(Cuando Marta-y-Fox dieron la orden de arrasar de madrugada Atenco el 4 de mayo, Ignacio del Valle, lider de los ejidatarios, fue arrestado con lujo de violencia y saña. Igual suerte corrieron 218 habitantes, algunos de los cuales fueron baleados y un jovencito en la flor de la edad fue asesinado de varios tiros. Por supuesto, los policías federales y estatales destruyeron el interior de las casas para dejarlas inhabitables, y como es costumbre en México se robaron lo que había de valor en ellas -conste que eso no va incluido ni en las órdenes de cateo ni en las de arresto, pero ningún juez cuestiona posteriormente a los simios con botas pues estamos en estado de guerra desde hace cinco siglos, y así los entrenan los bárbaros asesores militares israelíes que pagamos nosotros. (Acuérdese que los guardaespaldas de AMLO, cuando gobernaba el DF, también eran entrenados en Israel, como lo son los guaruras de los gobernadores y de los recitadores de noticias de Televi$a.) En todo el mundo, las cárceles de alta seguridad son para reos convictos y sentenciados. Pero sucede que en México los representantes de la ley son sus peores transgresores, criminales de alta escuela incrustados en altos puestos de Gobierno. Y nadie dice nada. Egresados de escuelas católicas, educados con principios de la Sucia Inqui$ición, el secretario de Gobernación y el Procurador nacional actúan habitualmente -así lo han hecho por décadas sin importar el partido político en el poder- como lo que hicieron con Ignacio del Valle: Lo refundieron en el infierno carcelario apodado La Palma, infligiéndole ilegalmente la humillación de ser procesado violentamente -perros bravos ladrándole al pie, gritos prepotentes de guardias salidos de las cuevas militares, prohibición de hablar a menos que se le ordene, etcétera- como reo peligroso y sentenciado. La excusa de tan inhumana crueldad es que dizque "no hay dinero para construir centros de detención provisional para reos federales." Pero esa falacia es solamente la tapadera para encubrir el sadismo inquisitorial de las autoridades, pues hay cientos de millones de dólares para que Presidencia, Congreso y Corte Suprema paguen spots promocionales en la televisión. Hay dinero de sobra para pagar ilegalmente oficinas y empleados a la Rata Marta mientras indigenas mueren a diario de hambre. También hay dinero federal de sobra para que Mariquita Fox viaje con toda su parentela en viajes al exterior para que conozcan mundo. Y ningún juez ni legislador dice nada, pues el miedo no anda en burro y ellos están ahí para enriquecerse con la violación a las leyes, no para hacerlas valer. Del Valle fue arrastrado y torturado en alguna mazmorra, pues es acusado de "delincuencia organizada." Me imagino que sus interrogadores (que de seguro con agujas en las uñas y descargas eléctricas en los de abajo le extraerán confesiones falsas inimaginables) son, al igual que los jefes policiales, brillantes egresados de las siniestras escuelas del Opus Dei, de Los Legionarios de Cristo, de la Ibero, de los jesuitas (como los judíos Marcos y Cuauhtémoc Cárdenas), de los maristas, o al menos son miembros del Yunque. Ninguna asociación civil de abogados o magistrados, que tanto ruido hacen en sus bailecitos y comilonas, ha levantado la voz contra tan flagrante brutalidad de las autoridades federales y estatales porque también viven de la represión, se entiende. Pero luego no nos vengan con la pendejada de que México es una democracia, o de que "la ley se respeta," por favor. En contraste, un principio chino de gobierno dice que "Ningún funcionario, sin importar nombre ni rango, tiene el derecho de asesinar ni a una persona." Pero eso es allá, porque aquí en México lo primero que hacen las autoridades compuestas por militares es asesinar ciudadanos y desaparecerlos. Durante la guerra civil en China, Mao advirtió al Ejército Rojo que Robar aún una aguja a los campesinos, no se diga comida, dinero o pertenencias, es causa de ejecución sumaria, pues el ejército debe ser protector del pueblo, no su