Por si los ladinos gachupines panistas que habitan en Los Pinos no tuvieran suficientes sobresaltos con la guerrilla "que no existe," algunos jóvenes inquietos por el desempleo hicieron explotar bombas caseras en lugares públicos de la capital. Esto puso de punta los pelos de los gobernantes, pues ven peligrar sus fortunas malhabidas a manos de la chusma.
Horas después el Procurador y el chango verde mayor declararon que Fox les ordenó "actuar con energía." O sea, a actuar como priístas, y a torturar y desaparecer mexicanos no-ladinos otra vez. Y encima, se vienen las protestas "pacíficas" de los campesinos por la falta de apoyo gubernamental al campo. Por las dudas, el Latifundista Fox dio la orden para que el Ejército se ponga inmediatamente a organizar en todo el país grupos paramilitares, o "escuadrones de la muerte."
Los gobernantes ladinos como Fox, sean panistas, priístas o perredistas, nomás tienen una solución a cualquier problema: Chínguense a los indios.
Sucede que en dictaduras como la mexicana, el tamaño del miedo de gobernantes a ser derrocados por el pueblo empieza por el número de organizaciones civiles militarizadas que se crean al margen de la ley.
Los escuadrones de la muerte nacen para detectar y reprimir descontentos. Así fue antes de que la chusma francesa tomara La Bastilla. Así sucedió en la víspera de la Revolución china, y también antes de que empezara la Revolución mexicana. Así fue en la Cuba de Batista. Así pasó en Vietnam, y en el Irán del Sha. Y así está pasando ya otra vez en México, donde al Gobierno del Embustero Fox se le está haciendo bolas el engrudo.
Recorta Fox el gasto nacional porque "no hay dinero." Pero recibe préstamos del exterior que se cuentan en miles de millones de dólares que nunca ingresan a las arcas nacionales. Al mismo tiempo, Fox se aumenta enormemente a si mismo el presupuesto a Presidencia para financiar los derroches faraónicos de Marta-y-Fox. Mientras tanto, el pueblo muere de hambre.
Y luego se asombran los ladinos de que el pueblo se encabrone. En México nomás los gachupines tienen derecho a encabronarse. Decía el sinvergüenza y cínico Zedillo: "Ser pobre no es pretexto para las rebeliones armadas." Ajá.
Curiosamente, antes de cada rebelión los servicios de "inteligencia" y los generalotes al servicio de los tiranos siempre les dicen que "todo está en calma." Autoridades civiles y militares alegan que ellos pueden controlar los brotes de alzados fácilmente. Decir lo contrario sería negar su propia función y utilidad.
Sin embargo, los adeptos a la lectura de la Historia sabemos que, en cuestión de alzamientos, las autoridades represoras inevitablemente fallan a la hora buena. Todo porque enfrentar a la chusma furiosa, aunque sus armas sean solamente piedras, no es lo mismo que torturar y asesinar individualmente. Hasta los niños cuando se pelean entre ellos, obsérvelos bien, reclaman enfrentarse con quién sea, "pero de a uno en uno." Por eso contra las revoluciones no hay ejército que valga.
(No olvidar que la alianza Gobierno-Iglesia es factor represivo e indispensable a los gobernantes ladinos, por eso invitan indebidamente en cada función oficial a líderes religiosos católicos que dan con su presencia credibilidad a las ceremonias políticas. Imagínese entonces cuánto cobra el Popis por ese servicio a cada país en Latinoamérica y Africa. No es de extrañar que la Iglesia en México haya recibido de manos de Fox todo el dinero de la partida federal de ayuda a los pobres. Para disimular el robo, la Iglesia utilizó a Caritas, la lavandería católica para dinero negro donado al Vaticano.)
El Ejército mexicano es, como la Iglesia, un aliado importante del Gobierno, pues aunque se supone que en una república las Fuerzas Armadas están subordinadas, esto no es verdad en México. Aquí, el Ejército es el brazo ejecutor del presidente en turno para mantener a la indiada bajo control, pero a su vez cada general ladino sueña con ser presidente. Por eso el Ejecutivo los soborna con dinero salido del erario, y les garantiza la impunidad por las masacres de civiles que suelen hacer periódicamente los generalotes "para salvar la patria." Es inaudito que el Ejército tenga impunidad para perseguir, arrestar y torturar a civiles sospechosos de crímenes del fuero común. Tenemos un Congreso retacado de diputados asustados por los changos verdes. En cualquier otro país los generalotes asesinos de civiles ladinos ya estuvieran encerrados en manicomios por sus guerras sucias, pero aquí son considerados "protectores de la nación."
