Mi afición-casi-obsesión por criticar a curas, militares y funcionarios ladinos pudiera reducir la ventaja que nos llevan a la indiada después de largos siglos imponiéndonos su voluntad.
Para de alguna manera compensar tan desproporcionado desbalance militar y económico entre conquistadores y derrotados es menester resaltar las malas acciones de aquéllos para así agilizar nuestra inteligencia.
Claro que la estrategia militar que se enseña en las aulas y la que desde diferentes medios de comunicación se filtra al público no es similar en método, pero sí en efectividad.
El público se familiariza rápidamente con los principios de estrategia si van ligados a eventos de interés general. Esta estrategia contiene primordialmente tácticas que son a la vez prácticas y útiles al hombre de la calle en su vida diaria. De esto la gente está ávida.
Cuando la tierra padece sequía crónica, necesita lluvias copiosas e incesantes para recuperar su fertilidad natural. En tierra fértil, si después de un tormentón continúan las lloviznas se arruinan las cosechas. Pero en terreno hondamente fracturado por la falta aguda de agua, las lluvias y lloviznas continuadas producen la humedad necesaria para que después germine correctamente la semilla de futuros plantíos.
Apuntar con insistencia hacia los actos de figuras públicas nos permite apreciar la causa y efecto de malas decisiones políticas tales como el Fobaproa y el rescate de las autopistas, algo que el pueblo entiende muy bien pues las sufre en carne propia.
En alguna parte del mundo, incluyendo México, están las personas predestinadas a reconocer intuitivamente éste método. Me dicen los que se encargan de esto que lectores de 23 países visitan esta columna cada mes, así que cuando menos hay 23 personas con posibilidades de aprender éste sistema militar. Mientras tanto, algunos temas serán repetitivos por necesidad aunque haya que abusar de la paciencia de algunos lectores.
En la China de hace siglos un taoísta recorría día y noche las calles con una lámpara de papel con la vela encendida. La lámpara colgaba de la punta de un palo que el taoísta cargaba elegantemente al hombro. Un día un curioso, enfadado por tan extravagante hábito, le dijo, ``Mantener una lámpara encendida cuando el sol y la luna brillan en todo su esplendor hace inútil su luz. Me parece un desperdicio o una locura traer consigo una lámpara así en pleno mediodía.''
El taoísta le replicó tranquilamente, ``En circunstancias normales no se necesita de luz artificial después de retirarnos a dormir por la noche, ni después del amanecer. Pero éstos son tiempos de desorden social y el hombre está sumido día y noche en peligrosa `"oscuridad." Sacerdotes, generales y ministros buscan riquezas sin importarles pisotear cadáveres para escalar el camino al éxito fácil. Aún el pájaro en el bosque necesita solamente un nido o una rama para descansar, y el venado bebe del río hasta saciar momentáneamente su sed, y no más. Ninguno de los dos se cambiaría por un ministro ladrón, por un general asesino, ni por un sacerdote avaricioso. Es pues necesario `iluminar el camino' al hombre.''
Obviamente ésta columna es tan redundante como la lámpara encendida del taoísta. Pero alguien la encontrará necesaria.
EL "TERCER OJO" MILITAR: Ahora que a los tribunales internacionales les ha dado ultimamente por castigar dictadores culpables de crímenes contra la humanidad, el futuro rosa de Zedillo (y de varios expresidentes y generalotes) se está poniendo más bien color de hormiga.
Ya se ve por qué Zedillo se negó recientemente a que México firmara el acuerdo del Tribunal Internacional para castigar genocidas: el ``supremo'' podría ser candidato a ser juzgado en tal tribunal. Al no firmar, Zedillo supone que escapará a las tribulaciones de Pinochet.
En parte Zedillo piensa bien. Los tribunales internacionales están formados por gente del mismo grupo étnico al de los gobernantes occidentales y se cuidan las espaldas unos a otros. Los países que no firmaron el castigo a genocidas aparentemente no corren el riesgo de que sus funcionarios sean juzgados.
Pero cosas más raras se han visto en el mar y nadie sabe que les depara el futuro a los genocidas que han diezmado indígenas mexicanos. Un mal presagio es el siguiente.
Un semanario en formato tabloide que se distribuye en forma gratuita en Los Ángeles desvela información que puede traer funesta cola para Zedillo y sus generales.
