Algunos dioses parecen tener la paciencia del pescador de caña y anzuelo, pero cuando se desperezan son más terribles que los rayos que parten montañas en dos.
Los templos de nuestros antepasados (de quienes no escribimos ``Méjico'') eran recintos sagrados. También eran profundamente místicos y misteriosos, cual deben ser los templos de verdad.
Azteca o Maya, el conocimiento metafísico de por estos rumbos era mucho más avanzado que el conocimiento europeo de la época. Mientras en Europa se les iba en asistir a misa los domingos, los rituales de aquí sacudían al Universo.
En el Templo Mayor, puesto al descubierto durante las excavaciones para la construcción del Metro en la Capital, tenían lugar grandiosos rituales oficiados por sacerdotes mexicanos. Los curas que acompañaban a Hernán Cortés se admiraron y asustaron con tales rituales. De por si ya venían espantados con los rituales que vieron en Yucatán.
Naturalmente que los ``historiadores'' españoles y vaticanos se guardaron de divulgar muchas cosas que vieron, entre ellas la naturaleza y objeto de las ceremonias religiosas en México.
A un templo, de la religion que sea, se entra para venerar los dioses ahí expuestos. Asi que cuando los invasores españoles entraron al Templo Mayor armados hasta los dientes y con cara e intenciones de matones de raza, marcaron con violencia y derramamiento de sangre el fin de las religiones indígenas.
¿Cuántos dioses mexicanos había a la llegada de los españoles y cuál era su función?
No lo sabemos. Los relatos torcidos de los vaticanos no son fiables. Además, se esmeraron en destruir absolutamente todos los récords mexicanos al respecto para que sólo la palabra de los curas sea la última en esta cuestión.
Lo que sí sabemos es que nuestros dioses fueron poderosos. A través de oráculos avisaron al emperador azteca que se le venía su mundo abajo con la llegada de los bárbaros de ultramar.
Desgraciadamente a los aztecas les paso igualito que a los mayas: caciques, militares y sacerdotes indígenas se hicieron pelotas con el sobrecogedor anuncio, y por eso estamos como estamos sus descendientes.
Precisamente porque los primeros curas que llegaron a México se asustaron con el poder metafísico de los dioses mexicanos, ejecutaban a cuanto sacerdote nativo agarraban. Y sin dilación taparon con tierra los templos mexicanos existentes.
Siempre actúan igual los conquistadores y curas blancos/europeos. Primero destruyen los templos de los conquistados para arrebatarles su fuerza metafísica. Después les imponen la religión cristiana, religión hecha a la medida de conquistados y masoquistas. Acto seguido construyen, sobre los templos nativos derribados, iglesias católicas.
Por eso los curas construyeron sobre el Templo Mayor una iglesia. En esa y otras obras similares murieron de hambre, enfermedades y fatiga cientos de miles de naturales mexicanos esclavizados. Todavía hoy día, al entrar a las oscuras y feas iglesias católicas antiguas se percibe que ahí rezuman sangre y dolor de nuestros antepasados. No han podido limpiarlas ni con la visita de Zedillo.
Otros lugares igualmente sagrados para los mexicanos, tales como las pirámides, les parecieron a los curas construcciones demasiado grandes y alejadas de las ciudades como para construir templos católicos sobre ellas. Los vaticanos simplemente ordenaron a sus nuevos esclavos que las taparan.
(Muchas de las ``montañas'' mexicanas son pirámides encubiertas. Unas porque así lo ordenaron los curas y otras que los mismos indígenas taparon para que no cayeran en manos de los vaticanos. Y todas las pirámides están construidas sobre cuevas místicas donde los primeros habitantes de México, cuando dejaron de ser nómadas, llevaban a cabo sus ceremonias religiosas.)
Al fin que los indios morían como moscas bajo el yugo invasor y no era cosa de hacer demasiadas iglesias pues la indiada también tenía que construir palacios para el nuevo gobierno gachupín.
Los vaticanos terminaron rápidamente con el culto a los dioses locales y proclamaron dios único al Cristo judío.
En otras palabras, nos impusieron un dios crucificado, a modo para un país puesto de rodillas. El Cristo es símbolo de la derrota y de la tortura. Es un dios clavado en la cruz, sangrante e incapaz de dar nada a quien le reza, pues nada tiene. Dios perfecto para los intereses de los conquistadores.