Pero sucede que los principios de estrategia china advierten que el malestar de un pueblo es como las olas del mar: Van y vienen, pero sin parar. Unas olas son grandes y pesadas, otras chiquitas y suaves, y su misma continuidad de movimiento y su periodicidad terminan por no asustar a nadie. Y de repente, cuando ya nadie se lo espera, se viene una marejada alta que arrastra todo lo que hay a su paso, changos verdes y reyecitos ladinos incluidos. Lo que empieza con demostraciones aisladas, un día se convierte en terrible rebelión.
Por eso se equivocan los servicios de inteligencia de las dictaduras al dizque "analizar" turbas, porque los bobos analistas consideran que todas las muestras de desagrado de los ciudadanos son "olitas." Inevitablemente el comportamiento de los dictadores hacia las muestras de malestar de los ciudadanos es invariablemente desdeñoso.
Por ejemplo. Apenas el otro día, Mentirosillo Fox abruptamente dio la espalda y dejó con la palabra en la boca a un grupo de mujeres (es el nuevo sello del gabinete panista, dar la espalda a los interlocutores), que le comunicaban su impaciencia con el gobierno panista, diciéndoles rudamente: "Si no me creen, no nos vamos a entender."
Vaya pues. ¡Ahora hay que creerle a güevo sus mentiras al omnipotente señor de las patotas! Para entenderse con Fox hay que tragarse sus engaños.
Hasta los dioses se han de carcajear de nosotros por permitir que un vil vendedor de aguas negras azucaradas y de tan escasas virtudes políticas como Fox, sea presidente del país.
Y lo peor: Le gusta a Fox creerse el Rey Sol ("El Estado es mío") y a cada rato nos repite, "Mi Gobierno." Así que al hablar con ciudadanos descontentos, Fox ya se creé Dios hablando con conejitos orejones: Ni los ve, ni los oye. Son únicamente "olitas que van y vienen." De ahí que se niegue a escuchar el descontento popular ante su reforma fiscal, a pesar de las mentadas que le lanzaron los ciudadanos de a pie el Día del Trabajo en el Museo de Antropología.
Pero el permitir "olitas" es precisamente el error fatal de los opresores. Todo porque sus achichincles y generalotes les ocultan el tamaño real del descontento nacional y asesinan en secreto a cuantos disidentes políticos encuentran. Y naturalmente llega el día que la cosa se empeora, y se rompe el hilo. Y entonces los gobernantes se dicen dolidos y asombrados por el rumbo violento que toman los acontecimientos.
Por eso, si usted le pregunta a un dictador derrocado (digamos a Fujimori) qué fue lo que ocasionó su exilio, le dirá el tarugo, digo el ingenuo, que el pensó hasta el último segundo que sus generalotes y espías tenían todo controlado. Dirá que por eso desechó las peores críticas de los ciudadanos hacia su gobierno como "constructivas," y por lo tanto más tolerables que las de sus consejeros profesionales, pues además eran de gratis.
Los opresores tienden a ignorar sus propios errores y minimizar el sutil peligro de las críticas profundas. Lamentablemente para su causa, no hay críticas "constructivas" ni nadie da nada de gratis, mucho menos consejos. En cuestiones políticas, el guante de seda suele ocultar invariablemente un puño de hierro. Eso quiere decir que un dictador debe esperar que hasta los regalos estén envenenados, cuantimás las críticas y su invisible trasfondo. Solamente un baboso espera lo contrario, y precisamente por eso no hay vendedores gobernando países del Primer Mundo.
Los ciudadanos sabemos que un verdadero presidente debe tener más de guerrero que de tendero. Un mandatario de cualquier país, menos México, llega al trono no para vender al pueblo, sino para producir paz y prosperidad en beneficio de los ciudadanos. Lo que distingue la administración de un buen gobernante no son los discursos amañados, sino su habilidad para controlar a los poderosos del país y para contener los avariciosos ímpetus intervencionistas de los extranjeros. Pero aquí, Fox hace todo lo contrario a lo que debe hacer un buen gobernante. El beneficia a sus amigotes y a los intereses extranjeros, incluido El Vaticano, of course.
Para nuestra buena suerte, hasta ahorita la Historia no registra a ningún hombrecillo ordinario como Fox gobernando un país por mucho tiempo. Cuándo un político enano de ideas llega al poder, descubre que se ha montado en feroz tigre que no le permitirá desmontarlo, so pena de tragárselo.
