La Iglesia católica tiene graves problemas de imagen. Muchos de esos problemas se originan en el libertinaje sexual de sus sacerdotes, y otros en que esa información negativa es accesible hoy día a los feligreses de todo el mundo. Los curas no han cambiado su mala conducta de los últimos siglos, pero la transmisión global de noticias es ya instantánea.
En cuestión de información, el mundo es un villorio. Por eso sabemos que por un lado y sin que nadie la llame, la Iglesia se mete ilegal, arbitraria e hipócritamente a regular la vida sexual de los católicos. Y por otro lado, los supuestamente "castos" vaticanos demuestran ser practicantes desenfrenados de toda clase de perversiones sexuales conocidas y por conocer.
Lo menos que hacen los charros negros ensotanados, es imponer abortos a las monjas que embarazan.
Lo anterior no lo descubrí yo. Es información pública derivada de sesudos estudios de organizaciones internacionales defensoras de los derechos de mujeres ultrajadas sexualmente por miembros (ejém) del clero católico-apostólico-romano.
Tienen esas ñoras una lista bien hecha de todas las fechorías sexuales de los sacerdotes de tan peligrosa secta.
Porque la represión sexual religiosa, visto está, no conduce a nada bueno en curas, ni tampoco en creyentes. Con decirle que en Europa las putas más refinadas y caras (call girls), de ésas que cobran muchos miles de dólares al día y son codiciadas por jeques y dictadores, son usualmente muchachas egresadas de carísimos colegios privados católicos.
Tal parece que considerar pecado al sexo provoca que se les brinque la cadena por igual a laicos que a curas.
Ahorita mismo, mujeres de 23 países exigen al Vaticano disculpas públicas por violaciones y abuso sexual de monjas y novicias a mano (mejor dicho a pitirrín), de sacerdotes católicos. Dicen ellas que muchas víctimas sexuales de los curas son obligadas por sus violadores a utilizar la píldora, o a practicarse el aborto en hospitales católicos administrados por médicos alcahuetes. Eso si no las infectan con el letal virus del Sida.
Y la Iglesia, institución de falsos eunucos con sotana, se limita a descalificar e intimidar a las quejosas echándoles encima al rancio viejerío de las Adoradoras de la Vela Perpetua para que las apedreen por rajonas. O simplemente amenaza con expulsarlas de la religión católica por buscapleitos.
Ya sabemos que la Iglesia tradicionalmente encubre y esconde a los curas cojelones, mandándolos secretamente a otros países para que no los castigue la justicia civil del lugar del crimen. Pero ante la evidencia física y testimonial de la violencia sexual de los curas, el clero acepta de mala gana que frailes y curas violan y embarazan monjas y novicias, aunque alega que sucede solamente en Africa, "porque su cultura (de los africanos, me supongo) no favorece el celibato."
Hágame el cabrón favor.
Como si la titolina se enderezara más en unos países que en otros.
Lo que pasa es que en Africa los "célibes" sacerdotes negros violan monjas para evitar contraer el Sida con las putas que habitualmente frecuentan, así que ahora prefieren religiosas por estar recluidas y ser más seguras para el sexo. Se da el caso de un convento en el que los calenturientos curas ¡embarazaron 29 monjas! Aparentemente "el convento" era un burdel, pues los curas entraban y se dejaban caer a las monjas con la complicidad total de la madrota, digo, la madre superiora. La cloaca se destapó cuando fue imposible disimular tanto embarazo y la regentadora del congal tuvo que comunicarle al obispo el desaguisado, quien se limitó a reemplazar a la superiora. (Lástima que en pro-vida no estaban al tanto de esto, ocupados que andan jodiendo laicos mexicanos.)
Los padres mandan a las hijas a los conventos suponiendo que ahí estarán a salvo de la mundanal lujuria, y caen en manos de curas y superioras que son en realidad maniáticos sexuales disfrazados de ovejas. Porque las violaciones hechas por curas ocurren en todos los países, no solamente en Africa. En cuestión de sexo las mujeres siguen siendo víctimas del hombre, pues hay sacerdotes que no autorizan partidas de dinero para gastos internos en los conventos a menos que las monjas les den las nalgas. En otros casos los sacerdotes se rehúsan a oír la confesión de monjas a menos que se acuesten con ellos en "castigo por ser pecadoras."
Es hilarante oír las historias que los charros negros se inventan para llevar a las mujeres a la cama, historias que ellas se creen con toda la complicidad posible.
