Únicamente la competencia produce ganadores, por eso hay guerras, torneos, competencias, exámenes, campeonatos, olimpiadas. No importa si se compite para ganar elecciones, discusiones, conflictos armados o juegos. Lo importante es forzar al enemigo a que ponga una rodilla en tierra, lo cual no se logra con discursos solamente. A menos, desde luego, que el oponente sea tarugo.
Un general puede perder una batalla y aprender algo de la derrota, pero no puede permitirse el lujo de perder varias veces. Por eso, bajo ese tema, hoy haremos no sólo leña del árbol caído, sino hasta palitos de paleta y picadientes. El árbol en cuestión es la Federación Mexicana de Fútbol y sus sucursales.
El detonante del asunto fue el fracaso de la Selección Sub-23 para obtener uno de los dos boletos asignados a la otrora CONCACA-F para las próximas Olimpiadas en Sydney, Australia. El técnico general de las diversas selecciones es el "sargento" Manuel Lapuente. (Aparentemente Lapuente tiene contrato laboral con la FMF, sin embargo todo parece indicar que en realidad su patrón es Televisa.)
Al final el técnico de la Selección de Honduras fue más listo que Lapuente y nos arrebató el último boleto, exhibiendo de paso al técnico mexicano como un incapaz de cuerpo entero. En este último siglo del milenio Lapuente perdió un torneo en Hong Kong con la selección checa y enseguida recibió inesperada humillación a manos de la selección de jugadores semi-profesionales de Canadá en la Copa de Oro. Pero Lapuente, que se precia de que las derrotas dizque le dan lecciones, se excusó diciendo que esas dos decepciones eran necesarias para que luego los tricolores juveniles llegaran filosos a la eliminatoria para las Olimpíadas.
¡Nada más que en el Preolímpico Lapuente "las dio" por tercera vez en el año, perdiendo todo contra Honduras!
Dado que Lapuente gana varios millones de dólares anuales, sus derrotas resultan las más caras del medio. La FMF guarda celosamente el secreto del salario exacto pagado a Lapuente y alegan los federativos que ese sueldo "no influye en los resultados." Y entonces, ¿para qué le pagan tanto? Porque además el técnico y sus achichincles cobran altas primas.
Lo malo es que el técnico nacional es un perdedor empedernido. Sus derrotas demuestran que debería mejor dedicarse a otra cosa. Digamos a jugar golf. Su única victoria de "renombre" fue contra Brasil en la Copa Confederaciones pero sobre los reservistas de la "Selección" brasileña. Por cierto, esa victoria parece que estuvo fraguada con antelación entre Televisa y los brasileños para que Lapuente solamente levantara la copa al final del juego.
Pero los fracasos hacen más fuerte al técnico, ya que "Los amigos de Lapuente" siempre están dispuestos a darle la mano. El cínico y conchudo paraguayo Kiese, de la Comisión de Selecciones, se apresuró a defenderlo después del último fracaso, diciendo: "Hicimos un plan de trabajo para las selecciones, pero hubo problemas por la Libertadores y no se trabajó lo suficiente con este grupo." En otro país tal explicación no convencería ni a un recién nacido, pero aquí todo es posible. Kiese tampoco pudo explicar satisfactoriamente por qué se despidió a un técnico probado en selecciones juveniles, como Carlos de los Cobos, y en su lugar colocaron a un técnico incompetente, boca-suelta (el imbécil se atrevió a insinuar que los jugadores son antipatriotas por perder el boleto a Sydney) y soberbio como Gustavo Vargas. Kiese justificó la contratación de Gustavo diciendo que Lapuente no quiere subordinados "que lo apuñalen por la espalda."
¿Acaso nos quiere decir Kiese qué la Comisión está para cuidarle las espaldas a Lapuente y no para velar que las selecciones ganen sus juegos? Pues así parece. Habrá que explicarles que Lapuente no necesita que nadie "lo apuñale por la espalda," pues el solito se está haciendo hara-kiri. De tapón, Kiese dijo: "Manuel Lapuente es en estos momentos para mí el mejor."