Por eso dije hace tiempo: "Gracias a su ilimitada avaricia de poder y riquezas, Mentirosillo Fox perderá hasta lo que ya traía consigo al llegar al trono." Ahorita, claro, no ve Fox por dónde le suceda un revés político. Pero las olas van y vienen. Y cuándo el pájaro se da cuenta que ya está dentro de la jaula, es demasiado tarde para escapar, aunque sus alas sean grandes y fuertes.
La dinastía ladina-gachupín la estableció Hernán Cortés. Desde entonces, haciéndola de virreyes o de presidentes, los ladinos han explotado ininterrumpidamente a este país. Por eso votaron los tabasqueños esta semana por el candidato a gobernador del PRI: Es que son los mismos ladinos los candidatos del PRI, PAN y PRD. ¿Qué más nos da a la mexicanada un partido que otro, si todos ellos vienen a robar no-ladinos? No importa el nombre del candidato ni su partido, ellos solamente saben gobernar con corrupción, impunidad y autoritarismo.
En México no hay "transición," no hay "cambio," no hay "oposición," no hay "democracia." Los ladinos llegan a robar porque consideran que nacieron para explotar a la indiada. Su rapiña es un insulto a la decencia y solamente un extraviado mental creé que un priísta es diferente a un panista, o viceversa.
Dígame: ¿Qué más nos da si Roberto Madrazo es el próximo presidente? Dicen que gastó setenta millones de dolarucos para ganar su gobernatura, pero nadie se pregunta cuántos cientos de millones de dólares gastó Fox para ganar la Presidencia. ¡Son los mismos ladinos! Madrazo no haría en el Poder Total nada diferente a lo que Hernán Cortés hizo, ni a lo que Zedillo hizo, ni a lo que Fox está haciendo.
Por eso México no tiene historia, tiene cuentos de hadas convenencieros escritos en cada una de sus etapas por "historiadores" ladinos al servicio del Poder. Enrique Krauze afirmaba en los últimos días del reinado de Zedillo, sus bolsillos copeteados de dólares para que su pluma alabara al Sistema, que "en México no hay racismo." Le faltó agregar: "Especialmente para los ladinos como yo, quienes nos repartimos entre nosotros el pastel del presupuesto."
Y nosotros, los de abajo, pastoreados por los charros negros vaticanos, les aguantamos todo.
Pero resulta que aunque los gobernantes ladinos son buenos matones, igualmente son estúpidos y sólo saben explotar indios, más no producir beneficios para el pueblo. Por eso han causado únicamente cosas malas al pais, porque lo único que tienen en el cerebro es caca.
Y como las revoluciones son cíclicas, temen que un levantamiento les estalle en las manos. Pero ningún parásito gobernante ladino mexicano hace realmente nada para evitarlo y su respuesta es armar paramilitares. Los sabios consejeros del señor de las patotas ignoran que la violencia del pueblo es su forma de expresar su opinión, y tiene derecho a ella puesto que nadie en el Gobierno ha prestado oídos a su descontento.
Y si actualmente la caldera revolucionaria pareciera a punto de explotar en México, es porque los ladinos en el poder abusan cruelmente y acogotan a los pobres, especialmente a los campesinos. El Parásito de Hacienda y Fox-y-Marta están jalando de más la reata, y la van a romper aunque vayan a misa todos los domingos. Los encomenderos panistas del Gobierno manejan México como si fuera tienda de raya, y están a punto de aprender la primera lección china del método de gobierno: "Entre los pobres hay siempre una rabia mal contenida esperando la oportunidad de reventar. En el momento más inesperado cualquier chispa causa la explosión que acaba con repúblicas y dinastías."
El Ejército tiene generalotes que sueñan en que si los ciudadanos no tienen armas, no podrán inconformarse contra el Gobierno. Se equivocan: A puras mentadas acaba un pueblo con su ejército cuándo lo decide. Fox asegura que el habla "directamente con Dios," pero aparentemente no ha discutido con El las terribles consecuencias que se derivan de ahorcar al pueblo hasta provocar el estallido en la sociedad. Aunque de que en Presidencia están preocupados con el descontento campesino actual, estánlo.
Prueba de ello es el repentino reclutamiento militar de Rurales en San Luis Potosí. Desde luego ya hay muchos grupos paramilitares en todo México, especialmente en Chiapas y Guerrero, herencia del poder priísta. Pero los gobiernos católicos de latifundistas como Fox son mucho menos tolerantes a las protestas campesinas. Los paramilitares católicos causan más terror en la población civil que los gobiernos laicos. Terrible ejemplo de los actos de asesinos cómplices de los ensotanados fueron las guerras sucias en Guatemala, Chile, El Salvador, Argentina, Brasil. Y en México.
