Según Televisa y TvAzteca, permanentes paleros del Gobierno, el barco gubernamental foxista navega a toda máquina.
Mentira. Eso quisieran los sinvergüenzas, pero en realidad la nave hace agua por todos lados…y se hunde irremediablemente. Mentirosillo Fox, el supuesto capitán de mano firme al timón (así lo describió pomposamente Marta María (Antonieta), la otra mitad de la pareja presidencial, en vetustos tiempos de grandiosas cuanto imposibles fantasías presidenciales), resultó pretencioso e inflado marinerillo de barquito de papel propio de riachuelo de agua dulce.
Aunque la verdad ya ni nos extrañan las fábulas presidenciales, pues así sucede siempre con los funcionarios mexicanos ladinos: hablan por los codos y roban hasta dormidos, pero terminan demostrándonos tener cerebro demasiado chico para hacer realidad sus fanfarronadas.
De manera que, producto de la escalofriante inoperancia política en Los Pinos, las primeras ratas gordas del gabinetazo saltaron al agua, abandonando la embarcación y a su triste capitán de tinaco de baño.
Sí. Al primer síntoma de inevitable naufragio, quien según los tecleadores (no pensantes) ladinos de los periodicototes fue el "genio" detrás del Gobierno, Jorge Castañeda (la gallina que se creyó pavo real), abandonó intempestivamente la titularidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
"No soy para la política," dijo a todos como despedida. Aunque eso ya los sabíamos todos, menos él. "Regreso a enseñar," agregó (pobres alumnos). Y se fue muy orondo el güey.
Aún así, su renuncia hundió al Primer Criollo Fox y al resto de secretarios de Estado en la confusión, pues los obligó a pensar por ellos mismos y los resultados han sido hilarantes. Fíjese si no.
El relevo de Castañeda en Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, demostró rápidamente el por qué México es país de tercera clase. Al igual que Castañeda, Derbez llegó al puesto por ser ladino, no por capacidad en asuntos de Estado. También, al igual que Castañeda (y que el Congreso y la Corte Suprema), Derbez ignora que la política exterior no es apéndice del Ejecutivo. Pero encima, Derbez ignora los más básicos principios políticos internacionales, pues aseguró muy quitado de la pena que dizque ¡Benito Juárez formuló la Doctrina Estrada!
Bendito sea dios. Por eso estamos como estamos.
Pero así es mi tierra, bello país donde los ladinos van a la universidad, pero la universidad no deja huella alguna en sus cerebritos. No necesitan estudiar, saben que obtendrán puestos en el Gobierno por ser hijos de quienes son. ¿Para qué perder el tiempo ilustrándose, habiendo tantas otras maneras más placenteras de hacerlo? En la actual administración panista, los funcionarios rezan mucho y no hojean libros ni periódicos. Con sus desastrosas acciones y discursos baladíes reafirman que los muy haraganes y explotadores son bastante vivos para engañar y robar únicamente, pues nunca se quemaron las pestañas hojeando libros.
Y si un ladino casi legalmente tarado como Jorge Castañeda fue y es el gurú ladino del gabinetazo, imagínese cómo estará el resto de la marranada criolla.
Porque resulta que el escape a la Houdini del genio Castañeda no fue señal de inteligencia, sino lección de cómo no conducirse al frente de una secretaría de Estado. De seguro usted se ha preguntado el por qué un sujeto tan incapaz, tan pendejo y tan estúpidamente prepotente como Jorge Castañeda llegó a ser secretario de la SRE. Pues nosotros también.
Aún concediendo que todos los gobernantes deben ser ladinos, estoy seguro que por ahí andará alguno más capaz que Castañeda. Digan lo que digan los tecleadores que recibieron sobres retacados de dólares del ex-canciller para hablar bien de él en las horas siguientes a su renuncia, Castañeda no puede ser lo mejorcito que tengan los gachupines mexicanos. Imposible.
En fin. También saltó del barco llamado Los Pinos, el contralor Francisco Barrio, corrupto personaje panista venido a mucho menos. A Barrio le dimos el beneficio de la duda a pesar del oscuro historial que traía como servidor público, pero solamente corroboró lo malo que de él se decía. Se la pasó dos años besándoles la sotana (y otra cosita) a los obispos y encubriendo a gobernantes y ex-gobernantes delincuentes foxistas y panistas. Perro no come perro. Así que nadie lo extrañará, pues nunca desquitó su sueldo. En concreto, fue un pésimo funcionario que defraudó al pueblo. Igual que Castañeda, Barrio se larga de Los Pinos para evitar ser jalado al fondo del fracaso por el remolino del inevitable naufragio del gabinetazo.
Pero de las dos ratotas panzonas, Castañeda sobresale por su inusitada ambición política. Ambición que eventualmente lo lanzó al precipicio de las desgracias esotéricas sin fin, pues aunque es hijo de respetado canciller priísta, Castañeda no es, políticamente o intelectualmente, una luminaria. Su malsana ambición por el poder llevó a Castañeda a la caza de una secretaría de Estado, aunque para ello tuviera que chaquetear su postura ideológica en cuanto se presentó la oportunidad.