Y al parecer con eso basta y sobra para que Lapuente continúe perdiendo juegos. El aficionado no merece en la FMF respeto alguno. Ellos son omnipotentes. Nosotros estamos para que los federativos se nos trepen cuando quieran, para comprarles boletos cuando juega la Selección, para beber las malas cervezas que anuncia Televisa, y para comprar los horribles uniformes del Tri. Nadie nos debe explicación alguna sobre la mala marcha de la Selección. Nos tratan estos ladinos igual de mal que los panistas-priístas-perredistas. Se creen que somos los peones en este juego de ajedrez. Pero acuérdense, la estrategia militar china dice que a veces "el peón mata al rey."
Me imagino que los privilegios y protección otorgados a Lapuente por sus cuates se debe a que en la jerarquía ladina-judía-criolla mexicana el debe ocupar un escalafón importante. Usted sabe: Los apellidos, los méritos de los ancestros en la represión de indios, y más cositas de ésas. Quizás por eso lo mantiene Azcarraga-3 en el puesto. Pero si asi es, entonces no culpen de los fracasos a los jugadores, pues ellos son los menos culpables. Al menos ninguno de ellos gana tanto como Lapuente.
Nos quieren hacer creer los federativos y sus periodistas comprados (incluyendo a algunos jugadores lambiscones y convenencieros como Ricardo Pelaez y Félix Fernández) que los jugadores tienen mucha culpa, ya que según ellos "el técnico no juega." Mentira. Los muchachos jugaron como les ordenaron, pero no tienen la culpa que el buey Lapuente les cambie su posición en cada juego. Cuando los soldados son de calidad y se pierde, entonces las derrotas deben achacársele al general. En este caso al sargento (que sueña inútilmente con ser general), Lapuente.
Para acabarla de amolar, el nuevo técnico de los Pumas de la UNAM, el ladino Hugo Sánchez, que nomás está a ver cuándo le cae la Selección en las manos, terció taimadamente: "La eliminación (de la Sub-23) me da vergüenza ajena porque deportivamente somos superiores a Honduras." Pues entonces a Hugol le debiera dar hasta vergüenza propia, porque cuando el jugaba también se sacaban malos resultados en el área de la CONCACA-F. ¿Remember cuando Honduras nos dejó fuera del Mundial de Espanha y de nada nos valió que Hugol fuera titular en esa selección comandada entonces por el también inútil técnico nacional Raúl Cárdenas?
Cuando otros países nos ganan habitualmente, no podemos decir que "somos superiores a ellos." Eso es una vil falacia, una farsa verbal de Sánchez pues nos ganan El Salvador, Canadá y Honduras. ¿Para qué creé Hugol que se inventaron los números, las estadísticas? Cuando el enemigo nos derrota está demostrando que en ese momento es superior a nosotros. No hay excusa que valga. (Y si de verdad los jugadores de la CONCACA-F son inferiores a nosotros pero nos derrotan, la cosa estaría peor.) Tales desatinos verbales hacia los hondureños se parecen a los del racista entrenador de la Selección irlandesa, el inglés Charlton, que cuando México los derrotó en el Mundial del `94, dijo: "No nos ganó México, nos ganó el clima." Pues lo curioso fue que la victoria se la adjudicó la FIFA a México, no al caluroso clima. Si somos superiores a los hondureños, ¿cómo es qué ellos sí van a ir a Sydney?
Las "inexplicables" derrotas de la Selección demuestran que aquí hay gato encerrado. Hay demasiadas cosas turbias en el entorno de la FMF que nadie del medio futbolero en México se atreve a mencionar. Aquí se le ven las orejas a Televisa, ya que es evidente que el problema mayor radica en la total dependencia económica del fútbol mexicano en los Azcarraga.
En mi opinión, sucede que los intereses económicos de Azcarraga-3 son mucho más importantes, grandes y urgentes, que los triunfos de la Selección. Y si le conviene a Televisa que la Selección pierda con otros países (por cuestiones de contratos para transmitir torneos, concesiones y licencias de comunicaciones en esos mercados, etcétera), la Selección va a perder aunque a los aficionados nos lleven los pingos. Y desearía que me demostraran lo contrario.
