Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas


Columna #178: Depredadores Ladinos Deprimidos

Bestias vestidas, depredadores que se alimentan devorando y explotando a personas y grupos débiles, han existido desde la prehistoria.

Los depredadores gustan imponer la ley del más fuerte --la suya-- a los demás. Desde el bravucón de escuela o barrio, hasta jefes de Estado que pretenden decidir "el destino y la historia de la humanidad" destruyendo militarmente a otros países, siempre ha habido gente que se sienten dioses o "escogidos," con derecho sobre las vidas de los demás. Pero para su mala pata, todos ellos acaban invariablemente mordiendo el polvo y haciendo el ridículo, pues solamente el Cielo decide la suerte de la humanidad...y de los depredadores mismos. Por eso, ni uno de esos desquiciados ha visto cristalizadas sus enfermizas pesadillas producto de solaneras en sus cabezas. Ni siquiera alcanzan esas gentecillas a dominar por mucho tiempo su propio entorno, mucho menos al mundo.

En el escenario mundial, y de los cinco grupos étnicos, la raza blanca ha demostrado singular espíritu depredador. Movidos por la ambición, ingleses, escoceses, portugueses, holandeses, austriacos, espanholes, americanos, franceses, israelitas, rusos, alemanes, vaticanos, más los que me falten, han destruido militar, económica y religiosamente a naciones y civilizaciones enteras por todo el mundo. Con decirle que se engulleron enterito al gigantesco Nuevo Mundo, y todavía lo traen sin acabar de digerir en la panza.

Según la historia, ningún otro grupo racial se asemeja en egoísmo, avaricia y crueldad a la raza blanca. El depredador blanco exige todo a cambio de nada, y busca hacerse rico sin capital. Siendo más violento que sus víctimas, no tolera argumentos ni teme represalias, pues creé que cada hombre blanco vale por miles de personas de cualquier otra raza. Mata y roba sin respeto a la ley, movido por su adicción a apropiarse de lo ajeno. Abrir las páginas de cualquier periódico del día nos muestra su naturaleza depredadora, pues siempre están enfrascados en guerras contra alguno de los otro cuatro grupos étnicos, buscando arrebatarles sus tierras y/o recursos naturales. O cuando menos para obligarlos a que consuman los productos, armas y servicios chatarra que los bravucones del Primer Mundo les venden a precios desorbitados.

En México, los nativos tenemos abundante dotación de depredadores blancos. Para gloria de la civilización mundial.

Si. Los suertudos mexicanos (¡Viva México!), tenemos depredadores externos y también tenemos depredadores internos. Y ni a cuál bando irle, pues son iguales de feroces y despiadados. Aunque a decir verdad, más venenosos nos han resultado los explotadores internos. Desde el genocida Hernán Cortés hasta sus voraces descendientes, los chupadores de sangre y pareja presidencial, Marta-y-Fox, nuestros ladinos son crueles e insaciables sin par. Nos explotan sin temor alguno de rebelión ni venganza por parte de nosotros. Carecen de miedo y son crueles e intolerables, porque desde temprana edad aprenden que nadie está más arriba que ellos en la escala de la sobrevivencia. Son los amos de la indiada mexicana por medio de la ley del más fuerte, y no tienen más enemigos naturales que ellos mismos. Así que hacen lo que quieren con la sumisa mexicanada, o sea contra nosotros los indígenas y mestizos, pues somos una ciudadanía políticamente mal informada (gracias a la complicidad Gobierno-Igle$ia-medios de información), incapaz de manejar el voto correctamente para librarnos de malos gobernantes.

Pero el Cielo tiene ojos y oídos. Las cosas en este milenio y en este país (y después en toda "Iberoamérica"), empiezan a cambiar drástica e indeliberadamente para bien de los habitantes no-ladinos. Empezamos a darnos cuenta de que los ladinos chupa-sangre, hábilmente disfrazados de "mexicanos," son el ancla invisible que nos impide avanzar.