verdugo. En Atenco, los militares se robaron lo que pudieron de las casas allanadas, y tan campantes. En esta paradisíaca democracia que dizque es México (con tan diáfana "libertad de expresión" que desde hace semanas columnistas y analistas políticos susurran temblorosos que "uno de los tres principales candidatos a Presidencia es un borrachales" pero ninguno se atreve a decir su nombre), los ciudadanos no tienen peores enemigos que autoridades y obispos. Y la maldad que desde el vientre de sus desconocidas madres destilan por los colmillos a los charros negros, la Rata Marta, Carlos Abascal, Daniel Cabeza de Caca, el presidente putativo Vicente Alacrán Güero Fox, el gobernador Enrique Atenco Peña, y demás repugnantes gobernantes, no ha sido todavía satisfecha. El sádico mocho y secretario de Gobernación, Abascal, quien después de la masacre en Atenco ha declamado falsamente en público que dizque "en México se respetan los derechos humanos" -ja, ja, ja-, pronto sacó su escondida lengua (como la serpiente) y demostró el odio a las mujeres tan peculiar en judíos católicos en el poder, yéndosele encima a la fugitiva hija del líder ejidatario, América del Valle. Crecidos en el principio represor y misógino engendrado en la enferma mente de maricones vaticanos cuyo mantra es que "Todas las mujeres son brujas o putas" -empezando por sus madres, esposas e hijas, me imagino-, Abascal y el Procurador Cabeza de Caca se han lanzado ahora a perseguir a la valerosa América del Valle. Pero no para hacer respetar la ley, sino para violarla en aras de saciar sus odios personales contra quienes se resisten a dejarse robar sus tierras. La ley como venganza de hombres del poder. La saña de las alimañas en el Gobierno llegó al extremo no solamente de ordenar la persecución y arresto de la activista, sino de manosear la ley (como criminales que son) y ordenar (ilegalmente) que la muchacha -probadamente inocente de cuando menos los cargos que contiene la orden de aprehensión-, sea "arrestada y recluida en un penal de alta seguridad (para hombres) por el delito grave de delincuencia organizada." ¡Hágame el cabrón favor! Ahora sí estarán satisfechos el cardenal Norberto Rivera y el obispo One$imo Cepeda. Una "bruja y puta" menos en la sociedad, ¿eh, santos "varones"? Así actúan los cobardes cuando los acosa el miedo, contrario a lo que se supone representa la justicia. Y eso que México es nuevo integrante del Consejo de Derechos Humanos para América Latina en la ONU. Fue invitado al Consejo horas después de la carnicería militar ordenada por el Gobierno en Atenco. Invitación que fue crimen todavía mayor al de los ladinos en México, pues demuestra que el poder internacional del Imperio del Mal, que tiene de rodillas al Continente Americano, es total pues otorga la ONU ese nombramiento como premio a un país cuya costumbre es precisamente violar impunemente los derecho humanos. Claro espaldarazo de las oligarquías judías latinoamericanas a la brutalidad militar en México. En la ONU, visto está, se persigue a gobiernos no-judíos, no a quienes siendo judíos violen las leyes al amparo de ese engendro genético de raza. Menos mal que los gobernantes ladinos que saquean México no contaban con la astucia de los dioses, y quedaron metafísicamente en manos de sus víctimas. Ellos tienen ejército y mazmorras, nosotros tenemos la razón y las peticiones del meteorito rojo. Ellos persiguen "mexicanos jodidos" cuchicheándonos a sus genocidas changos verdes, nosotros los someteremos con los rituales chinos. A ver quien puede más, porque nosotros tenemos al Cielo de nuestro lado. Y si a mi solito el Vaticano y todas sus huestes de cardenales, obispos, frailes y curas ensotanados me la han pellizcado (a las pruebas me remito, no me han podido hacer nada), imagínese si podrán con un ejército de hacedores de rituales no-ladinos que terminará por acabar con su maldita explotación. Las campanas de responsos, lo avisé con tiempo, doblan por degenerados obispos y judíos ladrones en el Gobierno. ¿Acaso nomás yo las oigo?)
