Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #70: Las Alucinaciones Del ``Historiador"

Cuando los bravos chiquilines mexicanos se asombran ante las maniacadas de algún compañerito, tienden (o al menos eso hacían cuando yo fui niño) a preguntarle azorados, ``¿Estás loco, o tragaste mierda?''

Bueno, pues el historiador(?) ladino-judío-criollo Enrique Krauze no está loco.

Ese cuate es el mismo que fue a España a decir (a lo mejor con la esperanza de venderles el guión cinematográfico del tema) que por más que lo piensa todavía no entiende por qué los indios mexicanos no adoramos a Hernán Cortés. Nomás le faltó pedir que el clero mexicano eleve a Cortés a los altares pues si dicen que la Virgen se le apareció a Juan Diego, Cortés fue más chingón y se les apareció de a deveras a un chorro de indios.

La última tarugada de Krauze es el resultado de que México fue invitado, inexplicablemente, a tomar parte el año que entra en la XVII Exposición Universal en Alemania en celebración del próximo milenio. El tema será ``Humanidad, Tecnología y Naturaleza.''

Desgraciadamente los mexicanos, aparte de millones de indios andrajosos y gobernantes ladinos incompetentes y ladrones, no tenemos material digno de mostrarle al mundo. Ni en éste ni en el próximo milenio.

En cuanto al tema de la Exposición, nada sabemos de ``Humanidad'' en México, ya que los ladinos se la han pasado explotando y exterminando indios.

Tampoco presumimos de nada en ``Tecnología'' y hasta las computadoras que importamos duermen el sueño de los justos. Todo porque los burócratas sindicalizados que padecemos persisten en usar lápiz y mojarle la punta con la lengua antes de escribir (al menos los que de ellos conocen ese -al parecer- secretísimo arte ya pasado de moda).

Mucho menos entendemos lo de ``Naturaleza'' pues nuestros gobernantes se imaginan que es el nombre de algún feo cuadro resultado de una mariguanada de cualquier dizque pintor ladino que primero fue a rentar un apestoso cuartucho en los ghettos de Francia y luego regresó diciéndose ``graduado en París.'' (¿Verdad, monsieur Cuevas?)

Ante la sequía intelectual (esta última palabra quiere decir ``pensar con la cabeza y no con las patas'') que azota a México desde que a güevo hablamos Spanish, el nada ingenioso hidalgo pero si bilioso priísta don Zedillo de Los Pinos resolvió el dilema de la invitación a la Exposición....con las patas. Y con nuestro dinero, faltaba más.

Para empezar, en su curioso estado de confusión mental que padece últimamente, se le ocurrió al ``astuto'' don Zedillo que el pabellón de México debe presentar al mundo europeo ``nuestra tradición (?) de tolerancia y pluralidad étnica y cultural.''

(A propósito de confusiones presidenciales, a don Zedillo se le han subido ya los humos provocados por los pitiditos que le dedican las cornetitas del Ejército y por las alfombras que le tienden para caminar sin que tropiece con alguna piedra, pues no hay mucho pavimento por aquí. El otro día le dio por gritarle que se callara a un ciudadano damnificado que desesperadamente le interrumpía su vacía perorata pidiéndole ayuda real y no palabrería. Sería bueno que el presidente recordara que está ahí para servir al pueblo y no a la inversa. Qué los ciudadanos pagamos los sueldos y los robos de todos los gobernantes, así que somos sus patrones. Y un servidor publico, aunque sea presidente, no debe ser respondón. Debería tentarse la cabeza de vez en cuando para que no se le olvide que no trae corona aunque le digamos reyecito.)

Como se puede apreciar desde la primera ojeada, el fantasioso sueño presidencial no tiene absolutamente nada que ver con el tema de la Exposición. Los primeros en encabronarse con la cantaleta propagandística del PRI serán los visitantes a la Feria.

Porque a ver, don Zedillo, cuéntanos. ¿Cuál tolerancia y cuál pluralidad étnica y cultural? ¿La de Aguas Blancas o la de Acteal? ¿La de Chiapas o la de Guerrero? ¿Cuál?

Y mientras en el país se mueren de hambre cientos de miles de pobres, el tema del pabellón mexicano que por cuatro meses nos representará en Europa será diseñado, naturalmente, por ladinos que se repartirán, digo, que cobrarán una fortuna. Huelga decir que el dinero despilfarrado en tal forma saldrá, como siempre, de nuestros ya muy flacos bolsillos.

