Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #162: Charros Negros Maricones

Apropos (abreviación sangrona de "a propósito") del pestilente y candente tema moral-judicial ventilándose en los USA sobre curas católicos violadores sexuales de niños, lanzo hoy, hoy, hoy mi opinión al respecto.

A ver. Hasta la fecha, los curas vaticanos han pagado voluntariamente alrededor de mil millones de dólares a sus víctimas sexuales en materia de indemnizaciones, pero el asunto apenas va empezando. Más de una docena de curas criminales (16) se han suicidado en los USA, donde ya hay curas encarcelados, y las autoridades americanas han comenzado a tomar declaración judicial, sobre encubrimientos, a cardenales y obispos. El resto del mundo vemos atónitos que los gringos demuestran que en su país si hay separación Iglesia-Estado, y que no permitirán la impunidad para los ensotanados aunque éstos pretendan escapar a la justicia con su sobado cuento de que son "representantes de Dios."

En contraparte, recordemos que en México ninguna autoridad ha encarcelado jamás a ningún charro negro molestador sexual de niños en 500 años. ¿Por qué? Pues es que aquí curas y gobernantes ladinos son hermanos étnicos ladinos, cómplices en la represión sobre la mexicanada. Igual están en toda "Iberoamérica," incluida Espanha.

En cambio, la sociedad gringa exige, cual debe ser, cárcel para los abusadores sexuales ensotanados. La cosa pudiera acabar en terrible desastre económico para la Iglesia, pues los americanos no son tan bobos como para asustarse con estúpidas amenazas de castigos en el Infierno para quienes se atrevan a cuestionar sacerdotes vaticanos delincuentes.

Es decir, el Anticristo, el supuesto enemigo mortal del Vaticano, tiene cara de charro negro puto. Cuando el resto del mundo despierte del sopor causado por el opio católico, las cárceles se van a atiborrar de curas pervertidos. Porque la misma Iglesia fabrica sacerdotes jotos en serie con su estúpido requisito del celibato religioso. Celibato que malignamente busca mantener el poder económico mundial del Vaticano en las manos de los intrigantes charros negros, evitando a toda costa la intervención de las metiches mujeres.

Es imperativo pues, e impostergable, que extirpemos de la sociedad a tan nociva plaga de sacerdotes homosexuales (un maldito cura que abusó sexualmente de un infante de seis años alega estúpidamente ante las autoridades gringas que dizque "el menor lo provocó a la lujuria," hágame el cabrón favor).

El tema de los charros negros jotos me cae de perlas porque resulta que hace pocas semanas sucedió lo que nunca pensé: Consecuencia de anteriores artículos sobre el maloliente tema de los curas maricas, un furioso lector me despachó un correo electrónico para pedirme dejar en paz a los maricones de crucifijo al pecho, agregando que parezco trasnochado "anti-gay." Imagino que el escribiente quiso decir anti-puto, pero cada quien usa la lengua como quiere. Especialmente si es charro negro. El arzobispo Norberto "Ojón" Rivera, por ejemplo, les dice a los mariquitas, agarrándose coquetamente con los dedos índice y pulgar de cada mano las faldas de su sotana rematada con encajes, olanes y filigranas, "café-con-leche".

Y quién sabe cómo les llamará a los jotos (y a las jotas) el Gran Caca Fox. Me imagino que el presidente (y la presidenta) saben mucho del tema, pues los maestros de escuela del Primer Uñas-largas del país fueron curas. O sea, estuvo educado por clérigos putines, así que mucho sabrá de cosas así. Situación similar experimenta la Cocacola chica (la presidenta Marta-de-Fox para usted), educada que fue por monjas, estirpe de mujeres cabrías que tienden a la masculinidad, emulando a Sor Juana Inés de la Cruz, et al. Porque "lo mismo pierde un hombre que una mujer," y vaya usted a saber qué mañas sexuales se les pegaron (o no) al Cocacolo y a la Coca-colita.

