Veía el otro día en televisión el deteriorado estado de salud del excesivamente obeso cómico ladino Luis de Alba. Su terrible condición física impresiona, más que nada, por innecesaria. Porque como el cuentachistes, hay millones de mexicanos de todas las edades con evidente sobrepeso.
Ver en las noticias a grupos de profesionales maduritos y timbones (diputados, obispos, policías, generalotes), tampoco es novedad. Y las mujeres no se quedan atrás.
Las jaladas de los psicólogos nacionales para "explicar" el fenómeno de tener tanto gordito en el país (nos autodespreciamos, sustituimos amor con comida, los padres nos ignoraban de niños), no explican cabalmente la existencia de tanta obesidad.
Y aunque la medicina occidental es excelente para tratar emergencias, contra enfermedades crónicas como la gordura es mucho menos útil.
Asi que inevitablemente tenemos que concluir que algo anda mal, muy mal, en nuestra mexicanísima dieta. Algún factor alimenticio obstruye o "taponea" el sistema digestivo, disminuyendo su capacidad de metabolismo. Ese bajón en capacidad para procesar alimentos desemboca más temprano que tarde en peligrosa acumulación de grasas en el cuerpo.
De acuerdo a los principios chinos de la salud, la grasa excesiva atonta a la persona. Y además le provoca la pérdida de la salud pues el sobrepeso, aparte de ser en si problema de salud, desencadena más enfermedades. Lamentablemente para los obesos, soluciónes radicales como la liposucción pueden resultar letales. En cuanto a dietas, aparte de recetar ejercicios, te, jugos, frutas y verduras, los médicos no pueden hacer mucho por la gente excedida de peso. Principalmente porque la gordura no tiene una explicación única, y el cuerpo humano no tiene letreritos visibles a los rayos-X que digan a los doctores: "Aquí está la causa de la obesidad. "
La cura permanente de la gordura es pues un acertijo para la medicina moderna, e innnumerables intentos fallidos para curarla lo atestiguan. Porque digo, prescribir una dieta es cosa de sentido común y para eso no se necesita ir al nutriólogo, aunque no esté de más. Si por dietas fuera, bastaría con abstenerse de comer para no engordar, eso lo sabemos todos. Pero resulta que sin el placer de la comida, sencillamente no tendría ningún chiste vivir: Porque el oro, los dólares, las mansiones y los vehículos de lujo no son comestibles. Y ni la compañía de mujeres hermosas se compara con la buena mesa pues el hombre nace mamando y muere comiendo.
Para vivir feliz, el ser humano necesita primordialmente buen apetito. Y también buena salud para no enfermar ni engordar con las deliciosas comidas, los sabrosos vinillos……y los inevitables postres.
Pero en su desesperación por perder peso rápidamente, o para evitar recuperarlo a las pocas horas, hay personas que utilizan laxantes o se provocan el vómito. Con tal de mantener su esbelta línea, otros toman pastillas para perder agua retenida en el cuerpo. Cuentan que Lady Di se provocaba el vómito después comer con tal de verse delgadita en las fotografias. Otras mujeres que viven de explotar su figura delgada, como las modelos de pasarela, comen algodones para asustar al estómago y evitar sentir hambre. Desafortunadamente todas esas triquiñuelas, todas, causan daños irreversibles al sistema digestivo. Aún así, el número de barbaridades que la gente se inventa y se hace, para perder peso y evitar la celulitis, va en alarmante aumento.
Aparte está el problema de que mientras más edad tiene la persona, más engorda porque al envejecer (de 30 años para arriba) los órganos vitales del cuerpo disminuyen su capacidad de funcionamiento y esas personas se inclinan cada vez más por la vida sedentaria. Inevitablemente, empiezan a aparecer en su físico la panza y las llantitas.
Por otro lado, los doctores chinos aseguran que no es posible controlar la obesidad con medicinas unicamente. La herbología china es maravillosa, pero curar la causa de la gordura pudiera tardar años y usualmente los pacientes se desesperan. Además, tampoco la herbología es garantía de cura total, o de por vida.
