Reflejos en un Espejo Chino

* Francisco J. Vargas

Principios De Ocultismo Chino (4)

NO ESPERABA MENOS DE MI GENTE. Los rituales del libro Ocultismo Chino son, por diseño y necesidad, un tema algo adelantado a su tiempo en este país. Si a eso le agregamos que el mexicano no-ladino está exageradamente lavado de cerebro y jineteado por los charros negros, y se resiste a absorber principios de metafísica por temor a "caer en el pecado," cualquiera imaginaría que pasarían siglos antes de que la práctica de la metafísica china se popularizara en México.

Sin embargo, ha sido mucho más rápido el proceso de adaptación a la metafísica en México, que en los USA, por ejemplo. A los gringos les tomó casi un cuarto de siglo para que digirieran y aceptaran la esencia y presencia de los rituales en este mundo. En cambio, aquí van apenas unos cuantos años de mencionar rituales chinos en esta columna, y ladinos y no-ladinos le han entrado ya con entusiasmo a la ejecución de los siete rituales básicos incluidos en el libro.

La aceptación de la metafísica china ha sido para beneficio de los mexicanos mismos, pero para desolación del Imperio del Mal (Igle$ia católica, gobernantes ladinos, banqueros y mercaderes gachupines-judíos, Ejército mexicano, Hollywood). Ya pueden entonces los charros negros dedicarse de lleno a lo que de verdad aman: a la política.

Porque en cuestiones de peticiones a los dioses para ayudar creyentes, los servicios de los obispos y sus monosabios ya no serán tan necesarios en este país. Observe usted el panorama político nacional y notará que todo está revuelto (para beneficio de indígenas y mestizos), y que ya hasta la sucesión presidencial es motivo de asaltos esotéricos.

La maligna bruja de Los Pinos (que algo gordo y muy secreto le ha de saber a Mariquita Fox para chantajearlo del modo que lo hace), está causando tremendas grietas políticas en los otrora macizos círculos políticos delineados cuidadosamente por los patriarcas ladinos gachupines de antaño. Entre ella y la gangsteril pastora Esther han causado más desórdenes políticos en un año que tres cuartos de siglo de pendejadas hechas por presidentes priístas. Todo ello causado por los rituales chinos, pues ni los asesinatos políticos cobijados por los siniestros hermanos Salinas de Gortari sacudieron tan negativamente al país como lo han hecho Marta y Esther.

Por cierto, que chinga esotérica le están aplicando sus hermanos étnicos al ratón atómico CSG, oiga. Ya ni el siniestro sujeto que desde Televisa reparte atole con el dedo al pueblo con sus "noticias," Joaquín López Dóriga, parece tenerle miedo. Quien fuera poderoso presidente del país está hoy día irreconocible, y su chillona vocecita carece de la energía interna que antaño mandaba asesinar prójimos, señal inequívoca de que es blanco de trabajitos de brujería. Pobre enano, ahora ya ni los miles de millones de dólares que le robó al país le servirán de algo para escapar a la trampa. Y es que cuando los enemigos son muchos...

Y lo que nos falta por ver en México.

Porque entre los rituales chinos que indígenas y mestizos hacen para parar la rapiña de los gobernantes ladinos, y los rituales que los mismos ladinos se están echando encima entre ellos debido a la desesperación por acceder prematuramente a más poder gubernamental, en un descuido y hasta nos deshacemos de los méndigos conquistadores antes de lo pensado. Por lo pronto, el espectáculo que nos ofrecen está mucho más divertido que los patéticos panchitos del cizañero Hugo Sánchez, rabioso porque los seleccionados mexicanos le pegaron feamente a los güeros bajo la batuta de LaVolpe.

Lo mejor de todo, en mi opinión, es que va saliendo poco a poco el peine sobre la identidad el hombre que está detrás de la maligna bruja de Los Pinos. Sabido es por todos que el Vaticano controla al PAN y la Presidencia, de manera que no sería descabellado asumir que sea un jineteador de nacos como el caponero de los Legionarios de Cristo, el tal Maciel, quien a través de el mal fajado cardenal Norberto "Ojón" Rivera, maneje a Marta. Después de todo, ellos son descarados lacayos del Vaticano en perjuicio de México.

Por eso la brujilda ya admitió que en Mariquita Fox no tiene macho para la cama, comprobando lo que todos temíamos, que alguien poderoso se la endilgó a Vicentón, proporcionándole a ella además el motivo para poder chantajearlo amenazándolo con dar a la luz información comprometedora, posiblemente de índole sexual.

Y dado que Marta es mojigata educada por monjas charras negras, todo indica que sus manipuladores están incrustados en altos círculos de la Iglesia católica. Porque si ya les dio Marta a los obispos miles de millones de dólares en licencias de comunicaciones, los vaticanos saben que sentándola en el trono nacional ella les daría enterito el presupuesto de la educación pública, que suman muchos más miles de millones de dólares anuales. Y cayendo la educación pública de México en las garras del Vaticano, los demás países en Centroamérica caerían también uno tras otro en efecto dominó.