¡Qué pena ver hoy a mexicanos en las iglesias adorando la religión del conquistador! Mientras tanto, abajo de donde están hincados, yacen entre ruinas los verdaderos dioses y templos de los habitantes de estas tierras. Esos dioses que están saliendo.
Es innegable que los curas son listos. Para ocultar a los ojos de la historia sus crímenes religiosos, dicen que dizque los dioses mexicanos exigían sacrificios de sangre. Pero si el dios católico es el ``dios perfecto,'' ¿cómo justifican sus sacerdotes la represión religiosa y el robo de tierras a millones de indios?
Porque a nosotros el catolicismo nos resultó peor que la supuesta religión diabólica que teníamos. Nos arrebataron un sistema religioso propio, hecho a nuestra idiosincrasia, y nos impusieron a quemarraya uno que nos exige vivir con la cabeza gacha.
El catolicismo es una rama del judaísmo y su libro sagrado es una Biblia que ni ellos mismos entienden. Nos cuentan que la suya es ``la única, perfecta y verdadera religión.'' Pero en Israel, lugar de origen del cristianismo, todavía hoy día matan y roban sin control. Igual hacen en el Vaticano. Sus sacerdotes nos predican los mandamientos, pero nunca con el ejemplo.
Y encima son mentirosos. La excusa de los vaticanos para quemar en la hoguera a los indios que resistian el catolicismo fue que dizque las creencias de los mexicanos eran ``mitológicas, crueles y fantásticas.''
Pero lo mismo dicen los curas de todas las religiones que les hacen sombra. Lo incongruente del asunto es que el catolicismo no es menos mitológico, ni menos cruel, ni menos fantástico que la religión de nuestros ancestros.
Para empezar. Al insistir en la existencia de un sólo Dios, la Biblia católica induce al monopolio religioso. No por nada fueron judíos los que la inventaron, gente que sabe mucho de monopolios. La Biblia incita pues a los avariciosos ``príncipes de la Iglesia'' a la violencia porque no admite resistencia alguna, mucho menos divergencia de ideas religiosas. Les vale madre si las víctimas son cristianos o ateos. Mono que se rehúsa a poner la rodilla en el suelo, mono que chamuscan ``para salvarle el alma.''
Son cabrones, pues. (A ver si no les da por excomulgarme con boleto de pura ida al Infierno y sin derecho a fianza.)
Y además nos tenemos que engullir el nada creíble pero sí mitológico y fantástico cuento de la Concepción producida por el Espíritu Santo. Eso sí que es un insulto a la inteligencia, porque según el taoísmo toda religión debe armonizar con la Naturaleza.
Pero no es nada natural que, según los obispos, una mujer (María) casada (con José) y ya con hijos, amaneciera un día cualquiera virgen otra vez y de pilón embarazada (de Jesús) sin haber tenido contacto sexual alguno con hombre.
Ni en el mundo animal se ve monstruosidad demoníaca tal, que por si sola es ya peor que cualquiera de las antiguas ``fábulas religiosas mexicanas.''
Y otra cosa. Los curas excomulgan alegremente a delincuentes neoindígenas (nunca a los banqueros, ministros y generalotes criminales) pero su héroe principal, Jesús, fue condenado y crucificado por las autoridades precisamente por delincuente.
Argumentan los curas que Jesús era inocente, sin embargo la realidad es que lo crucificaron junto a otros dos criminales. ¿O es qué acaso las autoridades romanas eran priístas y se dedicaban a crucificar inocentes? Todo mundo sabe que no hay reo que no se diga inocente.
En fin. Pase todo eso.
Pero durante la misa los curas comen el pan que dicen representa la carne de Jesús y cachondamente toman vino (podrían tomar vinagre) que dicen representa su sangre. ¿Qué clase de religión es ésa que requiere de sacerdotes caníbales?
Francamente ese cuento es para retrasaditos, pues está muy mal contado.
Capítulo aparte merece la ``resurrección de la carne,'' cosa más difícil de creer aún. Hasta los peques saben que un cuerpo se vuelve polvo y no resucitará (para eso está la reencarnación en las religiones orientales) ni yendo a bailar un jarabe tapatío a Chalma, mucho menos si nomás le tocan unas trompetitas en el también mitológico y fantástico Juicio Final.
