QUE DIGA SU EPITAFIO: NO PAGO PARA QUE ME PEGUEN. Con más pena que gloria ha muerto otro expresidente gachupín-mexicano, quizás un pelín menos genocida que LEA, pero tan saqueador como la pareja presidencial actual. Me refiero a José López Portillo, el inefable JoLoPo.
Sus compañeros de pillerías, sus amigos y sus gorrones dirán que JoLoPo fue "un cuate a todo dar," pero los amigos de Hitler decían lo mismo, y los de Luis Echeverría Álvarez, y los de Hank, y los de generaletes mexicanos genocidas, y los del Mochaorejas.
Mientras el pueblo sufría el efecto de las devaluaciones de la moneda durante su ineficiente y corrupta administración, JoLoPo perpetraba ridículos excesos tales como emplear en el Gobierno a toda su repelente parentela y mandar aviones de la fuerza aérea a Los Angeles a recoger zapatitos hechos a la medida en Bijan, una tienda exclusiva en Beverly Hills cuyas puertas están cerradas y solamente se abren para recibir a clientes millonarios.
Al cabo que la indiada paga siempre por todo.
JoLoPo nacionalizó la Banca y según eso se perdió misteriosamente el oro que ahí había. Luego unos pescadores encontraron el tesoro de Moctezuma en una playa de Veracruz, y JoLoPo cargó con todo. Agréguele los fondos de la partida secreta. Hoy día su hijo administra en Inglaterra la fabulosa pero sucia fortuna que el tipejo robó a México.
No contento con eso, el méndigo y avaro vejete todavía exigía su pensión presidencial aduciendo una pobreza inexistente. Al igual que el pillo Ernesto Zedillo, alegaba alevosamente haberse retirado "solamente con mi sueldo." Por algo su última esposa, la exencueratriz y ya bastante pachiche Sasha Montenegro, amenaza con hablar de la enorme fortuna oculta del bandido si los familiares del expresidente la presionan de más.
Además, JoLoPo protegió a su hermano étnico LEA de indagaciones oficiales sobre el genocidio estudiantil y campesino de 1968 y meses posteriores, protegió a generaletes asesinos de civiles, y solapó al torvo matón de barrio cuatacho suyo, el Negro Durazo. Todos ellos tienen, al igual que los expresidentes y funcionarios de Gobierno pasados y presentes, las manos manchadas con sangre de mexicanos no-ladinos, pero ni quién se tibie para reclamárselos en este mundo. Lo malo fue que a todos ellos se les olvidó el factor metafísico de la retribución.
Porque precisamente por los crímenes cometidos contra el pueblo, los últimos años del gachupinete JoLoPo estuvieron plagados de dolorosas enfermedades incluyendo diabetes, afecciones cardíacas, problemas de circulación sanguínea, y hasta problemas respiratorios y renales. Él supo bien todos los males que le hizo a México, pues pendejo no era, y últimamente aceptaba que físicamente ya había empezado a pagar en vida por sus horrendos crímenes. Es decir, mucho antes de que encarara al temible Juez de la Muerte, ya que la cosa de la retribución no acaba con su muerte, desde luego. Y de ésas no lo salva ni el Popis, quien por cierto pasa por las mismas y no se podrá ayudar ni él mismo por sus propios crímenes religiosos cuando muera.
Dijo su hijo que el miserable JoLoPo "murió con la conciencia tranquila." No es cierto, estoy seguro que el delincuente sabía lo que le espera en el otro mundo, y de pilón, la inmensa fortuna robada al pueblo de México no le alcanzó para cimentar una dinastía fuerte, pues lo construido en arena se derrumba al primer empujón.
Tal y como se acostumbra en México, desde los tiempos del genocida Hernán Cortés a el reinado de Vicente-y-Marta, cada nuevo reyecito que asciende al trono produce inmediatamente cientos de familias ladinas ultramillonarias. Por eso es mentira que un presidente mexicano elija a su sucesor. Lo elige el grupo gachupín explotador tras la silla presidencial, grupo que explota México utilizando a cada nuevo presidente de títere para que con su firma legalice expropiaciones, aumentos de impuestos, concesiones de gobierno, contratos de construcción, y más robos que desvergonzada y cruelmente le jincan al sufrido pueblo.