Gracias a la masacre militar de ejidatarios en Atenco la primera semana de mayo, los obispos, los banqueros la yunta presidencial (la Tepocata Marta y Déspota Fox), y demás ladrones en el Gobierno destriparon literalmente con su desbordada avaricia la proverbial gallina de los huevos de oro. Lograron lo que nadie antes en el Gobierno logró: Echar a perder el gran negocio del robo de tierras a indígenas y mestizos por medio de "expropiaciones." Estiraron tanto la liga, que terminaron por reventarla. Y todavía no se han dado cuenta, pues van por el mundo de Diablo pero ignoran que hay ocasiones en que no es bueno aparecerse.
Bien dicen en China: La ambición desmedida vuelve tonto al listo.
Pero rememoremos un poco sobre las "expropiaciones." No es que quiera echar a perder el día de mis contados lectores con escalofriantes historias de saqueos a la nación, pero como dice el conocido principio gringo, Un pesimista es un optimista bien informado. Y yo francamente, nomás de oír las vacuas propuestas de los tres candidatos a Presidencia, sé que nada cambiará mucho en México si dejamos que nos pasen por encima los hombres del dinero en México. Soy de la opinión que el próximo presidente -sea quien sea- seguirá robando, digo expropiando, tierras a los campesinos. A menos, claro, que aprendamos la lección de Atenco y arruinemos antes a gobernantes, banqueros y obispos.
Considerando a vuelo de pájaro el monto del saqueo que llevan a cabo los gobernantes desde Los Pinos -fideicomisos ilegales, robo de pensiones de trabajadores, robo de las divisas internacionales que ya están haciendo tambalear al peso, colocación de bonos en el extranjero a 30 años avalados por el petróleo y robados por Fox y Francisco Gil Díaz, robo de los excedentes del precio del petróleo, entrega de todo tipo de concesiones federales a los amigochos de Fox, etcétera-, perpetrado y autorizado oficialmente por el Alacrán Güero Fox, el robo de tierras es solamente un dulcecillo. Pero con esas tierritas se han hecho ricos presidentes y gobernadores, no crea.
Por ejemplo. Ha sido criminal costumbre de cada presidente ladino expropiar tierras cerca de ciudades y playas a ejidatarios, con el fraudulento cuento del "bien común," principio político gringo: "For the general good." Si en verdad les importara el bienestar del pueblo, pagarían los gobernantes el justo precio de las tierras, ya que no sirve al "bien común" robarles sus propiedades a los que menos tienen. En México, los "terrenitos" robados-expropiados sirven únicamente para construir hoteles, centros comerciales, centros turísticos, o aeropuertos en beneficio de gobernantes y sus socios ladinos. Muchas de las expropiaciones han sido preciosas playas como hicieron el avaricioso genocida Luis Echeverría con Cancún, y el ladrón con corbata Mariquita Fox con El Tamarindillo. Otras veces han sido simplemente extensiones inmensas de terrenos agrestes federales en varios estados, como hizo Miguel Alemán y cuyos herederos son "dueños" de las mayores extensiones de tierras en el país. JoLoPo no se quedó atrás en eso de robar tierras ajenas con su firma, y ya sabemos que el cacomixtle presidente que se fue "con mi sueldo únicamente," Ernesto Zedillo, se dio gusto robando tierras ajenas desde Los Pinos. Los gobernadores no se quedan atrás en el robo-expropiación de tierras de campesinos para jugosos negocios particulares, y nunca les pagan tampoco un peso por ellas a los "indios mugrosos." No les importa que esas tierras sean el único modo de sustento de los campesinos, qienes igual son asaltados por autoridades que debieran respetar la ley y no transgredirla.
Estamos hablando aquí de miles de millones de dólares en ganancias de gratis, ya que las construcciones edificadas en las tierras robadas se hacen con dinero del Gobierno, o sea de usted y mío, pero las ganancias son únicamente para los ladrones judíos. Y las víctimas de las expropiaciones que coman caca. Les atropellan los derechos de propiedad con el cuento de que si son terrenos importantes a la nación, entonces tendrán que perderlos. Hasta aquí no hay problema, el problema es el robo de esa propiedad privada. Yo no he visto ninguna ley que exija que las expropiaciones deben ser robos. Si van a construir ahí, digamos, un hospital o carretera, muy bien. Pero que se indemnice a los dueños de la tierra correctamente, con su justo valor. Lo intolerable es el descarado robo gubernamental a ciudadanos. Porque en Atenco, cuando los campesinos protestaron por la estulticia del Gobierno al querer pagarles 70 centavos de dólar por metro cuadrado en terrenos de cultivo con casas construidas ahí -precio avalado por la dizque "Comisión de Avalúos de (Robos de) Bienes Nacionales"-, los "mediadores" gubernamentales se negaron a dialogar sobre el precio alegando que "al Gobierno nadie puede imponerle nada," hágame el cabrón favor.