En México, tradicionalmente los curas son padres de innumerables hijos. Recordamos a el cura y dizque "padre de la Patria" (lo decían así por semental, por el alto número de escuincles que ayudó a engendrar) Miguel Hidalgo y Costilla, y también al excelso prócer cojelón, Morelos y Pavón. Los curas de esta tierra son mentirosos profesionales. Nunca hacen lo que predican: De día aseguran ser célibes y por la noche violan sexualmente a quién encuentran con las piernas abiertas, sea hombre o mujer. Y todavía dice el desvergonzado cura mexicano-romano, Norberto "Ojón" Rivera, que la Iglesia mexicana "no tiene nada de qué pedir perdón al pueblo mexicano."
Así de conchudos son los canijos.
Por su parte, el deshonesto Popis rechaza las feroces quejas de agraviadas mujeres católicas, disculpando a sus jariosos sacerdotes con el sobado cuento de que son "prietitos en el arroz." Cómo no.
Ser ministro de la Iglesia católica (la única con "la Verdad"), es tener garantizada la impunidad por cualquier crimen. Por ejemplo. Un cura que embarazó a una novicia, recibió de castigo dos semanas de retiro involuntario. Pero a la muchacha la expulsaron del convento con todo y panzota, diciéndole que se las arreglara como pudiera en la calle. Usted sabe, permitir monjas embarazadas en los conventos le dan mala fama al clero.
Con razón a ningún cura le importa violar la ley civil y el voto de castidad.
Porque los casos de curas violadores no son tan escasos como la gente quisiera creer. En países avanzados, como en los USA, el porcentaje de curas que frecuentemente buscan relaciones sexuales con hombres o mujeres pasa del 50%. O sea, al menos uno de cada dos vaticanos se la pasa buscando dónde meter el pitirrín en lugar de rezar. Y la otra mitad de curas, los no-calenturientos, andan buscando poder político.
Con razón, en reciente visita a Grecia, el pueblo recibió al Popis con gritos de "Anticristo."
El último escándalo sexual en la Iglesia es el causado por el poseso obispo católico, Milingo, famoso por sus extraños exorcismos. (Ponerse a las patadas con el Diablo deja hechos guiñapos a los humanos retadores, aunque sean curas o chamanes.)
Por si usted andaba reparando algún satélite en el espacio y no se dio cuenta de las andanzas del sexualmente fogoso obispo en la Tierra, déjeme ponerlo al tanto.
El monseñor Emmanuel Milingo es un exorcista africano. Practica la rama "carismática-pentécostal," que mezcla brujería local con ritos cristianos. En este caso, el obispo mezcla ritos africanos con los de la Iglesia durante la celebración de la misa. Le encanta agarrarse a tortazos con los demonios que se posesionan de cuerpo y mente de debiluchos católicos.
Aunque Milingo tiene el rango eclesial necesario para ser considerado oficialmente exorcista de la Iglesia, se autonombró "cazador de demonios" desde hace décadas, sin pedir ni esperar autorización papal. Dijo: "El Señor me pidió que peleé contra Satanás y sus aliados. Hay muchos demonios entre nosotros y son como gatos salvajes que gustan comer gallinas sin que el granjero pueda atraparlos." Desde entonces se dedica en cuerpo y alma a exorcizar posesos.
Milingo nació en Zambia, y alguna vez fue hasta arzobispo emérito de Lusaka, pero su inclinación por oficiar exorcismos durante la misa, con francos tintes de magia negra africana, lo llevó a pelearse con los cardenales de Roma. Y es que sus ceremonias jalan a las masas hacia el paroxismo y la histeria. Ya se imaginará usted el circo de sus ceremonias en plena misa y el resultante enojo de los vaticanos, pues allí los posesos se revuelcan en el suelo mientras Milingo los exorciza cantando música rap, bailando lujuriantes ritmos, y pegando escalofriantes alaridos para ahuyentar los demonios. Pocos demonios aguantan tan letal combinación de poder esotérico.
Con decirle que del Festival San Remo invitaron a Milingo a cantar y mostrar sus musicales exorcismos. Su disco CD se vendió como pan caliente después de su actuación.
Acabó la cosa en que el Popis lo degradó de arzobispo a simple obispo. Le quitó lo emérito, y además lo apodó, despectivamente, "El Pararrayos de Satán." Después lo llamó a Roma para tenerlo más controlado.
En Roma, los cardenales le inventaron el hueco titulito de "Delegado Especial para Migrantes." Nadie supo qué quería decir eso, mucho menos Milingo. Así que el africano volvió a su querencia y empezó otra vez con sus exorcismos sensacionalistas causantes de excitación masiva. Esta vez en plena Roma, donde pronto captó abundantes seguidores.