Resulta que un capitán del Ejército mexicano se negó a acatar órdenes de asesinar neoindígenas y huyó del país y de las represalias de sus colegas uniformados. Pidió y recibió asilo político en territorio americano. Y ``aquí es donde la puerca torció el rabo,'' pues salieron a relucir lugares, fechas de masacres de indios y se conocieron nombres de genocidas.
El ahora excapitán informó a las autoridades americanas que en 1994 recibió en Chiapas órdenes militares superiores para fusilar a todos los sospechosos de ser guerrilleros zapatistas que cayeran en sus manos. La orden de exterminio, aseguró el denunciante, fue dada por el general responsable de la XXX zona militar en Chiapas, un matón uniformado llamado Luis Humberto Castillo.
Cuenta el ahora asilado que el general asesino y con sueldo pagado por los contribuyentes mexicanos advirtió a su tropa qué no quería guerrilleros presos, sino muertos. El mismo testigo agrega haber visto a otros oficiales ejecutar indígenas.
Así pues, el asesinato de civiles inocentes involucra al Ejército y a su jefe supremo en conspiración delictuosa con el fin de reprimir neoindígenas.
El genocidio indígena a manos de los criollos en el poder no es nuevo en México. Lo malo para Zedillo - y lo bueno para las familias de los ejecutados - es que las comisiones de derechos humanos podrían tener acceso directo a un testigo ocular de tales matanzas. Esto sería el comienzo de un juicio por genocidio a los funcionarios mexicanos.
En todo caso, Amnistía Internacional y la ONU han denunciado desde hace largo tiempo las masacres del Ejército contra los neoindígenas chiapanecos y tarahumaras.
Indudablemente que hay más testigos militares de las masacres de indígenas pues el testigo de marras asegura que militares de distinta graduación prefieren desertar que acatar la orden de matar civiles. Canadá también dio asilo hace tiempo a un militar mexicano que participó en el fusilamiento de 140 presos políticos que tuvo lugar en el tenebroso Campo Militar Número Uno.
Con razón anda Zedillo abrazando indias en sus giras: su ejército ha matado tantos de ellos, que a lo mejor presiente lo que se le avecina y pone sus barbas a remojar.
Pero es que la repugnante costumbre de funcionarios y oficiales mexicanos de matar a neoindígenas sólo porque tienen el poder no conduce a nada bueno.
Todavía hay militares nazis que están siendo juzgados por exterminio de judíos, así que todos los expresidentes y los militares mexicanos que han exterminado y exterminan indígenas pueden ser acusados por genocidio ante un tribunal internacional. La vida de un judío no puede valer más que la de un neoindígena mexicano. ¿O sí?
Hay que ser exigentes con las autoridades pues ellos así lo son con los ciudadanos. Zedillo demandó que el mochaorejas recibiera el máximo castigo y se le cumplió. Ahora le toca a el responder por los indígenas asesinados a manos del Ejército.
Si una muerte requiere máximo castigo, ¿qué castigo merecen Zedillo y sus generales por la muerte de incontables mexicanos disidentes? Porque júrelo que cuando empiece la investigación y salga el número de mexicanos asesinados en los distintos sexenios, la gente va a vomitar de horror.
Todo es cuestión que las familias de las víctimas se organicen y asesoren bien para recabar la información pertinente y presentar la denuncia ante un tribunal internacional. Y si preparan todo de antemano con unos ritualitos, mejor les irá.
Curiosamente, los juicios de Nuremberg no fueron los únicos que castigaron genocidas. Los oficiales nazis de alta graduación juzgados fueron ejecutados oficialmente, pero no los oficiales de baja graduación.
Sin embargo, muchos oficiales alemanes que gozaban de libertad fueron cazados individualmente por un grupo de asesinos militares de élite del ejército británico. La orden de formar este grupo fue dada de muy arriba en el gobierno inglés despuecito de la Segunda Guerra precisamente para asesinar a los que escaparon el castigo de los jueces.
Alguna vez me decía un general chino, ``No siempre los impedimentos legales son justos o correctos. Ocasionalmente hay que pasar sobre la misma ley para imponer la justicia.''
(Genocidio: actos cometidos con la intención de destruir una comunidad étnica, racial o religiosa asesinándolos o causándoles serios daños físicos o mentales, o bien eliminando sus medios de vida para destruirlos).
#2. Normalmente ni la represión de minorías ni las revoluciones se incuban de la noche a la mañana. Más bien son producto del sistemático debilitamiento a que algunos grupos en la sociedad son sometidos por enemigos más fuertes y despiadados. La revolución es muchas veces evolución de la represión radical.