Sin embargo, la humanidad no está tan abandonada por los dioses, pues existe un fabuloso y milenario método curativo chino. Ni siquiera consumir medicinas se requiere para que la persona baje de peso para siempre con este método, sin importar edad ni sexo. Cualquiera puede utilizarlo sin riesgo alguno, pues ya ha sido probado y utilizado en China por milenios.
El método chino para adelgazar es natural, pues aunque sus principios teóricos son muchos y demasiado profundos para que los entiendan los no-iniciados, practicar sus ejercicios es extremadamente sencillo.
Eso si: En su esencia más pura, el método es más secreto todavía que la metafísica taoísta y la estrategia militar china, ya que adelgazar es solamente uno de sus múltiples usos y beneficios. Casi casi, un efecto colateral.
Pero para entender mejor el preponderante lugar del método en el índice del conocimiento superior, veamos primero su origen. Según evidencia pictórica encontrada en China en las últimas décadas, el utilizar la energía vital interna del cuerpo para recuperar la salud era un método conocido por los taoístas, al menos elementalmente, desde hace cinco mil años.
La larga experiencia humana de padecimientos físicos tales como fatiga muscular, problemas óseos, mala digestión y pobre circulación de la sangre a causa de sufrir inundaciones, lluvias, vientos, nevadas, humedad, frío y calor excesivos, y mala o impropia alimentación, llevó a los chinos a descubrir y practicar ciertos ejercicios para regular la circulación sanguínea.
En otras palabras, el método es el efecto de la lucha diaria del hombre contra elementos adversos en su hábitat y que producen enfermedades severas en el cuerpo humano.
Por eso en la Europa de hace apenas dos siglos el hombre usualmente moría antes de llegar a los 40 años, mientras que en la China de hace milenios ya había taoístas que por medio del citado método vivían, fácilmente y con movilidad, un siglo y hasta mucho más. Aún hoy, el hombre occidental común no vive mucho, y si lo hace, vive aquejado de dolores y enfermedades crónicas hasta su muerte. Ésa es la diferencia entre el conocimiento común y el conocimiento superior.
En el siglo tercero un famoso doctor chino (el primero en la historia en aplicar cirugía en pacientes luego de administrarles un tipo de anestesia general compuesto de extractos de hierbas medicinales), diseñó un método curativo de ejercicios que incorporaba movimientos de ciertos animales, combinándolos con técnicas de respiración. Pero para su mala fortuna, el doctor fue ejecutado por sugerir curar con cirugía las neuralgias del emperador (quien sospechó un complot para asesinarlo). El perder la cabeza en forma radical deja una herida demasiado grande para cicatrizar, por eso el doctor no dejó evidencia escrita de la forma de practicar su método. Únicamente se saben algunos principios del mismo, principios que había transmitido previamente a sus estudiantes.
Pero en toda China se desarrollaron, antes y después de la muerte del doctor citado, muchas y diferentes escuelas de métodos similares. Había (y hay) métodos religiosos (budistas, taoístas) para alcanzar refinamiento esotérico y espiritual; académicos (confucianistas) para desarrollar inteligencia en funcionarios de Gobierno; y militares, para lograr ciertas habilidades físico-mentales indispensables en el arte de la guerra.
A propósito de métodos militares, hubo en el siglo trece un general chino muy temido por los invasores mongoles, ya que su estrategia militar era excelente. El general fue hecho prisionero no por el enemigo, sino por intrigas palaciegas del primer ministro en alianza secreta con los invasores. Mientras esperaba juicio en cautiverio (finalmente fue ejecutado en prisión), el general combinó doce técnicas de combate conteniendo en forma concentrada todo su conocimiento sobre el funcionamiento de la energía vital del hombre para desarrollar "fuerza interna" descomunal y para alcanzar, de paso, buena salud y la longevidad. Este método se lo regaló el general al director de la prisión en agradecimiento al buen trato que recibió de el, y aunque con el tiempo se perdieron cuatro de las técnicas originales, hoy se conocen y practican ocho de ellas.