Pero tolerantes que somos, ya sea por tradición o por nangos, siempre acabamos pagando para que nuestros gobernantes se zurren en nuestras cabezas.

Y como de todas maneras los secretarios de Gobierno no hacen nada en sus respectivos puestos, don Zedillo designó maistros de la magna obra a los secretarios de Educación, de Energía, de Desarrollo Social, de Comunicaciones, de la Contraloría y de Comercio. ¿Por qué ellos y no otros? Pos' quién sabe, pero lo mismo da.

El caso es que el desangelado don Zedillo imagina que en México ya superamos el hambre y el analfabetismo y que es tiempo de gastar fortunas en obras triviales que le den personalmente ``imagen'' en el extranjero. Aunque la chusma dice que ``Aunque la mona se vista de seda...''

A mí me parece que son un madral de cocineros para cocer un tomate. Pero de seguro no hay asunto más urgente en el país que requiera de la presencia de tan ilustres y vivillos genios priístas. Y júrelo que los citados secretarios de Gobierno se las arreglarán para que (no tan) inexplicablemente sus cuentas bancarias engorden después de terminado el jalecito.

Por lo pronto los secretarios ya empezaron a repartir nuestro dinero a granel gastando pesos y dólares a manos llenas para darle gusto a su patrón don Zedillo. Los notables holgazanes subcontrataron a un pelotón de ladinos descerebrados.....pero muy bien pagados.

Ante el tamaño del cheque que los secretarios priístas le dieron, el líder del grupito, el pseudo historiador Enrique Krauze, se frotó las manos, hizo gárgaras, y declaró que ``El pabellón proyectará una imagen justa de México, que a últimas fechas sufre de mala prensa. El pabellón contrarrestará (¿deveras?) la leyenda negra que corre por el mundo en el sentido de que México es lugar histórico de corrupción, injusticia y discriminación. Mostrará nuestros indicadores económicos, políticos y sociales, que apuntan hacia la solidez por más que los pesimistas digan otra cosa. En México no hay discriminación ni persecución por motivos étnicos, ni intolerancia religiosa, ni existen regiones que están buscando su independencia o su autonomía.''

Qué le parece la declaración del angelito. Lo que hace el dinero, ¿verdad? Hace que la gente diga y haga barbaridad y media.

Según Krauze, ahora resulta que los alzados y las matanzas de indios y campesinos son febriles inventos de unos pocos malcontentos. Y los mexicanos que a diario mueren de hambre son simplemente pesimistas que de mala fe buscan causar una mala imagen al priismo. Y además, según el ``historiador,'' ni existen.

Si por Krauze fuera, siempre y cuándo los priístas le retribuyeran bien el trabajito, ya hubiera escrito una Historia de México a modo, cual guión cinematográfico, con la imagen de México que más le conviniera a don Zedillo. Una imagen falsa pero sin conflicto civil, sin pobres, sin soldados y cuicos asesinos, sin cárceles inhumanas, sin desempleados, sin braceros ni trabajadores que son forzados por la pobreza a emigrar indocumentados, y hasta sin indios. Un México poblado totalmente por ciudadanos optimistas y de panza llena que jamás hablen de cosas negativas.

Viendo su lambisconería hacia el Gobierno y su fácil tendencia a torcer los hechos, entendemos por qué el historiador logró la chamba de escribir el texto para el pabellón nacional en Alemania.

¿Pero ya ve por qué fuera de nuestras fronteras nadie se creé la ``Historia'' de México? Esa historia está escrita por mercenarios de la pluma y a gusto de los gobernantes. Para saber lo que realmente ha pasado en México hay que consultar libros de historia extranjeros y evitar leer, y mucho menos creer, lo que nuestros escritores ladinos inventan para darles ``buena imagen'' a los gobernantes a cambio de jugosos sueldos.

En su ridícula aunque bien remunerada percepción de la historia mexicana Krauze la riega cada que abre la boca. Eufórico con su nueva chamba dijo que ``México no cumple siglos, sino milenios (¿de qué?) y se construye con continuidad histórica sólo equiparable a la de China o la India (Krauze tendrá que ir otra vez a la escuela porque la continuidad histórica de México la rompieron los españoles y la de la India la rompieron los ingleses) y que lamentablemente se rompió en Egipto y Grecia. 

Krauze es, pues, prueba fehaciente de que el talento no siempre se consigue con dinero.