Nadie puede negarse egoístamente a una expropiación necesaria, pero tampoco nadie tiene que "perder" su propiedad a mano de funcionarios ladrones muertos de hambre, pues para eso está el método de indemnizaciones que los funcionarios ni siquiera tienen que pagar de su bolsillo, pero así son de come-solos los hijos de puta. En casos así, la negociación es una cuestión de sentido común de parte de los expropiados, y de decencia por parte de los expropiadores. Nada de que "necesito tus tierras indio piojoso, desalójamelas y a dónde te irás a vivir con tu familia es tu pinche problema." El Gobierno está para resolver problemas en la sociedad, no para causarlos y engordar cuentas de banco de unos cuantos vivales.
Así fue que durante el saqueo sexenal, digo, el periodo presidencial de Ernesto Zedillo, los obispos en conjunción con funcionarios planearon uno de los más audaces robos de tierras comparable en ganancias al robo del Fobaproa: Arrebatarles por decreto presidencial sus extensas tierras (cinco mil quinientas hectáreas de tierras de cultivo pacientemente limpiadas de salitre por los labriegos durante décadas y con 400 casas construidas) a cinco mil campesinos de Atenco y doce comunidades ejidales más, y construir en ellas un nuevo aeropuerto alterno al de Ciudad México, llamado provisionalmente Aeropuerto de Texcoco.
Las tierras no costarían un peso pues la valuación e indemnización oficial no valdría ni el papel en el que estaría escrita, ya que el Gobierno jamás paga lo que promete a no-ladinos. La construcción de las instalaciones aeroportuarias sería con dinero público, y luego entre obispos y gobernantes se repartirían ellos solitos los diferentes negocios y concesiones generadas en el citado aeropuerto. Negocio redondo, tenga en cuenta que hay locales comerciales, en aeropuertos internacionales como el de Los Angeles, en que los ocupantes pagan cien mil dólares de renta al mes por piocha. El decreto expropiatorio simplemente debería decir: "Como nosotros nos vamos a beneficiar económicamente con sus tierras, lárguense y no nos hagan enojar porque les cuchiliamos al "heroico" ejército mexicano para que les pateen las nalgas y bañados en sangre los echen a la calle." Sobra decir que ni siquiera les ofrecían terrenos alternos aunque fuera lejos de Atenco. Después de todo, ¿a quién le importan los jodidos? A los obispos, al menos, nunca les han importado los pobres como no sea para explotarlos.
Finalmente, Zedillo no se atrevió a aprobar la expropiación, pues ya había robado demasiadas tierras para sí mismo y para sus cuates gobernadores. Como siempre mamó de la ubre gubernamental (y de otras partes del cuerpo humano), el maricón Zedillo ya había hecho una fortuna demasiado cuantiosa para meterse en la bronca de Atenco. Los obispos y banqueros refunfuñaron pero se aguantaron, pues Zedillo prometió ayudarles a que el mocho Fox, pelele de los Legionarios de Cristo y de los obispos, llegara a Presidencia.
Exactamente igual a como están haciendo ahorita los obispos, entrevistando candidatos a ver cuál de ellos les ofrece el regalo del monopolio de la educación pública, los "señores de los cielos" obtuvieron de Vicente Fox la promesa de regalarles al Vaticano y a los Legionarios de Cristo un tercio del aeropuerto ya construido. Otro tercio sería para el Alacrán Güero Fox-Rata Marta, y el otro para banqueros, Montiel, y amigochos varios de Fox. Cada tercio significaba miles de millones de dólares, pues las concesiones de tales negocios son por al menos treinta años. Cuando el candidato Fox se hincó y le besó el anillo a Oné$imo Cepeda frente a todos los periodistas que lo acompañaban en su campaña, el repelente vaticano estaba que no cabía de gusto. Desde ese momento, la Igle$ia empezó a promocionar a Fox ilegalmente entre la feligresía. No solamente desde el púlpito, también con panfletos mentirosos y rituales de magia negra incitaron los obispos a la indiada para que votaran por el PAN y Fox.