Y encima los curas se autonombran guardianes únicos de las puertas del Cielo, y nos lo prometen de gratis si les damos nuestro dinero y aceptamos la pobreza y la represión militar sin chistar. Por eso en cada servicio religioso los curas ordenan a los fieles hincarse y levantarse cien veces, no sea que olviden su obligación de conquistados, que es estar de rodillas física y mentalmente.
Pero así como la religión nacional pereció un día, la del invasor también caerá. Hasta las mansiones más lujosas caen eventualmente en la ruina, y cual pesadilla de media noche el jolgorio de curas y ladinos se convertirá súbitamente en lamento.
Por eso es que después de casi cinco siglos de represión religiosa los dioses mexicanos empiezan a resurgir inesperadamente. Lo asombroso es que, igualito como les pasó a nuestros antepasados, los ladinos se están haciendo pelotas con los presagios celestiales del fin de su dominio sobre la mexicanada. ¡Actúan como si nada estuviera pasando!
Pero en el Templo Mayor, mientras el pueblo acude a la catedral a hincarse ante dioses extranjeros, por debajo asoman las figuras de los dioses que antaño recibieron las ofrendas y rituales de nuestros ancestros. Estos descubrimientos deberían por sí solos despertar los sentimientos nacionalistas del pueblo, pero el excesivo consumo de chicharrones y tacos nos abotagaron el cerebro.
Cuándo por fin llegue el día - que llegará - que un mexicano no ladino se siente en el trono en México, todos los templos antiguos se podrán desenterrar totalmente pues ``Si el nido cae no quedara huevo intacto.''
Alcabos que por ahí tendrán escondidillos los curas mapas donde estén señalados los templos y pirámides que tienen iglesias católicas encima.
Aún así, no deja de ser desagradable para el populacho ver a Zedillo inaugurando iglesias y visitando las obras de restauración de la Catedral que sus antepasados ibéricos ordenaron construir. Esa iglesia que para protegerla de nosotros la convirtieron ya los ladinos en ``patrimonio de la humanidad,'' cuando en realidad debería ser repugnante ejemplo de opresión mortal y esclavitud similar a los campos de concentración nazis.
Algún trabajito de ocultismo para ayudar a Zedillo habrá puesto en esas reconstruidas paredes de la catedral el arzobispo Rivera. Pero ya saldrá esa información a la luz un día, pues en este mundo no hay secretos.
Pero es que a Zedillo y a Rivera no les importa el Templo Mayor, les importa el de encima, el de los suyos. (Y agárrese si llegara Fox a la presidencia.)
Rivera, como buen obispo romano, tienen gran interés en que el culto mexicano jamás resurja, pues el trabajo del catolicismo es mantener pasiva a la chusma. Saben demasiado bien los ladinos-judíos-criollos que el populacho se ``alzará'' en el momento mismo que pueda adorar a sus propios dioses.
Y errados, lo que se dice errados, no andan.
Por eso los gobernantes ladinos se dedican a robar al pueblo muy quitados de la pena, sabiendo que los servicios religiosos tienen a la indiada de rodillas y persignándose sin cesar.
Lo bueno es que, para desgracia de los ladinos, los dioses mexicanos son de 24 quilates.
El que poco a poco los dioses del Templo Mayor se dejen ver es invitación clara a dirigirles peticiones en nuestros rituales. Especialmente las peticiones para bajar a los gachupines del macho. De seguro nuestros dioses estarán todavía enojados por lo que los ladinos les hicieron a ellos, y a nosotros también.
La venganza, dicen los chinos, es platillo que sabe mucho mejor ya frío.
A fin de cuentas nada perdemos si les dedicamos nuestros rituales, ofrendas y peticiones a los antiguos dioses mexicanos. Por cinco siglos nadie les ha llevado ofrendas, así que ni ocupados en otros menesteres andan esos dioses. Y además, malos o buenos, son los nuestros. Cada dios que nos cumpla nuestros deseos es ya un Jesús, y de ésos podemos tener muchos.