El problema campesino en México se agudizó cuando los babosos presidentes Salinas y Zedillo empezaron durante su gestión a comprar grano barato del extranjero para beneficiar a sinvergüenzas como a Raúl Salinas y a secretarios de Agricultura ineptos y ladrones. Así acabaron precisamente con la razón de la existencia de nuestros campesinos, obligándolos a irse de mojados a Gringolandia. Y un país sin campesinos prósperos ya valió madre. Las tierras quedaron abandonas por la falta de mercado a los granos mexicanos, y el desastre ya no tuvo remedio. Y el secretario actual de Gobernación (Creel) y el de Agricultura (Usubiaga) son demasiado estúpidos para entender la raíz del problema, no se diga para resolverlo. Ignoran el método para resolver el problema de las tierras áridas, que aunque es acertijo relativamente fácil de resolver en tres años, está fuera del alcance intelectual de vendedores y abarroteros panistas.
Aparte está el espantoso problema del H(orrible) Ejército mexicano. Esta institución de matones, liderada por generalotes ladinos, ha tenido la función histórica de reprimir siempre al pueblo. La tropa está formada por mexicanos no-ladinos que se dan de alta para poder comer tres veces al día pero son empleados para torturar y asesinar a su propia gente, a sus hermanos de raza. Y la Iglesia ni para cuándo diga algo acerca de tal monstruosidad, pues es socia del Gobierno.
Por eso hoy, cuando hay barruntos de descontento en el campo, el Ejército reactiva a los Rurales, campesinos incorporados como espías civiles al servicio del Ejército. Los alguna vez apodados "cuerudos" juran lealtad única al Ejército y al Gobierno en turno. Son ejidatarios paramilitares cuya función es detectar y reprimir los focos de descontento entre los campesinos, intimidándolos con la tortura y la violencia armada. Esto sucede porque los diputados federales ladinos son traidores al pueblo y permiten que el Ejército tenga facultad para armar civiles, cuando tal barbaridad es anticonstitucional. No se por qué (bueno, si se) el Ejército tiene que andar armando grupos de civiles para "mantener el orden," cuando hacer eso es de incumbencia civil. Otra vez tenemos a los ladinos gachupines utilizan a mexicanos no-ladinos para infiltrar, delatar y reprimir a la indiada en beneficio de terratenientes gachupines.
Es posible, aunque no probable, que a los campesinos les de ahorita por armar líos de desobediencia civil, pero no hay mayor peligro. Sin embargo los ladinos sienten la necesidad de emplear ejidatarios trabajando de espías del Ejército disfrazados de Rurales. Saben que el pueblo no les confía nada a los changos verdes por tener bien ganada fama de matones en uniforme militar. De ahí la urgencia de los gobernantes ladinos por ir poniendo sus barbas a remojar antes de que un estallido social los agarre desprevenidos. Me imagino que el latifundio del Encomendero Fox cuenta desde hace mucho con la protección de paramilitares.
Pero la emancipación de los mexicanos viviendo bajo el régimen ladino totalitario no vendrá por el lado de los campesinos. O sea, andan meando los ladinos fuera de la bacinica al involucrar a campesinos en la lucha para mantener su tiranía sobre los mexicanos no-ladinos (hermanos contra hermanos).
Uno de los peores aspectos del campo es que los campesinos sufren la injusticia y estupidez de los generalotes verdes, quienes los utilizan para delatar a rebeldes, y luego los matan si se niegan. En las revoluciones los campesinos ponen de gratis al servicio del Ejército material humano, provisiones, viviendas e información. Pero si los changos verdes sospechan que ayudan a los malcontentos, los ejecutan sin compasión, "por el bien de la Patria." Los matan los rebeldes si ayudan al Ejército, y los matan los sardos si ayudan a los rebeldes. Como si los campesinos tuvieran la agudeza política para escoger aliados políticos o militares en tiempos de conflicto.
Los tarugos ladinos no entienden que la agricultura es más importante para la estabilidad de un país que las ideologías. Tampoco entienden que con hambre, a nadie le importan las virtudes de los partidos políticos. Si las tuvieran, que no las tienen.
EL PRESAGIO DEL "MAL PASO" DE MARTA-DE-FOX: En las dictaduras, lo sabemos todos, las autoridades actúan sin respeto alguno a las leyes. Al fin que los ciudadanos no pueden protestar, so pena de amanecer a otro día envueltos en una cobija y con el tiro de gracia en la sien, dizque parte de las estadísticas de "ajustes de cuentas entre narcos."