Afortunadamente, y gracias a los efectos devastadores de la metafísica china militar, los conquistadores gachupines que viven tramposamente enquistados entre nosotros, cual lobos con piel de ovejas, se empiezan a convertir de cazadores a cazados. Y las consecuencias, como es de esperarse, serán terribles…para los explotadores.

Hasta el final de la presidencia de Ernesto Zedillo, los criollos ladinos en México tenían férreamente sometido al pueblo a través de matones militares, de banqueros y de curas lava-cerebros y jineteadores de indios. Es decir, utilizaban el terrorismo militar, religioso y económico para continuar la explotación ininterrumpida de mexicanos, sabrosa franquicia colonialista que sus antepasados ibéricos les legaron desde hace cinco siglos. (Curiosamente, Zedillo ayudó a CSG a deshacerse de Colosio y alcanzó de rebote la Presidencia, pero a la vez se hundió histórica y personalmente en el desprestigio. A veces no es bueno lograr lo que se desea.) Pero el brazo de la justicia divina es largo y nadie escapa su castigo. Podrán tardarse los dioses en castigar criminales que evaden la justicia terrenal, pero finalmente a cada capillita le llega su día de fiesta. De eso darán fe pronto los criollos mexicanos.

Cierto, los ladinos mexicanos tienen todavía el control del país, pero es un espejismo, pues ya se les está escapando de las manos aunque todavía ni se enteren. Todavía controlan mayoritariamente la educación pública, la industria, el Gobierno, el Congreso, la Corte Suprema, la religión de Estado, el Ejército, la Banca, los medios electrónicos y escritos, el Cine, la importación y explotación de tecnología, el comercio, y todo lo demás. Pero nada de eso produce el enorme poder invisible que los rituales chinos dan a los hacedores de rituales.

Con decirle que en países avanzados (o sea "blancos"), los azorados científicos empezaron ya a estudiar cuidadosamente el poder y efectos de la metafísica china (a buenas horas). Y es que cada ciudadano mexicano (y de cualquier otro país) que lo deseé, puede influir definitivamente en la formación positiva y/o negativa de todas las instituciones de su país. De hoy en adelante, si hay algún gobierno (en cualquier nivel) que no responda a las necesidades de los gobernados, éstos pueden voluntariamente cambiarlos, bloquearlos, o simplemente deshacer totalmente su estructura. Este tipo de desquite metafísico pero legal (o al menos no ilegal), es el antídoto divino al terrorismo militar que los ladinos han impuesto siempre sobre sus indefensas víctimas indígenas y mestizas. Están pues empezando a "probar una sopa de su propio chocolate," dijera el Primer Uñas-largas Fox.

Y lo mejor de todo es que el poder que la metafísica china da al oficiante, no es solamente la realización de sus deseos y sueños a través de rituales diseñados para llegar directamente y sin intermediarios a oídos de los dioses, sino la misteriosa habilidad que la estrategia militar despierta en su mente para entender la maldad y la bondad del ser humano en toda su expresión, y la fuerza que simultáneamente le otorga para castigar o premiar a otros a voluntad. Indudablemente los mexicanos hemos recibido una misión divina --pero totalmente voluntaria-- para acabar a punta de rituales, y de una vez por todas, con los invasores gachupines que ocupan y explotan al país desde hace veinte generaciones. Nomás hay que sacar a los criollos ladinos de raíz, no únicamente podarlos. De otra manera regresarían con más fuerza, y atacarían con más ferocidad a la mexicanada.

Decíamos entonces que el peticionario recibe de la metafísica china el poder para convertirse realmente en jurado y juez, poder similar al de vida y muerte que tienen los ladinos sobre los mexicanos en el plano físico, pero aquí en el plano invisible. El oficiante puede premiar o castigar a voluntad y con impunidad a medio mundo y en absoluto secreto, pues solamente él y los dioses saben sus planes. Este sigilo hace su poder esotérico muy superior al poder terrenal de los ladinos. Siendo su método totalmente metafísico, el oficiante manifiesta sus opiniones en peticiones a los dioses, no en cartitas ni en correos electrónicos a los periódicos ladinos. De igual manera, el oficiante refuerza su voto en las urnas con peticiones dirigidas a los "dioses de la politica." No sea que los ladinos quieran hacer chanchullos en las elecciones, como tradicionalmente acostumbran.