En México, las autoridades jamás investigan denuncias de abuso sexual contra curas putos, aquí los gobernantes están para protegerse entre ellos (perro no come perro), no para proteger a los ciudadanos y sus familias víctimas de clérigos. Así anda por aquí la justicia, por eso los curas pervertidos gozan de inmunidad total debido precisamente a que muchos de los mangoneadores ladinos en el poder civil, religioso y militar son congéneres maricones. Incluyo en esta lista a varios grandallas en los medios de información y de los espectáculos, y a alguno que otro periodiquero fronterizo. Sin olvidar a ex-presidentes y ex-secretarios de Estado (vivos todavía casi todos) con particular adicción al pitirrín. Habría que preguntarles a MMH y a Zedillo, por ejemplo, si por ventura tienen alguna opinión respecto a los jotos en el poder presidencial. O a Labastida, pues el zorro Fox le decía burlescamente "mariquita sin calzones y "Labestida."

(Debo deciros que el escribiente que mencioné arriba me considera además joto reprimido. De otra manera, discurrió sesudamente el fulanito, no atacaría yo tan seguido a los mariquitas, ni hablaría con tanto conocimiento del asunto. Hhmmm……ya me puso a pensar el cuate ese. No se, no se…… Desde el aciago momento en que leí su insidioso e-mail paso las noches en vela, presa de la confusión genital, digo, mental. ¿Será verdad que soy joto sin saberlo? Si así es, oh desilusión. Significaría entonces que desperdicié mi vida metiendo el pizarrín en lugar de que me lo metieran. ¡Dios mío, dios mío! Debí entonces haber sido seminarista, o monaguillo, o de perdida alumno de escuela católica, pero a tiempo. Porque a mi edad ya no es tiempo de meter (nunca mejor dicho), reversa: Nada hay más patético que un maricón senil, perdón, de la tercera edad. Tendré entonces que esperar a mi próxima encarnación para disfrutar de los placeres que causa la comezón en el trasero provocada por deseos de titolina. Deseos que según el escribidor cibernético, padezco hoy mismo sin saberlo. Juar, juar, juar.)

En fin. Todos los lectores, incluidos los "machos de Jalisco," y a quienes les vale madre el tema, merecen una explicación (que no justificación) sobre mi supuesta gratuita hostilidad porfiriana hacia los homosexuales de sacristía. (Perdón por el molesto paréntesis, pero me causa terrible descontento religioso la imagen de curas mamándole el pitirrín a los monaguillos mientras su enorme crucifijo de plata que cargan al cuello les campanea pa'rriba y pa'bajo.)

Para empezar (iba a decir "para abrir boca," pero me arrepentí a tiempo), evitaré decir la piadosa mentira de que "mis mejores amigos son putos." Eso si, no me molestan las personas que lo sean, sino sus abominables actos contra niños. Lo que los adultos se hagan sexualmente entre ellos no es cosa de mi incumbencia, mucho menos me incita a la curiosidad. Tampoco me irrita que en el teatro se siente un marica junto a mi, ni le voy a apedrear la puerta al vecino si me dice que le gusta vestirse de mujer bajo pretexto de ser "actor." Me enojaría, por decir algo, que en el mercado no le quisieran vender alimentos a un joto nomás por eso, por ser joto. Sería yo el primero en mentarle la madre al vendedor. Otra cosa son las terribles maldades sexuales que los jotos (aunque estoy seguro que no todos), cometen contra inocentes, indefensos y tarugos.

Creo firmemente que los maricas (con su excepciones, claro) no nacen, los hacen. Y ahí precisamente radica el peligro de tales cuates, porque para hacer a otros lo que les hicieron sexualmente a ellos, muchos atacan a menores. Eso precisamente hacen los curas, y su crimen es mayor que el de los jotos laicos porque estos están sujetos a la ley civil y no se hacen pasar por "enviados de Dios" para asustar tontos y cometer sus fechorías sexuales.

Ya se, por supuesto, que no solamente los curas son putos.