Cuando llegaron al poder en el 2000 los panistas muertos de hambre, con Marta-y-Fox al frente, los obispos cercanos a los Legionarios de Cristo del charro negro puto Marcial Maciel y al obispo-banquero religioso Oné$imo Cepeda, consiguieron la rápida aprobación presidencial al proyecto del Aeropuerto en Texcoco. Naturalmente, la pandilla de gobernantes pillos mochos contaba también con la ayuda incondicional del judío gobernador-rata del estado de México, Arturo Montiel, pillo de siete suelas que no solamente apoyó el robo de tierras a los ejidatarios, sino que además le metió mano a 80 millones de dólares del erario estatal para promocionar antes de tiempo el sitio en spots de televisión. Imagínese la tajada del pastel que el ladrón gobernador Montiel se iba a llevar. Para los campesinos, nada de pagarles sus tierras a precio justo. Para beneficio personal de los judíos en el ajo, millones de dólares del erario en publicidad. Qué bonito, ¿eh?
Fox casó al año de tomar posesión con la Tepocata Marta, quien andaba sedienta de millones de dólares fáciles. Siendo ambos títeres de los Legionarios de Cristo, fue natural que no tuvieran escrúpulo alguno para despojar de tierras a la indiada. Pronto agarró amistad la yunta presidencial con Oné$imo Cepeda, el impulsor religioso del proyecto, y el proceso del robo de tierras para el "aeropuerto alterno" en Texcoco despegó oficialmente. El único objetivo era que obispos y presidente tomaran control de los negocios generados ahí, pues serían totalmente nuevos y sin necesidad de acarrear a mercaderes con concesiones viejas en el actual aeropuerto capitalino. Marta-y-Fox contaban con la complicidad irrestricta del venal secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, puesto ahí por Fox precisamente para que le diera luz verde al atraco, digo, al proyecto. Ambos contaron a su vez con la ayuda de la secretaría de la Reforma Agraria. Pero sobre todo, a cambio de cheques de a millón de dólares por senador, Cerisola recibió personalmente el visto bueno para el despojo en el Senado.
En octubre, 2001 el presidente firmó la expropiación-robo de tierras a los ejidatarios de Atenco.
En Los Pinos y en la Iglesia emnpezaron a hacer cuentas alegres sobre los cientos de millones de dólares en ganancias, y el insultante encomendero de indios Fox no solamente despojó oficialmente de su patrimonio a los campesinos sin siquiera ofrecerles a cambio vivienda en terrenos federales, sino que además se burló de ellos escupiéndoles, "se sacaron la lotería." Eso porque según Fox los despojados podrían trabajar en la construcción del aeropuerto...como chalanes. Bueno, si es que rentaban vivienda cerca del lugar, pues de la noche a la mañana Fox los despojó de terrenos que en el mercado de bienes raíces valían al menos setenta dólares el metro, para contratarlos como albañiles. Les pagó Fox más a los tecleadores -gente sin opinión propia- que navegan de columnistas en periodicototes para que apoyaran la expropiación, que lo que les ofreció a los dueños de la tierra. Por eso se habla poco en los medios sobre los campesinos malcontentos que en cuatro años asesinó en venganza el gobierno católico de Déspota Fox. Asesinatos encubiertos por los corruptos médicos cómplices de las autoridades que producen las universidades mexicanas, alterando los reportes médicos de las muertes para hacerlos aparecer como muertes naturales.