Hay también métodos basados en los movimientos alados de la grulla blanca, de el águila, de la cobra.
En fin, los métodos con diferente origen abundan en China, pero todos ellos son variaciones del mismo sistema, utilizados para diversos fines.
Por eso en el Oriente todos hablan del fabuloso método. Pero para bien o para mal, pocos de quienes lo practican lo entienden a profundidad. Sea cuál sea su origen, el método completo se transmite únicamente de maestro a discípulo. Ni siquiera de maestro a estudiante.
Y por si lo anterior no fuera obstáculo suficiente, hay maestros que en toda su vida enseñan el secreto solamente a un estudiante (usualmente despues de al menos 20 años de aprendizaje, como me pasó a mi). Otros expertos sencillamente no lo transmiten si no encuentran al discípulo adecuado, de manera que si tampoco tienen hijos que hereden por necesidad el conocimiento, se lo llevan a la tumba. Y se pierde el método. Así se perdieron muchos principios y ejercicios del mismo.
Afortunadamente para las mayorias, actualmente hay un sinnúmero de libros y vídeos sobre su práctica, aunque su valor sea limitado porque se toca el tema superficialmente y en dirección horizontal, no vertical. Pero en el análisis final, aunque de ver no se aprende mucho, peor es nada. Es cierto que este método no se aprende en las universidades, aunque los gringos ya incorporaron algunos movimientos del mismo a materias como Educación Física, pero es fácil encontrar el método en las bibliotecas públicas y aprenderlo y practicarlo sin gastar un centavo.
Yo mismo tengo en el mercado un video (18 ejercicios del método) con un valor de diez dólares, para que la gente interesada tenga fácil acceso a cosas excelentes de la vida sin gastar mucho dinero. Cierto, hay personas que pueden pagarme miles de dólares por aprender personalmente uno solo de los 18 ejercicios, pero en su verdadera y original extensión. La idea es que todos tengan acceso al método de acuerdo a sus posibilidades económicas individuales. No todos tienen un Rolls Royce, pero millones de personas tienen automóviles más modestos para su transportación. Hay piedras preciosas con valor superior al millón de dólares en las joyerías, y hay priedras con valor mucho menor. Lo importante es que todos puedan lucir ornamentos, y que la calidad sea de acuerdo al dinero de cada comprador.
Desde tiempos inmemoriales y hasta 1949, solamente emperadores, aristócratas y personas con poder económico tenían en China acceso al método de la longevidad por excelencia, pues maestros, lo que se dice maestros, nunca han abundado. Y lo que escasea sube de precio. Curiosamente, hoy día el método completo es mucho más difícil de aprender que antes, en China y fuera de ella.
¿La razón?
Pues con la llegada del comunismo a China los ciudadanos alcanzaron derechos iguales y "se terminaron" temporalmente las diferencias de clases. En otras palabras, se acabaron los secretos en China y se popularizó el conocimiento un poco menos profundo, pero al que todos pueden acceder de gratis.
En otras palabras, las masas se beneficiaron, aunque con la cantidad se perdió mucho en calidad. De gratis no es posible adquirir conocimiento altamente refinado ni bajo el comunismo, ni bajo el imperialismo.
Ahora bien. Lo positivo es que el método completo no es demasiado complejo, pues basta con hacer diariamente ciertos movimientos durante quince minutos más o menos. Luego la persona no solamente pierde peso, sino que reajusta el desbalance en sus órganos internos provocado por la gordura y su salud se vuelve de hierro, asegurándose automáticamente la longevidad pues recuperar salud es decirle adiós también a la impotencia, a la alta presión, a los ataques súbitos de pánico que la medicina occidental insiste en curar inútilmente con la psiquiatría, a dolores crónicos en huesos, espalda y cuerpo, a los problemas de digestión, de circulación sanguínea, de próstata, pulmones, corazón, etcétera.
Suena increíble, ¿verdad?
