"Vamos a meter al bote a todos los corruptos." Estas peligrosas palabras fueron dichas a la ligera, como todo lo que habla el Primer Mercader Fox, a propósito del escándalo de los espías de líneas de teléfono.
Fue ésa una más de sus "amenazas" habituales para quienes transgreden la ley, pues entre dizque advertir a los delincuentes para que "pongan sus barbas a remojar," o exigir que "la sociedad denuncie a los narcos," nada hacen realmente por cumplir lo prometido ni el ni su corrupto contralor (por encubridor de pillines priístas, panistas y perredistas), Francisco Barrio.
Todo eso pasa porque en lugar de tener un presidente tenemos un verdulero, un vendedor de mercado. Y si un incapaz de gobernar como Fox es "capaz" de ser presidente, entonces ¿quién no es capaz de gobernar?
Lo que si saben hacer muy bien el Primer Vendedor Fox y sus secretarios de Estado, es gastarse el dinero del agobiado pueblo en francachelas privadas, viajes sin fin del presidente, su parentela, su pandilla de gorrones y gorronas (entre los lambiscones del entourage va hasta el bufón del rey, Adal Ramones) para todos lados. ("Pandilla" es un grupo de pillos dedicados a conspirar juntos para cometer actos ilícitos en perjuicio de la gente decente.) Aparte están las remodelaciones innecesarias (pero que dejan jugosas comisiones) a sus ya excesivamente lujosas residencias oficiales. Por eso se la pasan Fox y el Primer Parásito de Hacienda, Gil Díaz, inventando más formas de aplicarnos impuestos. Les sugiero al par de güevones ladinos que también nos hagan pagar impuestos por el sol que nos calienta y por el aire que respiramos.
Las palabras de presidente buscan sonar bonitas a nuestros oídos, pero usualmente contienen un propósito malvado. Por eso fue patético oír las barbaridades del Verdulero Fox cuando en su reciente gira al Oriente gritaba desde el estrado que el y su gobierno son mercaderes, y a mucho orgullo, invitando descaradamente a los extranjeros a comprar y comprar, que todo está en venta de verano en México. En otras palabras, el baboso los invitaba a ser cómplices del magnirobo a un pueblo y a una nación. Por eso una de las fotografías más interesantes de la gira por los países asiáticos, mostraba a un ministro oriental mirando de reojo a Fox (durante una de sus peroratas mercantiles) con una mezcla de repugnancia y lástima. Esa foto si que le dio la vuelta al mundo (y los nuevos ricos Fox-y-Marta ni cuenta se dieron), pues los gobernantes orientales saben que su obligación es cuidar al pueblo y a su país, no venderlos a los extranjeros ni mucho menos andar ofreciéndolos como hace un padrote con su establo de putas. No por nada tiene Marta la cara que tiene.
No es de extrañar pues que el país en manos de Fox continúe su caída en picada. Pero si el pueblo le aguanta todo a un tirano como el Ordeñador, también les aguantará todo a sus cómplices. Por eso los chacales de la PGR y los sardos, cuyos sueldos son pagados puntualmente del tesoro nacional, andan ocupados persiguiendo y extraditando narcos para que Fox, Creel, Castañeda y el Procurador queden bien con gobiernos extranjeros a cambio de palmaditas de aprobación en la cabeza......y muchos dólares. De esa manera los préstamos y pagos por hacer ese trabajo sucio a extranjeros se quedan en los bolsillos de Fox y su gabinetazo, limpios de polvo y paja. Pero en cambio la inseguridad interna nacional avanza por falta de vigilancia policial que se supone está pagada por el pueblo y sus impuestos, pero ya sabemos que los cuicos andan ocupados con los narcos.
Mala cosa es pues que los gobernantes adoren a los extranjeros.
Tampoco es posible esperar que el Abarrotero Fox encarcele gobernantes corruptos, pues tendría que prácticamente encerrar a todos sus hermanos étnicos pertenecientes a todos los principales partidos políticos. Tenemos de ejemplo el escalofriante caso de corrupción política en el gobierno capitalino alcahueteada por su alcalde, López Obrador. El jefe del Gobierno capitalino primero permitió escapar sin castigo al procurador criminal, Samuel del Villar, y luego a Rosario Robles y a Cuauhtémoc Cárdenas, a pesar de que penden sendas acusaciones de corrupción sobre sus cabezas. Pero la Procuraduría capitalina no quiere saber nada de eso y el autonombrado perseguidor oficial de corruptos, Fox, al igual que hizo Zedillo antes con Cuauhtémoc Cárdenas (acuérdese de la matanza de muchachos por los cuicos defeños en la Colonia Buenos Aires), no le ha reclamado nada al alcalde. Y aunque los procuradores capitalinos son expertos en fabricar falsos criminales como en el caso del Pipino Cuevas, aunque después tengan que dejarlos en libertad por falta de pruebas, a los verdaderos criminales en el gobierno perredista ni quién los moleste.