Como buen judío mexicano, Castañeda nunca buscó servir a la Nación, sino servirse de ella. Para lograr su ambición, el supuesto "liberal" se convirtió de la noche a la mañana en "conservador." Trabajó por y para el candidato Vicente Fox, y a cambio recibió la soñada cancillería. Lamentablemente, Castañeda buscó solamente inflar su ya enorme ego, saciar sus sádicos impulsos despidiendo empleados, y servir de bolsa de trabajo para sus amigotes. En el proceso prácticamente desmanteló la SRE. Más tardó en ser nombrado secretario de la SRE, que en abandonar su conducta en público, mas o menos educada, y destaparse como el más odiado patán en el Gobierno.
Castañeda se peleó con todo mundo, especialmente con los reporteros bisoños. Se aprovechó de la ignorancia de Fox y pandilla en política internacional, dedicando más tiempo a servir de tutor en protocolo para el presidente que en hacer su trabajo oficial en la SRE. (Y tampoco sabe mucho de protocolo Castañeda, pues los funcionarios de la SRE se referían cual gachupines al Rey Juan Carlos de Espanha, en su última visita a México, como "Su Majestad." Hágame el cabrón favor.) Agréguele que políticamente Castañeda ignora más de lo que aparenta saber. En realidad está peor que los que no saben, pues si realmente supiera algo de Ciencias Políticas que enseña en la UNAM, no hubiera metido la pata tan feo como lo hizo, embarrancando fatalmente al país.
Buscando imponer la intolerante política derechista panista, y de paso adquirir renombre personal en asuntos internacionales, el amateur imitador de estratega, Castañeda, se enredó innecesariamente en problemas con el profesional de profesionales en argucias políticas, Fidel Castro. Para congraciarse con los gringos y así lavar su pasado izquierdista (alguien dijo que años antes el entonces idealista canciller recibió entrenamiento guerrillero en Cuba), el ahora realista Castañeda fue a La Habana y fraguó ahí mismo, sin la mínima cortesía hacia el anfitrión Castro, un estúpido encuentro de Fox con la disidencia cubana. ¡En la propia casa de Castro!
El ego de Castañeda perjudicó a México cuando además Castañeda llamó "ardidos" a los diplomáticos cubanos que lo criticaron, y Fox llamó "anacrónico" a Castro. Ahora Cuba bloquea cada que puede a México en foros internacionales, y los cubanos han llamado a la Zorra Fox "pelele de los gringos." A Castañeda nomás le dicen "baboso, cínico, borracho y maricón." Qué bonito. El tipejo encargado de la diplomacia, creando conflictos internacionales con sus estúpidas intrigas.
En la ONU, Castañeda se quejó de la falta de garantías individuales en Cuba, cuando en México son inexistentes. Sin embargo, lo peor fue que Castañeda colocó a incapaces amigotes en puestos diplomáticos de importancia, desplazando injustamente a personal de carrera. Despidió a diestra y siniestra a empleados no solamente de la SRE, sino de todas las embajadas y consulados. Canceló la representación diplomática de México en varios países, y hasta la celebración de las Fiestas Patrias en los consulados prohibió. Luego se inventó una ridícula matrícula consular para mexicanos indocumentados en los USA, levantando una millonada en dólares con su venta, más el aumento al precio del pasaporte (el más caro del mundo) y demás trámites consulares. Siempre alerta a la posibilidad de arrancar más dinero a los mexicanos (como la Cocalita Marta), aumentó al doble el costo del estacionamiento para automoviles en los consulados, sin olvidar la rápida autorización (previa regia mochada, me imagino) para la construcción de nuevas embajadas (mientras cerraba otras que no le dejaban plata).
Por todo lo anterior, y más, deducimos que Castañeda redituó cientos de millones de dólares limpios de polvo y paja a los muertos-de-hambre Marta-y-Fox. Y de seguro al irse el "genio" se llevó su ronchita de millones de dólares. Lo malo es que de nada le servirá ese dinero, puesto que con sus malas acciones despertó la ira de sus subordinados en la propia SRE, y de los ciudadanos mexicanos víctimas de su avaricia aquí y en el extranjero. En mi opinión, sus víctimas lo clavaron ya con rituales chinos, salándolo para toda la eternidad. Y no hay antídoto conocido para neutralizar sus efectos. Lo peor es que nadie ni nada más que su codicia y estupidez lo perdieron. Porque un funcionario medianamente inteligente no se cuelga solito de la horca esotérica, como hizo Castañeda, quien ni siquiera advirtió, o si lo hizo no le dio la importancia necesaria, que en México pueblo, políticos y clase gobernante practican afanosamente rituales chinos de desquite, y por lo tanto ya nadie está seguro en su puesto.
El muy naco estaba encuerado pero actuaba y hablaba como si fuera dueño del mundo.