Especialmente porque con el método no se necesitan medicinas, las cuales son el motor principal del negocio farmacéutico actual. Y precisamente por eso el método básico si es fácil de encontrar, pero no el método secreto. Esto evita que el método sea tomado a chunga y caiga en malas manos. Así las personas poco serias, o con motivos ulteriores, o simplemente sin carácter perseverante, se descartan solitas.
Y si se necesitan de seis meses a un año de práctica para que la persona alcance su mejor peso y la figura ideal, no es porque no se puedan alcanzar resultados rápidos con el método. Al contrario, la persona empieza a perder peso y a mejorar su salud desde el primer día que lo pone en práctica. Pero hay que llevar despacio las cosas y dar tiempo a que el cuerpo, y especialmente la piel, se ajusten naturalmente a la pérdida de la gordura y no resulten después colgajos de piel en la cara, abdomen, brazos y piernas. Los bueno es que la persona nunca vuelve a engordar, puesto que sabe exactamente cómo mantener su cuerpo en perfecta salud y peso perfecto.
Decía mi maestro, experto extraordinario en medicina china: "No hay enfermedades incurables. Pero hay que buscar y buscar, hasta encontrar a la persona que tenga la solución." Y que además quiera transmitir la solución total, porque en este nivel de alta medicina hay ocasiones en que ni costales llenos de oro le garantizan al buscador la buena disposición del maestro. Es más cuestión de karma, que de dinero.
Por eso seguirán proliferando los obesos en el mundo. Por eso seguirá siendo misterioso y elusivo el método. Por eso, aunque el remedio existe y está al alcance de sus manos, muchos gorditos seguirán muriendo como mueren los náufragos de sed en mitad del mar. Por eso el cómico que inspiró este artículo no tiene aparentemente salvación, pues no parece destinado a encontrar el alivio a sus males.
El karma, decíamos, es algo terrible.
MUERE OTRO LADINO MEXICANO CAZADOR DE INDIOS: Mucho antes de que los rancheros gringos descubrieran la emoción de cazar a tiros a campesinos indocumentados mexicanos, en safaris organizados por internet (sin molestas asociaciones protectoras de animales que reducen el placer de cazar bestias en lugares tradicionales como en Africa), los ladinos mexicanos en el poder ya degustaban el placer de emboscar y balacear indios locales.
Todo empezó con los facinerosos comandados por el gachupín destripador de indios, Hernán Cortés, a quien le daba por cortarles las manos a los enviados de Moctezuma. Cortés alcanzó su máxima expresión de bárbaro cuando ordenó quemarles los pies a Cuauhtémoc y a sus cuates para incitarlos a descubrir el lugar dónde perversamente habían escondido el oro que el buena-gente de Cortés deseaba y el mala-gente de Cuauhtémoc escondió evidentemente nomás para contrariarlo. Sólo el Cielo y el espíritu de Cortés saben exactamente los cientos de miles de indios que asesinó y mandó asesinar el asqueroso chacal ibérico.
(Y todavía se nos hacen graciosos los actos de gachupines y criollos que viven entre nosotros, pues los curas velan para que no recordemos el genocidio espanhol. Hay ladinos mexicanos-gachupines que todavía insisten en levantarle una estatua en México a Cortés. El grupito autollamado Los Amigos de Espanha aseguran que Cortés fundó "la nacionalidad mexicana" y merece una escultura. Cabrones… )
Luego los descendientes de Cortés y su tropa siguieron la matanza de indios. Los mismos dizque "historiadores" ladinos gachupines, antecesores de los Enrique Krauze actuales, mencionaban que los soldados de Cortés arrebataban niños a sus madres indígenas para estrellarles la cabeza en las paredes y demostrarnos así lo macho que eran. Eso se atrevieron a contar. Imagínese lo que se guardaron de escribir por miedo a que la historia supiera todas sus marranadas.