Un famoso conductor de orquesta judío, fallecido hace poquitos años, causaba sentimientos de alegría excepcionales en el público pero los organizadores gringos se quejaban de que después de los conciertos el genio demandaba que lo conectaran con servicios de prostitución especializados en niños. Miguel Ángel fue maricón, y también Alejandro el Magno. Putos los ha habido en todos los países, en todos los periodos de la historia del hombre. Y los hay, y los habrá. Pero el homosexualismo, aún entre adultos, provoca que tan apestoso hábito sexual sea altamente nocivo para su propia salud, y también para el futuro de sus familias.

¿"Ejemplos," oí gritar a algún lector por ahí?

Pues nomás por mencionar un problema relacionado con la homosexualidad y concerniente a la salud, le diré algo sobre lo que ni su doctor ha cavilado lo suficiente. Imagínese lo siguiente si es usted hombre, (y si no también): Tome en su mano (o manos si el asunto es grande) el pene erecto y métalo directamente a un balde lleno de caca humana (si se siente medio religioso y busca el éxtasis al hacer esto, adorne el balde con una sotana). Bueno, pues meter el pene en la mierda es exactamente lo que hace quien penetra sexualmente a un joto.

Y como durante el coito el pene emite semen pero también absorbe lo que hay a su alrededor (recuerde lo fácil que es adquirir enfermedades venéreas), ni le cuento las infecciones mayores y menores que pescan los mayates (así les llama el populacho mexicano a los amantes de los putos, porque literalmente "empujan mierda" como hace el insecto) sin darse cuenta de ello. Las más de esas infecciones son muy pequeñas pero atacan silenciosamente a todo el sistema urinario y acortan la vida del mayate. Y si ya el sistema digestivo del cuerpo humano está en delicado y permanente estado de putrefacción incrementada por la ingestión de grasas animales en la dieta, agréguele usted las mencionadas infecciones de lento incubamiento absorbidas de la caca por el pene y verá que es la receta perfecta para auto-buscarse cánceres de todo tipo. Infecciones que además los mayates pasan posteriormente a las mujeres, por eso hay tantas enfermedades genitales en hombres y mujeres. Por eso los enfermos terminales de Sida vomitan larvas por la boca, pues el cuerpo está ya irremediablemente atrapado por la podredumbre que les avanza incontenible. (Huelga mencionar las espantosas infecciones venéreas que las lesbianas se transmiten oralmente [aunque sean monjas o estrellitas de cine] por el contacto boca-vagina.)

Aparte está el daño indirecto que un homosexual causa a su familia. Aunque no faltará el maricón que me reclame furioso: "Cuál daño, cuál daño, si me la meten a mi nomás?" Pero no, resulta que también se la meten a la familia del joto. Porque la función elemental del hombre es procrear una familia que continúe el nombre y linaje paterno (o materno) y para que los descendientes cuiden después de los padres y abuelos no solamente en el aspecto físico, sino en el metafísico, que es mucho más importante. Me refiero aquí al "culto a los ancestros."

El culto a los ancestros permite, por ejemplo, que hoy mismo haya en China descendientes de Confucio en línea directa después de dos mil quinientos años. Ninguno otro país puede presumir de lo mismo, y si lo hacen es mentira, ya que esto solamente se logra con la comunicación del hombre con los espíritus de los antepasados sobre el altar casero. Es decir, con el culto a los ancestros. La religión judeo-cristiana-musulmana, en cambio, prohíbe el contacto de los vivos con los espíritus de sus muertos. De manera que las familias ni saben los nombres de sus ancestros en cuarta o quinta generación anterior, mucho menos cuando se habla de milenios. Si acaso inventan falsas conexiones con familias famosas desaparecidas totalmente siglos atrás y sin descendientes. Bueno, pues el homosexual corta el hilo de transmisión generacional que da el culto a los ancestros, al no tener hijos. Y eso, mis amigochos (y amigochas), es un crimen social, un desperdicio para la sociedad.