El problema de los gobernantes y funcionarios ladinos mexicanos es que nunca saben qué comprar con su dinero. Compran sus zapatitos en Beverly Hills, o trapitos y joyas en París, se edifican enormes mansiones aquí y en el extranjero, y al final mueren como perros callejeros en un sólo cuarto de los cientos que poseían, y sin poderse llevar nada de lo que acumularon, mucho menos asegurar la seguridad metafísica de sus descendientes. No saben comprar ni lo mejor de la salud para adquirir longevidad, ni lo mejor de la metafísica para asegurarse un buen final físico en este mundo y un buen principio espiritual en el más allá.
Acuérdese de lo que le digo. Toda la fortuna robada por JoLoPo se desmoronará en unas cuantas décadas debido a los rituales chinos. Igual pasará con las fortunas de todos los pillos ladinos -expresidentes, generaletes, y funcionarios pasados y presentes, incluyendo a sus familias completas- que se han hecho millonarios a base de chupar la sangre de quienes menos tienen. Ninguno de ellos dejará descendientes que puedan gozar por mucho tiempo del dinero malhabido.
Vendrá luego la terrible muerte de LEA, luego la de MMH, luego la de CSG, luego la de Zedillo, después la de la mocha y actual pareja presidencial, y así sucesivamente, dejando esotéricamente dañados a sus descendientes incluyendo hijos, nietos, biznietos, y tataranietos. No hay riqueza que aguante mucho tiempo la ira divina y el resentimiento de los hombres con conocimiento de rituales, mucho menos la venganza de los espíritus de las víctimas de los poderosos.
Lo curioso es que todo se puede hacer en este mundo, hasta crímenes, pero hay que saber cómo manejar la situación metafísicamente. Lamentablemente para ellos, los ladinos mexicanos no conocen el método adecuado para acumular riquezas y protegerlas simultáneamente, por eso sufren descalabros esotéricos y pronto pagan por sus propios crímenes y por los de sus antepasados.
Ingenuos, los gachupines mexicanos se creyeron que podían robar y asesinar impunemente para siempre, pero el Cielo tiene ojos y oídos. Y siempre aparece el problemilla ese de la retribución.
Y lo peor: al no saber los principios del altar casero, el espíritu de JoLoPo sufrirá hambre y sed y verá angustiosamente desde el otro mundo cómo todo su dinero no alcanza para comprarle ni un un pedazo de pan ni un vaso de agua, pues su familia andará entretenida en pelear y gozar de la herencia y chínguese el muerto. Y que bueno que su familia no tenga tiempo para minucias tales, así no sufrirán remordimientos de conciencia por no proteger apropiadamente al espíritu de su antecesor que robó para que ellos pudieran vivir bien, y en cambio no son capaces de regresarle ofrendas post-mórtem con lo que les dejó.
En fin. No solamente hay que saber vivir, también hay que saber morir.
Dicen los reportes que antes de morir el pillo pidió que no lo cremaran, sino que lo enterraran "para que se lo coman los gusanos." Pues por mi parte que lo echen al basurero a que se lo traguen los perros.
No merece menos, pues en vida no supo el significado de la reputación.
PERMANENTE: Aunque frecuentemente me preguntan los lectores acerca de la posibilidad de que yo ejecute rituales para ellos, mi contestación es siempre la misma: Con los rituales descritos en el libro Ocultismo Chino, la persona puede hacer por sí misma mejores trabajos esotéricos que los de cualquier cardenal o chamán profesional, y sin necesidad de divulgarle secretos íntimos a extraños. En cambio, el lector puede obtener de mi parte algo todavía más valioso y secreto: A falta de mejor nombre le llamaremos a este objeto "caja negra." Su función es buscar el punto metafísico más favorable que garantice a la persona, y a toda su familia viviendo bajo el mismo techo, no solamente lo mejor del presente, sino del futuro. Sin importar a qué se dedica la persona, el objeto ayuda al propietario a convertirse en el tronco generacional que sostendrá metafísicamente a la familia de allí en adelante para que se afiance en el presente y en generaciones posteriores, manteniendo hijos, nietos y bisnietos la buena suerte y el poder esotérico adquirido inicialmente. Así se evitan fácilmente fracasos y encarcelamientos futuros en la familia (o se logran liberaciones en el presente), calumnias, pobreza, mala salud, mediocridad... Aunque claro, ¿cuánto vale tan preciado objeto, lo mejor del arte metafísico, que otorga tanta ventura a tantas vidas? Si usted tiene que preguntarse qué precio tiene la "caja," es que no puede costearse el precio para adquirirla. Para mayor información al respecto basta mandarme un e-mail (visionpf@direct.ca).
* Master, Estrategia Militar China
E-mail: visionpf@direct.ca
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