Otro ladino del grupito de ``los escogidos,'' el diseñador de los edificios que formarán el pabellón mexicano, dijo que su arquitectura ``Transmitirá el mensaje de un pueblo alegre, de luz, de color y de entusiasmo.''

Pues quién sabe a que pueblo se referirá el tipo ése, porque lo que es en México los gobernantes ladinos ya acabaron hasta con nuestro entusiasmo y alegría. Y si no se han robado el Sol y su luz es porque está muy caliente y queda muy retirado de sus grasientas y avariciosas manitas.

Con envidiable gracia para el humor negro, o para la imbecilidad, el diseñador agregó que ``Los edificios del pabellón no tendrán aire acondicionado (más billetes quedarán en los bolsillos de alguien del grupo) y su símbolo será un Sol gigantesco y de alebrije.'' Sería bueno que alguien se apiadara del nango y le advirtiera que la va a regar feamente, ya que la Feria tendrá lugar en los meses más calientes del verano europeo. Si no, al cuarto para las doce tendrán los representantes de México que comprar abanicos de mano por tonelada so pena de asistir al desmayo involuntario de miles de visitantes.

Otro miembro de la sagrada pandilla de genios ladinos, museógrafa (¿y eso qué será?) ella por más señas, asegura que planea interpretar fielmente el mensaje de Krauze con ``técnicas vivas'' (?) salidas de su propio y brillante cerebro, ``Para llegar a lo más hondo de las personas, pues queremos decirle a Europa que México es un país megadiverso.''

¡Ah!

Nada más que como yo soy aguafiestas irredento, opino que con tantos pobres y damnificados que tenemos aquí, sería preferible que México rechace la invitación (los organizadores alemanes lo entenderían perfectamente) y que mejor empleé don Zedillo ese dineral (y el que se andan gastando inútilmente los precandidatos priístas en su farsa electorera) para paliar un poquitin las necesidades de este dizque ``megadiverso'' pero arruinado pueblo.

Pero claro, así no podrían los ladinos apropiarse de nuestro dinero mientras nosotros perecemos de hambre hincados, agachados...y en silencio.

METAFÍSICA:   Como todas las cosas, los rituales chinos tienen su función y su forma.

Imagínese que los rituales son arma poderosísima sobre la mesa, esperando a que alguien llegue, la levante y la maneje impunemente a su antojo y discreción. (Más o menos como los ladinos manejan el tesoro nacional.)

El fabulosos poder de los rituales chinos estriba en que su función no tiene restricciones legales para su uso, no se necesitan licencias ni permisos, los pueden hacer ricos y pobres por igual, no se necesita pertenecer a un país especial ni a un grupo étnico específico, y de pilón no cuesta nada aprenderlos ni hay que ir a la universidad por ellos.

Además, en su forma los rituales son invisibles y se pueden llevar a todos lados pues no pesan nada, aunque tal conocimiento sea capaz de causar a los enemigos más daño que un artefacto militar de ésos que destruyen ciudades enteras.

La persona que sabe rituales chinos puede cruzar cualquier frontera, salir o entrar a cualquier país, visitar cualquier lugar, y nadie ni nada detectará su grado de poder metafísico.

Los rituales chinos son regalo de los dioses a la humanidad, así que nadie puede monopolizarlos, ni venderlos, ni esconderlos, ni prohibirlos. Y nadie es inmune a su influencia, a menos que sepa el antídoto. Nada más hay hacerlos, pues acostado todo el día en la cama no es posible sacudir al universo con la metafísica china.

MIENTRAS EL PUEBLO DUERME:   La realidad nos obliga a ignorar el ficticio mundo libre de corruptelas oficiales en el que viven los historiadores mexicanos, para entender hasta que punto llegó ya el nivel de avaricia de los ladinos en el poder.

El dinero de los presupuestos municipales, estatales y federales ya no les basta a los funcionarios. Hay que robar de dónde sea aunque eso signifique la muerte de personas inocentes. Roban los dineros de Educación, de Caminos, de Salud, de dónde se pueda. El dinero les importa a los ladinos más que la vida de personas ajenas a su grupo étnico pues por aquí la vida de indios y mestizos nunca fue de importancia alguna para los gobernantes blancos. 

Nos roban por igual funcionarios civiles y militares, hombres y mujeres, jueces y policías, sin importar del partido político que sea. Hasta los curas andan desesperados por pescar lo que puedan a cambio de su silencio. Todos ellos presumen públicamente de ética, de honor, de moral, y al final resultan pillos de la misma ralea.