No es casualidad que los técnicos de la Selección sean ladinos. Debido a esa falta de competencia interna padecimos antes, y padecemos ahora, a técnicos de ínfima calidad conectados con Televisa: Roca, Cárdenas, Mejía Barón, y Lapuente. El único que tenía algo de talento para dirigir fue Mario Velarde, por eso nunca le dejaban la selección por mucho tiempo pues los ponía en evidencia.
Luego entonces, si la Selección es manipulada por Azcarraga-3, nadie en la FMF podrá contradecir sus órdenes de mantener a Lapuente a pesar de sus fracasos profesionales. Quizás por eso después de la derrota ante Honduras, Enrique Borja aseguró sin rubor alguno que no cesarían a Lapuente. Segun Borja, "Hay que sacar cosas positivas (de la derrota) y rectificar el camino." No explicó cómo lograrían tal hazaña. Pero para defender a Lapuente más todavía, Borja dijo: "No por un fracaso (son tres fracasos al hilo, güey, tres, y los salteados suman ya un montón) se debe despedir a Lapuente."
Lebrija también nos salió, aturdido y mansito, con idéntica batea de babas. No encuentra razón alguna para cesar a Lapuente. O sea, ya alguien los puso quietos desde Chapultepec 18.
No hay que descartar tampoco que, aparte de que en lo oscurito se pudieran negociar resultados de juegos de la Selección con federaciones extranjeras, también pudiera prevalecer en los televisos el factor racismo, su obsesión por joder indígenas como sucede con los demás ladinos mexicanos. Negándonos triunfos de la Selección, Azcarraga-3 gozaría inmensamente sintiéndose mejor que nosotros y sin tener que balear indios en la calle como Hank. Sabe que por sí sólo Lapuente es incapaz de grandes triunfos. Mientras Menotti y Borra llevaron a la Selección mexicana a jugar contra oponentes de renombre, Lapuente juega en estadios vacíos contra CONCACA-Fos.
Aún así, es increíble que Lapuente les tuviera tanto miedo a los hondureños. Y ni siquiera supo instruir a sus jugadores para que al menos se quitaran los patadones de los panameños. ¿De verdad nadie le ha dicho al sargento que para evitar hachazos hay que soltar la pelota rápido? ¿No sabe qué para bajarles los humos a los sobre-excitados golpeadores y evitar que quiebren al que trae la pelota, basta con tocar de primera intención? Aparentemente lo único que Lapuente sabe hacer es cambiar a lo tonto de posición a los jugadores, y dejar a los buenos jugadores de ocoteros o en su casa. Y entonces esperar a ver si de chiripa los jugadores le atinan solitos a ganar el juego.
Cuando así conviene, a los seleccionados los ejecutivos televisos los "incentivan" prometiéndoles puñitos de dólares y chicas de Televisa, pero para ganar únicamente ciertos juegos. Sucedió en el Mundial en Francia y en Nigeria, aunque Borja lo negara rotundamente. Pero ese método no siempre funciona y en Hershey falló.
Y otra cosa. Un líder debe estar en las buenas y en las malas con los jugadores. Debe ganar y perder a su lado. Pero a los técnicos ladinos mexicanos nomás les gusta ganar y cuando se pierde abandonan a los muchachos sin darles apoyo emocional cuando más lo necesitan. Lapuente, como antes hizo Bora, manda a los jugadores de regreso a México solos. Técnico de poltrona, pues.
Mejía Barón también abandonó a sus jugadores después de la derrota ante Bulgaria en el Mundial de `94 en los Estados Unidos, y Hristo tuvo que levantar al chillón Campos pues estaba dando un espectáculo bochornoso para el fútbol. Y en la última Copa de Oro, el Conejo dio un espectáculo horroroso. He visto que en países extranjeros utilizan la toma del portero cruz-azulino, de rodillas y atarugado, para anunciar sus programas de fútbol. A este cuate lo tuvo que animar un jugador contrario pues ningún jugador mexicano lo alentó.