Claro que con violencia armada y sin freno se alcanzan cambios mucho más rápido que concientizando poco a poco a la gente. Así ocurre en las invasiones armadas y con algunas revoluciones en Latinoamérica. Pero el costo de vidas humanas es enorme y la violencia sistemática produce efectos secundarios tales como el odio en los vencidos que es la semilla de futuros enfrentamientos bélicos.
Se dice que ``la mejor defensa es el ataque'' pero esto no siempre es así. Un pueblo adormilado requiere que le obsequien principios defensivos de estrategia de manera lenta pero en flujo constante. Este proceso permite que la gente lentamente colecte, compagine, estudie y digiera ejemplos de teoría y aplicación. La semilla estratégica en cada país germina en el momento que su gente sienta que la puede aplicar. Contrariamente a lo que sucede con un ejército, al pueblo no se le puede forzar a utilizar la fuerza.
Eso si, una vez que un movimiento civil empieza, no lo paran ni las armas ni las promesas políticas. Acaba cuando tiene que acabar. Ni una hora antes ni un día después.
NUESTRO FÚTBOL: En la sub-20 el atlista Márquez, pieza clave en el equipo, se hizo expulsar tontamente en el juego contra Argentina y arruinó los planes de Lapuente. Y a lo que se ve ni Lapuente ni del Muro ponen en cintura a jugadores indisciplinados.
#2. Enrique Borja ya veía campeones del mundo a los jóvenes de la sub-20. La realidad le reventó sus burbujitas de ensoñación. Llevaron a los jugadores de Lavolpe para asegurar el campeonato pero se olvidaron de llevar al argentino para que los dirigiera ya que a Lapuente se le caen siempre los jugadores.
#3. Después del fracaso - otro más - de la selección sub-20, los federativos salen con las sandeces de costumbre. Lebrija, titular de la Primera, dice que los muchachos ``Jugaron contra Japón con exceso de confianza.'' Hágame favor. Dice que hay que analizar el problema de las selecciones ya que siempre pierden en el momento menos oportuno y que a lo mejor los jugadores ``no entendieron'' las direcciones de sus técnicos. Pues no necesita Lebrija quebrarse la cabeza más, la solución se la doy de gratis: pongan un técnico de a deveras al frente de la selección del momento, no a un ladino compadre de ustedes, y verán que las cosas cambian.
#4. Para tapar su incompetencia ante el fracaso de la sub-20 en Nigeria, del Muro dijo la babosada de siempre: ``Si eso es lo que producimos. Hacemos circo, maroma y teatro con lo único que hay." Agregó el retrasado mental que ``queremos arroz con leche pero no hay ingredientes.'' Debió alguien haberle leído ahí mismo la lista de jugadores que llevaron para que despierte de su imbécil letargo. Si con esos jugadores no gano cuando menos el subcampeonato juvenil, eso quiere decir que el problema son del Muro y Lapuente, no ``lo que hay.'' Estos técnicos incapaces sólo cosechan fracasos pero tienen aprendida la cancioncita para culpar la ficticia falta de jugadores.
PARA MORIRSE DE RISA: Esto de los rituales se está poniendo bueno. Esencialmente los rituales, taoístas o de otros, no están ligados a religión alguna. Pero los curas son ambiciosos y no quieren que nadie se beneficie si ellos no agarran mochada. Les hacen creer a los fieles que lo que no es católico es ``maléfico.'' De ahí que pocos cristianos hagan sus rituales en casa.
Pero ahora la Iglesia, en su desesperación por agarrar algo bueno en la política, se ha dado un tiro en el pié. Y ni cuenta se han dado los curas.
Resulta que el arzobispo Rivera empezó una campaña nacional de oración. Los católicos al unísono rezan ciertos días por la seguridad, la justicia y la paz. Con oraciones intentarán recuperar ``la virtud justiciera'' en los corredores policíacos.
La idea es buena. Tan buena, que el arzobispo se va a arrepentir pues les está abriendo los ojos a los feligreses enseñándoles como afectar el mundo físico con sólo rezar. De ahí a que los laicos hagan rituales taoístas por su cuenta sólo hay un paso. Nomás necesitan agregarle una petición escrita y la quema de un billete. Lo malo es que en adelante para muy poco les harán falta a los católicos los curas y la Iglesia.
Con decirle que ni el nuncio Mullor se dio cuenta de esta metida de pata clerical. Pero verán que chinga les va a poner el Papa a los dos cuando se de cuenta del desperfecto religioso que sus achichincles acaban de hacer en México.