El último ejemplo de la letal y bárbara codicia de los ladinos en el poder son los ``chalecos antibalas'' que portan elementos adscritos a la SSP.

Un periódico capitalino, Crónica, destapó a tiempo (e inútilmente) la cloaca de la avaricia que muestran los jefes policíacos y denunció que los chalecos protectores que porta la cuicada están fabricados con menos capas de blindaje del necesario. Esto permitió que algún vivillo jefe policíaco y sus cómplices en el Gobierno que encabezaba Cuauhtémoc Cárdenas (y todavía hay gente que quiere a Cárdenas de presidente. ¿Será por el tamaño de las mochadas que habría?) se robaran unos cuántos pesos por chaleco aún sabiendo que esto pone en peligro la vida de los policías.

Cuando Cárdenas llegó a la alcaldía capitalina, llevó consigo militares a granel a su administración. Qué dizque los militares ``son honestos,'' decía Cárdenas. El militar que Cárdenas impuso en la dirección de la SSP (el hombre-neón, el de las abundantes y brillosas condecoraciones de hojalata) no sólo ordenó o condonó la Matanza de la Buenos Aíres, sino que fue en su administración cuando se denunció el lamentable caso de los chalecos antibalas defectuosos.

Fue pues de conocimiento público que esos chalecos medio blindados pondrían en peligro la vida de los policías que se atrevieran a ponérselos. Pero ni la Controlaría de la SSP, ni la Procuraduría, ni Cárdenas, ni el ``honor militar'' de Debernardi se dieron por enterados del fraude. Perro no come perro, y había que proteger oficialmente a funcionarios ladrones pero influyentes. Algunos personajes allegados a Cárdenas se hicieron así más ricos. A ellos les vale madre la vida de otros y los miles de peligrosos chalecos modificados a pedido expreso con menor blindaje del debido fueron distribuidos finalmente a los cuicos.

¿Y sabe usted cuánto dinero se repartieron los funcionarios pillos en esa operación? Dos pinches millones de pesos. O sea, roban ya por vicio aunque la cantidad no valga la pena. Buscan más el placer de dañar a la indiada que la ganancia propiamente dicha. Y como los ciudadanos de esta dizque ``república'' no les podemos pedir cuentas de sus actos a los funcionarios, se salieron con la suya.

¿Las consecuencias?

En menos de medio día los delincuentes asesinaron a tres policías y dejaron literalmente al borde de la muerte a otros tres en cuatro diferentes enfrentamientos armados entre policías y ladrones. Todo porque los policías portaban los chalecos defectuosos, chalecos que fueron fácilmente penetrados por las balas de los criminales.

Mientras pocos ladinos-judíos-criollos llevaron ilegalmente unos pesos más a sus cuentas de banco, pesos que ciertamente no los harán mucho más ricos, seis familias lloran la pérdida de hombres que no sólo eran único sostén de sus familias, sino que cayeron abatidos en el cumplimiento de su deber.

Lo monstruoso de todo esto no es solamente el acto criminal de los jefes policíacos, al fin que así lo han hecho los ladinos por casi cinco siglos. Lo realmente monstruoso es que nosotros como sociedad permitimos esa barbaridad.

¿Pero es qué ya nadie sabe la diferencia entre lo que está mal hecho y lo que está bien? Triste bola de hombres formamos este país.

Imagínese ahora el futuro de dos mil policías más que por no ser ladinos tienen que portar tales chalecos y de seguro morirán si llegan a enfrentarse a balazos con pillos.

Mientras tanto los que cometieron el fraude impunemente festejan entre música, manjares y vinos su gracia. Hermoso chiste el suyo, ¿eh?

El "TERCER OJO" MILITAR:   Debido a que los ciudadanos pagamos impuestos y a que el Gobierno explota los recursos naturales, tenemos derecho a cierto número de servicios sociales. Eso no es limosna. Pero tradicionalmente no recibimos beneficios porque los gobernantes se llevan gran parte del erario nacional a sus casas.

Y ahora estamos peor, pues al tradicional robo al tesoro se suma la necesidad del Ejército de comprar armas carísimas para mantenernos a la indiada atrás de la raya y puedan así robar en paz los ladinos.

Mientras Gurría el de Hacienda advierte a los diputados que dizque ``el Gobierno no tiene dinero'' para financiar los diferentes programas sociales que por derecho nos corresponden, el Gobierno si tiene dinero, y mucho, para incrementar el número de soldados y adquirir armamento necesario para mantener a los ladinos en el poder. Se trata de compras para la ``contrainsurgencia.''

