LOS SECRETOS DEL CEREBRO. No tenía ni diez minutos de haber sido colocada la última columna de ocultismo (cuatro) en la página de Acá México, cuando un lector me preguntaba ya porqué consideraba yo que hablar de metafísica china es "adelantarse al tiempo." La implicación en el artículo, después de todo, es que somos un pueblo de tarados.
Bien.
La respuesta es que sí, que en realidad somos temporalmente un pueblo de tarados no-ladinos, por obra y gracia de los explotadores gachupines-judíos que controlan al país. Es decir, a pesar de lo que los extranjeros piensen de nosotros, nuestro estado mental natural no es la estupidez. Prueba de ellos es que hijos de no-ladinos nacidos fuera del país, digamos en los USA, son tan capaces intelectualmente como son los americanos, siempre y cuando crezcan totalmente integrados en ese sistema educativo y social.
Porque la realidad es que en México los ciudadanos no-ladinos somos moldeados por el sistema educativo-religioso-económico de los conquistadores para ser producto de explotación y consumo, y nada más. Existimos para pagar impuestos cada vez más altos al Gobierno (impuestos que se roban íntegros los ladinos y no nos regresan nada a la población en servicios sociales) y para ser explotados por avariciosos mercaderes y banqueros.
Y para que no nos quejemos de los abusos gubernamentales que nos endilgan los chupa-sangre espanholes de aquí y de allá, el Gobierno utiliza a la Igle$ia católica para lavarnos el cerebro y mantenernos hincados frente a los ladinos, y en última instancia utilizan al genocida Ejército mexicano para masacrar ciudadanos descontentos.
Pero antes de seguirle, vayamos al principio del asunto.
Hace aproximadamente mil años, los judíos europeos ya habían estabilizado los contactos comerciales y religiosos con China iniciados poco más de mil años antes por griegos, romanos y persas. Esa relación hizo posible la importación de conocimiento chino a Europa para monopolizar la banca, el comercio, las artes, la medicina, la religión cristiana, etcétera. En otras palabras, Europa se medio civilizó con la importación de la cultura china, pero nunca dejó de lado su adicción a las invasiones y a la guerra, adicción que persiste hasta hoy.
En fin.
Ya consolidado el monopolio católico en Europa, los misioneros jesuitas, franciscanos y dominicos importaron, entre otras cosas, no el concepto chino del "lavado de cerebro" militar, área a la que nunca ha tenido acceso en China ningún extranjero, sino a cierta forma de lavado de cerebro religioso.
Porque en China fue que los curas conocieron de la existencia de monasterios y conventos, y ahí aprendieron de los religiosos chinos que la mejor edad para educar y formar sacerdotes es desde los siete años de edad. Por eso la orden de los franciscanos tiene el lema ese de dadme un niño a la edad de siete años y su mente será mía para siempre, o algo así. Los curas adoptaron las ceremonias religiosas aprendidas en China, y formaron con ellas una sarta de ritos que no existen en China, pero que son indispensables para los católicos: el bautizo, la confirmación, la primera comunión... Todo diseñado para hacer que los padres inconscientemente empujen a sus hijos a las garras de los curas católicos y ya nunca dejaran tal religión.
Por eso es que hasta hace apenas unas décadas, en México los encomenderos de indios como el actual presidente, Mariquita Fox, obligaban a los campesinos en sus haciendas a asistir a misa dominical bajo pena de muerte. Era indispensable mantener el control católico sobre la mente de los conquistados a como diera lugar. Una vez que los liberales priístas empezaron su dinastía, el Clero perdió influencia entre la población y el Gobierno se vale desde entonces de la fuerza bruta del Ejército para mantener a raya a los malcontentos políticos.
Pero con la vuelta del fascismo representado primero por el ratón atómico CSG, y luego por el PAN y Vicente Fox, la vuelta del oscurantismo católico en el Gobierno se hace más tangible día a día. Por eso Mariquita Fox y su malencarada vieja van cada domingo a misa, y por eso el secretario de Trabajo invoca siempre el nombre de La Guadalupa, no porque sean creyentes (los ladinos son judíos) sino porque es parte del lavado de cerebro a la indiada para que vuelvan solitos al redil de la retrógrada Igle$ia.
Ésa fue la razón por la que dije que la difusión de la metafísica china está adelantada a su tiempo en México, ya que primero hay que quitarse las telarañas del control fascista panista sobre indígenas y campesinos, y entonces la magnitud del poder esotérico de los rituales podrá ser entendida totalmente por las masas. (Resulta que los artículos en esta columna son el antídoto perfecto para la propaganda política y religiosa de cualquier tipo.)