Porque con rituales, rápidamente se destapan las aviesas acciones de los gobernantes. Por ejemplo. Nótese la hábil maniobra de engaño que los mandatarios gachupines, Fox y Aznar, dieron en público recientemente al recibir el primero al ibérico en chamarra y camisa mal abotonada, sin protocolo y casi en la calle, pretendiendo que el encuentro era intrascendente. Sin embargo, Aznar traía órdenes o instrucciones (para no dejar rastros del plan en documentos o llamadas por teléfono) que Fox debe seguir (quiéralo o no), en el asunto de la guerra Irak-USA. Pero así de teatreros son los ladinos en el poder, pues nunca dicen la verdad y solamente buscan darnos atole con el dedo. Y claro, horas después de la visita del mandatario gachupín, el Clavillazo Fox empezó a cambiar su tono anti-belicista. Y más le vale, porque una cerrada de fronteras con los USA durante una semana, con el pretexto de la "seguridad," y los gringos pueden mandar directamente a chingar a su madre al gobierno de la Zorra Fox y de su vieja. Y como los ladinos mexicanos siempre ven solamente por sus intereses personales y no por los del país, júrelo que Fox acabará entrándole positivamente a la resolución por la guerra. Pero es que de plano nos quieren ver (y todavía nos ven) las chanclas estos méndigos ladinos mañosos.

Pero repito: con los rituales se acabaron las tropelías ladinas. Eso querían los tarugos. Por eso, cuando el incidente Atenco-Gobierno, advertí que nunca más podrían los criollos someter y robar descaradamente a los mexicanos, pues se les había caído la careta durante el intento de robar sus tierras a los campesinos para construir y explotar el salado Aeropuerto Internacional de Texcoco. Y en efecto, se les acabó la teta a los parásitos. Y mientras más se diseminen los rituales chinos de desquite entre sus víctimas, más dañados resultaran los explotadores. Por eso, asediado con rituales chinos hechos por sus enemigos desde todos los frentes, Marta-y-Fox están encontrando cada vez más difícil hacer robos al pueblo del tamaño que los ladinos acostumbran, digamos como aquél atraco llamado Fobaproa.

Y como ya sabemos, los jerarcas de todos los partidos políticos en México son criollos, no importa cuál partido gobierne en el momento, pues todos sus militantes mangoneadores son ladinos. Las mismas familias ladinas gobiernan y explotan al país, aunque desde diferentes partidos políticos para despistar. (El mismo principio aplica en la banca, el comercio, los medios de información, el Clero, el Ejército, la educación pública, el Cine, la Televisión.) De manera que la "oposición" política es de papel, existe únicamente para engañar ciudadanos. Gane quien gane, o el partido que gane, siempre serán ladinos los elegidos para gobernar. El ingenioso truco estuvo en mantener por siglos a la mexicanada ignorante acerca del método utilizado.

Pero resulta que los mexicanos ya sabemos quiénes son los ladinos y quiénes somos nosotros. Así que los principios más elementales de las matemáticas explican el negro futuro de los ladinos en México. Esto es, somos noventa millones de explotados, mientras que nuestros explotadores son diez millones (al revés volteado, somos nueve mexicanos por cada ladino). Cual domador que intenta asustar al león con el látigo y la pistolita de truenos, el grupo ladino mexicano está en la bochornosa situación de estar dentro de la jaula y el león, o sea nosotros los no-ladinos, ya supimos que la pistolita y el látigo solamente hacen ruido. El siguiente paso, naturalmente, es que el león se coma vivo y enterito al domador, que el domador sienta miedo ante la fiera por primera vez en su vida, ese miedo que se siente antes de felpar y ser merendado.