Además, el maricón es por necesidad un depredador sexual que por necesidad se convierte en criminal al seducir ilegalmente a otros. Es decir, no es lo "normal" o "anormal" de las inclinaciones sexuales de la persona lo que la hace peligrosa para la sociedad, sino las consecuencias de los monstruosos delitos que comete al buscar saciar placeres carnales, pues un violador busca víctimas indefensas y a modo. Cuando un puto pervierte a un menor lo daña directamente, pero indirectamente daña también a la familia de su víctima y a la sociedad en genera,l pues reproduce a un delincuente que en el futuro buscará hacer sexualmente a otros lo mismo que le hicieron a el. Por eso el abuso sexual homosexual es delito que debiera ser castigado severamente por las autoridades (si no hubiera tanto joto entre los gobernantes).

Hasta principios del siglo pasado, los chinos ejecutaban en forma dolorosa a los travestidos que seducían a jóvenes inexpertos y vulnerables con sus perversas artes de maricas, pues esos cuates son un cáncer para la sociedad. Que hagan sus orgías en lo oscuro, como las sabandijas, es una cosa, pero otra es la reproducción aceptada y masiva del homosexualismo condonado por las autoridades. De hecho, los extraños y diabólicos presagios que están sucediendo actualmente en México indican de manera inequívoca la exagerada proliferación del homosexualismo femenino y masculino entre gobernantes (y gobernantas) ladinos. Lástima que en este país nadie sepa de tales cosas (no de jotos y presagios, sino de respuestas y soluciones a problemas de tal naturaleza).

Quienes ni siquiera son homosexuales pero resienten a los homofóbicos, son ingenuas víctimas de la propaganda esparcida por los mariquitas a través de las películas de Hollywood y de las películas hechas por ladinos "iberoamericanos" para lograr la aceptación de la sociedad a sus nefastas costumbres. Por eso es tan persistente la propaganda pro-jotos en la televisión, el teatro y la literatura. Pero no hay que equivocarse y compadecerse de ellos, pues es abrir uno mismo la puerta al tigre para que entre y devore a la familia. Mejor hay que aprender a defenderse de ellos, porque la historia del hombre muestra que tarde o temprano la gente rechaza la práctica exagerada y pública de la homosexualidad. Siempre ha sido así, porque no hay mejor solución al problema. (Si usted es muy liberal, deje que sus hijos empiecen a juntarse con malas compañías, digamos jotos y curas, y verá como acaban lamentablemente con su propia vida.)

Ahora bien. Desde el punto de vista físico entiendo la afición de algunos hombres por el pene, pues entre los testículos y el ano el cuerpo tiene más de cien nervios que en su otro extremo conectan con la cabeza y cerebro, de ahí las sensaciones de placer que vuelven locos a los jotos, al grado que la sola idea de imaginar relaciones sexuales con una mujer los pone al borde de la histeria.

Pero cada cabeza es un mundo y a cada quién lo suyo. No seré yo quien le diga a la gente qué hacer con sus genitales. Lo único que afirmo es que los curas que violan niños deben ser encarcelados. El generalote disfrazado de Procurador General, Acedo de la Concha, no está cumpliendo con su obligación de proteger a la ciudadanía pues se niega a investigar a los charros negros maricones. Está demostrando nada más que como todo en México, la separación Estado-Iglesia es una farsa tolerada por el inútil y criminal Congreso.

EL CAZO DE LOS CHICHARRONES (METAFÍSICOS):   En asuntos de ocultismo, al igual que en asuntos militares, no es prudente atacar al enemigo sin antes saber exactamente su potencial de contraataque. Pero ya sabemos que los ladinos mexicanos y gachupines son estúpidos de raza. Lo que no sea matar y robar lo desconocen, así que es inútil pedirles que utilicen su cerebro. Si lo tuvieran.

El párrafo anterior viene a colación porque en respuesta a mis artículos, los ladinos no saben ni pueden hacer otra cosa que amenazar y atacar cobijados en el anonimato. Los primeros en levantarme la mano fueron los curas, hace un par de años. Pero en fulminante respuesta metafísica a sus vociferantes amenazas de infiernos y diablos para un neo-indígena tan retobón "y renegado" como yo, se les vino el mundo encima y posiblemente nunca más se saquen el nudo esotérico que se echaron solitos al pescuezo. Nomás vea el tamaño de las broncas mundiales en que andan metidos los vaticanos. Ése fue buen ejemplo de la manera en que generales babosos e impulsivos (en ese caso curas) pierden batallas aparentemente fáciles……nomás por imprudentes.