Notará usted que cada que el Ejército asesta un golpe a la guerrilla, ésa que dice Gurría qué no existe, agarran solamente dos o tres rebecos. Usted se preguntará para qué quieren entonces los ladinos un martillo hidráulico si se trata de matar una mosca. Porque el Ejército se infló ya al cuarto de millón de efectivos y están reclutando hasta a menores de edad aún antes de que haya guerra abierta entre guerrilla-pobres y Ejército-ladinos.

Pero mientras ``no hay dinero para servicios sociales,'' Gurría y Cervantes el secretario de Defensa compraron ya cientos de aviones de combate y helicópteros militares con alto poder de destrucción.

Mientras los pobres se ahogan y mueren de hambre con los desastres naturales que nos azotan, el gobierno anda comprando carísimos aviones rusos de transporte de tropas y más helicópteros. Todo ese desperdicio de dinero es para darles calma a los cinco millones de ladinos que mantenemos. Armamento para hacerles saber que pueden dormir tranquilos pues los soldados pueden aniquilar alzados sobradamente. Y nosotros financiamos ese despliegue armado sin protestar y sin mucho menos pedir cuentas de esos despilfarros.

Nada más para que don Zedillo se desplace a placer, fijese bien, la Fuerza Área dispone de 17 aviones chicos y grandotes más cinco helicópteros que le permiten visitar zonas de desastres para decirle a la indiada que los compadece, pero que no hay ayuda pues todo el dinero nacional se va en comprar material belico y en clavar dólares en Suiza.

La próxima vez que usted necesite de más escuelas, maestros, hospitales, carreteras o ayuda a damnificados, consuélese solito pues nuestro dinero lo utiliza el Gobierno para asegurarse y perpetuarse en el poder. Poder que, cómo podemos observar, permite a los ladinos vivir a todo dar y a nuestra salud.

Así que mejor aguántese.

PARA MORIRSE DE RISA:   Está claro que la calidad de artes marciales que los instructores nacionales y extranjeros imparten al Ejército es de malísima calidad. Esto es evidente con sólo ver a los soldados en acción a través de los noticieros. Todo porque los directores de las academias militares y de policía ignoran su propio negocio, lo que necesitan, y no saben distinguir entre lo efectivo y lo simplemente aparatoso.

Por no saber los militares comprar lo que verdaderamente necesitan se pueden meter en un lío mayor pues en un descuido los alzados pudieran adquirir instrucción militar de más calidad, instrucción que les despierte la mente simultáneamente, y entonces de nada servirán al Ejército tanquetas y avioncitos, por muchos que éstos sean.

El último ejemplo de la ineptitud de los instructores de artes marciales en el Ejército tuvo lugar en Chihuahua, donde un grupo de cuatro soldados al mando de un coronel acudió a un cuartel para arrestar a un soldado acusado de matar a dos muchachas.

El inculpado, naturalmente, se resistió a que lo arrestaran, algo que el coronel debió haber esperado. Pero el cerebro de los oficiales mexicanos sólo les funciona cuando de reprimir civiles se trata.

El militar homicida resultó ser karateka y sorprendió a los miembros del grupo de militares que iban por el, derribándolos fácilmente con técnicas de pelea rudimentarias. Al final lo sometieron con la ayuda de más soldados, pero nomás imagínese el circo de ver a un soldado raso derribar a cuatro soldados y a su oficial, todos ellos fuertemente armados.

En un Ejército de a deveras no puede un soldado raso, sea karateka o no, saber mejores técnicas de combate que un oficial. Incluso hay dos ejércitos en el mundo en que a un oficial le basta cierto golpe para someter a cualquier rijoso aunque sea campeón mundial de boxeo, lucha o karate.

Mientras tanto, los oficiales de nuestro Ejército seguirán pasando vergüenzas en cuestiones de combate cuerpo a cuerpo. Y eso si enfrentan a sus propios soldados, pues si llegaran a enfrentar enemigos reales no saldrían vivos del trance.

POSDATA:   Si usted tiene preguntas de metafísica que nadie le puede resolver, no se quede con la duda, mandeme un e-mail y yo se las contesto sin costo alguno. Nomás no se desespere si algunas veces no contesto el mismo día (o semana).


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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Copyright © 1999, Francisco J. Vargas