Pero del plato a la boca suele caerse la sopa. Las víctimas de la expropiación se empezaron a comportar atípicamente: ¡Se rehusaban a entregar mansamente sus tierras! Orines... Los habitualmente agachones campesinos mexicanos amenazaron de repente con defender sus tierras a sangre y fuego. La Rata Marta, el Cocacolo Fox y los obispos quedaron estupefactos. El movimiento de resistencia campesino frente al abuso gubernamental tenía un símbolo inofensivo: Los machetes. Como era de esperarse, el genocida ejército mexicano traidor al pueblo dijo que los burdos implementos de trabajo de los campesinos eran "armas," y amenazó con reprimirlos en cuanto lo ordenara su jefe supremo, Mariquita Fox. Viva México. Pero los campesinos contestaron la amenaza amparándose contra el abusivo decreto de expropiación, basándose en la clara inconstitucionalidad del mismo, puesto que nunca fueron oficialmente notificados con anticipación de los planes y menos estaba fehacientemente comprobada la necesidad pública de un aeropuerto alterno en el lugar. Ganas nomás de chingar indios, pues.
No podía faltar en el mitote la yunta de codiciosos bueyes, digo obispos, Norberto Rivera y el barrigón Oné$imo, dando su opinión. (¿A quién le importa ya lo que diga este par de babosos?) Carrera, bastante dado a ridículos sermones banqueteros cada domingo al terminar su misa, dijo que los campesinos de Atenco no tenían razón en defenderse porque claramente estaban siendo influenciados por una "mano negra." Vaya. La única mano negra que yo conozco y que es probadamente proclive a inmiscuirse en todo lo que huela a dólares, es la Igle$ia. Oné$imo, sabemos todos, acabó diciendo que el negocio era más importante que la vida de medio millar o más de campesinos, sugiriendo que el "heroico" ejército debió haberlos ametrallado. Que el Señor los tenga en su seno, porque yo lo que pienso es que ambos están podridos de avaricia hasta el tuétano. Como chinga-quedito que son ambos, piensan que si hablan con su tonito de apendejar indios les vamos a creer.
Para no hacerle el cuento largo, en agosto del 2002 Fox y pandilla se vieron obligados a anular el decreto del robo mueve meses después, pues los corruptos magistrados de la Corte Suprema le dieron (ilegalmente) el pitazo al Primer Uñas-largas del país, Vicente Fox, que no había manera de justificar legalmente el atraco a los atenquences. Entonces, para evitar un fallo oficial que cancelara definitivamente el robo de las citadas tierras, Fox canceló oficialmente el burdo intento de expropiación. Lamiéndose las heridas, los malignos obispos, banqueros y la avariciosa yunta presidencial recularon para replantear la situación. Aquí fue donde los campesinos se durmieron, pues debieron presionar para que la Corte hubiera declarado un fallo, haciendo claramente improcedente cualquier intento posterior de expropiación. Como siempre, el pillo secretario de Comunicaciones, Pedro Cerisola, oficialmente responsable directo del robo, jamás tuvo la decencia de dar la cara en el conflicto. Como criminales que son, pues así operan tras bambalinas los judíos en el Gobierno. .
Hoy sabenos que el fabuloso negociazo se les chispoteó a los obispos y gobernantes debido a la brutal invasión a Atenco en mayo de este año. Y como Donde hay miedo ni coraje da, los asustados Marta-y-Fox alegan ahora que los pleitos en Atenco fueron provocados "por fuerzas políticas para alterar las elecciones en julio." No te hagas pendejo, pinche Fox: El lio lo empezaron ustedes, obispos y gobernantes, con el único objetivo de robar tierras a los campesinos hace cuatro años.
Eso es todo.
THE "GREEN MICE" ARE BAAAACK: Póngase (la) verde de coraje, porque la Selección es un pinche desastre. ¡Nos vamos del Mundial en la primera ronda!
A pesar que nos la pusieron fácil en la FIFA con oponentes blandos en Alemania, ya volvimos a los tiempos de los Ratones Verdes. Cual enfermo que iba respondiendo bien al tratamiento médico pero que de repente vuelve a las andadas, así nos ha dejado de fríos el equipo de LaVolpe mostrando un miedo inusitado, que pensábamos ya estaba exorcizado, frente a las Selecciones de Francia y Holanda en juegos de preparación. Ratones verdes, es el calificativo que inevitablemente nos viene inmediatamente a la mente. Sí señor.
¿Y qué son los ratones verdes?, dirá usted. Se lo explico.