Es cierto que yo mismo llevo años avisando que ya merito sale a la luz el libro de Ocultismo Chino que acabará con el dominio ladino en "Iberoamérica" y que usualmente tal advertencia daría más que tiempo suficiente a que el enemigo se preparara y me esperara ya pertrechado. Si el enemigo fuera inteligente, pero no lo es. Precisamente la característica del estratega superior (yo) es avisarle al oponente inferior (ellos) exactamente el lugar y día en que va a tomar lugar el ataque, para que se preparen como Dios les de a entender y luego no se quejen de que los agarré "desprevenidos" y zurrando con los pantalones bajados. Y que el Cielo decida del lado de quién está su poder.

Decía pues, que ya llevan tiempo los ladinos friega y friega. Entre sus tácticas está atacar con correos electrónicos atrevidos y altisonantes, y el tratar de plantar algún virus cibernético que destruya archivos en mis computadoras. Como si yo fuera tan mansito para asustarme con pinches amenazas, o para dejar que cualquier tarugo me gane el jalón a mi, master de estratagemas chinas. Ni volviendo a nacer llegarían a aprender lo suficiente para derrotarme. Vamos, no aprenderían lo suficiente ni siquiera para causarme cus-cus.

Así que con espíritu del principio de que sobre aviso no hay engaño, aviso oportunamente a mis dizque "adversarios," que acaban de ingresar puntualmente al cazo de los chicharrones metafísicos con todo y patrones, cómplices y parientes. Ellos y sus titiriteros, obviamente, han hecho anteriormente a otras personas maldades suficientes para hacer enojar al Cielo, ya que el destino me los mandó de nalguitas para que yo los castigue a discreción. Y soy tan chingón en metafísica, que como muestra de mi poder no los voy a castigar, sino que los voy a obligar a que se castiguen solitos. Porque aunque se los estoy anunciando, son tan babosos que solitos se van a meter todavía más en la boca del lobo. Por eso soy superior a todos los ladinos, porque los conozco perfectamente y ellos solamente ven en mi a un mexicano no-ladino.

Así que sépanlo todos: Los temerarios que me levantaron la mano de manera ya descrita, están metafísicamente fritos. No necesito saber sus nombres ni dónde están, pues ellos vinieron solitos a tocar a mis puertas y se descubrieron al hacerlo pues yo se muy bien cómo seguir hilitos metafísicos. Por mano propia se flagelarán a la luz del día, y frente a todo el pueblo mexicano. Y lo mejor del trabajito que les jinqué es que ni siquiera yo podría sacarlos del cazo, pues este utensilio letal de rituales chinos es como la cueva del tigre: Tiene entrada pero no tiene salida. Así que ni piensen en la alternativa de pedir piedad, porque ya no se puede sacarlos de la trampa. Mejor busquen ayuda por otro lado, alcabos que chamánes, rabinos y charros negros sobran.

Vaya suerte de los ladinos gachupines: Tantos siglos de mangonear indios para venir a acabar en mis manos. Y hasta les diré a los infelices cómo ocurrirá su auto-castigo. Sabiendo que los ladinos piensan que nomás ellos saben lo mejor del mundo, el contraataque metafísico les fue puesto entonces del tamaño de una ronchita. Pero creyéndose la raza suprema, sé que no van a resistir la tentación y le van a rascar nomás para demostrarme que son muy machos, pues de otra manera quedarían como cobardes a los ojos de la mexicanada. Así lograrán que la cosa se encone hasta que la roncha les cubra totalmente el cuerpo, en sentido figurado. Es decir, se van a castigar solitos pues aunque se los estoy advirtiendo, yo conozco a mis burros y se que su ego los va a llevar inevitablemente a su desgracia. Y en dos, cinco, diez o veinte años, cuando vean a su alrededor solamente desolación y desgracias cebadas en sus hijos y familias todas, cuando se vean sin fortuna, sin salud, sin suerte, y justo antes de que solitos se den un tiro en la sien para acabar con sus desgracias, acuérdense (si no es mucha molestia) de cómo empezó todo el rollo: Empezó cuando ustedes quisieron ponerse a las patadas contra un aparentemente solitario neo-indígena mexicano, pero más chingón el solito que todos ustedes juntos.

