participar en política a los ensotanados, "nosotros renunciaríamos a su ejercicio porque las leyes canónicas nos prohíben ejercer cargos políticos de elección popular." ¿Y entonces para qué están chinga y chinga exigiendo que se cambie la ley de culto actual y se les permita agarrar huesos en el gobierno? Es decir, el obispo está demasiado acostumbrado a engañar bobos y piensa que todos nos vamos a tragar sus embustes del tamaño de un elefante.
No hay sujetos más mentirosos que los curas.
Porque déjeme decirle que la injerencia de la Igle$ia en la política, aún si es limitada a opiniones en público de los obispos, es tremendamente dañina para la paz social. No solamente no pueden ni deben los obispos compartir poder político, sino que su función oficial debiera estar minuciosamente vigilada por el Gobierno para evitar que se salgan del huacal y dejen de lado sus obligaciones lanzándose en busca de riquezas materiales. Eso de que obispos degenerados como Onésimo Cepeda, Norberto Rivera y Sandoval Iñiguez anden siempre rodeados de guarda-espaldas en vehículos blindados es un escupitajo al voto de humildad religioso.
Repito: La esfera de influencia de la Igle$ia sobre los creyentes es y debe ser exclusivamente espiritual, por eso los "castigos y recompensas" de la religión son limitados a premios en el Cielo y castigos en el Infierno. La religión es parte del más allá, y nada tiene que ver con códigos penales en la sociedad tales como cárcel, órdenes de aprehensión, multas, consignaciones ante la autoridad, etcétera. Y cuando la Igle$ia se ha salido de su función para castigar y ejecutar creyentes con leyes terrenales, como durante la siniestra y criminal "Santa" Inquisición, solamente ha dejado en evidencia su poca humanidad y religiosidad, y su mucha avaricia y crueldad.
¿O ya nadie lee libros de historia?
Es la ley civil la que tiene el derecho y obligación de invadir terrenos religiosos cuando hay crímenes qué perseguir en el mundillo religioso (menos en México, donde la Igle$ia y Gachupilandia son cómplices en la perversa explotación de indios y en el abuso sexual de niños), no al revés. Con decirle que mandamientos como no robar, no mentir, no matar y no cometer adulterio son penados también por la ley civil. Sin embargo, los mañosos obispos nos quieren hacer creer, como si fuéramos estúpidos, que los curas pueden y deben desenvolverse simultáneamente en los ámbitos civil y religioso dizque "por el bien común." ¡Bribones!
La ley permite la religión porque su observancia evita que la gente cometa delitos como los arriba mencionados, y hace más fácil la labor de la autoridad. Para decirlo pronto, teóricamente religión y gobierno preservan el orden civil. No es malo pertenecer a religión alguna, lo malo es la avaricia de sus sacerdotes tal y como siempre ha ocurrido en México con la Igle$ia. Esa avaricia hace que los sacerdotes descuiden su verdadera labor y se conviertan en criminales. La religión católica es usada por los sacerdotes como letal arma contra los fieles, causando más daño a la sociedad que el hampa. Por eso, y por el mal ejemplo que dan los gobernantes ladrones, la gente ya no tiene miedo a robar y matar. Los mexicanos nomás van a la iglesia a perder la fe, y de ahí a la cárcel a pagar por sus delitos...a menos que sean curas y funcionarios.
Ahora bien. No es raro que los obispos sean avariciosos, pues según los principios chinos de la naturaleza todas las cosas tienen su lado maligno y ni los santos pueden evitarlo. La religión católica en México es maligna porque pocos sacerdotes escapan a la tentación de explotar gente al saberse totalmente protegidos por la autoridad, ya que Papa y Gobierno mexicano son aliados en la explotación de indios. La fuerza natural de la religión católica es en este caso también su peor enemigo porque es mal utilizada y solamente daña a los creyentes. Los dioses, naturalmente, se ofenden con religiones falsas como la católica y de vez en cuando permiten que hombres como Lutero se levanten y acoten el maligno poder del Papa y sus intrigantes cardenales y obispos. La religión, cualquier religión, es invento humano para servir de bálsamo espiritual a la gente, no para convertirse en su peor explotador y enemigo. Cuando la religion cumple su función, la gente obedece al pie de la letra las leyes del país.
Los obispos "mexicanos" acordaron también intervenir en las elecciones presidenciales del 2006 pronunciándose "en favor de una actitud democrática, responsable." Pero yo opino que la secretaría de Gobernación en manos de Carlos Abascal, un criollo que se sueña cura y se persigna y echa bendiciones en público cuando su trabajo prohíbe mezclar la religión en asuntos de Estado, debiera decirles a los obispos que la Igle$ia debe mantenerse al margen de acciones políticas.