El Papa y el cardenal Joseph Ratzinger reaccionaron demistificando al Diablo, pues dijeron que el Maléfico no era un ser con cola, cuernitos en la frente, ni mucho menos con trinche en mano. O sea, Milingo no hablaba con el Diablo, pues éste no existe como lo pintan. Por tal razón, el Popis y Ratzinger cancelaron todos los exorcismo y curaciones espirituales durante la misa aunque claramente buscaban evitar que Milingo siguiera con sus shows que prometían "milagros."
Y por si lo anterior no bastara, el Popis le canceló a Milingo el pomposo cuanto inútil titulito de Delegado, dejándolo sin ningún poder oficial dentro de la Iglesia. Prácticamente lo dejaron encuerado, valga la vulgar expresión.
Pero si los vaticanos le dieron la espalda, los seguidores de Milingo nunca lo abandonaron. Siguieron asistiendo a sus exorcismos, pues muchos se dijeron curados de cáncer, Sida, y otros padecimientos terminales. Evidentemente a los monseñores romanos les disgusta que obispos no-italianos hagan milagros, y menos si son negros y los hacen en las iglesias de Roma. Por eso el clero romano en masa cuchicheaba entre si que Milingo utiliza "magia africana." Por lo tanto es un doctor-brujo, más que un obispo de la Iglesia católica.
A Milingo le daba igual que lo criticaran sus hermanos de profesión. El delirante terror de los demonios se defendía diciendo: "Yo celebro misas en honor de Jesús." Envuelto en su tradicional capa roja, hacía exorcismos a granel a pesar de la prohibición papal, ya que público nunca le faltaba en sus misas.
Hasta que harto ya de las travesuras de Milingo, el pontífice finalmente lo exilió de Roma, prohibiéndole oficiar en público más pachangas religiosas. Milingo se convirtió, por decirlo de alguna manera, en el Enemigo Público #1 del Vaticano.
Lo mandaron a Corea, literalmente. Pero en Corea ocurrió lo inesperado: Milingo se alío con el enemigo. No con Satán, sino con la Iglesia de la Unificación, el culto propiedad del mañosón Reverendo Sun Myung Moon. Ese culto está proscrito por el Popis, pues es la competencia. Es como los pleitos entre embotelladores para ganar mercado a sus refrescos de cola.
En Corea, sabiendo las debilidades sexuales de Milingo, los Moonies le atravesaron en el camino a una acupunturista (o acupuntora, según los ibéricos) coreana, llamada María Sung. María ya no se cuece al primer hervor tampoco. Está cuarentona y medio robustita, pero es querendona y resultó platillo demasiado apetecible para el setentón obispo. Al grito de a quién le dan pan que llore, el libidinoso cura se casó con la mujer, convirtiéndose automáticamente en hereje indigno de tomar y dar la comunión en el rito católico.
Ah, la maldita debilidad del hombre por el sexo. O por "la carne," según dice la Biblia.
El mismo obispo que se agarraba a moquetes con Lucifer, el excelso "Pararrayos del Demonio," felpó horriblemente con la coreanita. Pudo más la comezón en su pene que la razón. Porque digo, nunca se le ocurrió a Milingo que el reverendo Moon planeara sonsacarle a través de María (no precisamente la madre de Jesús) los rituales católicos-africanos para exorcizar, mismos que para un vendedor de milagros tan astuto como el líder de los Moonies, serían cheque en blanco.
Así que, para asombro de todos, Milingo, colmillón obispo y con voto de castidad en su conciencia, pensó con el pene y acabó en la cama con María después de haber sido casado por el reverendo Moon. Frente a Moon, el curtido cazador de diablitos y diablotes, subyugador de tropas infernales, dijo esto: "A mis años, el Señor me ha pedido que cambie mi vida para siempre."
Luego se fue de luna de miel.
Pero el Papa no está para bromas religiosas. Enfurecido, le exigió a Milingo que abandonara a su esposa so pena de excomunión, y que se presentara inmediatamente al Vaticano para una "plática" privada entre ambos. O sea, a ver qué premio le gusta a Milingo para que regrese al redil.
Milingo obedeció, pero hasta semanas después. Porque tampoco era el llamado del Papa tan urgente como para desaprovechar su idilio sexual con su desposada. Un día abandonó a los Moonies y a su frondosa mujer, regresando cabizbajo a la Santa Sede. Luego de una audiencia con el pontífice, Milingo desapareció rodeado de cortesanos ensotanados. Y jamás se le volvió a ver en público.
La esposa de Milingo, desesperada por el giro de la situación, empezó una huelga de hambre "a muerte" justo en las puertas del Vaticano. Allí estará hasta que le permitan los obispos ver a su marido. También amenazó con acusar a los vaticanos de secuestro ante la policía italiana, pero luego se retractó, pues El Vaticano es Estado soberano.