Así que aquí los espero sentado a la puerta, nomás para ver pasar sus féretros por media calle rumbo al cementerio. Porque además de caer van a exhibirse públicamente, como hacen hoy los curas. Es mi deseo personal que todo el mundo sepa y vea su cochina suerte. Y se sabrá, lo aseguro yo.

Dentro de pocos meses, cuando la mexicanada aprenda a hacer rituales taoístas similares, el mismo futuro espeluznante les espera a todos los sinvergüenzas ladinos en el gobierno y en los medios que han explotado y maltratado a la población de México desde hace quinientos años hasta el día de hoy. Ahí es donde los quiero ver, cabrones, donde ustedes no lleven ni tengan ventaja alguna, donde los huesos crujen de verdad.

El LADRÓN DEL TIEMPO:   Los romanceros chinos cuentan que en la China antigua hubo un asombroso alquimista taoísta apodado "el ladrón del tiempo." Vivió hace cinco mil años, en los tiempos en que los alquimistas taoístas convertían el metal en oro puro. También se practicaban por esos días asombrosos actos de ilusionismo que cuando se conocieron en Europa milenios después les llamaron "magia." Un acto interesante que hacían los magos chinos (y los de la India) era cortar el cuerpo de un niño vivo en varias partes con una espada, luego las ponían en una canasta y la tapaban. Segundos después saltaba el niño fuera de la canasta, vivo y con su cuerpo intacto. Otro acto era poner erigir una larguísima cuerda vertical tan sólida, que por ella subía fácilmente un niño hasta que se perdía entre las nubes, y entonces el mago retiraba la cuerda y la guardaba en una canasta. Minutos después, el niño reaparecía junto al mago.

Bueno, pues según la fábula, el adepto taoísta llamado "ladrón del tiempo" logró revertir el proceso de envejecimiento. Por medio de invocaciones taoístas, de técnicas secretas de respiración, de pociones hechas con hierbas raras, y de la manipulación de las fuerzas místicas del yin y yang, este alquimista rejuvenecía a diario en lugar de envejecer. Mientras el resto de la gente mostraba decrepitud por los años, el taoísta se hacía más joven con el paso del tiempo.

Verdad o ficción, esta extraña historia a circulado por siglos en China. Dicen que este alquimista no tuvo discípulos, por lo que nadie sabe cómo terminó su vida. Posiblemente un buen día se decidió a envejecer normalmente y murió.

¿O revirtió el proceso hasta que se convirtió de nuevo en feto?

PARA MORIRSE DE RISA:   Advierte PEMEX que más vale que nos pongamos tristes porque dizque nomás queda petróleo para veintiún años.

Pues por mi, que el petróleo se acabe en veintiún días y que se pongan tristes los ladinos explotadores si se les acaba el petróleo.

Porque para los mexicanos no-ladinos el petróleo nos ha servido únicamente para que los gobernantes ladinos lo utilicen de aval para préstamos multimillonarios (en dólares) haciéndose ricos ellos y sus familias. Por eso pagamos la gasolina más cara que si la importáramos, a pesar de ser este un país productor de petróleo. Jamás se ha beneficiado el pueblo no-ladino con la riqueza descomunal que el petróleo representa.

Oremos pues para que ya se acabe el petróleo en México, y podamos comprar gasolina a otros países al precio que sea, pero dejando finalmente de mantener con el oro negro a tanto ladino holgazán y criminal. Nos saldrá mucho más barato importar gasolina, que producirla.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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