No es trabajo de la Igle$ia exhortar a los ciudadanos a que participen o no en las elecciones. Es ilegal que los curas arenguen desde el púlpito o a través de comunicados sobre la abstención o asistencia de votantes a las casillas. Sin embargo, los medios criminales de desinformación callan y encubren a los curas en perjuicio del pueblo. Decir que los obispos "alertarán al pueblo" sobre las promesas de campaña de precandidatos y candidatos es un crimen electoral y debería expulsarse del país a cualquier cura que lo haga. Hay que regresarlos a Roma.
Otro obispo mentiroso dijo que los planes políticos de la Igle$ia son "para defender la moralidad." Pues entonces que primero expulsen de sus filas a los curas maricones -casi todos- y dejen de abusar sexualmente a nuestros niños. Porque yo veo que los obispos defienden más a sus religiosos putos que a la elusiva "moral" católica de la que tanto hablan pero que tan poco practican los cabrones.
Y de eso, de curas maricones sin temor a Dios, hablaremos en la próxima columna. Digo, si le parece bien a usted.
METAFÍSICA CHINA: Hasta hace no mucho tiempo, tan corto que los sacerdotes judeo-cristianos ya vivían de engañar gente, en el Oriente había bastante practicantes de metafísica capaces de entrar a voluntad en trance y viajar en espíritu al más allá, a la terrorífica "dimensión de los muertos." Lo hacían para investigar los años de vida que restaran a gente interesada (ver sección Lámpara de la Vida en mi libro Ocultismo Chino), pero especialmente para recuperar el espíritu de alguna persona joven muerta prematuramente, haciéndola resucitar aún después de tener muchas horas de muerta. Todavía existen practicantes de este excelso y misterioso arte esotérico en China, claro, pero ahora se sabe menos de ellos. Arte milenario heredado por cierto, como la medicina china de primer nivel, solamente a estudiantes que por razones de karma lo merecen.
Yo no conozco ese método para resucitar muertos, lo más que puedo hacer metafísicamente es extender la vida de una persona por doce años más en este mundo. Pero por pláticas de sobremesa con quienes saben del asunto, entiendo que para recuperar el espíritu de un fallecido hay que saber no tanto cómo entrar al peligroso y maligno reino de los muertos, sino saber exactamente cómo salir de allí y evitar quedar entrampado. Para eso, primero hay que saber cuáles espíritus protectores de entes vivientes deben escoltar al oficiante en ese escabroso viaje hasta llegar a la orilla del río que divide al mundo de los vivos del de los muertos. Y luego saber cómo cruzar el río, pues no hay puente visible para hacerlo.
Me contaron hace muchas décadas quienes han hecho el viaje, que en el lugar hay una misteriosa entidad con un vehículo flotante propio para cruzar tal río que se aparece frente al oficiante por medio de un conjuro especial. Sin embargo, los espíritus de personas vivas sólo perciben verticalmente la mitad de esa entidad y de su vehículo: Una rueda, medio vehículo, un brazo, un ojo, una pierna, una oreja, etcétera. No todos los espíritus de gente viva que llegan al primer río lo hacen voluntariamente, pues los hay de personas que accidentalmente se desprenden en sueños o durante traumas físicos intensos y llegan allí, pero ignoran dónde están y no pasan más lejos.
Para que la citada entidad acepte cruzar al espíritu del hacedor de rituales a la otra orilla, este debe saber cómo invocarlo y luego cómo pagar para que lo transporte. Pero como todavía hay más obstáculos acuáticos que se deben vencer, y varias puertas custodiadas por terribles demonios que hay que saber abrir y traspasar, este relato se extendería por demasiadas cuartillas y lo aburriría. De manera que continuaremos con el chisme después, en la primera ocasión propicia que se nos presente. ¿Le parece?
Yo quemo una petición del meteorito rojo, mi compadre quema otra, así que ya tenemos dos, y mensualmente necesitamos solamente un oficiante más -Uno Solamente- para hacer al menos un triángulo esotérico y mantener activa la rueda de los desquites contra los enemigos de los mexicanos. Tarde o temprano, así nos tome un siglo, llegaremos al número que mantenga las peticiones del meteorito rojo en movimiento perpetuo.
Afortunadamente, al final de cada mes tenemos actualmente como cuatrocientos oficiantes en total que bajan las peticiones del meteorito rojo, más un número indeterminado a quienes esas mismas peticiones se distribuyen a través del correo electrónico por los lectores de esta columna. Es decir, ya somos un ejército de hacedores de rituales chinos. Chico o grande, pero somos un ejército invulnerable, invisible y anónimo. Los ladinos, obispos y rabinos no podrán tocarnos metafísicamente ni aunque sigan asesinando a diario niñas mexicanas para sus trabajos de magia negra contra los mexicanos nativos.
Yo pre-magnetizo personalmente cada una de las peticiones del meteorito rojo y no hay manera de que nadie las neutralice. Este temible ejército metafísico seguirá creciendo día a día. La cosa se va a poner mejor para nosotros, y peor para los chupa-sangre. Se lo garantizo yo.
Para órdenes y/o informes, comunicarse por correo electrónico a visionpf@direct.ca.
* Master, Estrategia Militar China
E-mail: visionpf@direct.ca
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