La mera verdad, yo veo muy difícil que María vuelva a acostarse con Milingo en la cama matrimonial. Los vaticanos tienen mucha práctica en eso de esconder sacerdotes y monjas de sus parientes.
María descubrió que Milingo le dijo que estaba preocupado por la "crisis moral" del clero (especialmente, digo yo, cuando los obispos hasta se casan con Moonies). Ése es el mismo clero que ahora le escamotea su marido a María. Pero dicen los actores de la mentada crisis moral, los charros negros, que Milingo está en retiro espiritual inapelable y le piden a la coreana que deje de molestar y así pueda el lujurioso obispo rezar en paz.
Nada más que a mi me parece que la reflexión espiritual debería haberla hecho el coyón Milingo antes de casarse, no después.
Eso si, el Popis está en su lugar, haciendo lo que mejor hacen los curas: Espantándole la cigüeña a Milingo y esposa. Los charros negros son muy exigentes con los matrimonios de los fieles, pero ellos pueden destruir alegremente los matrimonios de curas sin sufrir consecuencias religiosas.
Así que más le vale a María entender lo que los mexicanos (y católicos de todo el mundo) sabemos: Que cuándo un popis pinta una raya divisoria, no la pasa ni el propio Jesucristo si llegara a reencarnar. A mi me valen chiles las rayas que pinta la Iglesia, pero el problema aquí es de María.
Me refiero a María la coreanita, no a la madre de ya sabe usted quién.
EL "TERCER OJO" MILITAR: El desastre en la aplicación de justicia que padece México es fácil de explicar: Al no saber los principios para descifrar la naturaleza humana, los gobernantes designan para puestos de autoridad a matones de camino real. Unas veces lo hacen porque gentes así se requieren en algunas dependencias, cierto, pero usualmente su designación es producto de la ignorancia y nepotismo en quiénes tienen las riendas del poder.
Los gobernantes ladinos mexicanos, ya lo dijo la Güera Rodríguez, matan delincuentes. Y es que ellos ejercen el poder bajo la bárbara y equivocada regla de que "gobernar es matar gente." Piensan los incapaces que únicamente los asesinos pueden detener la delincuencia, especialmente si son militares. Por eso el Ejército está convertido en nido y escuela de matones a sueldo.
La ignorancia de principios para gobernar lleva a los funcionarios a designar matones en puestos civiles como los que tuvieron, por mencionar algunos, el Negro Durazo, Gutiérrez Barrios, Samuel del Villar, Madrazo Cuéllar, y muchos más. Ignoran que personas con intenciones asesinas no deben estar en puestos de tanto poder. Y ni los exámenes sicológicos ni el polígrafo que tanto utilizan los gringos descubren la verdadera naturaleza de los matones taimados porque ésas son herramientas con utilidad diferente a la empleada en México.
El hombre no puede escapar a su naturaleza y por eso los matones buscan la sombra del poder para actuar cobijados por la impunidad. La designación de matones profesionales como Macedo de la Concha y hasta la de Gertz, en puestos de autoridad civil, únicamente traerá más encarcelamiento de inocentes.
Por eso México es un país tercermundista, porque sus gobernantes tienen mentalidad de tercera clase, aunque presuman doctorados universitarios.
#2. Los consejeros de Mentirosillo Fox deberían enseñarle a manejar mejor sus movimientos corporales, mismos que en entrevistas televisadas revelan que miente constantemente. Si Fox es mentiroso irredento, al menos debiera aprender a no delatarse frente al mundo.
#3. Es hora que cuando Fox se dirige a los ciudadanos, deje de lado el tonito soy-más-chingón-que-ustedes con el que creció dirigiendo a sus esclavos en su latifundio.
Sus lambiscones le alaban su dizque "autoridad," pero lo engañan.
Nosotros no somos sus empleados y sería bueno que alguien le enseñara al Gran Caca cómo debe dirigirse a los ciudadanos, aunque la idea le sea difícil de tragar.
La realidad es que Fox es empleado de nosotros, no el patroncito que nos da todos los días de a poquito para comer. Así que sería bueno que entendiera su lugar y dejara de hablarnos de arriba hacia abajo.
#4. ¿Por qué derrochan y gastan sin límite en Presidencia, si alegan que no hay suficiente dinero en arcas? Y lo más importante: ¿Por qué tiene tantos empleados y presupuesto especial Marta-de-Fox, si ella no es parte del Gobierno? ¿No les da vergüenza a los inútiles legisladores? ¿Hasta cuándo van a obligar a Fox-y-Marta a que paguen de sus bolsillos gastos que no son de Gobierno?
(Son preguntas retóricas: Ya sabemos las respuestas pero igual agachamos la cabeza ante el abuso de los ladinos.)
* Master, Estrategia Militar China
E-mail: visionpf@direct.ca
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