Y ahora, en la última derrota ante Honduras, se repitió el espectáculo. Nadie en el equipo ni en el cuerpo técnico atinó a levantar a los agüitados jugadores mexicanos para que salieran del campo de manera digna. Nótese en cambio la manera en que Bilardo controló a un lagrimoso Maradona en el mundial de Italia obligándolo a salir de manera decorosa después de todo el lío de la derrota en el juego final. (Y eso que se vio que la victoria de Alemania estuvo amañada. Pregúntenle al árbitro uruguayo-mexicano, Codesal, de dónde se sacó el penal contra Argentina.)
La periódica imagen de los sollozantes seleccionados mexicanos ya se está haciendo una mala costumbre con Lapuente, costumbrita que hay que erradicar cuanto antes. Eso no pasaba con Menotti. No es que llorar sea malo, ni que los muchachos mexicanos carezcan de valor, pero hay que contener las lágrimas (cuando menos hasta llegar a los vestidores) para no hacer más grande la victoria del enemigo. Además, las lágrimas de los jugadores apuntan a una desunión total de grupo, una falta de líder en el campo. Porque, individualmente, ratones ya no son. Pero es que a Lapuente no le conviene un líder entre los jugadores porque entonces lo podrían "apuñalar por la espalda." Por eso quedan los jugadores hundidos después de las derrotas, cuando en realidad los fracasos son totalmente atribuibles al cuerpo técnico y a los directivos.
Y el prepotente Kiese se gana el sueldo inventando reglamentos para reprimir a los jugadores y para rebajarles el monto de las primas en vez de estimularlos. Estos suramericanos en el fútbol mexicano son unos muertos de hambre. Kiese y demás directivos de la Selección se habían autoasignado primas escandalosas, en dólares, si México ganaba un boleto para las Olimpiadas. En cambio, a cada jugador se le habrían dado únicamente 10 mil dólares o menos. Una baba, si se considera el dinero que se mueve en el fútbol profesional.
Además, Kiese es pésimo organizador pero buen inventor de estupideces como ésa de obligar a los seleccionados a que atiendan los llamados quieran o no, so pena de ser suspendidos. Como si los juegos de la Selección fueran para defender las fronteras nacionales. Todo para hacer más rico a Azcarraga-3, razón por la que directivos y técnicos escuchan solamente las órdenes emanadas de Televisa a cambio de continuar en puestos que por puro talento jamás habrían obtenido. Por eso Lapuente y Kiese no temen perder su trabajo. Y por eso Zedillo se equivocó cuando fue a decirle a Lapuente que quería ver a México en Australia. Zedillo le rezó al santo equivocado, pues debió pedírselo al mero chingón, a Azcarraga-3.
Y ahí no acaban las frustraciones para los aficionados mexicanos. Encima, ahora tenemos que aguantar que el nuevo gigante de la antigua CONCACA-F sean ya los USA. México se convirtió voluntariamente en uno más de los mediocres enanos. Bueno, no uno más, sino el último en la fila. Pero es que en cualquier país hacen las cosas mejor que en México. La CONCACA-F tomó forma hace décadas porque México quería ser cabeza de ratón en el área, asegurándose así Televisa la participación en todos los mundiales. Pero ahora ya ni eso. Los Azcarraga y los federativos terminaron con el fútbol mexicano a nivel internacional. Ellos no quieren triunfos, quieren ganancias. Nunca les ha importado México.
Y por si sus anteriores imbecilidades fueran pocas, ahora Lapuente propuso a la FMF cancelar el próximo Torneo de Invierno para poder "preparar" a la Selección. Si, así como lo lee, que dizque para conjuntar a los jugadores. Como si no supiéramos que a última hora pondrá a los defensas a jugar de delanteros y viceversa. Ésa es su "estrategia" para confundir al enemigo. Estrategia que confunde a los jugadores mexicanos. Y al mismo sargento.
El fútbol mexicano es, definitivamente, un manicomio manejado por Televisa y la FMF. Eso toleramos, eso merecemos.
Ahora que, si usted es aficionado y ya se cansó de tolerar abusos, no se lamente. Deje de hacer corajes y meta a todos los culpables de las deblacles de la Selección en los rituales chinos.
En poco tiempo veríamos quién ríe al último y mejor, si los ladinos o nosotros.
* Master, Estrategia Militar China
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