Y ése es precisamente el miedo que se les nota ya en la cara a Marta-y-Fox, antiguos depredadores, pues saben que fueron los últimos explotadores de mexicanos. Saben que de ahora en adelante ningún gobernante ladino podrá gobernar sin la venia, no solamente el voto, de nosotros los hacedores de rituales chinos.

O sea, se cayó la laca que sobre los ojos teníamos la mexicanada, laca que ocultaba el pérfido engaño de los ladinos sobre el pueblo. Los rituales y peticiones son la lisina que inexorablemente destruirá a los ladinos incrustados aviesamente entre la población. Por eso los diez millones de depredadores ladinos que gobiernan y explotan México andan últimamente bastante deprimidos. Los rituales intimidan igual que el armamento bélico, y la intimidación es arma que ya no es exclusiva de los ladinos, sino que también la tenemos nosotros. Y el que sepa manejar sus armas mejor ganará el próximo encontronazo mexicanada-ladinos.

Y yo vaticino una victoria total de la indiada sobre los criollos. Huelga decir que no acostumbro equivocarme en mis vaticinios.

Especialmente mudos de espanto ante el impacto de los rituales chinos andan los principales políticos ladinos (Madrazo, López Obrador, Cárdenas, "jefe Diego", Muñoz Ledo, la Chayo) de los partidos PAN-PRD-PRI, pues llegarle al poder presidencial ya no es hoy día el gran negocio que fue hasta la llegada del Cocacolo Fox y la Cocacolita Marta a la Presidencia. Les puede pasar lo que le pasará a la pareja dispareja: ahora podrían perder hasta la camisa en el intento de hacerse ricos sin capital a costillas de la indiada. Porque sabrá usted que Marta-y-Fox ya no podrán robar más dinero, pues sus oponentes los están friendo con rituales y nada les saldrá derecho de hoy en adelante a la pareja "presidencial." Ya ve usted que feo corrió a Fox el canciller alemán en Alemania (y que feo veía al mexicano segundos antes de echarlo fuera tomándolo enérgicamente del brazo para que no se le devolviera). No cabe duda, este Año del Carnero viene muy difícil para los muertos-de-hambre en Los Pinos. Y para sus cómplices agazapados detrás de la silla presidencial.

Cómo han cambiado las cosas en dos años, ¿eh?

Militar, económicamente y religiosamente el México de hoy es otro, abismalmente distinto al que le dejó Ernesto Zedillo a Fox. A Vicente Fox se le ha ido el país de las manos. Literalmente. Solamente que el Grupo Guanajuato que elabora la estrategia presidencial desde Los Pinos todavía no se da cuenta, pero está por caer la guillotina esotérica de la mala suerte sobre sus cabezas y sobre las cabezas de todos los empresarios ladinos (y sus empresas) que los llevaron al poder. Por eso Madrazo gime que no quiere recibir de Fox "un país destrozado" cuando supuestamente él acceda al trono. Pero ya es tarde para remedios, y si Madrazo quiere conservar los millones que saqueó en Tabasco, más le valdría ni asomarse por Los Pinos, porque ahí ya están más tocados por brujerias que el salitre.

Qué feo, ¿verdad? Pero eso querían los babosos.

Venían Marta-y-Fox y compañía por lana, y saldrán trasquilados. A eso se le llama hacer un mal negocio. Y todavía los nacos ladinos del Gabinete se dicen negociantes. ¡Bah! Son pinches mercaderes y malos de pilón, pues convirtieron el oro en mierda.

Dicen en China: "Todos los hombres, y las más de las mujeres, están expuestos a la desgracias esotéricas." Pues la Amigocha Marta no se esperó a que la empujaran, se aventó solita y de cabeza al cazo de las desgracias.

Tómalo de quien viene, pero no hay que ambicionar sin medida lo que no se tiene, mi querida Cocacolita, pues eso nada más trae sufrimientos sin fin.


* Master, Estrategia Militar China

E-mail: visionpf@direct.ca


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Copyright © 2003, Francisco J. Vargas