Como era de esperarse, al ser blanco del aquelarre metafísico que los oponentes al régimen panista llevan a cabo para recuperar el poder perdido en julio del 2000, Castañeda necesariamente cayó en letal red esotérica. Sometido a dos fuegos, o sea entre los rituales de desquite hechos por sus propias víctimas, y entre los rituales de los enemigos políticos del panismo, Castañeda quedó sentenciado al infierno terrenal. Lástima, porque una vez que la víctima cae al cazo de los rituales y conjuros chinos, no hay salvación posible, digan lo que les digan brujos gachupines, amazónicos y caribeños para sacarles dinero. La víctima queda entonces peor que antes de acceder al poder.
¡Ay, dolor!
De aquí en adelante la vida se le irá a Castañeda en peregrinar infructuosamente buscando chamanes y médiums capaces de dejarlo como estaba. Pero eso es imposible, pues palo dado ni Dios lo quita. Para escapar de la trampa hay que saber un pelín más que los cazadores, y que yo sepa no hay brujería para salvar a ex-diplomáticos en desgracia. De hoy en adelante la familia, los amigos, y las personas e instituciones alrededor de Castañeda serán inevitablemente tocados por la misma terrible mala suerte que lo contamina a él.
Dicen que Castañeda conducirá ahora un programa de televisión. Pues mis condolencias para la televisora y para los invitados al programa, porque quedarán tan salados como la gallina que (algún día) se creyó pavoreal. Sucede que la mala suerte, como la lepra, se pega.
Empezó pues, el inexorable suicidio esotérico de ladinos explotadores en el poder.
Si mal andan ya Marta-y-Fox, imagínese al resto de funcionarios y políticos tocados por rituales. Su odisea y caída política podrían resultar un espectáculo electrizante, ya que igual de negro se percibe el destino de todas y todos los cuates del gabinetazo. En la jaula, no hay águila que levante el vuelo por más que sus alas sean enormes, ni tigre que alcance presas a pesar de sus afilados garfios.
Pero ya les andaba a los explotadores por trasquilar ovejas.
¿Quién seguirá luego el mismo camino? ¿Los empresarios? ¿Los monopolios? ¿Los sindicatos? ¿Los medios de "información?" ¿Los changos verdes?
No lo sé. Qué será…será.
EL ESTERCOLERO MILITAR MEXICANO: En su afán de dar atole con el dedo a los mexicanos, el secretario ladino de Gobernación, Santiago "Pinocho" Creel, nos salió con otra más de sus insultantes babosadas. El muy bribón se alcanzó la puntada de decir que dizque "México es ejemplo en materia de derechos humanos y justicia."
No nos dejó muy claro Pinocho Creel si se refería a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, o al genocidio de indígenas, o a la intolerancia de sus patrones los obispos católicos, o a la hambruna a que los campesinos mexicanos son condenados sin piedad por el mismo secretario de Gobernación.
O quizás se refería a la brutal e ilegal represión de los sádicos militares sobre los ciudadanos. Porque resulta que los "inteligentes" sardos detuvieron el otro día a un supuesto narcotraficante y a su pandilla. El detenido no ha sido condenado todavía por un juez, pero los changos verdes secuestran a quien se les da la gana sin necesidad de engorrosas órdenes de aprehensión. Pase. Pero resulta que las imágenes mostradas por televisión para ensalzar a los changos verdes, enseñaban al detenido esposado de pies y manos, entre soldados…pero obligándolo a caminar descalzo por la calle.
¿Por qué los soldados aplican tortura tal a los detenidos, cuando son únicamente sospechosos y no convictos?
Pues porque así son de cabrones.
Los militares mexicanos no saben más que lastimar a los ciudadanos, creen que para eso les pagamos, creen que son dueños de nuestras vidas. Y los corruptos legisladores ladinos callados ante la ilegalidad de que los militares anden arrestando civiles. Con el presupuesto del Ejército para la lucha anti-drogas se podría pagar el mejor cuerpo civil de policia federal. Pero entonces ya no podrían los generadotes verdes robar cientos de millones de dólares del presupuesto militar, mucho menos andar secuestrando, torturando y asesinando y desapareciendo civiles (amén de violarlos sexualmente), que es lo que en realidad les produce placer a esos animales en uniforme militar.
Aparte está la balacera que los estúpidos changos militares escenificaron en las calles al perseguir a los narcos mencionados, sin pensar en la tragedia que pudieron haber causado entre la gente caminando por ellas. Las calles son para que los ciudadanos transiten en paz, no para que los militares hagan bárbaras balaceras entre guachos y ladrones. A ver hasta cuándo los apestosos legisladores ladinos meten a los cuarteles, de donde no deben salir, a los genocidas militares mexicanos.
Pero viendo la cara del sádico matón y secretario de la Defensa, estoy seguro que los legisladores y magistrados mexicanos están cagados de miedo en los pantalones y no se atreverán a contrariarlo. Así son nuestros machos, bravos nomás con las mujeres y cuando se emborrachan.
Viva México.
Vas muy bien, Pinocho.
* Master, Estrategia Militar China
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