Aparte está el apestoso asuntillo de los dineros venidos del extranjero para financiar ilegalmente la campaña de Fox en busca de la Presidencia, seguramente a cambio de entregarles lo mejor que queda del país. Porque en eso de vender mexicanos, el Primer Entreguista Fox está resultando sin par.
Huelga recordar que también los gobiernos estatales y municipales del país rebosan con gobernantes y autoridades delincuentes, pero no se ve para cuándo "acaben en el bote," tal y como lo amenaza en vano el languarico presidente. Y un hombre cuya palabra no es de creerse, es un inservible. Agréguele la criminal corrupción y el bárbaro autoritarismo asesino que campean en las Fuerzas Armadas de México.
Por eso Fox debiera cerrar el pico y no pretender ser adalid de la virtud y la moralidad en el Gobierno, ya que su propia cola está más larga y expuesta a pisotones que las de todos los demás, incluyendo las de los expresidentes priístas y a sus gabinetes de ladrones profesionales. Y eso que el cuate de las bototas apenas lleva ocho meses en el poder.
Dentro de poco tiempo los no-ladinos comprobaremos irremediablemente que Fox nos resultó más pillo que todos sus antecesores priístas en el trono juntos. Lo advertí con tiempo, hace dos años: "Más vale malo por conocido......" Y me acusaron de ser alarmista, cínico, pesimista y anti-panista. Y su premio fue Fox. ¿Y ahora qué?
En fin.
Decíamos entonces que Fox es el mejor ejemplo de la necesidad de ser mentiroso, ladrón, desalmado y sin escrúpulos para poder ser presidente de un país secretamente sometido a Espanha como lo es México. Pero el Primer Ordeñador debiera también aprender a ser más discreto en sus declaraciones persecutorias de corruptos, pues se arriesga a que le pase lo que ocurrió con un ministro en China hace siglos.
Sucede que había un primer ministro chino que intoxicado de poder (cualquier semejanza con los judíos ladinos mexicanos que llegan al poder gubernamental no es coincidencia) hacía lo que quería (mataba, robaba, expropiaba, viajaba incesantemente con enorme comitiva de inútiles con cargo al erario, subía los impuestos) con la población. Su riqueza y su poder político tenían en vilo a los habitantes y ministros por igual, y no había manera de ponerle alto a sus fechorías.
Pero finalmente varios personajes juntaron la suficiente evidencia de los crímenes del primer ministro y fueron directamente con el emperador a quejarse. Estaba claro que el ministro se había excedido en sus funciones y los sufrimientos infligidos al pueblo eran ya intolerables.
Así que un buen día el emperador citó a palacio al primer ministro. Usualmente el emperador empezaba sus audiencias antes del amanecer. Así que tempranito y frente a los demás ministros, el emperador le dijo al abusón que tenía un problema con un funcionario que se excedía en sus funciones y dañaba al pueblo y al prestigio del emperador. Le enumeró los crímenes al ministro y le pidió su opinión acerca del castigo que tan desleal fulano merecía. El ministro escuchó atentamente la cuenta de crímenes mientras se atusaba con una mano su larga barba. En cuanto terminó de hablar el emperador y sin dudar un instante, sentenció: "Ése desalmado merece la muerte por inmersión en aceite hirviendo."
El emperador asintió y le dijo al primer ministro que afortunadamente el también había arribado a la misma conclusión en cuanto a la forma de ejecución del criminal. Ordenó entonces que corrieran una cortina y detrás se descubrió un cazo de grandes proporciones con fuego debajo y conteniendo humeante aceite hirviendo. A su alrededor y de pie había guardias de mirada severa y largos garrotes de castigo en las manos. Sobre el cazo estaba un tablón para servir de puente entre el piso y el contenedor. El emperador le dijo gravemente al atónito tarugo, señalando al cazo con una mano: "Por favor, primer ministro, pásele al aceite."
A ver si no le pasa lo mismo a Fox, por desear la cárcel para "todos los corruptos."
Porque uno nunca sabe lo que el futuro les depara a los funcionarios. Vlad Lenín Montesinos, el otrora altivo peruano jefe de seguridad de Fujimori, diseñó una cárcel de alta seguridad para castigar sádicamente a criminales de "alta peligrosidad," y ya ve, el mismo terminó allí. Ahora duerme en el frío piso de una celda de concreto sobre un pinche colchoncito de hule espuma. Eso les deseó a otros, eso tiene para si mismo.
Es que eso de amenazar a otros con "poner las barbas a remojar" parece que es arma de dos filos.
* Master, Estrategia Militar China
E-mail: visionpf@direct.ca
Col #141 | Home | Columnas | Col #143 |
Copyright © 2001, Francisco J. Vargas