Naturalmente, en una dictadura los medios de información (incluyendo a los "independientes") también están sujetos a los antojos del reyecito, en este caso Mentirosillo Fox, quien da y quita licencias y concesiones de Comunicaciones a su antojo.
Por eso vemos en las noticias de Televisa (eficaz distribuidora de caca visual) las emocionantes aventuras del enanin fiscal Maceda de la Concha lanzando a destartalados helicópteros rusos y lanchas rápidas contra los perversos narcos, pero no vemos escenas de soldados verdes y de cuicos torturando a indígenas y también a maleantes comunes.
Nos presenta la televisión escenas de los aburridos discursos de Fox, pero no las escenas de las protestas de trabajadores contra la reforma fiscal el Día del Trabajo, ni las mentadas contra el presidente en el Museo de Antropología. Vemos escenas televisadas del "jefe Diego" predicando contra todo, pero nunca vemos las comunidades indígenas donde la gente muere de hambre porque Creel, Xóchitl, Fox-y-Marta despilfarran el tesoro nacional en fiestas y viajes.
En otras palabras, nunca vemos en los medios al "México real," a pesar de lo que diga el títere televiso dispensador de atole con el dedo, López Dóriga. Les salía mejor el dorado de píldora a los dos Zabludowsky.
Por eso no es de extrañar lo que sucedió hace días con la Emperatriz de Mazapán, Marta-de-Fox, cuando dio feo resbalón y los medios se abstuvieron de mostrarnos tan humillante escena. No por cortesía, sino porque en las monarquías la pareja real es divina y la chusma no debe ver escenas negativas suyas. Y al que se quiera salir del guacal, le cancelan su licencia o le echan encima al Parásito de Hacienda Gil Díaz.
Resulta que en ceremonia de bienvenida al Primer Ministro inglés, Tony Blair, en Palacio Nacional, ocurrió un incidente que yo considero feo presagio para el futuro político de Marta-de-Fox. Y es que, como dicen cuando a alguien se le cuatrapean las patas y da feo ranazo en el suelo, la first lady de tortilla dio "un paso en falso."
¡Y cayó al piso de rodillas!
Eso aconteció después de los discursos y besos en las mejillas de rigor. En ese momento Fox y Blair se dirigían a un salón privado de Palacio para arreglar asuntos de vital importancia, asuntos tales como el número de productos que vamos a comprarle a Inglaterra, con Marta y la esposa de Blair siguiéndoles de cerca.
Pero justo antes de llegar a la puertota del salón, Marta resbaló horriblemente en el vetusto aunque bien pulido piso. Sus altos tacones de quinceañera le impidieron a Marta frenar el inesperado y poco gracioso aterrizaje forzoso en el brillante piso......y de rodillas.
Aparte del natural pujidito de rigor de la resbaladiza Marta, digo resbaladora, un escalofriante "ahhhh" colectivo hizo eco en las paredes del centenario edificio. Los ojos de todos los asistentes al acto, incluyendo a Blair y demás diplomáticos de la Embajada Británica, veían horrorizados a la ñora de Fox que se enderezaba cual gallina borracha desempolvándose y sobándose las rodillas. Asistida por guaruras, claro.
Y no hubo imágenes televisadas del resbalón. Ni de Televisa ni de TV Azteca. No fuera ser que los ciudadanos pensáramos que Marta es simple mortal y expuesta a tropezones, como nosotros.
Pero mi lectura esotérica del suceso es la siguiente: Marta-de-Fox azotó porque los dioses la empujaron en el momento más inoportuno y embarazoso para la altiva chaparrita, demostrándole que aunque lo dude, hay fuerzas en este mundo superiores a la pareja dispareja (Marta-y-Fox).
Y esas fuerzas esotéricas evidentemente no están del lado de Marta.
Y es que el Cielo tiene ojos y oídos y está avisando que no permitirá la burla de la pareja ranchera al pueblo de México.
Lo dije hace tiempo: "El futuro político de Marta depende de la eficacia de los rituales que hagan quiénes la rodean." El azotón comprueba que sus rituales son inútiles, pues los charros negros y los rabinos no tienen rituales que valgan la pena.
Bye bye, Marta.
Desde luego que para quien no quiere ver el significado de los presagios, ni rayos en seco cayéndoles al lado tendrán efecto alguno. Pero es mi opinión que no tardaremos mucho los mexicanos en saber el resultado del presagio que Fox-y-Marta nos quisieron ocultar.
Estemos alertas y veremos la manera en que los dioses dejan sentir su terrible fuerza en el mundo de los hombres. Y de las mujeres. Aunque traigan bototas o tacones altos, banda tricolor al pecho, y se crean invencibles.
* Master, Estrategia Militar China
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