Virreyes y presidentes, generales y jefes de policía, funcionarios menores y mayores, todos los gachupines mexicanos traen desde que nacen la méndiga costumbre de matar indios. En la epoca moderna, Marcelino Barragán, Gutiérrez Barrios, Díaz Ordaz, Luis Echeverría, El Negro Durazo, JoLoPo, CSG, todos ellos fueron asesinos de indios mientras tuvieron el poder. Hasta la pinche Güera Rodríguez, líder sindical ladino, exige a otro Durazo en la policía para que "ponga orden" matando no-ladinos. O sea que sin asesinar, los inútiles ladinos no saben cómo poner orden en el país.
Hijos de su pu……
Por eso los espíritus de víctimas de ladinos asesinos están de plácemes, pues acaba de morir, horriblemente, otro ladino mata-indios: Hank.
El llamado Profesor fue un judío alemán nacido en México, pero traumado totalmente por el llamado holocausto nazi. Para calmar su pena, hacía lo mismo que los verdugos de su raza: Mataba. Le dio por cazar desde su limusina, pistola en mano, a mexicanos humildes que tenían la mala suerte de transitar a temprana hora por las calles donde pasaba el profe rumbo a su trabajo de alto funcionario de Gobierno.
Imagínese las tragedias que causaba ese cabrón en familias de no-ladinos nomás para ahorrarse lo del siquiatra. Imagínese nomás cuántos otros ladinos en el Gobierno hacían y hacen lo mismo, especialmente en estaciones de policía y cuarteles militares.
Éste es un país de locos. No tanto por los ladinos asesinos, sino porque el pueblo tolera tales chacaladas, ocupado como está hincándose y levantándose, y golpeándose el pecho mientras reza incontables avesmarías liderado por los siniestros curas.
Hank, decíamos, fue uno de los recientes verdugos de indios. Superficialmente era educado y generoso, pero únicamente con otros ladinos mexicanos. Presumía ser capaz de "moldear inteligencias" sobornando a sus débiles oponentes con portafolios copeteados de dólares. Los escritores que lo criticaban en los periódicos eran citados en su oficina, a donde llegaban bravos y salían mansitos, con pacas de billetes en los bolsillos. Por eso dicen que el dinero ablanda piedras, digo conciencias, aunque ahora esos mismos escritores nieguen los sobornos.
El profe repartía alegremente favores y dinero del que cosechaba de los erarios donde trabajaba (acumuló más de mil millones de dólares en su fortuna personal, y de seguro no fue trabajando y sudando la gota gorda). Se sentía y actuaba como el Padrino de las películas. Repartía para evitar hacerse de enemigos y repartía para ganarse amigos. Mataba indios, pero también financiaba clínicas gringas para mandar allí a sus amigotes enfermos. Robaba pero compartía, algo que los panistas nunca entenderán. No era come-solo, por eso su funeral estuvo atestado de los agradecidos por los sobornos.
Pero los verdaderos enemigos de Hank no fueron nunca los hombres, sino los espíritus de los indios que se escabechó. Los espíritus enojados pueden provocar enfermedades horribles en las personas, dejándolas vulnerables a los padecimientos físicos y su consecuente sufrimiento. Y además esos espíritus esperan con ansia la muerte de su enemigo. De seguro al estirar la pata Hank, ya estaban al pie de su cama los guardias del Juez de la Muerte con cadenas en ristre para atar su espíritu y llevárselo derechito a oír las acusaciones de sus víctimas. En casos como éste, de nada sirven las misas de cuerpo presente, ni los baños de agua bendita al cuerpo.
Aunque a Hank, aparte de su enfermedad, los dioses ya lo estaban castigando en vida: Un hijo se le murió ahogado muy joven, otro estuvo envuelto (por motivos pasionales homosexuales) en la ejecución violenta de un columnista fronterizo co-propietario del pasquín fronterizo semanal "Zeta" (según eso peleaban los dos por las atenciones de chulo chamacón sinaloense).
De seguro, el espíritu de Hank no reencarna pronto. Y si lo hace, falta saber en qué lo hará: Espero que en limosnero callejero lleno de mosqueadas llagas, pero eso sería muy poco castigo. A lo mejor reencarnará en un cuate retorcido en silla de ruedas, o vaya usted a saber cuál sea la sentencia del tribunal celestial.