Robarle a un pueblo su religión es más perverso que robarle sus riquezas. Pero la religión cristiana-judía no es comida, no moriremos si la dejamos de lado.
Y la mera verdad, si no son mejores que los nuestros se ve muy feo adorar dioses de otras razas. Y los ladinos no adoran a nuestros dioses, así que ¿por qué adoramos nosotros a los suyos? Ya ni la excusa tenemos de que si no lo hacemos nos quemarán vivos.
Sólo etnias extra-taradas carecen de conocimiento religioso propio. No tenemos por que hincarnos ante dioses israelitas cuando hasta los indios píeles rojas de Gringolandia andan hoy pepenando lo poquito que les quedó de sus propios rituales.
Los dioses de religiones impuestas, además, no dan dinero a los fieles. Porque si el catolicismo tuviera dioses que dan dinero y felicidad a la gente que los adora, ya los hubieran exprimido los curas para provecho propio.
Es lamentable invocar dioses ajenos, no hay que hacer ropas para que otros las vistan. Si es posible, hay que preferir lo propio sobre lo extranjero. No hacerlos así es buscarse el daño uno mismo.
Afortunadamente los rituales taoístas nos caen como anillo al dedo ya que, al contrario del catolicismo, no requieren dioses exclusivos. Al contrario, nos invitan a invocar a los dioses propios. Los rituales chinos son vehículos, así que las peticiones pueden ser dirigidas a los dioses que el oficiante prefiera. No hay monopolio religioso, no hay ``dios único y verdadero.''
Además - algún día le platico cómo estuvo eso - los rituales de nuestros ancestros ya estaban basados en rituales taoístas. No necesitamos pues ni saber cómo hacían rituales los antiguos sacerdotes pues los rituales chinos actúales son idénticos.
Es cierto que el nuevo orden mundial impuesto por los países primermundistas exige que todos los países tercermundistas estén desde ahora bajo el yugo cristiano para facilitar su explotación económica. Por eso el próximo presidente reinstaurará el poder de la Iglesia en la vida de los mexicanos.
Pero llegaron tarde, y falta ver si la indiada lo permitimos. Rituales para ponerlos en su lugar no nos faltan.
VIVA MÉXICO: Ahora, exactamente igual que antes, en México campea la corrupción gubernamental. Para los funcionarios sus intereses están primero. Su labor primordial es esquilmar e intimidar al pueblo.
Y como cada país tiene al gobierno que sus ciudadanos toleran, los ladinos nos malgobiernan muy quitados de la pena. Lo malo es que la labor priísta-panista-perredista para apendejar al pueblo ya convirtió a México en el sobaco del mundo.
En cualquier país que no sea México Lindo y Querido los ciudadanos saben que su voto es personal, es secreto, y es la fuerza cívica que les permite escoger gobernantes por sus méritos y no por demagogia. En esos países los votantes no son títeres de los políticos.
En cambio, aquí en México los políticos mangonean ciudadanos a placer y les quitan sus votos a cambio de pan y refrescos. Es tan famoso este método priísta que hasta en los Estados Unidos los candidatos a puestos públicos le ofrecen a la mexicanada que vive allá bolsitas de pan por su voto.
¡Qué vivos son los políticos ladinos! Sinvergüenzas de siete suelas egresados de ``la máxima casa de estudios.''
En la actualidad los candidatos a la presidencia se pelean entre ellos y así evitan mostrarnos planes de trabajo para cuando lleguen al poder. Y es que como todos los candidatos son hermanos étnicos de quienes controlan los medios informativos, traen entretenida a la plebe con pleitos personales. Por eso los columnistas ladinos de los periodicototes se la pasan escribiendo collares de babosadas con tal de evitar descobijar a sus parientes en la política.
Y por eso sucedió algo que nos puso la piel de gallina. Un candidato priísta (Campa) a la alcaldía de Ciudad México se reunió con líderes de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC.) Y ahí mero la directiva croquista le ofreció al candidato (y a Bartlett) 600,000 votos de la güeyada. Digo, de sus agremiados.
Y lo escalofriante es que ningún medio informativo, mucho menos alguna autoridad electoral, se escandalizó ante tal monstruosidad cívica.