Pero a ver si no se enredan de más los curas y Marta con su propia cuerda y terminan por perder más de lo que ganarían si la indiada los meta a los rituales por avariciosos, mentirosos y nada cristianos. Porque lo que ni quieren ni pueden ver curas y gobernantes ladinos, es que la próxima elección presidencial (2006), y las siguientes, se resolverán por medio de los rituales chinos.

O sea, no serán solamente los votos, sino las peticiones hechas en altares caseros las que decidan el nombre del ganador en cada sexenio.

Y el del perdedor.

2. LOS RIESGOS DE MALTRATAR AL DIABLO. El Rey de los Demonios, dicen los principios taoístas, es una fuerza esotérica de proporciones inimaginables por el hombre. Ningún practicante de metafísica china que presuma tener al menos dos dedos de inteligencia se atrevería a meterse en terrenos del poderoso Diablo ni siquiera para rezarle. Mucho menos para pretender maltratarlo.

Lamentablemente, en todas las variaciones del judaísmo religioso que emanan del Antiguo Testamento, sean cristianismo-catolicismo, o islamismo, sus sacerdotes tienen la nada inteligente costumbre de referirse imprudentemente al Diablo como entidad juzgable y manipulable por el hombre. Craso error, la hormiguita queriéndose beber al mar.

Por eso cada año las agencias de noticias nos traen puntualmente el número de muertos que cobra en La Meca el (por lo visto) peligroso ritual islámico llamado La Lapidación del Diablo. Este año hubo 244 celebrantes muertos y más de 200 heridos. En 1990 hubo mil cuatrocientos veintiséis muertos. Quién sabe cuántos habrá el próximo año.

Cada religión ajena tiene sus propias creencias y reglas que los demás debemos respetar, y no seré yo quien llegue a los extremos del escritor judío nacido en India, Salman Rushdie, quien escribió una novela sobre el Islam y a la sombra de la historia se quiso pasar de listo y picarles el culo a los musulmanes llamando "puta" a la madre del Profeta. Por eso los islámicos ipso facto (o sea ni tardos ni perezosos) condenaron a muerte en ausencia al güey. Y así como le pasó en México al periodiquero fronterizo Blancornelas con los narcos que se la sentenciaron por andarse metiendo con ellos, y ahora nosotros pagamos la guardia militar de 24 horas que ilegalmente el Ejército le proporciona sin más sustento que el sujeto es lambiscón de los generaletes verdes, así a Rushdie lo tienen que cuidar agentes británicos día y noche pues su cabeza tiene precio.

Solamente quisiera mencionar con tientito (no vaya a ser y amanezca yo mañana con una desagradable [y mortífera] fatwa enredada en el pescuezo como el baboso de Salman, y que los pinches changos verdes mexicanos me nieguen protección similar a la del periodiquero fronterizo por no lamberles yo el culo asiduamente como el otro), que creo que el puente que lleva a los tres pilares o columnas que representan las tentaciones del Diablo y que los peregrinos apedrean alegremente, está mal posicionado geométricamente en relación al altar. Eso causaría que quedara una "puerta" esotérica abierta por la cual las fuerzas malignas penetran hasta el corazón de la celebración y de ahí la muerte de cientos de desprevenidos peregrinos. Peregrinos que se espantan de más con las súbitas manifestaciones diabólicas que provoca la lapidación, y mueren aplastados al arrancar despavoridos en todas direcciones.

En las muchedumbres, de por sí, el desorden siempre causa tragedias.

Pero es que eso de andarse metiendo a apedrear al Diablo, en la religión que sea, causa más muertes que meterse con la madre del mismísimo Profeta.

Para que luego digan los nacos que el más allá no existe.

PERMANENTE: Aunque frecuentemente me preguntan los lectores acerca de la posibilidad de que yo ejecute rituales para ellos, mi contestación es siempre la misma: Con los rituales descritos en el libro Ocultismo Chino, la persona puede hacer por sí misma mejores trabajos esotéricos que los de cualquier cardenal o chamán profesional, y sin necesidad de divulgarle secretos íntimos a extraños. En cambio, el lector puede obtener de mi parte algo todavía más valioso y secreto: A falta de mejor nombre le llamaremos a este objeto "caja negra." Su función es buscar el punto metafísico más favorable que garantice a la persona, y a toda su familia viviendo bajo el mismo techo, no solamente lo mejor del presente, sino del futuro. Sin importar a qué se dedica la persona, el objeto ayuda al propietario a convertirse en el tronco generacional que sostendrá metafísicamente a la familia de allí en adelante para que se afiance en el presente y en generaciones posteriores, manteniendo hijos, nietos y bisnietos la buena suerte y el poder esotérico adquirido inicialmente. Así se evitan fácilmente fracasos y encarcelamientos futuros en la familia (o se logran liberaciones en el presente), calumnias, pobreza, mala salud, mediocridad... Aunque claro, żcuánto vale tan preciado objeto, lo mejor del arte metafísico, que otorga tanta ventura a tantas vidas? Si usted tiene que preguntarse qué precio tiene la "caja," es que no puede costearse el precio para adquirirla. Para mayor información al respecto basta mandarme un e-mail (visionpf@direct.ca)