METAFÍSICA: Los secretos más profundos del ocultismo taoísta gozan de buen nombre en China y hay mucha gente dispuesta a aprenderlos. Unos los quieren para venderlos al mejor postor, otros para ayudarse a sí mismos, y alguno que otro para ayudar a quien lo necesite.
Afortunadamente para la humanidad, sólo personas de buen corazón llegan a saber tales secretos. Nadie hasta ahorita a podido engañar con éxito a un master taoísta y sonsacarle secretos esotéricos. Y es que para un experto en ocultismo chino es muy fácil ver la naturaleza de los estudiantes. Tan fácil como voltear la palma de la mano.
De los que sí aprenden metafísica taoísta, algunos ya tienen habilidades naturales tales como telepatía o clarividencia.
Cabe señalar que muchos estudiantes ni idea tienen de poseer alguna habilidad supernatural sino hasta que el maestro se los hace saber. La combinación del ocultismo taoísta con sus propias habilidades naturales ha hecho muy famosos a algunos estudiantes. El resto se limita a poner en práctica lo que aprende directamente de su maestro, especialmente los rituales y la visión extrasensorial.
En ciertos sistemas metafísicos le llaman a la visión extrasensorial ``el tercer ojo,'' que es simplemente el método de percibir con el sexto sentido lo que ocurre ``detrás'' del campo visual normal de las personas y de las situaciones. Los que escriben sin saber acerca del tercer ojo aseguran que es producto de una intervención quirúrgica, pero el método taoísta es muy simple en concepto aunque toma diez años de trabajo físico exhaustivo para dominarlo.
En realidad el método taoísta despierta en el estudiante ``tres ojos,'' pero la traducción incorrecta del término chino es en singular, ``el tercer ojo.''
Hace siglos los masters taoístas desarrollaban más de 300 ``ojos'' o puntos extrasensoriales en el cuerpo de los estudiantes. Hoy día son únicamente tres puntos, suficientes para enfrentar todas las situaciones que el hombre enfrenta en su entorno. El hombre actual es menos síquico que el hombre de hace tres mil años, así que desarrollar más de tres ``ojos'' dejó de tener justificación.
Como la metafísica taoísta abarca el conocimiento de las todas las fuerzas síquicas en el universo, depende de cada master qué tan lejos llega en su radio de influencia sobre la humanidad. Algunos se retiran a vivir el resto de sus vidas en la montaña y trabajan únicamente en su propio desarrollo espiritual, por lo que su identidad es secreta. Otros se dedican a ayudar solamente a sus familias y por eso su identidad es también mantenida en secreto. El resto acepta ayudar a quien lo necesite y lo pida, y sus nombres y lugar de residencia son conocidos por el público. (Se les llama a estos masters ``dioses en la Tierra'' porque pueden cambiar la vida de la gente con sólo encontrarse con ellas, desviándolas a veces a un destino en dirección totalmente opuesta).
Naturalmente que no es malo buscar conocimientos esotéricos. Lo que daña al estudiante es que esta búsqueda se convierta en una cruzada de vida o muerte.
Tampoco es bueno aprender metafísica con la intención de jugar con el destino de las personas o perturbar el de los países, algo que sólo maestros muy capacitados tienen permitido hacer.
ARTES MARCIALES CHINAS: Un aspecto secreto de la ciencia militar de las artes marciales, qué por cierto muy pocos saben, incluidos sus maestros, es que su práctica cambia la personalidad de los soldados. Debido a este factor no pueden aprender lo mismo soldados regulares que irregulares, ni mujeres que hombres, ni comandos que soldados de línea.
La función de cada cuerpo militar requiere conocimientos especiales (y en diferente grado) para que su carácter cambie lo suficiente y puedan ser útiles cuando sus habilidades en combate sean requeridas.
FISONOMÍA MILITAR: El general y secretario de la Defensa, Cervantes, fue a China a pedir maestros militares pues ya le dio vuelta al planeta con instructores de todas las nacionalidades y sus sardos son más matones, pero más nacos también. Por eso no aprenden de nadie.
El secretario Cervantes dijo (como si los chinos fueran bobos) qué México quiere experimentar métodos militares de países que no sean occidentales. El ingenuo militar espera que los chinos le den el conocimiento militar que otros poderosos ejércitos extranjeros, como el americano, no han podido extraer del Ejército chino.
Lo que debería haber solicitado Cervantes de los chinos es una docena de taoístas que sepan rituales militares. Se van a necesitar en México muy pronto.
* Master, Estrategia Militar China
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