Señores políticos, la lección del día es la siguiente. El voto individual no es propiedad de ningún líder sindical y menos puede ninguno de ellos ofrecer ``en paquete'' los votos de los agremiados a los candidatos, pues no son suyos.
¡Pero nadie dice nada! ¿Ya ve por qué los extranjeros nos llaman estúpidos?
Un país incivilizado, como México, es un país sin valor alguno.
LAS HAZAÑAS DEL ``H'' EJÉRCITO MEXICANO: Nos dicen que los soldaditos mexicanos están para proteger al país de invasiones extranjeras. Al menos para eso pagamos sus sueldos con nuestros impuestos, no para que nos digan cómo ni dónde utilizar la bandera nacional.
El negocio de los militares es proteger la seguridad de las fronteras, no vigilar nuestros pasos. Mucho menos les pagamos para que pongan retenes en las carreteras y nos esculquen los vehículos.
Tampoco les pagamos para que se disfracen de policías.
Pero asustados cerramos los ojos ante sus arbitrariedades, así que la culpa no es de ellos.
Ahí andan los oficiales militares protegiendo al hijo de Zedillo, Ernesto, mientras el júnior ronda las discotecas de lugares turísticos. También en esa función el trabajo de los militares es, como en todas las dictaduras, abusar de su poder militar en favor del júnior intimidando a otros clientes de los lugares que el jovenzuelo ``visita.''
Como en las películas americanas de gángsters, el júnior se desplaza en público con prepotentes oficiales protegiéndolo adelante, a los lados, y atrás. Se imaginará el júnior que es Al Capone.
Así se sirve a la patria, mis generalotes.
De todas maneras es un placer constatar que la educación militar rinde frutos. Y los padres de esos militares se sentirán felices sabiendo que sus hijos acaban en guaruras uniformados. Pero al menos les va mejor que a los soldados rasos, mismos que acaban de sirvientes domésticos en las casas grandes y chicas de generales y almirantes.
FISONOMÍA CHINA: El hombre llegó a la Luna, y sin embargo aún se siente intrigado por la fisonomía.
Pero el misterioso arte de la fisonomía china no a podido ser descifrado por la ciencia moderna. Esa ciencia que fríamente llama charlatanería a la fisonomía, pero que no puede explicar la existencia y efectividad de la misma aún después de miles de años de práctica.
La fisonomía china no es ocultismo, sino más bien ciencia. Se basa en el estudio de estadísticas, no en el destino.
Confucio dijo, ``Para saber el futuro de la persona primero debemos descubrir si es buena o mala persona.'' Y Ma Yi, un taoísta de la Dinastía Sung, dijo, ``Primero examina el corazón de la persona, pues la sinceridad humana se origina ahí.''
Pero también es verdad que los rasgos físicos anuncian el futuro. Por ejemplo. Al examinar las extremidades de la persona sabremos si será rica o pobre. Si las extremidades no están bien coordinadas entonces la persona tendrá una vida difícil.
En cuanto a las palmas de la mano, si son suaves la persona es rápida de pensamiento y se adapta fácilmente a las circunstancias. Pero no es de espíritu fuerte. Más bien es de carácter caprichoso y muy dada a la extravagancia y al desperdicio del dinero.
Por el contrario, las personas de manos fuertes y ásperas tienen el carácter fuerte y son más conservadoras y ahorrativas.
GUERRILLAS: La leva es inevitable en tiempos de guerra civil porque el ejército y la guerrilla pierden combatientes a un ritmo mucho más rápido del que los reclutan. Por eso niños y ancianos son igualmente arrastrados al combate contra su voluntad.
En China hubo épocas en que aldeas enteras incluyendo mujeres, niños y ancianos huyeron de la leva refugiándose en montañas tan remotas que prácticamente desaparecían de la faz de la Tierra. Aún décadas después de terminados los conflictos armados ni las noticias de la paz llegaban a esos lugares.
Desde luego que para los grupos guerrilleros es más fácil reclutar gente, ya que generalmente es la gente del pueblo la que nutre las fuerzas armadas del país.
Los pobres usualmente prefieren incorporarse a los irregulares siempre y cuándo la causa rebelde sea justa y favorable a los desposeídos. Por su parte, los guerrilleros ofrecen tierras y parte del botín para que salgan voluntarios hasta de los lugares más recónditos. El ejército no puede ofrecer tierras, ya que precisamente su función es proteger las vidas y propiedades de la clase gobernante.