Como mis contemporáneos (quizás) recuerdan diáfanamente, en el Mundial de Inglaterra (1966) nuestro representativo futbolero, estrenando uniforme con los colores patrios (Viva México) para mejor venderle la Selección a la indiada tomadora de cerveza, y dirigidos por el Gran Teórico del fútbol mexicano, don Nacho Trelles, viajó con gran pompa a la Pérfida Albión. No lo hubieran hecho: únicamente fueron a regar el tepache en el glorioso Estadio Wembley y regresaron, en las palabras del gran Nacho, "con gran experiencia, pues fuimos a aprender." Pues a buenas horas nos lo dijeron, cuando ya estaban de vuelta con la cola entre las patas. Pero sobre todo, regresaron bautizados grandiosamente como The Green Mice. Ese fue el hiriente título que un periódico inglés utilizó para describir la formación del equipo mexicano (diez defensas y un portero) utilizada para enfrentar a Inglaterra el día anterior. Viles ratones verdes.
Para darle una idea del circo deportivo que rodeaba a aquélla Selección, déjeme decirle que afortunadamente para nuestra imagen de Estado laico no permitió la FIFA que los federativos ladinos manipuladores de masas que sufrimos le estamparan la imagen de La Guadalupa al uniforme (Viva la Virgen). Imagen que iría en el pecho, con la cabeza de la Virgen entre las tetas y bajo las mocosas narices de cada jugador. Le digo, para vergüenzas no ganamos los mexicanos.
La razón principal del "potencial" que tenía esa Selección que tan bien nos vendía ya Televi$a, era que contaba como figura principal al futbolista judío gachupín Enrique Borja (un auténtico marrano soberbio este cuate, diciéndose descendiente de los envenenadores Borgia y la puta Lucrecia), como futura estrella del Mundial. Ja, ja, ja. Así nos fue.
Y por lo que se ve, ya reencarnaron los ratones verdes con el maricón Rafa Márquez a la cabeza. Con razón no quisieron los intrigantes jugadores que el borrachales LaVolpe incluyera al americanista Cuauhtémoc Blanco en su pandillita. No fuera a ser que el bravo "10" les mentara la madre en público por salir ellos a jugar con las enaguas puestas. Los mariquitas verdes andan más ocupados en promover a Feli-Pillo Calderón para presidente que en jugar, congraciándose simultáneamente con el patrón de la FEMEFUT, el Multiplicador de Mierda televisada, Azcarraga Tres, quien tiene que pagar el favor de la aprobación presidencial a la Ley Televi$a apoyando al panista de las manos sucias.
La participación de la Selección en el Mundial de Alemania va a terminar en un sainete que va a salpicar a todos, empezando por los avariciosos Alberto de la Torre y LaVolpe, y terminando con Feli-Pillo Calderón y Azcarraga.
Así de fácil.
Yo quemo una petición del meteorito rojo, mi compadre quema otra, así que ya tenemos dos, y mensualmente necesitamos solamente un oficiante más -Uno Solamente- para hacer al menos un triángulo esotérico y mantener activa la rueda de los desquites contra los enemigos de los mexicanos. Tarde o temprano, así nos tome un siglo, llegaremos al número que mantenga las peticiones del meteorito rojo en movimiento perpetuo.
Afortunadamente, al final de cada mes tenemos actualmente como cuatrocientos oficiantes en total que bajan las peticiones del meteorito rojo, más un número indeterminado a quienes esas mismas peticiones se distribuyen a través del correo electrónico por los lectores de esta columna. Es decir, ya somos un ejército de hacedores de rituales chinos. Chico o grande, pero somos un ejército invulnerable, invisible y anónimo. Los ladinos, obispos y rabinos no podrán tocarnos metafísicamente ni aunque sigan asesinando a diario niñas mexicanas para sus trabajos de magia negra contra los mexicanos nativos.
Yo pre-magnetizo personalmente cada una de las peticiones del meteorito rojo y no hay manera de que nadie las neutralice. Este temible ejército metafísico seguirá creciendo día a día. La cosa se va a poner mejor para nosotros, y peor para los chupa-sangre. Se lo garantizo yo.
Para órdenes y/o informes, comunicarse por correo electrónico a visionpf@direct.ca.
* Master, Estrategia Militar China
E-mail: visionpf@direct.ca
Col#293 | Home | Columnas | Col #295 |
Copyright © 2006, Francisco J. Vargas