Dicen que Hank fue "el hombre más poderoso de México," pero frente al Juez de la Muerte no valen condecoraciones ni preseas recibidas en vida por lambiscones. Dicen que quitaba y ponía presidentes y era "muy enérgico." Pos a ver si les grita igual a los guardias del Juez que ya lo tendrán de rodillas y encadenado en la antesala del tribunal celestial, porque dicen que estos dioses también son de pocas pulgas.
Estoy seguro que en el rancho donde lo velaron va a asustar. Porque los poderosos y matones usualmente dicen no creer en el más allá para negar la posibilidad de ser castigados por los dioses, pero al final acaban siendo juzgados igual que los creyentes. Según eso, los pobladores de la periferia del latifundio de Hank pusieron moños negros en las fachadas de sus casas, incitados por el alcalde, pero no veo de qué le podría haber servido eso al espíritu del llamado profe. Que el féretro fue de bella caoba tallada, que hubo muchas coronas de flores, y muchos personajes se apersonaron en la capillita ardiente, pero nada de eso le sirvió al profe, porque los únicos rituales que le podrían echar una mano a su espíritu no los saben ni rabinos ni curas.
El supuesto enorme poder terrenal que algunos hombres alcanzan no vale nada en el otro mundo, donde dicen que el Juez de la Muerte aplica el castigo exacto que merece cada espíritu que llega frente a el. Por eso mismo no quiero ni imaginarme lo que les espera a Raúl Salinas (al igual que Hank, otro depredador del pueblo en la Conasupo), Luis Echeverría y a JoLoPo cuándo se tengan que mostrar frente al juez celestial.
Es más, quién sabe dónde andarán ahorita Díaz Ordaz y demás ladinos matones, incluidos generales y altos jerarcas de la Iglesia católica sucursal México, que tanto han explotado a la ingenua indiada. Pero bien no andan, eso es seguro.
Con decirle que el materialista y avaricioso cardenal Norberto Rivera, fue quien presidió la misa de cuerpo presente de Hank. El dinero en abundancia de los políticos da para pagar esos servicios y más. Allí, Rivera pidió a Dios que "borrara" los pecados del fallecido, cometidos dizque por "fragilidad humana," no por lo sinvergüenza del muerto. Agregó el ojón ensotanado, apreciativamente, que Hank "supo administrar y multiplicar los bienes" (que le robaba incesantemente al pueblo). Desgraciadamente para Hank y para Rivera, ni Dios ni nadie borra las acciones de los vivos aunque sean cardenales o políticos ladrones y asesinos.
Los lambiscones de rigor, claro, escriben ya en los periodicototes extensos artículos ensalzando al muerto "por su legado humano." (!) Algunos pretenden haber sido "enemigos" de Hank para no delatarse como miembros de la tribu literaria que recibieron dolaritos del fallecido. Hubo una articulista ladina que no pudo disimular los costales de pesos que recibió de Hank, y dice que el fallecido nos deja "enseñanzas perdurables (?) y ninguna deuda pendiente con la conciencia de la Patria." Excepto, claro, los mil millones de dólares y las vidas de los indios que cazaba.
En todo caso, a mi, mexicano no-ladino, me da igual la muerte del ladino Hank.
Yo no le dije ni que robara, ni que matara indios, así que más le vale sepa torear en el otro mundo las abejas del avispero esotérico que el solito removió.
BATEA DE BABAS PANISTA: Dijo el Babas Fox: "Los problemas del campo se arreglan en el campo."
Habráse oído mayor pendejada!
Los problemas en el campo, Vendedor Fox, se resuelven en la administración de Gobierno.
Pero saber tan elemental principio de gobierno es algo que evidentemente no está en la cabeza de un provinciano exdistribuidor de refrescos como es el cuate de las bototas de Frankenstein.
Ni modo: Otra crítica "constructiva" y de gratis que se tendrá que tragar el güey.
* Master, Estrategia Militar China
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