NUESTRO FÚTBOL: Qué manera tan desvergonzada de desinformar tienen los muñecos parlantes de Televisa, especialmente Orvañanos y Domínguez Muro.
Así lo hicieron en la mentada Copa Confederaciones.
La victoria de la selección mexicana sobre la selección brasileña de suplentes no es para echar las campanas al vuelo. Claro que no es culpa de México (¿o si?) que Brasil no convocara ni a Rivaldo, ni a Ronaldo, ni a Cafu. Pero tampoco es para honestamente gritar que derrotamos a Brasil.
En la Copa media-América se vio el verdadero nivel de México cuando dos veces seguidas los brasileños derrotaron a nuestra selección.
En el Azteca la selección brasileña francamente se presentó con una mano atada atrás en la espalda. Y como México es gallo que sólo en corral propio canta....
Además, la selección mexicana es ``la de todos...los ladinos,'' la de Burrillo de Televisa, por eso nunca le ganará realmente a Brasil. Y por eso la abuchea el público, pues no es la nuestra.
#2. Oiga, ¿a qué güey se le ocurriría traer a Bebeto al Neza por un río de dólares cuando en el club no tienen para pagarles al resto de los jugadores un sueldo decente? Candiles de la calle...
#3. Le dieron varios Citlallis al Toluca porque los ``jueces'' se van a la cargada con el cuento de que el Toluca es campeón. Lo fue pero por la diferencia de un tiro penal. No más. El Atlas merecía, honestamente, igual numero de trofeos.
(Y ya embarraron los criollos el trofeo al cambiarle el nombre por el de un ladino, Hugol.)
Además, en el trofeo al mejor entrenador, más mérito hizo Lavolpe del Atlas pues le dio oportunidad a muchos jugadores jóvenes, mientras el ``Ojitos'' Meza exige puros ases para asegurarse la chamba. Eso sin contar con que el Atlas juega el mejor fútbol de la liga. Quiénes seguimos al Atlas desde la infancia sabemos que todos los demás, incluido el Toluca, juegan feo.
Y ya es hora de que se sepa también que no nos gusta a los viejos aficionados atlistas el motecito tarugo de ``zorros.'' Somos ``margaritas.''
¿Y qué?
#4. Ya ni chingan los pillos de la FMF y del Atlas.
Permitieron que a Rafa Márquez la directiva atlista le birlara su porcentaje (muy bien ganado, por cierto) en la transferencia al Mónaco. Aparte de los sueldos de hambre que les pagan a los jugadores, encima les roban en el Atlas lo que legítimamente les pertenece, cual si fueran esclavos.
Y los fifos, tan delicados cuando a ellos les roban un peso, ¿dónde están?
Y Enrique Borja, que tanto chillaba cuando el fue jugador y víctima de los abusos de las directivas, no a dicho ni media palabra. Ladino, judío y criollo, hasta la sepultura.
En cuanto a los directivos sinvergüenzas del Atlas, ni comedor tienen para los chamacos de fuerzas básicas. Les dan un plátano a cada jugador después de la práctica, como si fueran micos. Y dice uno de los entrenadores rojinegros que a los hambreados muchachos que le piden otro platanito extra se los da para que vean cuán generosos son en ese club.
Mejor ni mencionemos los contratos leoninos que les obligan a firmar a los chiquilines sin permitir que los padres estén presentes en la firma.
Pero si eso hacen los directivos atlistas siendo mochos, ¡nomás imagínese si esos hijos de la jijurria fueran ateos!
PARA MORIRSE DE RISA: Dice Zedillo que nadie llamará a su gobierno ``represor de estudiantes.''
O sea, que le llamemos a su gobierno represor de indígenas y campesinos no le afecta para nada.
Pues jodidos estamos.
En caso de que Zedillo no lo sepa (y evidentemente lo ignora), vale mucho más un campesino que un universitario.
Pero para saber eso hay que ser gobernante de verdad. De los que van a la escuela a estudiar, no a hacerse tarugos.
* Master, Estrategia Militar China
E-mail: visionpf@direct.ca
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