Los curas y gobernantes ladinos, decía, aprendieron en China que para controlar naciones únicamente se necesita o mantener ignorante al populacho como se hace en México, o darle información pero finamente "peinada" como se hace en países del Primer Mundo. Esa táctica la aplicaron los ladinos primero en Europa, y siglos después en "Iberoamérica."
Hoy día la función de diseminar propaganda ladina en la sociedad recae cada vez más en la televisión y en el cine, y menos en la Igle$ia. Por ejemplo. Estos son días de invasiones armadas, por eso los principales canales de televisión de países de Primer Mundo muestran gran cantidad de películas de guerra. Esto hace que al populacho no le sea repulsivo ver guerras, y también que los jóvenes pertenecientes a minorías caigan en el garlito de creer que las guerras son buenas y se enlisten en las fuerzas armadas para matar gente de otros países.
Para su mala suerte, en asuntos del cerebro humano los encargados de la propaganda religiosa y política occidental aprendieron de China el efecto, pero no la causa. Saben que repetir algo constantemente tienen efecto en la mente humana de las víctimas, pero tales manipuladores no saben crear su propios métodos ya que ignoran la causa.
¿Por qué?
Pues resulta que el cerebro humano es algo realmente excepcional. Desde hace cinco mil años descubrieron en China un extraordinario método para manipular las neuronas e incrementar la capacidad cerebral original, pero en Occidente no tienen todavía ni la más remota idea del método, aunqe lo buscan afanosamente desde hace veinticinco años que supieron existía (sí, yo fui quien chismeó por acá la existencia del método). Por eso se imitan constantemente por acá las técnicas mentalistas chinas ya conocidas, pero no se pueden inventar nuevas.
Los extraordinarios inventos chinos son constantes porque en ese país conocen el método para inducir al cerebro a producir soluciones no en el tiempo, sino en el espacio. Un problema puede tardar un segundo o un siglo en ser resuelto. Pero una vez que un invento o una técnica de lo que sea es conocida, nos maravillamos de lo fácil de la solución. Sin embargo, encontrar soluciones nuevas es terriblemente difícil, y en Occidente sucede más por accidente que por investigación. Por eso la medicina china tiene la solución para enfermedades tales como el cáncer y el sida, pero solamente ciertos doctores chinos conocen el secreto, usualmente heredado de sus maestros, pues las respuestas tomaron milenios en producirse. Igual sucede en los terrenos de la religión, de la estrategia militar, de la política.
Siempre digo que en México la supuesta inteligencia militar es una contradicción de términos, porque la recopilación de información restringida no quiere decir absolutamente nada. Igual pasa con la información general en manos de analistas políticos mexicanos utilizando el pensamiento lineal. El verdadero análisis político-militar tiene lugar cuando el ser humano es capaz de reducir en el crucible cerebral el cúmulo de información hasta el punto donde emerga la respuesta perfecta a los problemas que se tengan enfrente. Ninguna computadora en ningún país es capaz de producir soluciones de ese tipo (a pesar de que los extranjeros se vacilaron a los babosos funcionarios de Gobierno en México y les vendieron a precio de oro computadoras que dizque ofrecen tales soluciones, juar, juar, juar), por la sencilla razón de que las computadoras trabajan sobre el factor tiempo, lo cual hace imposible que ofrezcan soluciones de análisis político o militar que sólo se obtienen a través del factor espacio.
Pero esta columna, y especialmente el libro Ocultismo Chino, tienen entreverado entre sus párrafos de metafísica un método secreto de estrategia militar china que es el lado opuesto del lavado de cerebro. O sea, este método despierta al cerebro más adormilado, y también deslava al cerebro más sugestionado por curas, gurús o sicólogos. Conforme el lector va aprendiendo y practicando los rituales, su cerebro se va ajustando lenta e imperceptiblemente hasta que aprende a reconocer perfectamente la lógica y la razón en todas las situaciones que enfrente.
Por eso digo. Estamos temporalmente adormilados, pero la alarma del despertador ya está sonando aunque sea subliminalmente. Y eso, por insignificante que parezca, ya es motivo para carcajearnos de curas y gobernantes ladinos-gachupines tarados.
Porque espérese tantito. Cuando noventa millones de indígenas y mestizos mexicanos razonen y utilicen su sentido común a toda su capacidad, no habrá discurso católico alguno, ni película de Hollywood, ni novela o noticiero de Televisa-TvAzteca capaz de dormir otra vez a los mexicanos de aquí, o a los que vivan en otros países.
Y a eso se le llama saber utilizar el cerebro.
* Master, Estrategia Militar China
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